Súper Trump en Venezuela: roba a los pobres para dar a los ricos

30/01/2019
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Venezuela no es la república bananera. Ni siquiera es Libia, cuyas instituciones de clan, que se encontraban en la base de la unidad nacional, explotaron por las acciones “humanitarias” que dejaron a un país destrozado tras la agresión norteamericana. En Venezuela hay instituciones nacionales sólidas, que un gobierno legítimo tiene el derecho de hacer respetar. Venezuela no es la jungla, a pesar de lo que cuentan los grandes medios internacionales.

 

Las empresas de todas las naciones que han conseguido y continúan obteniendo grandes beneficios están muy conscientes de esto: fue así durante las democracias de la Cuarta República, y así siguió siendo durante los gobiernos chavistas. Solo que, dado que existen reglas a favor de la clase trabajadora y de la soberanía nacional, no pudieron aprovechar de los trabajadores ni hacer basura del medio ambiente ni sacar todas las ganancias al exterior, dejando un desierto llamado progreso en el país.

 

Ahora, sin embargo, el imperialismo estadounidense y sus partidarios han decidido que el dinero asignado a los planes sociales, o sea el 72% de los ingresos principalmente petroleros que el gobierno bolivariano asigna al bienestar de los sectores populares, debe regresar a los bolsillos de los ricos venezolanos: en este caso los líderes golpistas para que tomen protagonismo. Existen sanciones contra PDVSA y el bloqueo de los pagos comerciales del petróleo en los Estados Unidos, que serán desviados a una cuenta del Sr. Don nadie-Guaidó.

 

En una mirada más cercana, lo que está sucediendo en Venezuela demuestra la naturaleza voraz y depredadora del capitalismo que no reconoce límites: les das un dedo, y toman toda tu mano, luego te comen el resto del cuerpo. Y después hace negocio con los cadáveres, pasando solo los gusanos a las generaciones más jóvenes.

 

Ahora que la Fiscalía le ha pedido al Tribunal Supremo de Justicia (el TSJ, el órgano superior encargado de mantener los 5 poderes en equilibrio) que proceda legalmente contra Guaidó, debemos esperar el coro indignado de los "demócratas" en contra de la "dictadura" que reprime... Un coro sordo a todos los principios de la razón, que llevarían al asilo o a la prisión a cualquier grupo que intente desestabilizar las instituciones proclamando otro “presidente”.

 

Intente imaginar a alguien que sube a la colina de Montesacro en Roma para proclamar la "República Bolivariana de Roma" y que sea apoyado primero por Venezuela y luego, digamos, por Rusia, China, Bolivia... hace reír, ¿verdad? ¿Y por qué debería el pueblo venezolano pagar una payasada tan imperialista con lágrimas y sangre?

 

En nombre de una voluntad internacional ilegal y arrogante, a Trump le gustaría desviar los pagos del petróleo para el bienestar del pueblo venezolano a los bolsillos codiciosos de sus amigos golpistas. Algo similar sucedió durante el gobierno de Cristina Kirchner en Argentina con la historia de los fondos buitres. Cristina había metido el pie para liberar a su país del chantaje de esos especuladores, especialmente norteamericanos, especializados en adquirir fondos a precios muy bajos de los países en quiebra, y luego revenderlos, presionando en el momento político adecuado en otros países: exigiendo el pago total, con la amenaza del quiebre.

 

En esa ocasión, EEUU había bloqueado los pagos regulares renegociados por el gobierno argentino para hacer vencer el plazo y poner al gobierno por los suelos. Es precisamente la promesa de satisfacer los apetitos de esos fondos especulativos, que tienen intereses multimillonarios y globales, lo que le ha permitido a Mauricio Macri tener el camino preparado para el actual gobierno en Argentina. Y así los argentinos han estado nuevamente endeudados por generaciones…

 

Durante la crisis griega y en uno de los momentos más agudos de la guerra económica contra Venezuela, incluso grandes grupos como Goldman Sachs compraron los títulos de PDVSA, la empresa petrolera estatal en cuyo uso social se basó gran parte de la política socialista del chavismo. Y ahora, evidentemente, están pensando en cobrar dinero en efectivo, con el desvío de fondos decidido por Trump a favor de los líderes golpistas venezolanos. Con la espuma en la boca, los buitres están esperando para deleitarse con el cadáver de la revolución bolivariana.

 

Pero Venezuela no es una república bananera y tiene la intención de hacer cumplir la ley. Venezuela ni siquiera es Libia y tiene la intención de hacer respetar sus instituciones elegidas por voto popular. En cualquier país democrático, Guaidó y sus golpistas deberían sufrir una sanción. Si el poder judicial bolivariano decide proceder de esta manera, tendrá todo el derecho. Y si hay un choque, debemos posicionarnos. ¿De qué lado estarán esos "demócratas formalistas" y esos eternos "ni-ni” atrapados por la histeria por la propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente que consideraron un acto dictatorial insoportable?

 

La Red Europea de Solidaridad con la Revolución Bolivariana ha emitido una carta para ser enviada a Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en vísperas de la discusión de Europa sobre Venezuela: para pedir a la UE no exacerbar las contradicciones internas y respetar la voluntad y las instituciones del país bolivariano.

 

Refiriéndose a la actitud del gobierno italiano, a esa parte de los 5Stelle que intenta alejarse del "ultimátum" sobre las “nuevas elecciones” lanzado a Maduro por la mayoría de los gobiernos europeos, el embajador de Venezuela en Italia, Isaías Rodríguez, dijo a las agencias de prensa: “La posición de Italia sobre la crisis en Venezuela es inteligente, llena de sentido común, la esperábamos de toda Europa".

 

Revisión Gabriela Pereira

https://www.alainet.org/de/node/197874?language=en
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