La crisis en el Perú se derbordó con el caso Odebrecht quien ahora es denunciado por poner y sacar presidentes. Desde 1979 a 2016 la empresa brasileña firmó contratos delictivos con todos los gobiernos peruanos incluidos con 28 proyectos licitados en la decada del gobierno de Alberto Fujimori. Entre el 2 y 4 de octubre de 2019 el Equipo Especial Lava Jato del Ministerio Público del Perú¹ inicia el interrogatorio al ex representante de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata donde revelará la identidad de 71 codinomes (seudónimos de personas) entregados a la fiscalía, a través de los cuáles se consignaron los pagos realizados por la caja 2, encargada de los sobornos.²

Es en este contexto de destape de redes del crimen organizado enquistados en la medula del Estado peruano y esferas empresariales se construyeron sistemáticamente tres figuras que colocan en vilo el estado de derecho y orden constitucional en el Perú: vacio de poder ejecutivo, proclamación de presidencia interina y elección de gobierno de transición. Método desestabilizador aplicado, coincidentemente, por el congresista (“presidente interino autoproclamado”) de la República Bolivariana de Venezuela Juan Guaidó: Cese a la usrpación, gobierno de transición y elecciones libres.

La consigna proveniente de Washington, aliados y la CONFIEP es descalificar, por decir lo minimo, toda presencia de socialismo en el mundo. La lógica injerencista en el Perú, en el marco del golpe suave ó blando, se consolidó en el autogolpe de estado de 1992 encabezado por el reo Alberto Fujimori el cual disolvió el Congreso de la República convocando a un Congreso Constituyente Democrático (CCD) alumbrando la Carta Magna de 1993 que sustituyó la de 1979.

De esta manera se inició “constitucionalmente” el nefasto capítulo neoliberal vigente. Esta Carta Magna, cual sagrada escritura neoliberal, es velada y defendida tanto por Vizcarra y ex mayoría congresal. La clave del juego de poderes, para los asalariados del programa neoliberal, no pasa por el cierre del Congreso y la defensa de la convocatoria a Asamblea Constituyente y nueva Constitución sino por la consolidacón del programa político neoliberal y el máximo debilitamiento de las fuerzas socialistas con miras a las próximas elecciones sean éstas el 2020 ó 2021.

La fórmula conspiratoria del golpe suave ha recorrido América Latina y el Caribe judicializando la política y politizando la jurisprudencia de tal forma que la izquierda, organizaciones progresistas y activistas contrarios a la institucionaliación de la corrupción son , y siguen siendo, anatemizadas, satanizadas, vilipendiadas y descalificadas por la más intransigente expresión macartista de los grupos de poder y aliados de turno.

Toda esta ecuación fue fielmente diseñana y cumplida dentro del concepto de derrocamiento de la dictadura del liberal Gene Sharp. Ideología que consta de cinco etapas. 1^ra etapa: ablandamiento (empleando la guerra de IV generación), 2^da etapa: deslegitimación, 3^ra etapa: calentamiento de calle, 4^ta etapa: combinación de diversas formas de lucha y 5^ta etapa: fractura institucional.³

A todo esto ¿La desestabilización del orden constitucional y estado de derecho en el Perú podriamos enmarcarlo dentro de la arremetida injerencista de Washington en su patológica obsesión de control hegemónico?

Ante la frustación injerencista contra la República de Cuba, por más de 60 años, y de la República Bolivariana de Venezuela, por 20 años, y la dificultad de violar la soberanía de los pueblos por vía militar, los golpes suaves ensayados en Argentina, Brasil, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Venezuela comienzan a aplicarse, paradojicamente, en gobiernos aliados a Washington sin necesidad que la dialéctica interna se estructure entre izquierdas y derechas.

La herramienta desestabilizadora usada en las últimas horas en el Perú por miembros del legislativo contrarios al cierre del congreso y al adelanto de elecciones es atribuirle la responsabilidad del quiebre del estado de derecho a supuesta autoría de la “izquierda radical”, “izquierda chavista”, “izquierda totalitaria” o “comunismo vizcarrista”, la cual serían aquellos que se opondrían a una supuesta “izquierda democrática” evidentemente aceptada por el statu quo. Incluso, se ha llegado a insinuar que muy posiblemente el presidente peruano Martin Vizcarra recibe asesoramiento “dictatorial” del presidente venezolano Nicolás Maduro Moros. Todo un caprichoso oxímoron debido al incondicional servicio que Vizcarra juramentó a Washington para poder hacerse del cargo de Presidente Interino.

Esta claro que fueron la izquierda parlamentaria, movimientos políticos, organizaciones sociales así como ciudadanos y ciudadanas de a pie que abogaron por el cierre del Congreso peruano como rechazo al sistémico estado de corrupción e impunidad generalizado.

Atribuir el accionar del Ejecutivo a una alianza con la izquierda es una conjetura intencionalmente desestabilizadora de orden macartista que enmascara el golpe suave a cualquier pretención de la izquierda en las próximas elecciones.

La historia de corrupción del Perú de los últimos cuarenta años ha sido construida sobre la base de un sistema de inmunidad parlamentaria que permitió la legitimización de puertas giratorias donde el atrincheramiento de funcionarios públicos, movidos de un lugar a otro en la corrupta estructura estado-empresarial, hizo posible la perpetuación de los mismos siendo blindados ante cuaquier cuestionamiento judicial como ante los casos de corrupción con Odebrecht.

Es así como Washington y aliados, en sus afanes de control hegemónico, asumieron el pasivo de la inmoralidad, de sus patrocinados, como requisito sine qua non sería imposible ser aliado de tan nefasta lógica de control colonialista. La política, entendiéndolo como la participación de la polis involucrada en la construcción del bien comun, no fue democraticamente institucionalizada en 200 años de historia repúblicana, limitando esta participación al acto quasi exclusivamente electoral en donde la polis elige “constitucionalmente”, y con la venia de Washington y aliados, a sus futuros saqueadores.

A dos años de las elecciones generales en el Perú, y ante el incuestionable quiebre del sistema liberal imperante por más de cuarenta años, Washington y aliados, aprovechan la aportunidad para: 1^ro empezar la campaña de satanización de la izquierda, 2^do introducir en el inconciente colectivo vocablos como “gobierno usurpador”, “gobierno de transición” y “elecciones libres” y 3^ro legitimar a la OEA como esfera política dirimente (injerencista) en casos de “dictadura”.

Y, si para ello tiene que sacrificar a miles de peones , hasta rey y reina, lo hará, sin escatimar un segundo, como es el claro ejemplo peruano. Parlamentarios de la agrupación aprofujimorista, de mayor indice de casos de corrupción, llama no solo “dictadura” y “chavista” al gobierno de Vizcarra sino a Odrebecht en clara desesperación frente a las futuras denuncias penales que les viene encima.

Esta claro que tanto para Vizcarra (heredero de la lógica PPK), Fuerza Popular, el Apra y aliados el dogma es liberal y la infabilidad reside en Washington. En el nuevo ensayo sofisticado de golpe suave en el Perú no está en cuestión la afinidad ideológica sino mercantilista. Es una lucha llevada adelante por miembros , políticos comerciantes, del mismo cuerpo político-ideológico pero en el cual se intenta, maquiavelicamente, construir la falsa figura de confrontación entre “democracia” vs “izquierda radical” (representada por Vizcarra, Frente Amplio y Nuevo Perú).

Este controvercial ensayo de golpe suave crea el precendente conspiratorio necesario para destituir gobiernos socialistas o los llamados de “izquierda radical”, “totaltaria”, “chavista”, “dictadura castrochavista”, sin intervención militar y por otro golpear y ganar sea cual fueren los medios. Lo relevante para el neoliberalismo es la perpetuación del sistema y eso se da, sin mecanismos de control militar, desde el control del Estado con o sin elecciones. Al final las elecciones son la pantomima de una seudo democracia creada por y para los terratenientes del sistema.

Divide y reinarás, divide y vencerás es la máxima por excelencia atribuida al Imperio. Esto es lo que esta sucediendo en el Perú y los que ganan son aquellas esferas invisibles de poder, dentro y fuera del pais. Esferas que no figuran en encuentas, entrevistas, columnas periodisticas, y horas de horas invertidas en los medios. Ya sean confrontaciones entre opuestos o iguales, izquierdas con izquierdas, derecha con derecha o centro con centro, la consigna del poder invisible es mantener a como de lugar el programa económico.

Mientras estamos leyendo las discusiones entre defenestrados y sobreviviente, de lo que resta de Estado, alguien golpea y gana.

¿No sirvió de nada la muestra de lealtad a Washington y aliados manifestado por Martín Vizcarra en su postura a favor de derrocamientos de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela? ¿No le sirvió de nada a Vizcarra su extendida declaración de fe en la 74º Sesión de las Naciones Unidas donde se violó el derecho internacional a la soberanía y libre determinación de los pueblos? Creemos que a Vizcarra no sólo le sirvió su lealtad sino que, por ella, fue galardonado por “méritos sobresalientes”.

De ser un presidente interino, colmado de denuncias sin solucionar, Vizcarra, el engreído de turno de Washington, pasó a ser el lider de la “transformación moral” del Congreso de la República y ejecutor de un nuevo Consejo de Ministros. Consideramos que en la endeble situación política del Perú lo que esta en juego son de principio a fin las inversiones mineras y Vizcarra o quien haya sido el sucesor de PPK habría tenido el mismo fin: marcar un antes y un después en la bisqueda de la consolidación del programa neoliberal.

En medio de la cortina de humo del golpe de estado, carácterizada por la negación al cierre del Congreso por la Comisión Permanente, el TC (quien tiene pendiente ver el caso Keiko Fujimori) y la declaratoria a Vizcarra como el “nuevo Maduro” y la entrevista de Victor Andrés García Belaunde (Vitocho) en el programa de Jaime Bayly donde no dudó en señalar que en el Perú existe un golpe de estado, ya fue elegido el nuevo Consejo de Ministros en donde las dos jugosas carteras ministeriales, economía y energía y minas, han sido puestas en manos de confianza que aseguran la prosecución de la política economíca y extractivista neoliberal.

¿Quién gana en esta suerte de tesis de golpe suave entre derechas peruanas?

El nuevo Consejo de Ministros en el Perú fue convocado entre gallos y medianoche . Dos ministerios claves que garantizan la continuidad del plan económico extractivista y economico-finaciero dependiente: Economía y Finanzas y Energía y Minas. La flamante Ministra de Economía y Finanzas (MEF) , bachiller en economía, María Antonieta Alva Luperdi, hija del profesor universitario de Martín Vizcarra, tiene más de un mérito, como el haber sido Directora General de la Dirección General del Presupuesto Público. El dato adicional al mérito profesional es ser hermana de Jorge Luis Alva Luperdi, Senior Counsel, abogado del Banco Mundial.

La cartera de Energía y Minas (MEM) recae en el ingeniero mecánico Juan Carlos Liu Yonsen. Podriamos mencionar más de un mérito para ocupar el cargo, licenciado en Ingeniería Mecánica Elecricista, profesor de Contabilidad, Finanzas y Economía así como asesor en el Minem 2010, 2012 y 2014 así como su participación en el Organismos Supervisor de la Invesión en Energía y Minas (OSINERGMIN), al Ministerio de Economía y Finanzas. El dato adicional al mérito profesional son sus servicios prestados a la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Banco Mundial.

Ministerios de Economía y Finanzas y Minería producto del golpe suave entre derechas

Dejando de lado discusiones, válidas y en mano de especialistas, sobre la validez jurídica o no del cierre del congreso el mega plan minero sigue adelante.

Según la Revista Energiminas (03/10/19) los pronósticos de inversión minera en el Perú se estiman en US$47,552 millones en minas a tajo abierto:Tres proyectos corresponden a proyectos de explotación de minerales no metálicos como Fosfatos Mantaro (US$ 850 millones), Fosfatos Pacífico (US$ 831 millones) y Bayovar 12 (US$ 168 millones), que emplean minado a tajo abierto⁴ […]método de mina subterránea, en once minas US$ 2,765 millones, con una participación del 5% […] Calatos (US$ 655 millones) operado por Minera Hampton Perú S.A.C. y El Padrino e Hilarión (US$ 470 millones) operado por Nexa Resources Perú S.A.C., […proyectos a] tajo abierto como subterránea […] Yanacocha Sulfuros (US$ 2,100 millones), Haquira (US$ 1,860 millones) e Integración Coroccohuayco (US$ 590 millones) que integra una nueva área de mina (superficial y subterránea) y mantiene sinergias con componentes de Tintaya y Antapaccay ya en funcionamiento, considerando mejoras y ampliaciones en la zona.⁵

Para BBVA Reseach señaló que la inversión minera se centra en tres proyectos: Quellaveco (con una inversión total de más de 5,000 millones de dólares), Mina Justa (1,600 millones de dólares), y la ampliación de Toromocho (1,300 millones de dólares).⁶

Todas estas aproximaciones exigen asegurar y dar garantias que el Perú sigue siendo un país de inversiones, de saqueo, condonación de deudas y extracción de materia prima. Sea que el ex parlamento regrese hasta las próximas elecciones del 2020 ó 2021 ó que se realicen las elecciones legislativas ó generales en enero del 2020 lo que se cuidará con uñas y mordidas será mantener el programa político neoliberal, la legitimización del saqueo y la perdida de los derechos sosiclaes y laborales garantizada en la Carta Magna del ´93.

Independiente de la delicada situación de los conflictos sociales (184) y el alto costo social y económico Washington, el sistema financiero internacional y la CONFIEP tienen sus predicciones. Francisco Grippa, economista jefe de BBVA Research para el Perú, señala: Además de los proyectos que se encuentran actualmente en construcción, existen otros proyectos en cartera; es decir, que vienen completando los estudios que se requieren. El monto de inversión conjunta en estos proyectos asciende a más de 10,000 millones de dólares. También hay otro grupo de proyectos en cartera, postergados principalmente por conflictos sociales.⁷

Tenemos de igual forma las predicciones realizadas por Scotiabank las cuales vaticinan crecimiento del PBI minero para el 2020 en un 3% para producción de cobre y toman nota de la caída de la producción de oro del 5% el 2019. Para el 2020 auguran estabilidad para minerias como la Zanja (Buenaventura) y Orcopampa (Buenaventura)⁸ propiedad del ex presidente de la CONFIEP (Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas). Por otro lado, el portal del BBVA alertó el descenso de las inversiones por el ruido político donde señalaron: la actual incertidumbre sobre qué tanto tiempo le queda de mandato al Ejecutivo tambien resentirá la inversión pública. ⁹

Según nuestra tesis la decisión de Vizacarra cuenta con el pleno apoyo de Washington y cumple a pie juntillas el formato diseñado y cumplido desde 1992. Recordemos que más allá de la histórica insatisfacción popular demostrada en las calles, lo que es relevante para las grandes corporaciones mineras es mantener el programa económico y el apoyo de la principal agencia de calificación de riesgo Moody´s Investors Service quienes califican los lugares optimos de inversión en el planeta. Moody´s Investors Service señaló que las propuestas planteadas por el Ejecutivo [peruano] para llevar a cabo una reforma judicial y política serán positivas para atraer inversiones y favorecer una mejora en la calificación crediticia del Perú.¹⁰ Mientras el apoyo de Washington, y el Minsiterio de las Colonias OEA, continúe respaldando a Vizcarra, por más que el ex Cardenal Juan Luis Cipriani o Jaime Bayly jueguen estratégicamente al “antichavismo peruano”, el Perú de la Constitución del ´93 seguirá fuera de calificación de riesgo para Moody´s Investors Service.

Recordemos, sea cual fuere el destino del inencionado pantano político impuesto en el Perú Washington, el sistema financiero internacional y la CONFIEP no perderan la gallina de los huevos de oro desde 1992. Washington apadrinó el autogolpe de 1992 y 27 años después, cuando los golpistas por la guerra de hedonismos, narcicismos y vulgarismos de toda clase, en la cual sumergieron al Poder Legislativo, no dudó en apadrinar un nuevo golpe suave y cambiarlos por nuevos súbditos que garanticen los favorables pronósticos de la industria minero-extractivista y la hasta ahora leal presencia geoestrategica peruana afines a sus hegemónicos intereses.

Para consolidar los logros obtenidos por la organización y poder popular, y que no sean capitalizados a favor de los intereses de los grupos de poder, será necesario, por las lecciones aprendidas, contar con cuadros lo suficientemente probos para que en las próximas elecciones legislativas o generales sea verdaderamente el pueblo quien gane por mérito y sin golpear. Por una Asamblea Constituyente soberana, digna e independiente, por una Carta Magna elaborada por el pueblo y por su debida aprobación en soberano referendum podemos decir con esperanza Viva el Nuevo Perú!