Hambre Cero en los municipios

01/04/2003
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El Programa Hambre Cero tiene prisa por acabar con la desnutrición de millones de personas en el Brasil, pero no sufre de ansiedad compulsiva para demostrar resultados. Es inútil criticar los colores de la pared de la sala cuando todavía se trabaja en los cimientos de la casa. Sobre todo cuando se trata de un programa que no quiere ser asistencialista. Como declaró el presidente Lula en la presentación del Programa, más importante que dar el pez es enseñar a pescar. El programa trata de promover la inclusión social de los beneficiarios. El MESA (Ministerio Extraordinario de Seguridad Alimentaria y de combate al hambre) estableció cinco áreas prioritarias de implantación del programa: la región semiárida del Nordeste, incluyendo el Valle do Jequitinhonha, en Minas Gerais; los campamentos de asentamientos rurales; las aldeas indígenas; las antiguas zonas de establecimientos rurales de negros libertados (quilombos); y la población que vive en y de los basureros. Eso no significa la exclusión delas demás zonas del país. Cualquier municipio puede integrarse al programa siempre que trate de instituir cuanto antes el CONSEA municipal (Consejo de Seguridad Alimentaria y Nutricional). También los estados deberán hacerlo, a ejemplo de Mato Grosso do Sul y de Minas Gerais. A semejanza del CONSEA nacional, los estaduales y municipales deben tener sus miembros en proporción de 2/3 de representantes de la sociedad civil organizada (priorizando entidades que actúan en el área de la seguridad alimentaria) y 1/3 de representantes del poder público. Si el municipio está situado en una de las áreas priorizadas por el gobierno federal, mayor es la posibilidad de que las familias beneficiarias reciban cuanto antes el carnet de alimentación. (Es bueno advertir que el Hambre Cero sólo exige factura de los comerciantes obligados a emitirla. Sería contradictorio que el gobierno federal incentivara el fraude. A falta de comprobantes, se confía en la palabra de los beneficiarios). Los municipios fuera de las áreas priorizadas deberán, después de constituidos sus CONSEAs, iniciar cuanto antes la implantación del programa, canalizando recursos de la iniciativa privada y la movilización del voluntariado. Como advirtió el presidente Lula en la presentación de la Mesa Brasil, patrocinada por el SESC, el Hambre Cero sólo tendrá éxito si la sociedad civil asume su protagonismo. Una serie de iniciativas pueden y deben ser tomadas para agilizar el programa, desde el empadronamiento de la población beneficiaria hasta la implantación de Bancos de Alimentos y al funcionamiento de cursos de alfabetización y profesionalización, formación de cooperativas, agricultura familiar, saneamiento básico, etc. Municipios como Diadema (SP) optaron por unir fuerzas con otros situados en las áreas prioritarias, además de empeñarse en la erradicación del hambre en la localidad. La prefectura de Diadema y la CONIB (Confederación Israelita Brasileña) se dieron la mano en solidaridad con Itinga (MG). En el transcurso de los próximos cuatro años esos ´padrinos´ asesorarán para mejorar los índices de desarrollo humano de aquel municipio, visitado por la plana mayor del gobierno de Lula. "El hambre es el ayer" , decía Gabriela Mistral. " Y no puede esperar", añadía Betiño. El éxito del programa depende sobre todo de la movilización de la sociedad brasileña. Ésta es nuestra guerra. Los enemigos son la desnutrición y la exclusión social. La victoria será la vida de millones de personas. Por primera vez en la historia un presidente transforma en decisión política un gesto evangélico: multiplicar los panes.
https://www.alainet.org/en/node/107224?language=es
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