El nombramiento de Argentina a la Presidencia Pro Tempore del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
08/08/2013
- Opinión
La presidenta de la República de Argentina, Cristina Fernández, a partir del día 6 de agosto del año en curso, ha pasado a ocupar la Presidencia pro tempore del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. De acuerdo con el Canciller argentino, Héctor Timerman, con esta designación temporal durante este mes, América Latina tendrá la oportunidad de que su vocero, la Presidenta Fernández, en sus ejecutorias, proponga al organismo internacional que la ONU coopere más estrechamente en materia de mantenimiento de la paz, con organismos regionales como son la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), como con el MERCOSUR.
De acuerdo con el canciller argentino, se produjo un gesto muy digno cuando cinco cancilleres latinoamericanos, miembros del MERCOSUR, plantearon de manera conjunta ante el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon el tema de Evo Morales y la denuncia en torno al espionaje internacional de Estados Unidos.
Es importante destacar, que precisamente dentro del contexto de la comparecencia a dicho foro de los representantes de tales organismos regionales, se encuentra la comparecencia del Canciller de la República de Cuba, Bruno Rodríguez, en representación de una comunidad integrada por más de 600 millones de habitantes, que es la población que representa al día de hoy la CELAC.
Desde el pasado 1ro. de enero, Argentina forma parte de dicho organismo de seguridad internacional, en el cual permanecerá por espacio de dos años. Se trata de la novena ocasión en la historia en que Argentina ocupa dicho escaño, como miembro temporal del Consejo de Seguridad. En este Consejo, participa además en calidad de Estado miembro temporal y no permanente, para un término de dos años: Ruanda, Australia, Corea del Sur, Luxemburgo, Guatemala, Marruecos, Togo, Paquistán, Azerbaiyán. Los Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad son: Estados Unidos, Francia, Reino Unido de la Gran Bretaña, la Federación Rusa y la República Popular de China. Estos últimos cinco países, son aquellos dotados con el poder de veto en las decisiones que toma el organismo.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas lo integran, en total, quince países. Los diez países miembros no permanentes, son elegidos por términos de dos años, de los cuales la mitad, son renovados cada año. En el Consejo de Seguridad se representan de manera temporal agrupaciones de países en correspondencia a las regiones que representan y en el número que mencionamos a continuación: en el Grupo Africano, tres países; en el Grupo Asiático, dos países; en el Grupo de América Latina y el Caribe, dos miembros; en el Grupo de Europa Occidental y Otros, dos miembros de los cuales al menos uno, debe provenir de Europa Occidental; y finalmente, en el Grupo de Europa Oriental, un estado miembro.
Dentro de esta composición, al menos uno de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad debe provenir de un país árabe, alternando con uno del Grupo Africano o del Grupo Asiático. Este número de estados miembros no permanentes, entre los años 1946 a 1965, fue de seis miembros.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene asignada la responsabilidad por mantener la paz y la seguridad de las naciones que forman parte de dicho organismo internacional. Sin embargo, durante años, la presencia en dicho Consejo de estados miembros con el poder de veto en las resoluciones que allí se presentan, en no pocas ocasiones se han valido de dicha facultad utilizando el veto en el Consejo de Seguridad para adelantar o neutralizar posiciones políticas. Así las cosas, el ejercicio del veto dentro del Consejo de Seguridad es la manera como en el pasado dirimieron diferencias Estados Unidos y sus aliados frente a la Unión Soviética el Campo Socialista en el período de la Guerra Fría, al igual que hoy, desde el punto de vista de los diferentes intereses geopolíticos entre tales países a escala global.
A pesar de que en su origen el Consejo de Seguridad lo integraron las potencias que resultaron victoriosas durante la Segunda Guerra Mundial, en el caso de la República Popular de China, no fue sino hasta 1971 que la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho de la República Popular de China a ser la legítima representante de China en las Naciones Unidas. A partir de entonces, China también forma parte de los estados miembros permanentes, con derecho al veto, dentro del Consejo de Seguridad de la ONU.
Toda solicitud de nuevo ingreso de un Estado a la Organización de la Naciones Unidas tiene que pasar por un filtro afirmativo por parte del Consejo de Seguridad. El poder de veto de algunos países, por ejemplo, fue lo que dentro del marco de la pasada votación para el reconocimiento de un estado palestino, le permitió a Estados Unidos impedir su reconocimiento como miembro en propiedad de la Organización de las Naciones Unidas a los representantes legítimos de Palestina.
Adscrito al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se encuentra, además, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoeslavia; el Tribunal Penal Internacional para Ruanda; la Comisión de Consolidación de la Paz; el Comité Internacional contra el Terrorismo; la autorización para los despliegues de las Fuerzas Internacionales de Paz, también conocidas como los ¨Cascos Azules¨, en zonas de conflicto; etc.
La presencia de Argentina en la presidencia temporal de dicho organismo y la insistencia legítima por parte de dicho país en traer al pleno de las Naciones Unidas su reclamo en torno a la soberanía de las Islas Malvinas, territorio ocupado por la fuerza por el Reino Unido de la Gran Bretaña, ya ha despertado los comentarios de las autoridades inglesas sobre su ejercicio del veto, de Argentina pretender llevar al seno del Consejo de Seguridad su reclamo histórico. A pesar de ello, sin embargo, nada impedirá eventualmente la discusión del tema el reclamo legítimo de Argentina sobre las Islas Malvinas; como esperamos también, no sea detenida la discusión en el seno del Consejo de Seguridad del legítimo reclamo, ratificado en innumerables ocasiones por la Asamblea General del Organismo, del rechazo al Bloqueo Criminal impuesto por más de medio siglo por parte del Gobierno de Estados Unidos al pueblo cubano.
El empeño de la mandataria argentina de ampliar el marco de la participación de los organismos regionales no debe ser tomado a la ligera. Detrás de su posición se encuentra el endoso de toda la comunidad latinoamericana y caribeña que ya está harta de tanta exclusión, y quizás, de tanto servilismo de algunos países hacia otros con vocación imperial, que hasta el presente posan su vista hacia el otro lado cuando estas potencias con poder de veto hacen y deshacen en este tipo de organismos: Un ejemplo reciente de esta conducta ha sido la complicidad de Estados Unidos, junto a Francia y al Reino Unido de la Gran Bretaña, en agresiones como las llevadas a cabo contra el pueblo libio, o aquellas que a diario conspiran entre sí con la colaboración de otros Estados, para llevar la misma receta de muerte al pueblo sirio.
La presidenta Fernández sabe muy bien que en su agenda de trabajo no estará sola; detrás de ella, además, estará el apoyo de otros países de la CELAC y fuera de nuestra región que hoy miran hacia América Latina como referente para sus respectivos procesos de integración regional y reclamos de soberanía política. Podrá pensarse que un mes es poco tiempo para toda la agenda de trabajo de la hermana República de Argentina en el ejercicio de su presidencia pro tempore en el Consejo de Seguridad.
Los procesos políticos, sin embargo, son como los describía aquel maestro de escuela que llegó a dirigir la Revolución a durante la primera mitad del Siglo 20 de uno de los países más atrasados económicamente hablando del planeta, cuando decía que una gran marcha comienza con el primer paso. Ese mismo país, hoy, poco más de 60 años después del triunfo de su Revolución, disputa la supremacía económica global a aquellas potencias imperiales que durante años se lucraron en la explotación de sus recursos. Esperemos a ver muy pronto los debates que se aproximan en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
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