Tal como había sentenciado el exrector Osvaldo Ramos Soto, que la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) debería pasar a la historia, y dar paso a un gobierno más corporativo y con alta participación del gobierno y actores privados, está por cumplirse. No se trata de una reforma directa a la Constitución de la República, sino velada a través de la aprobación de un presupuesto de ingresos y egresos para 2021 que autorice un recorte de 900 millones de lempiras a los fondos asignados a la universidad.

Es una propuesta del gobierno de la República a través la Secretaria de Finanzas (SEFIN), al presentar el anteproyecto de presupuesto 2021 al Congreso de la República para su aprobación, donde se asume que todos los sectores deben sacrificarse para enfrentar la caída de ingresos fiscales por el Covid-19, ETA e IOTA, incluyendo la educación superior, aunque se dice, en el discurso oficial, que la educación es uno de los pilares del Plan de Reconstrucción Nacional Sostenible 2030.

No importan los jóvenes que no pudieron ingresar a la UNAH en 2020 por la falta de ingresos monetarios y familias afectadas por cierre de empresas que impactaron en la economía con un aumento de más de medio millón de desempleados; tampoco importa la presión de demanda por los nuevos alumnos que ingresan cada año a la UNAH, que exigen cupos y una educación de calidad, sobre todo en las carreras técnicas, que pueden ver frustradas sus aspiraciones y sueños.

Las autoridades universitarias han reaccionado con un comunicado exigiendo el respeto a la autonomía universitaria y la asignación de recursos que por ley le corresponden, pero debería haber un planteamiento conjunto de la comunidad universitaria, donde se cuestione esta práctica del gobierno en contra de la educación superior y doble discurso de apoyo con “garrote”.

La UNAH, por medio de rector, ha venido participando de la mesa sectorial para gestionar la pandemia del Covid-19, y aporta conocimiento y recursos físicos para la prevención y detención de los casos que, por cierto, han aumentado en el país. Pero, también, acompaña la institucionalidad pública en las acciones para reconstruir el país y acelerar el proceso de reactivación de la economía, como un pilar fundamental de la Reconstrucción.

Al interior de la UNAH, los maestros se han pronunciado en contra, igual los empleados y alumnos (as) aglutinados en frentes estudiantiles, donde destaca la posición del Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), al destacar que la lucha en las calles es la mejor arma contra la dictadura. Todos al Congreso, todos en lucha por la autonomía, no al “tijerazo”, no a la demagogia barata.

El presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, ha manifestado que no se recortará el presupuesto de la UNAH, ya que la consigna es apoyar la salud, educación y economía. Se argumenta que los diputados pueden reformar dicha propuesta e incluso eliminar partidas de gasto, por ser electos por el pueblo, pero la experiencia demuestra que los anteproyectos de presupuesto sufren poca modificación ya que previamente la junta directiva del Congreso Nacional tiene pleno conocimiento del detalle de los gastos; además, cuenta con el aval del presidente de la República, Juan Orlando Hernández (JOH).

Estamos en plena campaña política de cara a las elecciones internas de los partidos, donde Mauricio Oliva, no es el elegido por JOH, sino el alcalde de la ciudad capital, Nasry Asfura. Muchos de los seguidores de Oliva, incluyendo diputados, se han ido con el candidato opositor, que lo deja con pocas opciones de triunfo. En tal sentido, Oliva y su equipo, se ve obligado a tijerear el presupuesto para disponer de fondos para su campaña en el primer trimestre de 2021. Además, debe mantenerse en primera línea, ya que según las encuestas Asfura lo aventaja por poco margen.

Un problema que ha venido denunciado el Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH), es que el porcentaje (6%) de los fondos de presupuesto destinado a la UNAH, cada año es menor, ya que no se incorporaran los recursos captados por el gobierno vía prestamos e incluso donaciones, que en la actualidad ha aumentado más de lo previsto. Igual, no existe un mecanismo de seguimiento conjunto sobre la asignación de dichos recursos cada año, y su utilización por parte de las autoridades de la UNAH en un 100%, ya que no deberían quedar recursos de inversión sin utilizar como sucede normalmente en las demás Secretarias de Estado.

Es poco probable que se permita este recorte, ya que implica una violación directa a la norma constitucional, aunque sea en tiempos de emergencia nacional. Lo que debe hacerse es un análisis detallado de las partidas presupuestarias, y la productividad del gasto. Insistimos, el gobierno ha creado muchas instituciones que entorpecen el trabajo de las instituciones de línea, igual demasiadas prebendas tributarias a sectores que no han cumplido con las metas de empleo y aumento de producción y exportaciones. Es parte de un debate que debe involucrar no solo a las instituciones públicas y diputados, sino también organizaciones de sociedad civil y cooperantes.

Desde la UNAH hay que mostrar a la comunidad nacional e internacional, el aumento de la demanda de servicios para 2021, ya que se piensa erróneamente que será mucho menor por la pandemia e impactos de los huracanes, lo que debe reflejarse en el anteproyecto de presupuesto de la UNAH para 2021 que debe hacerse público. Interesa que la comunidad universitaria mantenga vigente el debate sobre la autonomía universitaria, y la importancia de la educción pública en un país con serias dificultades y carencias económicas y sociales, masificadas en 2020. Igual, los maestros y alumnos, apoyando la celebración de foros y la lucha en las calles, con la agenda pendiente de integración del nuevo gobierno universitario democrático.

Tegucigalpa, 17 de diciembre de 2020