Volvió el gran garrote
07/07/2013
- Opinión
Estaba escribiendo una reflexión que titulaba: “De La Roca al Vaticano” para lamentar por ver cómo la corrupción va arrasando, desde la cárcel de máxima seguridad hasta la máxima altura eclesiástica en Roma, en el Banco que funciona en San Pedro, a las espaldas del propio Papa, cuando el garrotazo propinado desde el Imperio contra el que se ponga por delante, especialmente en la Patria Grande, en la parcela de Bolivia, en la persona de Evo contra quien lanzan la absurda sospecha de tráfico de personas.
La reflexión cambia de rumbo al constatar que un Siglo, de esos de 100 años, ha pasado en vano porque Obama resulta del mismo estilo de Teodoro Roosvelt, sólo que de diferente color (que, por cierto, nos llenaba de esperanza cuando suponíamos que habría un cambio para mejor y no para retroceder a la época del Gran Garrote o del “Big Stick”, cuando los garroteros se apellidaban Ku Kux Klan).
Y la secuencia nos ha recordado la Guatemala de Árbenz, la Centroamérica de Somoza y Trujillo, la Cuba de Batista, la invasión a Dominicana y asesinato de Caamaño, a Panamá, a Grenada, al Chile de Pinochet y asesinato de Allende, a los “accidentes” de Torrijos y Roldós, a la Operación Cóndor y millares de asesinatos y desapariciones,… en fin, a 100 años de soledad, masacres, torturas, abusos, espionajes, Hiroshima y Nagasaki y otras historias similares comandadas por la CIA.
La política internacional del Gran Garrote o Big Stick que funcionó sin descaro, con muy escasas excepciones.
Pero he aquí que, por coincidencia o porque es lo mismo de lo mismo, que aparecen los wikiLeaks y el pánico en USA cunde, cuando apresan al soldado Bradley Mannings por entregar miles de correos electrónicos a Julián Assange que revelan cómo funcionan las Embajadas gringas, con los agentes informantes criollos regados por la humanidad entera, espiando a todo el que se ponga por delante.
Y se ponen tan nerviosos por lo que pueda revelar Edward Snowden, cuando denuncia que ya no sólo espían a los presuntos enemigos, sino a los propios amigos y súbditos del Imperio, modificando la cristiana petición del amor entre todos, para proclamar “espiaos los unos a los otros”.
Corrupción por el enriquecimiento ilícito que impera en las cárceles de máxima seguridad hasta llegar a los Bancos de máxima credibilidad y en medio de esa realidad universal, el retorno del Gran Garrote por el nerviosismo del espionaje mundial, se llega a la estulticia de sospechar que Evo Morales transporta en su avión presidencial al temible técnico de la CIA y los gringos con sus neocolonias se enloquecen y disponen medidas intolerantes, absurdas, insolentes, riesgosas, que ponen en peligro la vida del gobernante boliviano y alteran la paz del continente.
Pues, así hubiese sido cierta la descabellada sospecha marca CIA de que el condenado a muerte Snowden viajaba con Evo, no tenían ningún derecho para actuar con tan brutal agresividad.
Alfredo Vera, escritor, periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación
Publicado en El Telégrafo
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