Se inició el debate sobre las múltiples reformas que necesita la Iglesia

17/03/2013
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
I Parte. El contexto de las reformas
 
El Papa Francisco está llamado a dar los pasos iniciales de algunas de las múltiples reformas. Se ha ganado un cheque en blanco. Escribo algunas, porque el proceso será complejo, difícil, duro y largo. La oposición es grande, en amplios sectores eclesiásticos. Pero también de parte de aquellos sectores políticos-económicos que consideran al Estado de la Ciudad del Vaticano como su aliado y freno para evitar cambios significativos, por aquello del dominio de las conciencias y la culpabilización.
 
Es bien sintomático que varias columnas de opinión y de análisis ven en la elección de Francisco, una jugada eclesiástica a favor de los centros de poder, para neutralizar el llamado populismo en América Latina, comenzando por Venezuela, Ecuador  y Bolivia.
 
Y no les falta razón. Es preciso recordar que el primer estado en reconocer, a pocas horas, el golpe de estado en Paraguay, fue el Estado de la Ciudad del Vaticano. Varios estados de peso todavía no han  reconocido al actual gobierno de Paraguay. O el apoyo del Vaticano a la Conferencia Episcopal de Venezuela en sus críticas al difunto Presidente Chávez.
 
Bueno, a pesar de... hay razones de peso y fondo a favor de Francisco-Papa, para impulsar y empezar, contra viento y marea, reformas pertinentes. De no ser así, la pérdida de autoridad del Papa y del Vaticano, no tendrá límites y el éxodo de católicos y de católicas  será aún más numeroso. Ni el Espíritu Santo podrá parar esa sangría imponderable.
 
Vale la pena, pues, recordar hechos y acontecimientos del contexto que hace urgente la toma de medidas.
 
1.     La conmemoración de los 50 años del Concilio Vaticano II. El espíritu y la letra, todavía suscitan  una enorme esperanza. Si no se aprovecha, poco positivo será el presente y menos alentador el futuro de la Iglesia católica. Francisco-Papa conoce esa teología y fue formado en ella, aunque no la ha aplicado sino parcialmente. Se le considera conservador. Además, conoce el fuerte movimiento anti-concilio  y sus consecuencias negativas para la Iglesia.
2.     A pesar de su teología neo-conservadora, tiene conciencia y conocimiento de los debates teológicos y no desconoce que se necesita si no otra matriz teológica, sí abrir las puertas para un debate teológico en libertad, sin condenas y sin inquisiciones. A no ser que prefiera que salgan de la Iglesia otros millones de fieles y que continúe el derrumbe de la Iglesia al estilo Juan Pablo II-Benedicto XVI.
3.     Conoce la matriz político-económica-social latinoamericana, con todos sus problemas, contradicciones, debates, frustraciones y esperanzas. Continente todavía de mayorías católicas. El 60% de la población. Pero en disminución galopante por el paso a la indiferencia y el crecimiento de las iglesias llamadas “cristianas”, de nueva generación.
4.     Es testigo de los estragos verdaderamente inhumanos que han producido el neoliberalismo,  el neoliberalismo salvaje y los gobiernos conservadores, en el mundo, en los últimos treinta años, a partir del Consenso de Washington, desde1982, fecha de su carta fundante. La orden fue cumplida: acabar con el estado del bienestar  social e imponer  el  mercado, como ídolo  del todo se compra-todo se vende, para el bienestar del capital. Los ricos son super ricos y los pobres son super pobres. El mayor desastre humanitario que ha producido un pequeño grupo de humanos y de humanas, en la cumbre del Poder, contra toda la humanidad. El neoliberalismo golpeó primero a las poblaciones de los países pobres y ahora golpea, De manera salvaje, a las poblaciones de los países llamados desarrollados y ricos. El Vaticano no le ha opuesto una crítica seria desde  la lógica del Evangelio y desde el clamor y el grito de hambre de las excluidas y de los excluidos.
5.     No desconoce la crisis de la Iglesia católica en Europa, Estados Unidos y Canadá. Son países post-cristianos. Y la crisis creciente en América Latina, llamada el “Continente de la esperanza”. Conoce la teología y compromiso de los obispos profetas de Amerindia. El obispo Enrique Angelleli, argentino, es uno de los mártires.
6.     Grande es su conocimiento y experiencia de los pueblos y de las Iglesias de América Latina, con sus luces y sombras. Conoce de primera mano los debates de las conferencias episcopales de América Latina: Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1992), Aparecida (2007). Conoce de sobra la Teología de la Liberación, sus condenas y su renacimiento en múltiples teologías. Sabe de la necesidad de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBS) y del papel protagónico de laicas y laicos.
7.     No ignora que la Teoría de la Seguridad Nacional inundó nuestros países de dictaduras militares y  de dictaduras civiles-militares, duras y blandas, comenzando por el golpe militar en Brasil. Y el más terrible y temible, el de su país, Argentina. Esa necesidad del Imperio y sus aliados, de militarizar las luchas populares y sociales, sigue vigente. Las diócesis militares han guardado silencio. Esto no es nada evangélico.
En la crisis actual...“El empleo se ha vuelto más precario y los derechos sociales se han ido perdiendo a favor de concentrar el ingreso, objetivo central de la política. Cuando esa población protesta por la pérdida de empleo es percibida como una amenaza terrorista. Sin duda a eso apunta la transformación de las leyes contra la protesta social en leyes antiterroristas”. Oscar Ugarteche, La crisis compleja: una elaboración.Servicio Informativo "Alai-amlatina", 19/03/2013.
8.     Sabe del nefasto papel que jugaron sectores importantes de las iglesias nacionales bajo las dictaduras y sus alianzas con gobiernos y con la Fuerza Pública, violadores de los Derechos Humanos. Hoy, el mismo Francisco-Papa afronta acusaciones por su propio papel. Y sabe de la inclinación de los eclesiásticos hacia las autoridades públicas, para gozar de privilegios a cambio del silencio profético.
9.     No ignora los informes de Nelson Rockefeller (1969), de la Rand Corporation (1970) y el Memorando de la CIA para Bolivia, llamando la atención del Imperio sobre los males que le traería la iglesia liberadora de América latina, a sus intereses. A las fuerzas oscuras del Imperio y a los gobiernos aliados de América Latina no les tembló la mano para calumniar, perseguir, encarcelar y torturar  a obispos, sacerdotes,  religiosas y laicos y laicas. Peor aún, hacer correr la sangre de los mártires y de las mártires, desde México hasta Argentina,  patria del Papa. El martirologio de la Iglesia liberadora de América latina, es largo. Pero es aún más largo el martirologio de  los pueblos indígenas, de campesinos y campesinas, de obreras y de obreros, de trabajadores y de trabajadoras, de jóvenes, de estudiantes, de profesionales... El Imperio y los estados le tienen miedo a la politización del compromiso cristiano, desde los intereses populares. “Olvidan” que ellos siempre han politizado la fe, desde la derecha.
10. Es preciso añadir su experiencia pastoral próxima a las excluidas y a los excluidos y su estilo de vida, ya bien conocido, como arzobispo y cardenal. Hay quienes lo critican por paternalista-asistencialista.
11. Debe honrar sus declaraciones iniciales, selladas con gestos que han suscitado, no sólo admiración y simpatía sino ESPERANZA y expectativa. Su “hora” es la “hora” de la Iglesia. Las frases siguientes “resucitan” el lenguaje del Concilio que muchos obispos y clérigos “ya habían olvidado”. Que les interesaba olvidar.
¨Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres¨, afirmó  Francisco-Papa,ante 6.000 periodistas del mundo, en la sala Pablo VI del Vaticano, el sábado 16 marzo (Agencia ZENIT).
 
“... Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-46). Sólo el que sirve con amor sabe custodiar...”.  De la homilía en el día de su entronización, 19 de marzo.
 
Comentario sobre la elección, en la rueda de prensa con los periodistas, el 16 de marzo:
"En la elección yo tenía junto a mí al arzobispo emérito de San Pablo y también prefecto de la Congregación para el Clero, cardenal (Claudio) Hummes, un gran amigo”, dijo en medio de aplausos.
 
“Cuando la cosa se estaba poniendo peligrosa, él me daba ánimo, y cuando se alcanzaron los dos tercios (necesarios para elegirlo), él me abrazo, me dio un beso y me dijo: “no te olvides de los pobres”.
 
"Inmediatamente -dijo-, la relación con los pobres me llevó a pensar en San Francisco de Asís. Y después pensé en las guerras, mientras las votaciones seguían hasta que se contaron todos los votos. Francisco es el nombre de la paz, y así se me ocurrió el nombre".
 
"Para mí, San Francisco de Asís es el hombre de la pobreza, de la paz, el hombre que ama y cuida la creación, en este momento en que nosotros no tenemos una relación muy buena con ella", advirtió.   Nota. Héctor A. Torres colocó las frases en rojo.
 
Las ideas están claras y precisas. ¿Comenzará “un calvario” para Francisco-Papa, si osa implementar sus ideas y sus utopías eclesiales? Es sintomático que desde que salió al balcón de la basílica de San Pedro, no ha cesado de solicitar oraciones, “recen por mí”.  Sabe de la enorme responsabilidad histórica que ha recaído sobre sus hombros para que brille el Evangelio de Jesús de Nazaret. Y sabe de las fuerzas del mal que querrán golpear también sobre sus hombros, frenar e impedir la circulación de sus ideas, la puesta en marcha de sus decisiones y la visibilidad de sus audacias, para que nada o muy poco cambie en la Iglesia. Y en el Mundo.
 
¿O tendrán razón quienes poco esperan de este Pontificado, y así lo han consignado en artículos y columnas de opinión, por su teología estilo Juan Pablo II-Benedicto XVI y por su pasado más bien paternalista-asistencialista hacia los excluidos y excluidas, que son millones  a lo largo y ancho del Planeta Tierra?
 
- Héctor Alfonso Torres Rojases Licenciado en Sociología y Teología
Bogotá, Marzo 22 de 2013
 
https://www.alainet.org/de/node/74905
America Latina en Movimiento - RSS abonnieren