Crear una leal oposición

15/06/2020
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  • Opinión
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Foto: Telesur
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El gobierno de Venezuela se lleva bien con el de Vladimir Putin; Sin embargo, Putin es el dirigente político favorito de la derecha nacionalista europea; lo es por la misma razón por la cual es aliado de Venezuela. El viejo principio de que el enemigo de mi enemigo es mi aliado.

 

El Presidente Putin y el Presidente Maduro no podrían ser más distintos. Putin es un deportista esbelto que en su edad madura hace gala de un porte atlético. La diferencia no es sólo cuestión de apariencia. Putin apoya el desarrollo del sector privado en Rusia como parte de su lucha contra las transnacionales de la oligarquía mundial que manipula y usa a Washington. El Presidente Maduro se jacta de su formación marxista. La teoría del marxismo-leninismo es contraria al nacionalismo porque la lucha de la clase proletaria para alcanzar el poder debe ser una lucha transnacional. En este punto el marxismo-leninismo coincide con la oligarquía mundial que también aspira al poder mundial con instrumentos transnacionales.

 

El Principal error del Presidente Maduro es haber dejado en manos de Washington la exclusividad del diálogo con la oposición. En este momento, Washington, con Mr.Guaidó, y oposición son una sola y la misma cosa. En Venezuela hay mucha gente culta e interesada en política que es nacionalista a la manera europea, porque quiere un espacio europeo económico y cultural, propio y soberano.

 

La soberanía no existe cuando hay dependencia económica. La condición básica de la Soberanía es la Soberanía Alimentaria. Como bien dijo el Señor Kissinger: “Quien controla la energía controla los gobiernos; quien controla la comida controla los pueblos”.

 

Esas verdades son comprobadas una y otra vez. Al igual que se ha comprobado que la colectivización del campo no funciona. La Unión Soviética exterminó la clase de los pequeños propietarios agricultores que llamaban Kulaks. Diez millones de rusos murieron de hambre en los años 30s. La China de Mao cometió el mismo error y la hambruna fue tal que mataban a los niños para comércelos. Con Deng, se devolvió la agricultura a los pequeños propietarios y los chinos volvieron a alimentarse de su agricultura.

 

El mismo fenómeno sucedió en Cuba. Cuando cesó la ayuda de la Unión Soviética los cubanos dejados a sus propios medios agrícolas conocieron el hambre y se le llamó, Periodo Especial, para disimular que es un problema estructural. Ahora Cuba depende de Estados Unidos para su abastecimiento. Eso es una verdad inconveniente para la retórica de su régimen, pero es una verdad bien conocida entre especialistas del comercio internacional. En Washington no detestan el marxismo que les resulta útil para destruir la soberanía alimentaria e industrial que compite en los mercados nacionales y regionales con sus exportaciones.

 

Los ideólogos económicos que temen en Washington no son los marxistas son los del tipo nacionalista como: Friedrich List, Charles Sismondi, Raul Prebisch o Werner Sombart, que buscan la concordia entre las clases para lograr el desarrollo  de sectores productivos competitivos y eficientes. En Washington no temen a líderes políticos como el Sr. Maduro o el Sr. Castro, porque son inocuos para las transnacionales y los imperios financieros. En Washington temen a políticos con políticas económicas de desarrollo nacionalista que buscan la concordia nacional y niegan espacio a las transnacionales oligárquicas, tales como Bismarck, Getulio Vargas, Juan Domingo Perón, Marcos Pérez Jiménez, Deng Xiaoping o últimamente Vladimir Putin, Rafael Correa y Evo Morales.

 

Mi idea es que el gobierno del Presidente Maduro ceda espacios de expresión a la oposición nacionalista, para romper la total identificación actual de la oposición con los dictados de Washington.

 

Esto lo digo porque hace poco escribí un artículo que tuve que publicar en Alainet (https://www.alainet.org/es/articulo/206797) porque no hubo espacio para él en las páginas de Aporrea. Dejar espacio a la oposición que coincide en política internacional con el gobierno del Presidente Maduro y en asuntos de política económica en el tema de asegurar la soberanía. Puede ser útil al país fomentar el crecimiento de una oposición con la que dialogar y trabajar en el tema de autoabastecimiento y soberanía.

 

Creo que la llegada de la flotilla de tanqueros iraníes cargados de combustible marca un hito en la historia del desabastecimiento productivo de la Venezuela petrolera. Ese hecho también dice algo sobre el aislamiento regional de la diplomacia venezolana, para la que sería útil abrir un espacio a las voces del nacionalismo económico disidente.

 

Almeria 14/06/2020

 

 

https://www.alainet.org/de/node/207243
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