Una divertida excepción en la prensa de EEUU
- Opinión
Para quienes no sean muy conocedores de la realidad de la prensa estadounidense resulta sorpresivo encontrarse allí, en el país líder del capitalismo mundial, que haya una publicación con una historia de más de 65 años de edición ininterrumpida, con una aparente libertad de contenido y, lo más excepcional, sin publicidad, características que no se encuentran en ningún otro medio de prensa de esa gran potencia del capitalismo.
La semana pasada, los actuales propietarios de la revista humorística MAD, la empresa DC comics, anunciaron que dicha revista estaba a punto de suspender su publicación.
MAD, que había comenzado como un libro de historietas en 1952, convirtiéndose en revista en 1955, dejará de publicarse y, según se informó, sólo continuará circulando en sus próximos números con material reimpreso para satisfacer las suscripciones existentes, pero sin incluir material nuevo.
Nacida en la turbulenta era del macartismo, MAD está a punto de morir en otra escuálida época política, la de Trump. MAD era posiblemente la revista satírica más grande e influyente de Estados Unidos, una extraña afirmación de una publicación de gran circulación que fuera leída, a lo largo de su existencia, mayoritariamente por adolescentes y niños.
Su contenido era a menudo rudo, insípido e infantil, lo que la hacía aún más potente como afluente de la cultura juvenil. Los niños que leían MAD aprendían a desconfiar de la autoridad, fuera ésta política, publicitaria o periodística. Fue un modelo que las generaciones sucesivas tomaron en serio. Sin MAD, es imposible imaginar los cómics underground National Lampoon, Saturday Night Live, The Simpsons, The Daily Show o Stephen Colbert. En la historia de la cultura estadounidense, MAD es el vínculo crucial entre el humor anárquico de los Hermanos Marx y la contracultura que surgió en los años sesenta. Un escrito en The New York Times Magazine con motivo del 25 aniversario de MAD en 1977, dijo que “mes tras mes y edición tras edición, de una manera implacablemente bondadosa, MAD nos dice que todo estaba torcido, que había mentiras en la publicidad, que otros ganchos cómicos mintieron, que la televisión y las películas mintieron y que los adultos, en general, cuando se enfrentaban a lo desconocido, mintieron”.
Una impresionante variedad de prominentes figuras culturales atestiguaban la fuerza moldeadora de MAD. Gloria Steinem ha dicho: “Había un espíritu de sátira e irreverencia en MAD que era muy importante, y era el único lugar donde eso se podía encontrar en los años 50.” La cantante Patti Smith hizo una observación similar más sucinta: “Después de MAD, las drogas no eran nada”.
Kurtzman, el genio que fue la fuente de MAD, a veces negaba cualquier intención política. Admitió que hizo una excepción con McCarthy porque éste era “tan malvado que era como hacer una sátira sobre Hitler". Los primeros años de MAD fueron tiempos sumamente peligrosos para Gaines. Su gerente de negocios, fue arrestado por vender literatura asquerosa en la forma de un cómic que parodiaba las violentas novelas policíacas de Mickey Spillane. (La historia se titulaba “Mi pistola es el jurado” y Stuart tuvo que cumplir un año de cárcel antes de que el juez desestimara el caso).
Asediado por el Senado, el sistema legal, los grupos de padres, otras editoriales y distribuidores, Gaines tuvo que renunciar a los cómics. Convertir a MAD en una revista que constituyó su bote salvavidas. Inicialmente, Gaines y Kurtzman eran amigos, aunque finalmente acabaron por separarse en 1956 cuando Kurtzman pidió la mitad de la propiedad de la revista.
Cuando se llevaban bien, a Gaines ni siquiera le importaba cuando las parodias de anuncios de Kurtzman molestaban a los anunciantes. De hecho, después de la ruptura con Kurtzman, Gaines decidió hacer MAD por su cuenta en 1957, una política que continuó hasta 2001 (casi una década después de la muerte de Gaines en 1992).
La voluntad de MAD de pellizcar las narices de los poderes le ganaron muchos enemigos. En 1961, el general de brigada retirado Clyde J. Watts afirmó que MAD era “la propaganda comunista más insidiosa que existía en Estados Unidos ". En 1979, Bill Wilkinson, Gran Dragón del Ku Klux Klan, escribió a la revista diciendo: “Usted y la revista judío-comunista MAD están obviamente tratando de acabar con los colores de nuestra bandera y promoviendo el radicalismo en la juventud de este país”.
Gaines citaría al tabloide progresista PM, que floreció brevemente en la década de 1940, como un precedente de la política de no publicidad de MAD. “En aquellos días no existía tal cosa como dejar de publicar una historia anti-cigarrillos por terror a la posibilidad de perder su publicidad de cigarrillos”, anotó Gaines.
26 de julio de 2019.
Publicado originalmente en el diario ¡POR ESTO! de Mérida, México.
Blog del autor: http://manuelyepe.wordpress.com/
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