Paro cívico del 25-A, Minga al Esmad
- Opinión
Las tareas de preparación y organización del Paro cívico del próximo 25 de abril están en marcha por toda Colombia. El mundo de las organizaciones populares realiza reuniones y asambleas para establecer los repertorios de acción los pliegos de demandas, las agendas de trabajo y las hojas de ruta para confluir en la gran movilización de la multitud social.
El paro del 25 de abril que necesariamente incluirá bloqueo de carreteras, huelgas fabriles, plantones, marchas campesinas y despliegues en la redes sociales y los medios alternativos de comunicación es y será objeto de una intensa y abierta descalificación por parte del gobierno y los ideólogos y políticos de la ultraderecha fascista organizados en el Centro Democrático del Verdugo del Uberrimo para quien las masacres con “criterio social” son eventos bienvenidos e inevitables.
Esa derecha violenta recurrirá a los consabidos argumentos para descalificar la acción colectiva tildándola de bochinchera, demente, anárquica y perturbadora del orden público y la democracia. Lo acabamos de ver con la Minga indígena del Cauca para la cual se pidió bala, cárcel y masacre.
Como las cosas en esta retórica no se quedan en el simple enunciado las palancas se mueven desde el gobierno para activar los dispositivos de violencia y atropello de la movilización ciudadana para criminalizarla y aplastarla.
Es el papel que cumple directamente el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía colombiana (ESMAD).
Este dispositivo de represión fue creado coyunturalmente desde el año 1999, mediante la Directiva Transitoria # 0205 del 24 de febrero de 1999; posteriormente, con la Resolución # 01363 del 14 de abril del mismo año, se establece de manera permanente esa siniestra y sangrienta entidad, verdadera escuela de la muerte y el terror de la ultraderecha oligárquica.
Hacia el 17 de julio de 2007, se adopta la Resolución Número 02467 Por la cual se crea el distintivo del Curso de Control de Multitudes de los Escuadrones Móviles Antidisturbios de la Policía Nacional. Explícitamente su función es atacar la presencia histórica de la multitud y su potencial transformador de la vetusta estructura de dominación de las elites terratenientes, financieras, corruptas y militares que controlan dictatorialmente el Estado y la sociedad colombiana.
Durante los años de su funcionamiento el Esmad se ha caracterizado por la crueldad y violencia contra los estudiantes universitarios, contra los campesinos, los cocaleros, los indígenas, los vendedores ambulantes, los presos políticos, los sin techo y otros movimientos sociales. En sus arremetidas muchos han caído asesinados por disparos desde las tanquetas o las acciones de los infiltrados de dicho Esmad.
El Esmad realmente es la escuela del sicariato y los pistoleros que están exterminando los líderes sociales y de los derechos humanos por todo el territorio nacional.
Es la mano sangrienta del Estado contra la multitud y sus luchas democráticas, razón por la cual se ha granjeado el repudio y el odio de los de abajo.
Su disolución e investigación de los crímenes de lesa humanidad ejecutados, se demandan en todas las mesas de negociación con los agentes del gobierno. Pero estos siempre hacen oídos sordos a los reclamos sociales.
Así que entre las múltiples peticiones del Paro del 25 de abril está ésta. La de acabar y disolver el Escuadrón de la muerte, mano negra de las mafias del poder, que es exactamente en lo que se convirtió el Esmad de la Policía Nacional.
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