Desde un optimismo trágico cavilar acerca de quiénes son los dueños de la cotidianidad del mundo

05/08/2014
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"Los procesos históricos son insufriblemente lentos; [...]
hay ahí una verdad incontrastable:
los procesos sociales van lento, exasperantemente lentos."
Marcelo Colussi.
 
Mi mujer labora en una empresa cubana de importancia debido, entre otras razones, al monto anual en divisas que recauda para la economía nacional. Hace muy poco por allí pasé a recogerla al final de la jornada laboral. Iba apesadumbrado después de actualizarme acerca de los bombardeos que sufre el territorio de Gaza en medio de la reciente agresión del ejército israelí en su política genocida contra la nación y la cultura palestinas. Me senté en su oficina un rato para resguardarme, de los agobiantes 34º de temperatura y 47% de humedad ambiente que evaporar al centro de la ciudad de La Habana. Por allí pasó una decena de personas. Con nadie pude comentar mi preocupación; a lo sumo escuché el comentario de uno de los técnicos que indagaba por una dirección, argumentando que él no era citadino, sino “palestino” –proveniente de la zona oriental del país, asentado hace poco en la capital. Lo observé inquisitivo porque es de mediana edad y debía estar al tanto de los problemas que provoca el imperialismo en el mundo. Él, que me conoce, se detuvo y me preguntó ¿Se siente mal Víctor? A punto de comenzar mi perorata me detuvo con un gesto displicente: Discúlpeme pero tengo que “tirarme” contra el alquiler de una película “yuma” con que relajar mi fin de semana porque la televisión está en candela; demasiada política.  
 
Después de más de medio siglo de revolución socialista he comprendido con cierta tristeza que los procesos históricos son insufriblemente lentos. Aún vivimos de profesar la solidaridad internacional como un principio básico; damos y recibimos, existimos gracias a ella. Viet Nam tras ganarle al Infierno de la agresión angloestadunidense, y cargando con el pesadísimo fardo de una recuperación que incluye a centenares de miles de víctimas de aquel genocidio (personas incapacitadas o traumatizadas, atraso económico, contaminación ambiental con el agente naranja) continúa enviando a Cuba barcos que llegan con donaciones de arroz y otros productos. Padecieron un bloqueo como el nuestro, por parte de EE.UU., hasta 1994. Sigue siendo un país pobre ¿emergente? dicen.
 
Existió un movimiento de la canción política de carácter antiimperialista, en Cuba, durante más de dos décadas. Resulta apabullante la despolitización de la creación y comercialización musical desde hace unos veinte años. Exponentes de importancia de aquel Movimiento de la Nueva Trova, que llenaba estadios y en un momento determinado llegó a desplazar de la preferencia a la música popular bailable de la época, hoy están prácticamente olvidados y dispersos. La crisis cubana de los 90’s del siglo veinte casi los invisibilizó; y se van despolitizando los intereses de la gente de a pie. La interacción con Internet, popularmente se persigue para encontrar modos de desplazamiento hacia algún lugar “desarrollado” donde satisfacer soluciones individuales, relacionadas, esencialmente, con la mejoría material; para vivir mejor que. Mucho más que para vivir bien. Y conste, que en Cuba estamos enfrascados en una rectificación radical socialista posible.
 
Quizás no queda otro remedio: los procesos históricos son insufriblemente lentos.
 
En horario nocturno, una familia habanera sentada en la sala de su casa frente al televisor, admira la abundancia de productor en oferta y el bullicio de un mercado callejero en un barrio lleno de mujeres que andan con su cabeza cubierta por pañuelos. Lo comparan con un agromercado en Cuba; con sus problemas de exceso de precios y falta de calidad en las mercancías. Estoy allí, por casualidad, en una visita rápida; Pero indago curioso. El más joven de la familia me advierte que es un mercado situado en Gaza; ¡y dicen que está sitiados por los israelíes!
 
Yo, punto en boca; esa no es mi casa. Pido disculpas y me despido.
 
Los procesos históricos son insufriblemente lentos; la cultura del capitalismo es propietaria de la cotidianidad del mundo; nos exprime la mente en La Habana. El sionismo, avituallado por la hegemonía angloestadounidense sin acumulación histórica, continúa aniquilando al pueblo palestino. En Gaza cinco niños juegan fútbol al descampado, minutos antes de que un misil sionista los borre del mapa.
 
Desde el litoral oeste de la Habana revolucionaria, marxista, martiana y bolivariana.
06/08/2014
 
https://www.alainet.org/en/node/102212
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