San Juan, 29 de marzo de 2019 (NCM) – Una fuente vinculada a la base logística de retaguardia informó que se ha intensificado una operación para presionar, desde Puerto Rico, al liderato opositor en Caracas con el propósito de que pida de una vez una intervención militar de Estados Unidos que incline definitivamente la balanza contra el gobierno de Venezuela.

La fuente, que en otras ocasiones durante este proceso ha provisto información que ha resultado cierta, fue especifica en mencionar nombres de políticos venezolanos que supuestamente tomarían parte en el intento.

Las acciones desde Puerto Rico se producen en el marco de la intensificación de los esfuerzos de EEUU para quebrar por diversos puntos la resistencia de las islas caribeñas a su política estratégica sobre Venezuela. Entre esos esfuerzos se ha destacado este mes la reunión de la Florida entre los presidentes de EEUU, Haití, Jamaica, República Dominicana, Bahamas y Santa Lucía.

Pero de igual forma, se destaca la participación en CABSEC 2019, en Barbados, de una representante de la oposición venezolana que es asesora de asuntos militares en Washington y de un organismo de las Naciones Unidas para promover el uso de la perspectiva de género para cortarle el paso a los movimientos radicales. En ese encuentro, hay como oradores militares y asesores de Barbados, EEUU, Canadá, Inglaterra, Holanda, Francia, Malta, Chile, Belice, Trinidad, San Vicente, México, Colombia, además de la mencionada estratega opositora venezolana.

Los primeros resultados visibles de las amplias maniobras de la diplomacia estadounidense son un tanto contradictorios.

Así, por ejemplo, ya la oposición venezolana anunció que se ha reactivado la recolección de suministros en Florida y que pronto se abrirá otro centro de acopio en Panamá, mientras que en República Dominicana se anunció que había congelado millones de dólares de la petrolera venezolana PDVSA. Pero, en la otra cara de la moneda, los medios de noticias registran oposición fuerte en Jamaica, Trinidad, San Vicente y las Granadinas y un rechazo de lo que es percibido como un intento de EEUU para debilitar el CARICOM.

De igual forma, luego del envío de un barco de suministros desde Puerto Rico a finales de febrero, se logró que la carga fuera depositada en Curazao, donde el gobierno isleño y sectores empresariales se oponen a que se les involucre en una guerra en Venezuela. A mediados de marzo se anunció que, finalmente, EEUU y Holanda acordaron usar Curazao, pero con la restricción de que la isla no estará involucrada en ningún asunto bélico relacionado con los suministros.

No se habló de más operaciones por un tiempo y lo único que trascendió de una fuente gubernamental era que se esperaba que ocurrieran cosas, informe que llegó poco antes de la avería que dejó sin energía a casi toda Venezuela.

Más complicada es la nueva misión supuestamente emprendida por la base de Puerto Rico, que se comenzó a organizar en marzo de 2018, pero se hizo de verdad operativa a finales de octubre, con el “manifiesto de Puerto Rico” que se dijo entonces que fue aprobado por la Casa Blanca y suscrito por el ex alcalde de Caracas Antonio Ledezma y la líder opositora María Corina Machado. En ese momento, la creencia era que Ledezma sería nombrado presidente interino para convocar las elecciones que llevarían al poder a Machado, pero, finalmente y con el respaldo de la Asamblea Nacional en desacato y a insistencia de EEUU, Juan Guaidó, del partido de Leopoldo López, se proclamó “presidente encargado”.

Hasta ahora, Guaidó no ha solicitado la intervención armada de EEUU, mientras la situación interna en Venezuela se sigue deteriorando para la oposición con el fracaso de todos los intentos, las denuncias del gobierno sobre sabotajes a los sistemas eléctricos y otras investigaciones

Sin embargo, a pesar de lo delicado de la misión de Puerto Rico, el principal obstáculo aparente no estaría en Caracas, sino en Washington.

Estas misiones no son nuevas para Puerto Rico, que en los años cincuenta proveyó los aviones de combate para bombardear Guatemala y en los sesenta sirvió de base de retaguardia para la intentona de Playa Girón en Cuba, entre otras. De hecho, esa función auxiliar de Puerto Rico puede trazarse a principios de la colonización española, cuando en el siglo XVII proveyó tropas de apoyo para las devastaciones ordenadas por la Corona en La Española.

El aspecto novedoso es que, esta vez, Puerto Rico no parece contar con el agradecimiento de la metrópoli y Washington ha continuado avanzando en su política de asedio económico a la colonia. La Casa Blanca insiste, de forma cada vez más vitriólica, en su negativa a que se aprueben asignaciones de recursos para que el país -sometido a una junta de control- pueda recuperarse totalmente de la devastación del huracán María, de 2017, y salir del profundo deterioro económico en el que se ha ido descalabrando desde que se acabaron los privilegios tributarios para las subsidiarias de EEUU en 2006.

La situación llegó al punto que esta semana, en Washington, el gobernador anexionista Ricardo Rosselló le ofreció -al “abusador” de Casa Blanca- que si se le acerca le va a dar “un puño en esa boca”.

La situación interna se agrava con el anuncio de la autonomista opositora Carmen Yulín Cruz, alcaldesa de San Juan, quien anunció el pasado 22 de los corrientes que aspirará a la candidatura a la gobernación y ha convocado un movimiento para devolver el Partido Popular Democrático a sus orígenes de respaldo a las luchas populares y a la reconstrucción social. Cruz, a diferencia de Rosselló, tiene gran influencia en el Partido Demócrata de EEUU y en los medios noticiosos estadounidenses, además de formar parte de la campaña presidencial del senador Bernie Sanders.

A diferencia de Rosselló, que se ha jugado mucho capital político apoyando la oposición a la revolución bolivariana, Cruz sostiene que Puerto Rico debe mantenerse alejado de ese conflicto y que los asuntos de Venezuela deben ser resueltos por los venezolanos.