Lucha de clases en Francia y lucha entre elites en EE.UU.

El probable fracaso del proyecto globalista en 2019

07/01/2019
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  1. Una nueva etapa de la lucha de clases

 

1.1 La movilización horizontal de los “Chalecos Amarillos” en Francia

 

Una movilización de masas totalmente nueva acaba de surgir en Francia estos últimos meses: la movilización llamada de los “chalecos amarillos” por el nombre y color de la prenda de alta visibilidad (esa que todo automovilista está obligado a llevar en su vehículo y ponérsela, para su seguridad, en caso de necesidad). La llevan, en señal de adhesión, cientos de miles de franceses que manifiestan su rechazo a la decisión del Presidente Emmanuel Macron. Una movilización nueva por su origen, su extensión y sus formas de rebelión popular. Todo empezó a pequeña escala, a finales de octubre, por una simple demanda ciudadana, sin etiqueta alguna de partido o sindicato, sin líderes ni organizaciones, difundida a través de las redes sociales. Reclamaba la anulación del aumento de la tasa sobre el carburante recientemente decidida por el Gobierno. Unos días más tarde, casi un millón de personas la habían firmado al tiempo que comenzaba un llamamiento a “bloquear el país” Vea Rémy Herrera, La movilización de los «Chalecos Amarillos», nueva etapa de luchas en Francia, Red Roja, 22 de noviembre de 2018).

 

Emmanuel Macron, hoy presidente de Francia, es presentado a menudo como un ‎‎Rothschild Boy y ciertamente lo es, pero además Emmanuel ‎Macron le debe su campaña electoral principalmente a la OTAN y las grandes corporaciones financieras globalistas. Cuando estalla en Francia la crisis de los “Chalecos amarillos”, rápidamente se hace evidente que el problema es realmente profundo y que ‎no podrá resolverse sin cuestionar la globalización financiera, cosa que el presidente Macron ‎no puede hacer.

 

Los estratos sociales que forman la base de los chalecos amarillos son, hasta ahora, los “franceses invisibles”, los que trabajan, con frecuencia, al borde de la miseria, o los jubilados, cuyas condiciones de vida son cada vez más desastrosas. Estos “franceses invisibles” también son en su mayoría trabajadores precarios resultado del proceso de exclusión. La combinación del aislamiento de su actividad productiva y del aislamiento geográfico al concentrarse en lugares periféricos produjo que estas personas sean prácticamente “invisibles” pero también las saco de la vida política y asociativa. El movimiento los puso en contacto con otras personas. Las famosas ocupaciones de las “rotondas” han sido lugares por excelencia de reunión y construcción de una identidad política colectiva. También han experimentado la fuerza del movimiento, una fuerza que ha doblegado a un gobierno que se había mostrado hasta ahora intratable, ya sea en las “reformas” del Código de Trabajo o en la transformación de Ferrocarriles del Estado.

 

Las victorias obtenidas, aunque sean insuficientes, son sustanciales en comparación con lo que han logrado la lucha contra de la ley laboral o de los trabajadores ferroviarios. Estas victorias también han socavado la capacidad de Emmanuel Macron y su gobierno para abordar las pensiones y el seguro de desempleo. Los chalecos amarillos son los primeros, y por el momento los únicos, que han descarrilado el programa neoliberal en Francia. Sus victorias, incluso parciales, tienen un poder de aceleración sobre otras reivindicaciones.

 

El movimiento ha vuelto a poner la cuestión social, y dentro de ella la cuestión de los salarios está en el centro del debate. Pero la lucha por el poder de compra, contra la pobreza (en que viven millones de franceses) se había visto eclipsada, incluso reemplazada por cuestiones como el tema de género, lucha de transexuales, trans-géneros, “matrimonio entre personas del mismo sexo” y otras luchas de identidades. La cuestión socio-económica había sido marginada en el debate político por los partidos social-demócratas que han apuntado al neoliberalismo-progresista-de-tercera-vía en general y la globalización en particular. Este fenómeno no es un fenómeno exclusivo de Francia, por lo tanto, es una gran hazaña que los chalecos amarillos hayan logrado poner de nuevo en el centro de la vida política (francesa en este caso) la cuestión socio-económica. La fuerte presencia de mujeres –que hicieron los primeros videos de los chalecos amarillos- como su decisiva actividad en las rotondas, también es un indicio de la profundidad de la cuestión social más allá del tema de género y de su urgencia actual. Vea, J. Sapir Las primeras lecciones de los chalecos amarillos: El movimiento ha puesto la cuestión social en el centro del debate; admin_kritica22 diciembre, 2018.

 

El resurgimiento de la cuestión social también ha tomado la forma de una insurrección, pues la violencia acompañó muchas de las manifestaciones. Hemos visto los llamados “rompedores” (pequeños grupos extremistas) cuya importancia ha sido aumentada por los grandes medios, pero también hemos presenciado a través de los medios más personales (twitter, Gmail, etc.) que la violencia ha sido una expresión vital de la enorme ira acumulada por estos “franceses invisibles”. Una vez más, hemos tenido la demostración que un movimiento social fuerte puede obtener importantes avances y que la violencia, cuando es legítima socialmente [en tanto respuesta a la violencia legal institucional que violenta/rompe/desestima/anula los acuerdos y pactos de inclusión económica-social-política-cultural preexistentes], de ninguna manera, debilita ni divide al movimiento.

 

Hoy está claro que el movimiento tendrá un impacto duradero en la sociedad francesa y más allá de sus fronteras. Esta evidencia es aceptada incluso por la mayoría de los editorialistas en la prensa oficial. Hoy no hay organizaciones (partidos o sindicatos con estructuras verticales) capaz de orientar o dirigir la actividad de los chalecos amarillos. El movimiento de los chalecos amarillos, a través de la experiencia de las rotondas, ha regresado a las formas de organizaciones horizontales y locales, su histórico punto de partida socio-político.

 

1.2 La desmovilización con el verticalismo ‘reformista´

 

Lo anterior contrasta con el verticalismo ´reformista’ de los sindicatos y partidos políticos. El 6 de diciembre, nos plantea Rémy Herrera como ejemplo, mientras el gobierno anunciaba una moratoria, seguida de la anulación del alza de la tasa sobre los combustibles, los principales sindicatos de trabajadores fueron llamados en auxilio “para salvar la República” por un Presidente, Macron, totalmente perdido, e incomprensiblemente mudo. ¿Qué hicieron los dirigentes sindicales, incluidos los de la CGT? ¡En un comunicado conjunto, saludaron los “gestos” del gobierno en la línea del “diálogo social”! Condenaron las formas violentas de las reivindicaciones de los chalecos amarillos y ¡ni una palabra sobre la violencia policial! Y en cuanto a los que habían llamado a la huelga del transporte a partir del domingo 9 (CGT y FO), ¡anularon el preaviso de huelga y abandonaron las decisiones de bloqueo! ¿Razón? El primer ministro, Edouard Philippe, habría ya “satisfecho exonerando de cargas sociales el pago de las horas extra”.

 

En el mismo momento en que la maquinaria de guerra social del poder estaba siendo frenada por la movilización masiva del pueblo, con cerca de un 80% de franceses apoyando la revuelta de los chalecos amarillos y cuando era más necesaria que nunca la huelga general de los trabajadores para amplificar y sobre todo organizar el movimiento, ¡los líderes sindicales frenan las luchas! Inmediatamente, federaciones de la CGT, en primera fila la de química, indignadas, hicieron, sin embargo, un llamamiento a sus bases a movilizarse rápidamente, lo que hizo que sus responsables confederales reculasen difundiendo por la tarde un nuevo comunicado que pretendía hacer olvidar, al mismo tiempo que su distanciamiento de los chalecos amarillos, su confusión total y su abdicación reformista. ¿Qué reformas se pueden esperar de un régimen ya sin aliento, en medio de un capitalismo en crisis sistémica, a no ser la prosecución de la destrucción de las conquistas sociales y las mentiras de un gobierno desacreditado? (Vea Rémy Herrera Chalecos amarillos, "acto IV" el orden reina en Macronia; Red Roja, 9 de diciembre de 2018.

 

No solo los sindicatos de izquierda se mantienen a distancia de esta rebelión popular, sino también las direcciones de los partidos políticos. Parece, afirma Rémy Herrera, que no comprenden que se está abriendo, con la revuelta de los “chalecos amarillos”, la segunda etapa de las luchas del pueblo francés contra la tiranía neoliberal y por la justicia social! ¿No se dan cuenta de que se trata de la continuación, con modos innovadores, combativos, vivos y a una escala extraordinariamente amplia, del mismo proceso de generalización de las movilizaciones que lanzaron esta primavera a miles de camaradas afiliados, a las huelgas y a las manifestaciones? ¿No ven que los “chalecos amarillos”, a su manera pero no sin valentía, ante riesgos y peligros, se decidieron a ocupar ese enorme vacío dejado desde hace ya decenios, por la izquierda institucionalizada (tanto sindicatos como partidos políticos), de la defensa de los intereses de clase de todos los trabajadores y del internacionalismo para con los pueblos del mundo? ¿No saben que es la lucha de clases la que hace la historia? (Vea Rémy Herrera, obra citada, 22 de noviembre de 2018).

 

1.3 Por el Referendum de Iniciativa Ciudadana ante el descrédito de la democracia representativa

 

Todo el mundo en Francia ha notado la importancia cardinal que tiene para los Chalecos Amarillos el Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC). Esto dice mucho sobre la situación de la sociedad actual. El descrédito que hoy golpea la democracia representativa es profundo. El RIC plantea una oposición frontal contra esta “clase política” que se comporta cada vez más como una casta. Por tanto, cada nuevo ataque contra el RIC solo puede reforzar la voluntad de la gente por fórmulas de democracia directa que trate temas que NO estén limitados de antemano por las élites. La realización del Referéndum de Iniciativa Ciudadana delimitará el grado de oposición que hará la “clase política” al movimiento de los chalecos amarillos. Dado el apoyo que sigue disfrutando este movimiento en la opinión pública, la reacción de las élites parece propensa a ser una lucha sin perspectiva. La única incertidumbre radica en el tiempo que tomará el movimiento para cristalizar los cambios que ya ha producido (Vea Jaques Sapir, Las primeras lecciones de los chalecos amarillos, Rebellion, 24 de diciembre de 2018).

 

Al lanzarse a las calles, “los franceses son el primer pueblo del mundo occidental que ‎se decide a correr riesgos físicos para oponerse a la globalización financiera”, afirma ‎Thierry Meyssan dejando claro que otros países seguirán. Las protestas de los chalecos amarillos (gilets jaunes) en Francia abarcan una amplia gama de reivindicaciones (sobre impuestos, ingresos, ´libre comercio´, beneficios, inmigraciones, etc.). Mostrar su descontento bajo la bandera de los partidos políticos, las reivindicaciones de un cambio político rápidamente fueron tildados por los grandes medios como ultra derecha o ultra izquierda. A la hora de un capitalismo salvaje y de una ideología dominante que atiza los odios y enfrenta a unos y otros para intentar salvar a las élites, el pueblo que soporta y sufre también está hecho por desgracia de esas mismas contradicciones; pero es precisamente el papel de los progresismos populares militantes y lúcidos estar a su lado en las luchas para advertir a los y las que se desvían del camino de la solidaridad y de la fraternidad, afirma Herrera.

 

Las protestas son el reflejo del creciente descontento de la gente común cuyo estándar de vida está en claro retroceso y quienes se sienten completamente desconectados de sus políticos electos. El movimiento ya apareció en Bélgica mostrando que (la lucha contra el neoliberalismo atroz) no es un asunto exclusivamente nacional de Francia, sino que podrá aparecer en cualquier momento en otros países. Fréderic Lordon (¿Porque los franceses se manifiestan con violencia?) afirma: “si un pueblo se enfurece es porque lo empujaron al límite”. Después de 30 años de neoliberalismo y 18 meses de guerra social macroniana, grupos sociales enteros que sufren la exclusión metódica han sido empujados al límite.

 

1.4 Una posible lectura del atentado terrorista en Estrasburgo

 

Después de un mes en el que el conflicto monopolizaba la información en directo, dichas imágenes desaparecieron borradas del “mapa de la comunicación” y ahora otro “hecho” ocupaba ese espacio: la caza al terrorista de Estrasburgo. El portavoz del Gobierno francés, Benjamin Griveaux, ha pedido a los "chalecos amarillos" que suspendan las manifestaciones previstas para el sábado siguiente, el quinto consecutivo, ante la situación excepcional que vive el país tras el atentado de Estrasburgo. Por ello no es extraño que muchos de los “chalecos amarillos” apuntaran de inmediato a la ´teoría del complot´ y de la OTAN como “socio”, por su relación estrecha con grupos mercenarios paramilitares. Ya observada desde hace mucho tiempo en diferentes países de Europa y Medio Oriente, se puede esperar cualquier cosa.

 

¿Quién sino Macron ha desatado toda esa violencia? Él declaró la guerra social contra su pueblo, contando con la acción policial y la compañía de los medios de comunicación pro-globalistas. Los grandes medios, “La Voz del pueblo” contra el Pueblo, ya han declarado la guerra simbólica al propio pueblo. Los ofendidos han estado mucho tiempo sin decir una palabra, han soportado las agresiones económicas, el desprecio de las elites, la manipulación de las elecciones, las mentiras de los medios de comunicación de las élites y, ahora, la brutalidad represiva policial de Macron y su régimen.

 

Por ello no es extraño que días después del atentado en Estrasburgo, los "chalecos amarillos" volvieran a tomar las calles el sábado 15 de diciembre, en un contexto de tensión, a pesar de las supuestas concesiones y llamados a la ´calma´ del presidente francés, Emmanuel Macron. Hubo corridas y la policía lanzó gases lacrimógenos. Hubo al menos 136 detenidos entre los 33.500 manifestantes, de acuerdo al periódico Le Parisien. El poder es odiado porque sistemáticamente se ha hecho odioso. Hoy está pagando una factura que viene desde muy lejos. Y cuando el poder sólo puede aferrarse a la represión e produciendo el mismo actos de terrorismo para desviar la atención, confundir y desarticular al pueblo movilizado, no solo ya no es un poder legítimo de gobierno sino que es un poder que instrumenta el gobierno para intereses que no son ni nacionales ni regionales ni populares, por lo tanto no merece otra cosa que caer.

 

  1. La batalla por un nuevo sistema monetario mundial en EE.UU.

 

2.1 Globalistas versus anti-globalistas en el Estado Profundo

 

Si en Francia el Pueblo se levanta contra las élites en el poder, al interior de los Estados Unidos las élites están más enfrentadas entre sí como en ninguna otra nación de Occidente, ya que globalistas y anti-globalistas se enfrentan entre sí como en ninguna otra nación. El Estado profundo se encuentra decididamente enfrentado y profundamente dividido a su interior y, a partir de ello, divide también la lucha popular en el centro del imperio. En una escala menor observamos lo mismo en Gran Bretaña con el BrExit, lo cual veremos cómo será este desenlace a principios de 2019.

 

En los Estados Unidos el globalismo ha tenido viento en popa con los Clinton y los Obama. Ningún crimen cometido por los demócratas suele ser denunciado por los grandes medios o investigado y procesado ya que sus políticas reafirman el proceso de globalización neoliberal. Sin embargo, los republicanos son condenados como criminales simplemente por involucrarse en políticas conservadoras y pro-estadounidenses. Los demócratas del estado profundo globalista han criminalizado la política e intentan por todos medios buscar el ´impeachment´ del presidente Donald Trump.

 

Esa situación, sin embargo, podría revertirse o tener un giro. Si bien los grandes medios globalistas hablan del ´impeachment´ del Presidente Trump por el supuesto involucramiento de Rusia en las elecciones norteamericanas, la realidad es que el presidente Trump tiene todas las cartas en este momento, sentado en montañas de la evidencia actualmente clasificada que revela un patrón de criminalidad profunda y deliberada con traición entre los agentes estatales profundos como Andrew McCabe, Peter Strzok, James Comey, John Brennan e incluso Hillary Clinton y Barack Obama. En el momento adecuado que no está muy lejano, es probable que el presidente Trump desclasifique y libere un tsunami de documentos, que por ahora son ´secretos´, que revelan la verdad sobre el fraude de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA), el abuso de poder del gobierno de Obama, la corrupción traicionera de Hillary y la venta de influencia del gobierno, la traición dentro del Ministerio de Justicia (DOJ) y la Agencia Federal de Investigación e Inteligencia (FBI), entre otras.

 

Para poner en acción lo anterior, cuando los criminales globalistas del estado profundo de alguna manera procuran evitar el arresto, Trump tiene otra carta más que jugar como recurso posible: Activar a todos los ex oficiales federales y ex militares, todos los cuales han jurado "proteger y defender a los Estados Unidos de América contra todos los enemigos, extranjeros y nacionales". Ese juramento es un juramento de por vida; que no caduca solo porque se jubila o deja el servicio federal. En otras palabras, este paso será necesario para restaurar la ley y el orden en una nación donde la ilegalidad y la tiranía son la regla y, donde los delincuentes y traidores siguen a cargo de casi todo.

 

El siguiente paso sería la activación de la lucha social ciudadana para defender la República que es una carta totalmente legal, justificada en virtud de la Constitución de los Estados Unidos. Derrotar a los globalistas requiere que los ciudadanos unan fuerzas suficientes alrededor del Presidente Trump, para poder enfrentar a los demócratas globalistas y particularmente al capital financiero detrás de ellos, que tienen sus propios métodos que podrían contemplar hasta el asesinato del propio presidente. A lo que el capital financiero globalista apunta en este momento es provocar una gran recesión o incluso una depresión con las características que tuvo la de los años treinta del siglo pasado, poniendo de chivo-expiatorio a la administración Trump y su guerra comercial con China.

 

2.1 La manipulación globalista (la Fed) para un crac bursátil en 2019

 

a. La manipulación a de las tasas de interés

 

Lo que las élites globalistas en concreto apuntan a provocar en este momento es un crack bursátil como el de 1929 y el de 2008. Consideran que ha llegado el momento de lo que llaman: imponer un nuevo sistema monetario global (´global economic reset´). Este reajuste en esencia implica, provocar con la crisis bursátil una gran recesión económica o incluso una depresión que pondría a la economía estadounidense en bancarrota y el dólar en caída libre, situación que sería explotada por los globalistas para centralizar el poder del sistema económico, aún más todavía, con la introducción de un ´sistema monetario unipolar´ a partir de una moneda única. Sistema gobernado por las élites del capital financiero globalizado a través de instituciones como el Banco de Basilea (el banco central de todos los bancos centrales) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

Para provocar la crisis bursátil, el 19 de diciembre la Reserva Federal (conducida por los globalistas como una banca privada) aumentó las tasas de interés por octava vez desde finales de 2015 y por cuarta vez en 2018, llegando a 2.5%, a pesar de las advertencias del presidente Trump hacia la Fed de no hacerlo.

 

Un detalle que llama la atención es que el aumento que anunció la Fed fue por decisión unánime de la Comisión. Con ello la Fed mostró definitivamente tener una agenda muy contraria a los intereses del actual gobierno de Trump y más importante aún contra los intereses del pueblo norteamericano cuyas deudas (de tarjeta de crédito, de las hipotecas, de los estudios, etc.) se tornarán impagables (tal como sucedió ya en 2008).

 

b. La simultánea contracción monetaria por la Fed

 

El proceso de Contracción Monetaria (Quantitative Tightening o ‘QT’) que ejecuta la Fed se aceleró en octubre de 2018, reduciendo 50 mil millones de dólares por mes en vez de 30 mil millones hasta esa fecha. De esta forma se reduce la disponibilidad de dinero, de liquidez y de crédito en el mercado, lo que tiene el mismo efecto que un aumento en las tasas de interés, como ya señalamos en nuestro artículo de diciembre de 2018 (Colapso global y después ¿qué? Mirando hacia el 2019, Wim Dierckxsens, Walter Formento, 17/12/2018. https://www.alainet.org/es/articulo/197180). Con ello el servicio a la deuda de 70 millones de millones de dólares, es decir el 370% del PIB de EE.UU., (sumando la deuda del gobierno federal de los gobiernos estatales y locales así como las de las corporaciones y los hogares), se hace cada día más oneroso y pesado para sobrellevar.

 

El premeditado aumento en las tasas de interés está dirigido directamente a fomentar una crisis bursátil y las bancarrotas. El aumento de 2% de interés representa la necesidad de incrementar en un 7.4% el PIB de EE.UU. para poder cumplir exclusivamente con las obligaciones de pago extra de intereses. El gasto total por concepto de pago de intereses en EE.UU. alcanza la suma de 1.5 mil millones de dólares por día, una cantidad más elevada que los gastos conjuntos de demás países del G7 por concepto de intereses. Nos preguntamos ¿Cuánto tiempo más pasará antes que el presidente Trump intervenga de alguna manera en la Fed? Entendemos que Trump puede nombrar otro gobernador a la cabeza de la Fed pero no puede sacar a Powell como gobernador. No esta claro si el presidente Trump podrá acabar con la Fed mediante una orden ejecutiva. De igual manera los globalistas quieren acabar con la Fed una vez que el dólar se transforme en moneda nacional, de manera que importa mucho quién tome la iniciativa (Vea, Trump vs the globalist´s Terrorist Federal Reserve; www.silverdoctors.com, 26 de diciembre de 2018).

 

2.2 ¿Un solo Sistema Monetario mundial en 2018?

 

La revista globalista The Economist anunció en 1988, la llegada de un solo Sistema Monetario mundial que se introduciría en 2018 y ello requeriría la declinación de la economía estadounidense y su moneda (el dólar). No es una coincidencia que estemos observando el comienzo de un crac financiero en el último cuatrimestre de 2018. (Vea, Brandon Smith, The Psychological Warfare Behind Economic Collapse). Tampoco es una coincidencia que los globalistas anuncien en 2018 que su intención era adaptar el nuevo sistema monetario a la existencia de crypto-monedas. Solo están esperando que la crisis económica sea mundial y suficientemente impactante para que la sociedad acepte a gritos el nuevo sistema (orden) monetario global.

 

2.3 ¿A quién responsabilizar por el colapso económico?

 

Los globalistas tienen claro que para que el ´público´ acepte la centralización del poder económico a escala global tienen que tomar ciertas medidas para crear el ´clima social´ adecuado. Para poder crear el clima adecuado el sistema monetario actual con el dólar como moneda de referencia internacional tendría que colapsar. El colapso tendría que poder imputarse, o adjudicarse, en segundo lugar a actores que no son la élite globalista y su ideología sobre el globalismo.

 

Para ello los oponentes filosóficos del globalismo tendrían que ser demonizados (los conservadores nacionalistas acusados de fascistas por ejemplo) y los activistas que defienden un sistema monetario multipolar tendrían que ser ´eliminados´, de manera que los globalistas puedan construir su nuevo orden mundial sin oposición. La población ha de llegar al punto de sumisión psicológica para aceptar desesperadamente el nuevo orden económico y para lograrlo se requiere, en cuarto lugar, que la crisis afecte de manera muy dura a grandes masas de población. Pero para evitar una rebelión de los pueblos, la propuesta del nuevo orden debe poder introducirse sin mayores resistencias ni atrasos.

 

Nosotros estimamos que los globalistas no están ni estarán en condiciones de garantizar los cuatro prerrequisitos que ya hemos señalado, en parte en artículos anteriores, cuando nos referimos al proyecto que lidera China en torno a la implementación de un sistema monetario multipolar.

 

  1. Las grandes corporaciones globalistas manipulan el precio de las acciones

 

En cuanto al primer punto podemos señalar que la bolsa de valores de Nueva York está cayéndose en el último cuatrimestre del año y no habrá una recuperación rápida ni fácil al haber finalizado ya la política de las grandes corporaciones de (re)comprar sus propias acciones a crédito, como fue el caso cuando podían obtener crédito con la Fed a tasas de interés 0%, que en términos reales estaban negativas. Las acciones individuales de las grandes corporaciones han provocado la baja de la bolsa de valores (Standard&Poors) en Nueva York y con ello imponen el tono para el mundo entero. Cuando acciones de las principales corporaciones en términos de su capitalización en el mercado bursátil son globalistas tales como Facebook (FB), Amazon (AMZN), Netflix (NFLX) y Alphabet (Nasdaq:Goog) bajaron el precio de sus acciones en noviembre de 2018, anticiparon y provocaron la baja general del mercado de acciones Standard&Poors (S&P) lo que se observa en diciembre de ese año.

 

Amazon, por ejemplo, alcanzó su punto más bajo el 20 de noviembre, así como Netflix, Facebook, Amazon y Microsoft que son 4 de las diez principales corporaciones de S&P. Las mismas corporaciones que compraron agresivamente sus propias acciones a precios cada vez más altos anticiparon la venta más o menos masiva de las mismas a precios en baja una vez que ya sabían que las tasas de interés no dejaran de subir y con ello el costo de crédito para seguir la re-compra de sus acciones, creando el clima para que inversores de menor peso lo siguieron con cierto atraso y a precios ya menos favorables. Mientras los grandes medios hacen foco sobre todo en las alzas en las tasas de interés, el retiro de liquidez en el mercado (la contracción monetaria) es otra forma de aumentar el precio del crédito y un factor decisivo en las bancarrotas a esperar en 2019.

 

  1. Fracasará echar la culpa a la guerra comercial con China

 

Los grandes medios de comunicación no hacen foco en la intencionalidad de la Fed, en coordinación con el capital financiero globalista, de desestabilizar la economía estadounidense creando con ello una recesión internacional o incluso una depresión. Más bien hacen foco en la guerra comercial como el factor decisivo de un crack bursátil y relacionan con la consecuente gran recesión a nivel mundial. En otras palabras, los grandes medios fortalecen la mirada donde la ´responsabilidad´ de la tormenta económica que se está construyendo, se encuentra en la batalla entre civilizaciones (Trump vs Xi Jimping, EEUU vs China) y no en la estrategia de las élites globalistas. Estas últimas, esperan poder aparecer como los salvadores de la humanidad en la crisis financiera que ellas mismas alimentan desde la Fed y de sus transnacionales.

 

Después del G20 en Argentina, quedó claro que Trump quería negociar con China en vez de profundizar una guerra comercial. Para Michael Snyder, el Estado Profundo Demócrata (es decir las fuerzas globalistas en este caso) veían con malos ojos que el presidente Donald Trump llegara a un acuerdo comercial con China. Justo después de llegar a un acuerdo de suspender las nuevas tarifas por 90 días uno de los más prestigiosos ejecutivos de Huawei, Sra. Meng Wanzhou, fue secuestrada cuando cambió de avión en Canadá en su viaje a México, justo mientras Trump estaba en una comida con la contraparte china y no tenían ni idea de la situación. Fue una maniobra del Estado Profundo globalista para contrariar a los chinos, forzarlos a asumir una posición enfrentada con Canadá/EEUU por este tema específico, para poder imponer así el clima de un paradigma falso de conflicto Este vs Oeste, que sería el responsable del colapso económico que están provocando los mismos globalistas (Brandon Smith The arrest of Chinese CFO of Huawei Technologies, Meng Wanzhou creates a false East/West paradigm to be entrenched in the American mindset)

 

En el preciso momento del arresto de Meng, la Reserva Federal (Fed) decidió acentuar la contracción monetaria aún más todavía retirando 50 mil millones de dólares al mes en vez de 30 mil millones, suprimiendo así la liquidez en el mercado, aumentando el precio para obtener créditos para cancelar las deudas entabladas por las empresas y el público en general. El objetivo es provocar bancarrotas en serio y caos económico. Pero los globalistas subestimaron a los chinos que se dieron cuenta de la jugada y aplicaron la misma política de ´secuestro´ de representantes de corporaciones globalistas norteamericanas. De modo que estimamos que los globalistas no está ´pudiendo´ lograr su objetivo de manipular la opinión pública en EE.UU. como se proponían.

 

  1. El probable fracaso del proyecto globalista en el año 2019

 

La retirada de las fuerzas militares de Estados Unidos presentes en Siria y Afganistán son manifestaciones del cambio ‎radical del nuevo orden mundial, muy diferente a aquel pensado por los globalistas. La guerra de las fuerzas globalistas (OTAN con sus mercenarios) contra Siria debería concluir en los próximos meses, por la falta de mercenarios.

 

No cabe duda de que los vencedores de esta guerra son Siria, Rusia e Irán. Habría que considerar al presidente Trump como uno de los ganadores de la ‎guerra y sería lógico que su actitud permita a su país hacer recaer el pago obligatorio de las ‎compensaciones de guerra sobre las transnacionales globalistas que invirtieron en ella mucho más que recursos financieros. No sería extraño que lo anterior implique un golpe muy fuerte a los grandes medios y sus corporaciones que fueron parte diariamente legitimando y construyendo una lectura global de los conflictos en Medio Oriente y más allá. Aquí encontrará Trump el apoyo de Rusia y China y podrá construir nuevas relaciones de colaboración entre los tres países. La desarticulación de las alianzas ‎alrededor de las fuerzas globalistas de Estados Unidos que implica esta decisión podría dar lugar al pronto desmantelamiento de la OTAN, un eventual ahorro gigantesco en recursos financieros y retiro de tropas (Vea, Thierry Meyssan, Estados Unidos se niega a trabajar para la finanza transnacional, Red Voltaire, 25 de diciembre de 2018).

 

Para Donald Trump ha llegado el momento de que los ejércitos de Estados Unidos dejen de luchar ‎‎–a costa del contribuyente estadounidense– sólo por hacer valer los intereses del capital financiero ‎globalizado. No es improbable que el ahorro en los gastos de defensa que implica la retirada de tropas se destine a su proyecto de construir el muro en la frontera con México, partida que no quieren aprobar los demócratas para el nuevo presupuesto. Otra promesa de su campaña que se cumplirá. Una retirada considerable del apoyo financiero y logístico a la OTAN implicaría desarmar militarmente a las fuerzas globalistas y un gran ahorro para ser invertido dentro del país que podría ser letal para las fuerzas e intereses enfrentadas a los intereses que respaldan al presidente Trump.

 

Nuestro objetivo para el 2019, debería ser: enfocarse en quién va crear el nuevo orden una vez que el viejo orden monetario basado en el dólar como moneda internacional de reserva haya colapsado. Esto significa cómo bloquear que las instituciones como el IMF o el Bank of International Settlements (BIS), el Banco de los bancos centrales de Basilea, sean las fuerzas económicas dominantes en el mundo. Para lograrlo es importante el proyecto multipolar de la Nueva Ruta de Seda y las instituciones creadas en torno a ella.

 

Debemos saber para ello que, el gobierno federal de Estados Unidos se ha presentado bancarrota más de una vez, y siempre siendo parte de una crisis estructural mundial y el caso más reciente sucedió cuando Nixon fue presidente y planteo que ya no se entregaría oro por dólares, el dólar ya no sería respaldado por el oro. Ese momento estuvo en relación al exorbitante gasto de defensa como resultado de la guerra en Vietnam, que descontroló las finanzas del país. Que vino a sumarse al exorbitante gasto del gobierno de EE.UU. para cancelar las deudas de balanza comercial que creaban sus propias corporaciones multinacionales que producían en Europa y en el Asia-pacifico para exportar y ser consumidas en el mercado interior norteamericano.

 

En su momento el estado profundo declaro su incapacidad de pago de sus deudas a gobiernos extranjeros, cancelando sus obligaciones en dólares con un valor bien por debajo del precio del oro, desconociendo lo pactado para el pago de las deudas con sus acreedores. Con una bancarrota del actual sistema monetario internacional se dará paso a la re-nacionalización del Dólar, es decir a la transición del estatus del dólar como moneda internacional de reserva al estatus de una moneda nacional. Esto implicará una devaluación ´sensible´ de esta moneda. Las inmensas deudas serán canceladas en estos dólares devaluados y/o renegociadas. Trump probablemente procurará instaurar el patrón oro lo que significaría un golpe mortal para el capital financiero globalizado. Claro que Estados Unidos no tiene reservas de Oro suficientes para realizar esta movida. Pero China ya ofreció parte de sus enormes reservas en oro, en forma de leasing, a EE.UU. para que pueda avanzar en esta línea de acción.

 

Estados Unidos ya perdió su ‎primer lugar mundial en el plano económico, puesto que ahora ocupa China. Y también ‎ha perdido el primer lugar como potencia militar ya que ahora se encuentra detrás de Rusia. No será fácil que los globalistas bajo estas condiciones se salgan con la suya ante esas fuerzas multipolares entrelazadas.

 

Hemos ya analizado en nuestro último libro (El Capital en su Declive) que no habría recuperación económica posible bajo la relación social capitalista. Esto significa que a partir de la crisis económica observaremos economías y producción local/nacional lo más autosuficientes posibles, definiendo como comunidad sus necesidades colectivas con ayuda y seguridad mutuas lo que significa que habrá una organización local horizontal luchando por otro sistema económico. Esta forma de organizarse a nivel más local con identidad nacional será la nueva forma de producción posible a nivel ´macro´. Los “Chalecos Amarillos” los observaremos por todas partes como anuncio de que un nuevo modo de producción estará surgiendo basado en la prolongación de la vida de todo lo que se produce y en la definición de las necesidades desde la comunidad. Un posible adiós al capitalismo en 2019.

 

Otra bibliografía consultada

 

Wim Dierkxsens, Andrés Piqueras, Walter Formento, Remy Herrera, Paulo Nakatani: El Capital en su Declive. Libro, Ed DEI, 2018.

Wim Dierkxsens y Walter Formento, La Crisis Mundial. Libro, Ed Fabro, 2018.

Thierry Meyssan, Occidente devora a sus hijos, Red Voltaire, 4 de diciembre de 2018

Michael Snyder, Deep State Destroyed Chances Of Trade Deal With China, Stocks Tank As A Result, The Economic Colapse Blog, 10 de diciembre de 2018

Michael Snyder, Is The Fed Actually TRYING To Cause A Stock Market Crash? The Economic Collapse Blog, 21 de diciembre de 2018

Brandon Smith, The Trade War Distraction: Huawei And Linchpin Theory, www.silverdoctors.com, 15 de diciembre de 2018

Zero Hedge, US Spends $1.5 Billion Every Day Just To Make The Interest Payments On The National Debt, www.silverdoctors.com, 29 de noviembre de 2018

John Rubino, Corporate Share Buybacks Looking Dumber By The Day, MarketWatch, 21 de noviembre de 2018

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https://www.alainet.org/de/node/197402?language=es
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