El fracaso del Fracking para suplir la energía del Imperio Anglosajón

26/09/2019
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El imperio de bases militares de Estados Unidos abarca todos los rincones del mundo y convierte al Pentágono en el mayor consumidor individual de energía derivada del petróleo.

 

Hasta 1971 Estados Unidos dejó de ser el mayor productor y exportador de petróleo, eso y la confianza en el vasallaje de Arabia Saudita determinó su estrategia de expansión militar durante el entero siglo XX. Como todos los países desarrollados usaban el petróleo como fuente de energía, cuando EEUU abandonó el patrón oro, el dólar pasó a tener algo así como un dólar basado en un Patrón Petróleo, porque los países OPEP solo aceptaban el US$ como medio de pago. El garante de ese nuevo equilibrio es en cierto modo Arabia Saudita, que hasta el final del siglo XX era el mayor productor y exportador. He allí una buena razón para la alianza entre Estados Unidos Arabia Saudita y del interés norteamericano de controlar y mantener tranquilo el Cercano Oriente.

 

A finales del siglo XX, la capacidad productiva de Arabia Saudita comenzó a presentar síntomas de agotamiento. El subsuelo de sus grandes yacimientos tuvo que ser inyectado con grandes cantidades de agua para elevar el petróleo residual a un nivel accesible. Se pudo notar que cada vez es más difícil aumentar la producción, cuando se quiere hacer bajar los precios del petróleo para perjudicar los ingresos de países exportadores de petróleo adversos a Estados Unidos (Rusia, Irán, Venezuela).

 

Esa dificultad de aumentar a voluntad el suministro ponía en riesgo la estrategia militar global de Estados Unidos y estimuló el desarrollo de una técnica que devolviera a Estados Unidos la soberanía energética de antaño. A esa técnica se le conoce con el nombre de Fracking y consiste básicamente en recuperar el petróleo y gas residual que queda en las piedras Esquiste de los pozos petroleros agotados. Esa técnica devolvió alguna dinámica a la producción petrolera norteamericana y eso levantó esperanzas de un regreso de Estados Unidos a la autarquía energética; pero el costo de la energía por Fracking es sumamente alto y las fuentes se agotan con rapidez. Esa es la causa de la tendencia de Estados Unidos durante los primeros veinte años del siglo XXI de crear tensiones en el Cercano Oriente y otras zonas productoras de petróleo para que el precio del petróleo suba a niveles en que el oneroso petróleo del Fracking sea rentable. Además de que esas tensiones estimulan la compra de armamento hecho en Estados Unidos.

 

Otro punto importante de la alianza entre los sauditas y Estados Unidos es la expansión del fanatismo yihadista de marca wahabita (suni saudí) para infiltrarlo en el sur de Rusia, donde hay grandes núcleos de población musulmana. Una primera utilización del terrorismo de marca islámica equipado y entrenado por Estados Unidos que fue el que se usó contra los soviéticos en Afganistán y que fue organizado por Osama Bin Laden bajo el nombre de Al Qaeda, cuyos fanáticos se usaron inicialmente contra Yugoslavia en Bosnia. Mientras tanto, por si el Fracking fracasa en devolverle al Pentágono la Autarquía energética, Estados Unidos ya obtuvo con guerras injustas la ocupación y control de 2 países productores de petróleo: Iraq y Libia. Las maniobras propagandísticas del Imperio giran ahora en torno a Venezuela, propaganda que bien puede tener la misma intención, la credibilidad de esa propaganda es facilitada por la evidente falta de competencia administrativa de los cuadros del gobierno venezolano para ejecutar con eficiencia funciones básicas del Estado.

 

Almería 25/09/2019

 

https://www.alainet.org/de/node/202337?language=en
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