¡Afrika!
06/11/2003
- Opinión
Uno de los
mayores publicistas brasileños acaba de montar una empresa
que pretende ejercer un amplio liderazgo de alta tecnología
en el marketing del país, incluido el político.
Extrañamente esta empresa se llama Afrika, con k. El
encanto y el misterio africano es tan fuerte que envuelve
hasta las propuestas más de punta. Talvez la k sea la
clave. Deben haber hecho muchos estudios de mercado para
llegar a esta marca. ¿Qué tal si usamos su fuerza para
atraer a los lectores hacia este artículo?
Lula también entiende mucho de propaganda. Y no es una
operación menor la que realiza en este momento. A pesar de
los profundos lazos históricos del Brasil moderno con
África (sin k), él es el primer presidente del país en
realizar una gira a ese continente. Lleva consigo
ministros y otros invitados del área cultural, pero
sobretodo lo acompañan 160 empresarios.
Esta comitiva de Lula tiene una carta excepcional. Su
ministro de cultura, Gilberto Gil, un negro que reivindica
su negritud. Por primera vez la cultura brasileña es
dirigida por un negro, artista, compositor y cantor de
profundas raíces negras. El presidente puede decir que
está innovando, por el lado correcto y que tanto le gusta:
el corazón.
Pero no se trata solamente de simbolismo. Trátase también
de negocios y los empresarios que ahí van son el testimonio
de este interés. ¿Pero qué negocios son posibles con una
región que aparece en los medios de comunicación solo para
referirse a su pobreza?
Vamos por partes. África será la tercera concentración
poblacional del mundo en 2030, después de China e India. A
pesar de la devastación causada por el SIDA, sus altas
tasas de natalidad y la juventud de su población garantizan
esta concentración impresionante. En segundo lugar, África
tiene algunas de las reservas minerales más importantes,
particularmente en lo que se refiere a materiales atómicos.
Pero ella es también una de las áreas más prometedoras en
términos de producción agrícola. La antigua cuenca del río
Nilo aún es una de las reservas más colosales de tierras
agrícolas que dependen de muy pocas inversiones para
transformarse en el verdadero granero del mundo.
Por otro lado, la pobreza de África es relativa. Aún la
África abajo del Sahara tiene poder productivo que se
encuentra en desarrollo. El PIB muy concentrado oculta
muchas veces esta riqueza potencial si se avanza en el
sentido de una mejor distribución del ingreso.
La zona que visita Lula sería la base de un futuro mercado
común y la suma de sus PIBs representa unos 130 mil
millones de dólares. Un poder de compra bastante razonable
si tomamos en cuenta que el poder de compra de estos
productos nacionales es muy superior que su medida en
dólar, por la importancia de las economías informales y de
autoconsumo.
Además, debemos recordar que este movimiento hacia el sur
de África es el comienzo de una articulación más amplia.
En enero próximo, Lula viajará a India, país con el cual
pretende extender la zona de libre comercio que uniría el
Atlántico Sur (es decir, el MERCOSUR, y más particularmente
Argentina) al Océano Indico. Es necesario acordarse que
Brasil, África del Sur e India forman ya el Grupo de los 3
(G3).
No es aquí el lugar de profundizar en la importancia que
tiene la cooperación científico-tecnológica y comercial de
estas zonas estratégicas del sur del planeta que cubren una
amplia zona tropical, centros impresionantes de
biodiversidad y de cultura tradicional sobre productos
tropicales. Los empresarios brasileños saben que no se
trata de fantasías. En los tres últimos años, la
aplicación de una modesta política industrial antes
menospreciada por el doctrinarismo neoliberal que asaltó el
gobierno Fernando Henrique Cardoso, resultó en un aumento
sustancial del comercio brasileño con los países del sur.
Este aumento está en la base del superávit comercial que
salvó la economía brasileña en los dos últimos años de un
default colosal.
Quedemos en la cuestión africana solamente. ¿Por qué ella
es económicamente estratégica para Brasil? Se trata, como
señalamos, de una región en desarrollo, en la cual existe
aún un importante potencial de desarrollo industrial que se
convertirá en una importante demanda para la industria de
máquinas . Hay una perspectiva de exportación de productos
de mayor valor agregado del que Brasil exporta para los
países altamente desarrollados.
Por otro lado, las necesidades de infraestructura de la
región son colosales y utilizan un tipo de tecnología de
construcción para la cual Brasil tiene mejor
competitividad. Hace mucho venimos insistiendo en la
necesidad de un sistema de ayuda triangular hacia África en
el cual los países centrales pongan los recursos
financieros y los países de desarrollo mediano pongan los
cuadros tecnológicos y el apoyo gerencial. Este es el
típico caso del Complejo de Moatize en Mozambique que
involucra 5 mil millones de dólares.
En este caso, la Cia Vale del Rio Doce participa de un
consorcio con financiamiento del Banco Mundial que
invertirá 700 mil millones de dólares en una primera fase
de explotación de una mina de carbón, en la construcción de
una ferrovía y en la modernización del puerto de Beira. El
Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil y
el Banco de Desarrollo de África del Sur participarán
también del proyecto, según informa el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Brasil.
En la década del 70, varias empresas brasileñas de
ingeniería iniciaron importantes contactos con África,
particularmente el norte de África, donde se mostró el
enorme potencial de una cooperación en el plano de los
servicios y de la tecnología. Esta experiencia ha sido
abortada por la creciente intervención norteamericana en el
norte de África y en el Oriente Medio. Es necesario
señalar con todo que también en estas regiones la
diplomacia brasileña se mueve y Lula participará muy pronto
de un encuentro con los países del Oriente Medio. Lo
importante es que hay una experiencia acumulada en el
continente africano que puede ser reactivada.
No debemos olvidar los elementos culturales fundamentales
que pueden facilitar esta aproximación. Además de los
profundos lazos históricos establecidos por la trata de
esclavos, el Atlántico Sur ha sido una zona de amplia
hegemonía portuguesa y muchos comerciantes brasileños,
inclusive ex-africanos, ejercieron un rol significativo en
la región.
El portugués es una lengua importante en estas zonas. La
cooperación lingüística con Portugal está infelizmente
retrasada debido el provincianismo de nuestros
intelectuales que no comprenden la importancia de disponer
de una comunicación en regiones tan significativas. Sin
embargo ella avanza poco a poco en torno de una comunidad
de países de lengua portuguesa. Tres de los países
visitados por Lula en este viaje hablan el portugués, a
pesar de lo poco que se hizo para la conservación y
desarrollo de esta lengua, él podrá hablar tranquilamente
con estos pueblos hermanos sin intérpretes.
Habría mucho más que decir sobre la significación histórica
de los pasos que está realizando en este momento el
presidente Lula. La verdad es que su política exterior
refleja claramente el profesionalismo del Ministerio de
Relaciones Exteriores de Brasil puesto al servicio de una
concepción verdaderamente independiente de los intereses
geopolíticos del país.
Itamaraty ha sido una reserva de un funcionalismo de alto
nivel del Estado brasileño. Sus funcionarios más
importantes no terminan su carrera a servicio del capital
privado nacional e internacional como sus colegas del
sector económico. Ellos aún son un sólido recurso humano
de la nación brasileña, a pesar de las presiones en el
sentido de su globalización y privatización.
Las fuerzas armadas y la iglesia brasileña son otras
fuentes de cuadros nacionales significativos.
Desgraciadamente en la economía se creó una cohorte de
desnacionalizados que abandonaron una tradición teórica de
alto nivel en la región latinoamericana para transformarse
en tránsfugas del gran capital financiero.
Es vergonzoso ver como los ex –directivos del Banco Central
y de otros órganos financieros del Estado se convierten en
banqueros inmediatamente después de dejar sus puestos. Su
baja calidad profesional y la "ciencia" económica
descalificada que manejan contrastan dramáticamente con la
calidad profesional de una burocracia de Estado altamente
calificada como es la de Itamaraty.
https://www.alainet.org/en/node/108731
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