La paz… a un paso

24/03/2013
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Nos ha causado grata impresión el excelente artículo de la periodista María Isabel Rueda publicado en El Tiempo el domingo anterior donde en una forma clara y taxativa le dice al Presidente Santos que se la juega por la paz.
 
Y no es para menos, porque con su habitual estilo de escribir en este último artículo, a diferencia de los anteriores, se manifiesta como una persona optimista en que finalmente lleguemos, más temprano que tarde, a la firma de unos acuerdos que pongan término a la guerra, a la violencia y así intentemos, por las vías democráticas, enfrentar y solucionar los graves problemas que nos ubican entre los países más inequitativos del orbe.
 
¿Qué pudo lograr el cambio de esta connotada periodista ubicada en la derecha de la opinión política del país, a favor de la paz? Según lo refiere en el artículo que comentamos, fue la entrevista que le concedió el senador conservador Juan Mario Laserna, después de haber visitado, con otros representantes y senadores, al grupo negociador en La Habana – Cuba y en especial después de haber conversado, largo y tendido al parecer, con la delegación de las FARC que preside el comandante guerrillero Iván Márquez.
 
Estos son los buenos resultados que comienzan a dar las conversaciones de paz, pues antes de éstas, las opiniones de columnistas del partido conservador eran negativas y en algunos casos, opuestas al proceso.
 
El que el senador Laserna y María Isabel Rueda planteen que una de las salidas al conflicto armado sea el enfoque de unidad nacional utilizado por Alemania para superar la profunda crisis de su división, después de la Segunda Guerra Mundial es de verdad esperanzador y abre perspectivas para lograr procesos similares en Colombia. Asimilando esta experiencia, debemos juntarnos para superar los graves desequilibrios sociales vigentes en el campo y en los sectores  deprimidos de las ciudades.
 
Construir una política pública que sea capaz de volcar amplios y suficientes recursos presupuestales, humanos, educativos, etc, para incorporar la Colombia rural a la Colombia desarrollada, es una salida estratégica y viable a nuestras dificultades.
 
Pero su gratificante análisis no se queda allí, sino que revive uno de los puntos más delicadas del conflicto como es  lo referente a la parte jurídica, porque, digámoslo de una vez, en este punto radica un verdadero cuello de botella en el sentido de cuál es el mecanismo que va a permitir la participación política de los dirigentes emblemáticos de las FARC, teniendo como camisa de fuerza a la Corte Penal Internacional que para los crímenes de lesa humanidad es tan limitante y determinante.
 
Pues, María Isabel nos sorprende al decir que descubrió un parrafito y que el mismo está en el  fallo de la Corte Constitucional que declaró exequible el Tratado de Roma. Dice “Ninguna de las disposiciones del Estatuto de Roma sobre el ejercicio de las competencias de la Corte Penal Internacional impide la concesión de amnistías, indultos o perdones judiciales por delitos políticos por parte del Estado Colombiano,  siempre y cuando dicha concesión se efectúe de conformidad  con la Constitución Política y los principios y normas de derecho internacional aceptados por Colombia”.
 
Este parrafito abriría las puertas para que Timochenco, Iván Márquez y otros cuantos dirigentes de las FARC realicen sus deseos de hacer política “de manera abierta y legal”, porque esto les permitiría estructurar un movimiento político a nivel nacional y participar en los procesos eleccionarios que se van a realizar en el país el año entrante.
 
La importancia que tienen los diálogos del presidente Santos con las FARC es que reconocen políticamente a esta organización. Por lo tanto, las alternativas u opciones que se construyan tendrán una nítida orientación política. Esto significa que privilegian y caracterizan el momento histórico que vivimos como político; entendiendo con esto que podrán participar en contiendas electorales, convocando a la sociedad a un múltiple accionar de construcciones político – sociales, político – culturales, político – pedagógicos y otras por el estilo.
 
Todo parece indicar que después del viaje de los congresistas a La Habana, se han abierto las puertas esperanzadoras para que toda la institucionalidad del país llámese órgano Legislativo, Ejecutivo o Judicial aporten los mejores elementos que faciliten la conversión del proceso armado de las FARC hacia la constitución de un partido político que con la protección de sus miembros y el apoyo del Estado pueda constituirse, en un tiempo prudencial, en una verdadera alternativa política en Colombia.
 
Alonso Ojeda Awad
Ex – Embajador de Colombia, Director Programa de Paz U. P. N.
 
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 344
Semana del 22 de marzo al 5 de Abril de 2013
Corporación Viva la Ciudadanía
 
 
https://www.alainet.org/de/node/74818
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