Ciberdelitos: una problemática global y silenciosa en pleno ascenso

02/10/2020
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Cuando hacemos alusión de manera inevitable a las cuestiones tecnológicas hoy en día, puesto que es una realidad inevitable, todo se vuelve aún más difícil y peligroso cuando las negamos o simplemente hacemos caso omiso a ellas.

 

El desarrollo de las nuevas tecnologías ha permitido que cada día sea mayor el número de personas conectadas, y esto por ende nos lleva a la conclusión de que cada vez más vivimos una cultura ampliamente digitalizada. Sin embargo, internet se ha convertido en un lugar idóneo para todo tipo de cuestiones interesantes para beneficio de las personas, pero también, lamentablemente, para que se lleven adelante situaciones para nada agradables, y un ejemplo de ello sería para cometer todo tipo de delitos, principalmente por las condiciones que proporciona, tales como: rapidez en las comunicaciones, la ubicuidad, falta de seguridad, el anonimato y todas estas aristas debido a la falta de una regulación global del ciberespacio.

 

A raíz de todo lo expresado precedentemente, se hace necesario elaborar, entre tantos conceptos, uno que se ajuste lo que realmente significa que es un ciberdelito y que abarque una conceptualización integral, por eso afirmamos con total énfasis que: los CIBERDELITOS son delitos informáticos o delitos por internet, o bien acciones perpetradas por personas que cometen mediante un soporte informático, que atentan contra las libertades, bienes o derecho de las personas. Algunas de las actividades que entran en la definición de ciberdelito son: cyberbulling, ciberacoso, grooming, sexting, phishing, pharming, malware, ransomware, narcotráfico, terrorismo virtual, a través de la Deep web.

 

En fin, parece ser repetitivo, pero no podemos dejar de estar preparados mínimamente ante ellos, con conocimientos básicos al menos, debido a que nuestro nuevo entorno en el que nos hallamos inmersos, así lo demanda.

 

Es más, el momento crítico que vive la humanidad con la pandemia del coronavirus, hizo todo más fácil a los ciberdelincuentes, y el crecimiento del ciberdelito a escala global de manera vertiginosa, y tan solo basta decir un ejemplo para que lo entendamos: este distanciamiento social que estamos cumpliendo para tratar de frenar en lo posible aún más contagios de lo que ya hay, ha hecho que quedarse en la casa sea un imperativo, más aun, esto dio como resultado que estuviéramos más tiempos inmersos en los diferentes tipos de dispositivos tecnológicos, cuestión que está siendo caldo de cultivo para los ciberdelincuentes.

 

Si bien las variantes criminales son de todo tipo, como lo vimos precedentemente, las más elegidas son la estafa, la suplantación de identidad y el robo de datos, permanecer mucho tiempo en la web y sin conocimientos esenciales para no caer en estos actos criminales virtuales, deja a merced de los atacantes las vulnerabilidades a que estamos expuestos.

 

Por todo lo descripto en nada extraña que un sinnúmero de países hayan denunciado a nivel global, un incremento más que considerable de delitos informáticos en los últimos meses, más precisamente con la llegada del covid-19. Para tener una noción somera, entre el mes de febrero y abril de 2020 a nivel mundial hubo un crecimiento de 200% en el número de ataques cibernéticos; los últimos datos emitidos desde Naciones Unidas registran un ciberataque cada 39 segundos; en total, durante el tiempo transcurrido a la fecha, se han incrementado en un 600% los delitos de naturaleza virtual.

 

De allí que para que uno tenga una noción especifica respecto a nuestro país mencionemos que un informe con fecha 20 de agosto de 2020 elaborado por la plataforma Threat Intelligence Insider Latin American de Fortinet, que tiene como función recopilar y analizar incidentes de ciberseguridad alrededor del mundo, señaló que Argentina sufrió más de 270 millones de intentos de ciberataques en la primera mitad del año y estos ataques conocidos como de fuerza bruta, tuvieron como principal objetivo el teletrabajo y ciberdelito sexual infantil.

 

Por eso, tanto desde la órbita estatal como la privada dan batalla a los ciberdelincuentes que se ocultan detrás de un teclado y una nube de códigos, y a raíz de esta realidad que padecemos el Gobierno Nacional ha decidido dar luz verde al C4, que es el Centro de Coordinación de Combate al Ciberdelito, organismo que está integrado por especialistas en la materia de las siguientes fuerzas de seguridad: Prefectura Naval, Policía Federal, Gendarmería y Policía Aeroportuaria, enmarcada en el Plan Federal de Prevención de Delitos Tecnológicos y Ciberdelitos.

 

Esto pareciera ser un bálsamo de hierbas, ante tanta embestida a nuestra vulnerabilidad a flor de piel todavía, porque en la mayoría de los casos el usuario aún no sabe cómo actuar en caso de que sufriera un ciberataque, es decir si es víctima de un ciberdelito.

 

Aun así y todo lo expuesto ut-supra, debemos ser conscientes que queda muchísimo por hacer en nuestro país y dedicarse a entender, conocer y comprender las nuevas tecnologías en especial su uso y las consecuencias que puede acarrear su mal uso.

 

Latinoamérica y el Caribe no quedan exentas, como ya lo habíamos mencionado, pero es dable recordar que, más allá de los pequeños avances en estos últimos tiempos a nivel región, no estamos lo suficientemente preparados para combatir los ciberataques que se originan en el ciberespacio y que no respetan ciberfronteras, así lo menciona un informe del BID y la OEA, agregando además que solo 7 países (dentro de ellos el nuestro) de 32 analizados en dicho reporte, cuentan con un plan de protección de su infraestructura crítica, y 20 han establecido algún tipo de respuestas a incidentes. Esto, sin dudas, limita la capacidad de identificar ataques y responder oportunamente a los mismos.

 

Por otra parte, recordemos que Argentina fue también uno de los primeros países de la región en adherirse al tratado de Budapest o de ciberdelincuencia en 2017, convenio de cooperación mutua entre los países firmantes y a su vez armonizando las leyes entre dichas naciones.

 

Y este tratado en cierta medida viene a suplir la falta total de regulación global del ciberespacio, ámbito que ha tenido un desarrollo sin igual en las últimas décadas, a su vez también ha servido para que en su seno hayan crecido modalidades delictivas de las más insospechadas y a las que ya hemos hecho mención de alguna de ellas en el presente trabajo.

 

En lo que va del año, el cibercrimen ya ha costado más de 1.000 millones de dólares a nivel mundial, es decir casi el 1% del PBI mundial. Y mirando un poco más allá de los ciberdelitos denominados domésticos, existe además un aumento exponencial del cibermercado negro, tanto así también en la parte financiera mundial, a través del auge de las criptomonedas o criptodivisas, además de los fraudes asociado a estas, todo ello de acuerdo a un informe de McAfee.

 

En fin, lo cierto de todo esto, es que la pandemia ha obligado a muchas personas o usuarios a entrar de lleno en el mundo digital o hacer un uso más activo de éste, en un alto porcentaje donde se desarrolla nuestra vida, más conocido como el tercer entorno (entorno virtual), y para eso, repetimos, se deben extremar al máximo las medidas de seguridad, no confiando en páginas, mensajes o correos electrónicos sospechosos, y más aún ante la multiplicidad de términos desconocidos. La falta o filin con las cuestiones tecnológicas solo hace que estas problemáticas vayan in-crecendo, haciendo todo cada vez más difícil, para eso debemos adentrarnos y amigarnos con la tecnología y revertir estas calamidades, mediante el conocimiento, haciendo uso correcto de las mismas y prestando más atención cuando se tratan estos temas por especialistas/expertos e incluso tomando cursos básicos de ciberseguridad para una mejor comprensión de las mismas, y que ayudaría en mucho a subsanar y superar el estadío en que estamos inmersos. Tengamos en cuenta que lo que estamos viviendo todavía es bastante pequeño y todo indica que esto ira en aumento a medida que el virus continúe propagándose, por eso, recomendamos que nada mejor que ir preparándose y formándose día a día, para entrar fuertes y plenos en la era del conocimiento.

 

 

Dr. Mario Ramón Duarte

Abogado (UCASAL)

Juez Administrativo de Faltas Sauce (Ctes.)

Especialista Derecho Faltas y Contravencional (UCSF)

Investigador y consultor seguridad

Miembro Dossier Geopolítico (CBA. ARG)

Colaborador CENEGRI (RJ. BRA.)

 

Fuentes consultadas

 

https://www.bbc.com/mundo/noticias-51853454

 

https://mundo.sputniknews.com/seguridad/202008191092472594-la-ciberdelincuencia-se-hace-fuerte-en-tiempos-de-pandemia/

 

https://www.pagina12.com.ar/280108-crecen-las-denuncias-por-delitos-informaticos-de-contenido-s

 

https://www.infobae.com/politica/2020/08/22/el-gobierno-pondra-en-marcha-una-organizacion-especial-para-combatir-el-ciberdelito/

 

https://www.baenegocios.com/mundo/Los-ciberdelitos-otra-pandemia-que-avanzo-en-silencio-en-todo-el-mundo-20200823-0008.html

 

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/de/node/209167
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