Cuando el Imperio Chino era la mayor economía del mundo, Taiwán aparece en la historia con el nombre de isla Formosa (hermosa) nombre que le dieron los portugueses cuando establecieron allí una colonia para comerciar con China. La isla fue luego española, holandesa y durante la segunda guerra mundial fue ocupada por Japón. Con la derrota de Japón, la isla regresó a China bajo el control del gobierno chino reconocido por Estados Unidos y sus aliados: el Kuomintang, presidido por el General Chiang Kai-shek. Derrotado Chiang Kai-shek por Mao en la guerra civil china que sucedió a la ocupación japonesa, el gobierno del derrocado Kuomintang huyó a Taiwán donde se encuentra en condición de algo así como un gobierno en exilio, bajo la protección de Estados Unidos desde el 1 de octubre de 1949

Taiwán es un tema central para la política del verdadero gobierno chino que reside en Beijing y que es el que en efecto gobierna en China y como tal reconocido por todos los países que tienen intereses independientes que quieren negociar y comerciar con el país que ha recuperado su rango como la mayor economía del mundo.

Un hecho tan evidente que el mismo gobierno de Washington reconoce al gobierno que reside en Beijing es el gobierno que ejerce la soberanía efectiva de China.

He escogido el tema de Taiwán, para informar a mis lectores sobre los antecedentes de un conflicto de repercusión mundial que puede comenzar en esa isla.

Los países americanos, que por presión de Estados Unidos y en detrimento de sus propios intereses económicos, aún reconocen al gobierno instalado en Taiwán como el representante de China, son los siguientes: Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Haití y, Paraguay.

Un síntoma de lo explosivo que es el tema Taiwán para Beijing es que, después de cada alusión hostil a China de los Estados Unidos, bien sea después de la reunión bilateral en Anchorage (Alaska) o ahora durante la cumbre de la OTAN en Bruselas, China reacciona enviando, sin aviso, escuadrones de aviones a sobrevolar el espacio aéreo de Taiwán.

Es una advertencia clara a Estados Unidos de que pueden encontrarse en guerra con China en condiciones muy desfavorables.

En efecto, Estados Unidos alimenta las aspiraciones independentistas de ciertos sectores políticos y oligárquicos de Taiwán. Si Taiwán se declara país independiente, es seguro que China invadirá y recuperará a Taiwán. Por mucho que los políticos que Washington manda a visitar (no se atreve a enviar diplomáticos) la isla y que estos aseguren a los independentistas taiwaneses que si se declaran país independiente “No estarán solos”. Es cierto que los países que en este momento gustan confundir al gobierno de Taipéi con el gobierno de China van a reconocer automáticamente la independencia de Taiwán. ¿Qué va a hacer Estados Unidos si China recupera Taiwán por vías de hecho? Seguro que se abstendrá de alguna reacción bélica que no puede sostener, ni justificar una acción con potencial de guerra mundial y grave riesgo ante la opinión de sus propios ciudadanos, ni ante la opinión pública mundial que reconoce al gobierno de Bejín el derecho a unificar todo el territorio reconocido como chino y poner fin a una guerra civil cuya conclusión se postergó desde1949.

Los países de MERCOSUR pudieran ejercer alguna presión sobre Paraguay para que despierte a la realidad de que China es un solo país que gobierna Beijing, que ya es el mercado en crecimiento más grande del mundo. Venezuela pudiera ejercer alguna presión diplomática en América Central para que nuestros amigos allí tomen conciencia de sus intereses nacionales ante esa evidente nueva realidad económica.

Almeria, 16/06/2021