Siguen buscando la guerra

22/02/2019
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Juan Guaidó: Muertos no son costo, son inversión al futuro. Declaraciones del 19 de febrero de 2019.

 

Alfred De Zayas, el reconocido profesor y antiguo experto de la ONU, tuiteaba recientemente que el tratamiento del tema Venezuela había trascendido la simple disociación psicótica y había caído en el campo del surrealismo.

 

Si esto ha podido decirse en capítulos anteriores, creo que ninguno refleja mejor esta triste evolución que lo que ha transcurrido del año 2019 y llegará, sin duda, a un pico este venidero fin de semana.

 

En los días recientes hemos visto definirse con más fuerza algunas de las cosas que veníamos advirtiendo: se hacen virales las campañas que criminalizan a todos los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

 

Por un lado, hay influencers de los medios antichavistas despliegan una campaña de amenazas que incluyen la promesa que de no acatar sus órdenes, la vida de los castrenses y sus familias estará en peligro, o, que serán castigados a penas de prisión a perpetuidad. Por otro, Marco Rubio directamente tuitea al Comandante de la Guardia de Honor Presidencial amenazándolo con un destino funesto en caso que mantenga su lealtad a Nicolás Maduro.

 

No es un recordatorio menor en este tema considerar que en Venezuela no existe legalmente ni la pena de muerte ni la prisión perpetua, lo que nos hace sospechar que tras estas ideas estén los bufetes que Estados Unidos había puesto a la orden de cualquiera que quisiera confrontar al gobierno de Caracas o el deseo de entregar los temas nacionales para que sean juzgados ante tribunales norteamericanos y bajo sus leyes.

 

Si esto atenta contra la soberanía que es el principio básico para determinar cuál Derecho se aplica en un país, se complementa con los hechos acaecidos el 20 de febrero en la sede diplomática de Venezuela en San José de Costa Rica y en el Consulado en la ciudad de Guayaquil, en Ecuador, porque se trata de una compleja articulación mediante la cual se quiere despojar a la República Bolivariana de Venezuela de los derechos que le asisten ante el concierto de las naciones.

 

Seguidamente, la atención se ha fijado en el día 23 de febrero, lapso en el que concluiría el tiempo constitucionalmente dispuesto para alguien que fuese en virtud del artículo 233 Presidente interino de la República y no por esto, de lo que por el contrario ya no se habla sino porque ese día han determinado que “harán entrar la ayuda humanitaria”.

 

Dejando de lado las consideraciones que más se han abordado en la prensa centradas en el porqué esas cosas no son ayuda humanitaria podemos o el importante despliegue de altos funcionarios internacionales que se pretende hacer a la frontera, así como el hecho que en estas horas en Caracas se están ofertando paseos para ir a ese evento y quiénes son sus financistas.

 

Así las cosas veremos que la atención se pone en un puente de una frontera que no es natural y que tiene infinitas trochas por las cuales han salido cantidades no cuantificadas de productos venezolanos, especialmente gasolina y alimentos, de manera ilegal durante los últimos años; que Cúcuta es un pueblo olvidado al que ningún Presidente colombiano había ido hasta hace menos de dos décadas y que la frontera colombiana, por el lado que toca el Zulia, es una zona cuya precariedad es tan alarmante que la acción del gobierno fue descrita por la Corte Constitucional colombiana, el 7 de junio de 2018, como siendo un “estado de cosas inconstitucional” que significa la vulneración masiva y generalizada de los derechos fundamentales de los niños y niñas wayuu por fallas en el funcionamiento de las entidades estatales, con plena indiferencia de las autoridades que han comprometido masiva y generalizadamente de los derechos constitucionales a la salud, al agua potable, a la alimentación y a la participación étnica de esta población.

 

También hemos de destacar que en las últimas horas lo que parecía limitarse a ese punto de nuestra geografía se ha ampliado pues, este 20 de febrero, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que fuerzas brasileñas llevarán “ayuda humanitaria” a los venezolanos. Mencionó que se creó una logística hasta el estado brasileño de Roraima, fronterizo con Venezuela.

 

Para quienes hemos venido siguiendo las estrategias destinas a crear el consenso internacional para legitimar una invasión a Venezuela, por la vía de la aplicación de la doctrina de la “responsabilidad de protegerRoraima no es un referente nuevo porque este estado fronterizo fue protagonista en 2018 de actos de violencia de gran intensidad en contra los venezolanos y hubo una polémica jurídica cuando las autoridades locales intentaron, sin el acuerdo del gobierno nacional, cerrar la frontera con Venezuela.

El escenario pinta así como de un fin de semana con un festival de Woodstock con un concepto propio del Festival de Viña del Mar que termine en una situación en la que un grupo de civiles –o de militares sin uniformes- lleguen frente a las autoridades militares que resguardan las fronteras para tener una primera página que describa el carácter autoritario del gobierno venezolano y que justifique que, contra ese régimen militar, se ejecuten acciones militares.

 

Se conjuga esto con la “orden” de Guaidó de ir a los cuarteles y pedir –nuevamente- que los militares se alcen, sobre la idea de “recordarles” que sus madres y familias necesitan que ellos “lo ayuden” porque se trata de “dejar pasar medicinas y alimentos”.

 

De igual manera, se construye la idea de esas fronteras como territorios que no se caracterizan por su eterno movimiento. Cúcuta (COL) y San Antonio del Táchira (VEN) son dos ciudades donde el dinero, la familia y las nacionalidades circulan permanentemente. Por lo cual, usted podrá tener miles de venezolanos en Cúcuta y miles de colombianos en San Antonio porque son un mismo pueblo.

 

Ante esto, la primera reacción de Caracas ha sido destinar 20.000 cajas CLAP a la frontera como manera de responder que no son los veinte millones de dólares, ingresados sin control sanitario ni solicitud de las autoridades, lo que requerimos sino el manejo soberano de nuestras finanzas, así como, poner frente a este hipotético contingente de presuntos civiles que quieran violentar la soberanía, civiles venezolanos y humildes, como lo son la inmensa mayoría de los responsables de los CLAP.

 

No existe ninguna duda que esta es la más elaborada, compleja y comprometedora coyuntura que ha tenido que enfrentar Venezuela pues ni siquiera los actos acaecidos cuando el bloqueo de 1902 incluían tantos enemigos, articulados de formas tan variadas e intensas, como la que estamos viendo ocurrir en el presente.

 

No es un tema menor que tengamos en cuenta que la Cruz Roja se ha hecho un lado y que hace escasas horas José Miguel Insulza, antiguo Secretario de la OEA y personaje marcadamente hostil hacia Venezuela haya declarado que “esto que vaya el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, que vayan todo tipo de generales, el senador Rubio y otros, la verdad es que ya huele cada vez menos a ayuda humanitaria o huele a la búsqueda de un pretexto de confrontación”.

 

Adicionalmente a esto, si nos salimos del ámbito jurídico observaremos que hay otros sujetos que han contribuido con la creación de un clima de tensión extrema, sin duda, prebélico. En este orden consideramos la decisión de Air France de suspender los vuelos con destino a Venezuela así como las posturas de Curazao, Aruba y Bonaire, que ameritaron que se cerraran las fronteras por los riesgos de sufrir una penetración al territorio desde este frente marítimo.

 

En este contexto, son vitales las próximas horas para Venezuela y sin duda se irán sumando más actores y hechos hasta que este capítulo pueda cerrarse. Mientras quizás valga la pena preguntarnos, ¿qué paz y qué democracia es la que pueden estarnos ofreciendo una triada de Trump-Duque y Bolsonaro? Es ese el verdadero punto a develar ante esta jugada criminal.

 

https://anicrisbracho.wordpress.com/2019/02/21/21feb-siguen-buscando-la-guerra/

 

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/de/node/198330
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