Violeta nos decía en aquella canción ¿Qué dirá el Santo Padre?

“Miren cómo nos hablan
de libertad
cuando de ella nos privan
en realidad.
Miren cómo pregonan
tranquilidad
cuando nos atormenta
la autoridad.

¿Qué dirá el Santo Padre
que vive en Roma,

que le están degollando
a su paloma?

Violeta tiene razón al preguntarlo en los versos de su canción. Son ellos, los poderosos, los que dominan, el capitalismo, los que han elaborado “mecanismos opresores” que día a día crean pobres reales.

Hoy puede escuchar la respuesta de Francisco “...que vive en Roma”. Esa réplica que estremece a quienes sostienen que la Iglesia no debe actuar en política. Los mismos que le han permitido actuar durante cientos de años cuando favoreció sus intereses, como en la Guerra Civil Española, por ejemplo. Los mismos que celebran la Iglesia aliada de la clase opulenta para ocuparse de los pobres con asistencia, caridad, ayuda. Esa relación que primero pasa por ellos, los capitalistas, para llegar al pobre como dádiva.

Para ejemplificar sólo recordemos a Walmart la empresa más grande del mundo por ingresos, unos  US $ 500 mil millones este año. En tanto la Fundación con el nombre del fundador es la mayor donadora del mundo que  se aproximan a los US $ 1  mil millones cada año, “para los pobres”. Claro ejemplo del capitalismo, Walmart tiene más de dos millones de empleados y miles de demandas laborales por bajos salarios, mala atención médica, políticas antisindicales, pésimas condiciones de trabajo, persecución de los trabajadores y un largo etc., que la hace también batir record, como la peor patrona.

Pero hoy “…el santo Padre que vive en Roma” ha hecho la opción por los pobres, esa opción que permite la relación directa e inmediata con los desposeídos y marginados sin la mediación de los ricos. Por eso hoy actúa en política y en la Argentina ha dado un fuerte ejemplo cuando llegaron ochocientas mil personas al Santuario de Nuestra Señora de Luján el pasado sábado 20 de octubre.

Como sostiene Emilce Cuda, teóloga argentina, en la revista española Religión digital cuando afirma: “La Iglesia en salida que impulsa el Papa Francisco no busca profundizar el malestar social sino, por el contrario, busca la unidad en la diferencia”. La unidad, en política, no hace referencia a una unidad como totalidad cerrada de todos los sectores de la sociedad bajo un discurso único, sino a la unidad de los sectores marginados para que puedan organizarse en defensa de sus derechos frente a otro sector que hoy es el sistema financiero. En Luján estaban tanto los sindicalistas de derecha como de izquierda, y los militantes "provida" tanto como los "libre decisión". Esto último es una muestra de que lo que compone el campo de lo político es, finalmente, el conflicto social como lucha por derechos, y no el conflicto metafísico como guerra por verdades.

El conflicto social como demanda pacífica por necesidades vitales es expresión legítima de la lucha por la vida buena (Jn. 10,10 y Documentos de Aparecida). El conflicto social no es otra cosa que la visibilización de un agonismo ya existente bajo la forma de desocupación, hambre y violencia, convertido mediante la política como palabra pública en demandas sociales por: Paz, Pan y Trabajo. Estas demandas podrán tener un fundamento moral, religioso o laico, pero en el campo político se expresan como lucha por derechos. Cuando esto se pierde de vista, la democracia esta en peligro y el totalitarismo amenaza.

Pastores argentinos de distintas denominaciones, interpelados por esa realidad concreta -que es la de todo el continente latinoamericano-, se unen a la prédica de la Iglesia Católica conducida por el actual papa argentino, alertando a los sectores marginados de que no se dejen robar: el entusiasmo, la esperanza, la alegría, la comunidad, el amor fraterno”

Violeta Parra, y todos nosotros, estamos recibiendo la repuesta que buscamos “…del Santo Padre que vive en Roma, cuando le están degollando a su paloma”.