Lágrimas patriotas

10/03/2013
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El constructor de los sueños bolivarianos de integrar con los pueblos latinoamericanos la Patria Grande se nos fue antes de terminar su vehemente propósito, pero dejó la semilla germinada: la ALBA, la UNASUR y la CELAC tienen indeleble el sello o la marca Chávez.
 
El Comandante Chávez, sin dejar de cumplir con las responsabilidades de su liderazgo continental, se descuidó de vencer a la muerte, pero entró a la gloria al formar parte de la memoria de los libertadores de Nuestra América.
 
Y los pueblos lloraron su partida.
 
Lagrimas patriotas por el gran criollo americano que puso a caminar la espada de Bolívar por más allá de la América Latina.
 
¡Qué honor para los pueblos que pudimos llorar por su prematura partida!
 
 Esas lágrimas de los luchadores por unir a la Patria americana eran una forma de decirle ¡gracias, padre! por los niños con pan y con escuelas; por las madres con techo y esperanzas; por la dignidad enseñada a los criollos; por la soberanía defendida en nuestras tierras.
 
En la medida que enseñaste a luchar y que ganaste batallas, concentraste el odio embrutecedor y generador de perversidad, odio de alcurnia y sangre azul, odio de serpiente herida.
 
Pero ganaste amor, gratitud apasionada, fraternidad, alegría, respeto, autoridad moral, derecho al reconocimiento, porque todo eso mismo supiste dar a los demás que desbordaron las fronteras de tu Venezuela idolatrada.
 
Elevaste a nivel superior el concepto de Patria y la importancia de que nos unamos para que sea Grande.
 
Y uno de tus mayores méritos educativos fue enseñar que el centro de todos tus desvelos era el ser humano.
 
Por eso te lloramos, inolvidable Comandante Chávez, porque nos inculcaste el valor de empeñarnos para tener Patria, que esa Patria sea Grande y aspirar al derecho de considerarnos patriotas.
 
Alfredo Vera, escritor, periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación
 
https://www.alainet.org/de/node/74391

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