Las mil y una bombas en la noche de Bagdad
24/03/2003
- Opinión
La que fuera la capital del Islam ha venido recibiendo bombardeos diarios.
Los reporteros occidentales en Bagdad reconocen que éstos se dan en una
escala letal y precisa nunca antes vista. La Casa Blanca asevera que sus
armas son tan sofisticadas que están diseñadas para dar en el blanco
(instalaciones puramente militares o estatales) y no en civiles.
La estrategia trazada busca mostrar un tremendo poderío que produzca bajas
dentro de los gobernantes iraquíes y temores que inciten a deserciones
masivas, o un golpe anti-Hussein. A diferencia de los bombardeos hechos
contra Irak en 1991 o contra Afganistán o Yugoslavia la idea es de tratar
de no tocar puentes, pozos y servicios. En esos anteriores conflictos el
objetivo era destruir la estructura de los poderes atacados, mientras que
ahora el intento es ocupar éstos para luego valerse de ellos en el nuevo
protectorado anglo-americano que se pretende imponer en Irak.
Sin embargo, desde el primer momento se han venido produciendo una serie de
problemas que dificultan tales objetivos. El inicial bombardeo sobre Irak
(19 marzo) fue un adelanto hecho a última hora del plan original. Este se
dio basado en un supuesto informe ultra-secreto que revelaba donde estaba
Saddam y sus hijos. El más costoso intento de asesinato en la historia no
dio con el objetivo y así no se pudo dar el descabezamiento, y por ende la
guerra tuvo que decretarse.
Inicialmente se estuvo conjeturando que Hussein habría quedado muerto o
herido, pero él ha venido saliendo a diario en la TV y el lunes 24 ha
pronunciado un discurso desafiante donde afirma que los invasores están
atascados: si bien se les deja avanzar en el desierto se les espera en las
ciudades.
Las bombas de exacta precisión son una utopía. La carátula del
'Independent' , uno de los principales diarios británicos, del domingo 22
tiene este titular: 'Nosotros bombardeamos y ellos sufren'. Dicha portada
muestra un reporte en Bagdad con fotos y revelaciones de niños y civiles
gravemente heridos. Las cámaras han mostrado restaurantes o juegos
infantiles destruidos. Miles de civiles han de ser muertos o heridos. Se
calcula que millones pueden acabar refugiados y que la inmensa mayoría de
los iraquíes acabe sobreviviendo con porciones de ayuda humanitaria.
La mayor muestra de la precisión de los equipos tan ultra-sofisticados
proviene de las propias confesiones del alto mando atacante. Según éste en
los primeros días los 3 helicópteros y el avión aliados derrumbados no
fueron producidos por disparos iraquíes sino por propios errores.
Hasta la fecha no se han dado las pronosticadas masivas deserciones o que
los invasores sean recibidos como liberadores. Es más, las distintas
cadenas occidentales reconocen que la resistencia es mucho mayor a la
esperada. Muchos solados iraquíes se quitan los uniformes y emboscan como
civiles partisanos.
La primera ciudad que tomaron los aliados fue Umm Qasar, con una población
inferior a 5,000 personas. La BBC hablaba de un centenar de soldados
iraquíes que seguían arduamente resistiendo en este puerto. Uno de sus
comentaristas se preguntaba si ese tipo de resistencia se da en una escala
tan pequeña cómo ha de ser en otras ciudades o en Bagdad.
La estrategia de Bush y Blair era una guerra rápida y con pocos costos
humanos y materiales. De lograrse una victoria acelerada ello implicaría
que se potenciarían en el ámbito interno e internacional. Hoy dicho
escenario se viene complicando.
En vez de haber logrado internacionalmente aislar a Hussein se ha destruido
la colosal coalición internacional post- 11 septiembre. EEUU y Reino Unido
llevan su acción militar conjunta relativamente más aislada en la historia.
En vez de producir la caída de Hussein están logrando transformarlo en un
héroe que defienda la soberanía nacional iraquí y en un símbolo dentro de
los 150 millones de árabes y mil millones de mahometanos. Lo más penoso
para Washington sería que Hussein se mantenga resistiendo años a tropas
ocupantes. Ello implicara un enorme desgaste político, militar y material.
La ironía es que Saddam, quien sobrevivió a Bush padre tiene alguna
posibilidad de sobrevivir al hijo, y que varios de los mandatarios
atacantes (como Aznar, Berlusconi o Blair) puedan acabar pediendo el
gobierno antes que el propio Hussein.
Dilemas en la estrategia anglo-americana
La estrategia de querer desmoronar al gobierno iraquí mediante super-
devastadores bombardeos aéreos es algo que ha sido contemplado por Bagdad.
Hussein busca llevar a las tropas invasores al combate urbano y cuerpo a
cuerpo donde la ventaja tecnológica es menor y crece la ventaja de quienes
conocen el terreno.
En algún momento el comando aliado deberá confrontar el hecho que los
bombardeos selectivos sobre blancos militares tiene efectos limitados en un
enemigo que se esconde dentro de los civiles y que, al igual que en
Palestina, Líbano y Chechenia, se mimetiza con la población.
En el caso chechenio las tropas rusas arrasaron la capital Grozny y su
política ha sido la del aplastamiento total. En el Líbano o en Palestina
el ejército israelí nunca ha querido ganar a la población y ha buscado ser
una fuerza de ocupación o de fomentar colonos o transferencias de
poblaciones. Estas no son las opciones de los aliados quienes llaman a
ganar a la población y proponen un Irak democrático.
Si caen en la trampa de bombardeos masivos indiscriminados se corre el
riesgo de producir una fuerte reacción anti-estadounidense en Irak, el
mundo árabe e islámico y occidente. Irak, sumido en escombros, se
convertiría en un lastre, su reconstrucción costaría miles de millones a
los aliados y no le sería nada fácil a Washington mostrar que han liberado
a Irak o hacer de éste un modelo de nuevo régimen económico y político para
el medio oriente.
Por otra parte una guerra total conseguiría lo opuesto a lo inicialmente
planeado: el aislamiento de Hussein. Haría que éste para amplios sectores
se transforme en el líder de la resistencia nacional, árabe o islámica.
Otra posibilidad que tendría Washington es alentar a los kurdos del norte o
a los chiítas del sur y este contra Hussein. En Afganistán demoraron
varias semanas antes de decidirse a impulsar a la Alianza del norte contra
los talibanes.
La diferencia con Afganistán está en que Irán y todas las potencias estaban
tras esa Alianza y el único país significativo hostil a dicha alianza
(Pakistán) tuvo que subirse a bordo. En Irak los kurdos y Turquía tienen
una histórica enemistad. Para Ankara Mosul debe ser anexada, se debe
evitar cualquier soberanía kurda (que pudiese contagiar a su propia
población) y se debe vetar el ingreso de los kurdos a Irbil, la capital
petrolera del norte donde hay mucha población turco-parlante. Irán podría
entrar tras los kurdos o los chiítas y tener choques con los turcos o
anglo-americanos.
Los kurdos y chiítas tienen malas experiencias con EEUU. En 1991 se
levantaron contra Hussein motivados por Washington. Mas, Bush padre
decidió abandonarlos permitiendo que Hussein les sofocase pues temía que
esa irrupción pudiese generar revoluciones o el desmembramiento de Irak.
Si EEUU alentase a los kurdos o chiítas podría desencadenar fuerzas que más
tarde no pudiese controlar, que presionasen para dividir al frágil Irak o
que generarán susceptibilidades frente a Turquía o el riesgo de beneficiar
al otro 'eje del mal': Irán.
Por el momento EEUU está jugándose a una guerra en la cual las únicas
tropas combatientes aliadas que tiene son los británicos y australianos.
No tiene a su lado soldados iraquíes o árabes. Sus fuerzas ya atacan
directamente por tierra y no esperan a los efectos de prolongados
bombardeos.
En la medida que las tropas aliadas, lejos de estar bien recibidas, sean
resistidas con fiereza, y que se venga agotando la posibilidad de ganar a
un sector del ejército local, aunque sea para que deserte, los EEUU se
verán obligados a ir modificando sus operativos. Podrán acrecentar sus
bombardeos y el consiguiente ataque contra la población civil, o podrán
apelar a levantar a los kurdos y chiítas abriendo una caja de pandora
Ciertamente los aliados tienen mayor poderío y ulteriormente podrían entrar
en Bagdad. Esto último no resolvería todos los problemas pues la nueva
administración tendría que enfrentarse a grupos de guerrilla y bolsones de
resistencia.
La estrategia aliada se encuentra en un dilema. Para aparecer como
liberadores deben buscar armar sectores iraquíes, pero temen hacerlo. La
táctica de bombardeos especializados no podrá darse por siempre. Ya los
servicios y el agua en Basora están afectados. Los francotiradores o
guerrilleros escondidos dentro de los civiles obligarán a políticas que
traten de cercar, transferir o reprimir a los civiles.
La guerra se complica y puede generar problemas en el frente interno con
las protestas populares.
* Isaac Bigio. Analista Internacional.
https://www.alainet.org/en/node/107157
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