Encuentro en San Pablo

Los presidentes ratificaron la alianza por el MERCOSUR

26/04/2006
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Argentina, Brasil y Venezuela reafirmaron el compromiso con el bloque. Invitaron a Bolivia a participar del Gasoducto del Sur. Pero no se avanzó más allá de lo previsto. El encuentro tripartito en la ciudad brasileña de San Pablo culminó como se esperaba: con una ratificación de la alianza estratégica que significa el Mercado Común del Sur (Mercosur). Durante tres horas se reunieron el mandatario dueño de casa, Luiz Lula Da Silva, con su par de Argentina, Néstor Kirchner y el venezolano Hugo Chávez, para reafirmar por enésima vez que la construcción del mercado regional no se va a detener por cuestiones coyunturales. El encuentro en la ciudad más populosa de la nación más grande de Sudamérica sirvió además para que los tres presidentes subieran un peldaño más en la escalera que debe llevar a la construcción del “Gran Gasoducto del Sur”, una obra de ingeniería que uniría a través de una serie de ductos a los tres países, aunque la intención de Caracas es constituir un anillo que abarque todo el subcontinente. El encuentro se llevó adelante en el hotel Sofitel, y durante más de tres horas la “tríada” debatió distintos temas, aunque aún no trascendió la profundidad de los temas debatidos. Por ejemplo, no se descarta que la crisis de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) tras la decisión de Chávez de retirar a Venezuela de ese organismo, motivada por la decisión de Perú y Colombia de firmar Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, haya formado parte de las conversaciones. La Cancillería argentina obtuvo una victoria semántica en el diferendo con Uruguay por la instalación de dos industrias químicas sobre el río Uruguay. Para Itamaraty (sede de la cancillería brasileña), esta controversia es una cuestión “bilateral”, y no debe “mercosurizarse” como es la intención de Montevideo. “Todo fue 10 puntos” resumió el argentino Néstor Kirchner a la agencia oficial argentina Télam, tras la reunión. El encuentro en Brasil se produjo en medio de la profundización de las diferencias entre los socios del Mercosur y una semana después de que Chávez se reuniera con sus pares de Uruguay, Paraguay y Bolivia. En esa oportunidad, el venezolano les propuso la construcción de un gasoducto a estas tres naciones, de inviable concreción. El martes, Kirchner y Lula Da Silva compartieron una charla informal de casi dos horas. A su término, funcionarios de ambas delegaciones destacaron el "momento excepcional" que atraviesa la alianza entre ambas naciones. En este terreno, un punto central del encuentro fue la futura construcción de la represa hidroeléctrica de Garabí, un emprendimiento de las dimensiones de Itaipú o Yacyretá y sobre la que Brasilia tiene puesta muchas de sus expectativas. En cuanto al gasoducto, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, aseguró que los tres mandatarios "coincidieron en invitar a Bolivia en la construcción del gasoducto" cuyo tendido está previsto desde Puerto Ordaz (Venezuela) hasta el Río de la Plata, atravesando Brasil, con una inversión estimada en 20.000 millones de dólares. La futura incorporación de Bolivia a la iniciativa fue confirmada por Chávez. "Hablamos de la incorporación de Bolivia a la construcción del gasoducto y pretendemos integrar al resto de los países en una red que se va a conectar e interconectar con varios tramos que ya están construidos, al tiempo que generará al menos un millón de puestos de trabajo", aseguró el venezolano en declaraciones a la prensa tras el encuentro en San Pablo. Más allá de estas buenas intenciones, no se avanzó en el proceso que llamamos de “institucionalización” del Mercosur, es decir, que sus integrantes se sometan a una legislación consensuada y no que cambien de parecer con cada estación. En este sentido, el gran fantasma es la salida del bloque de Uruguay y Paraguay, y la firma de sendos TLC con Estados Unidos. El Mercosur establece el Arancel Externo Común (AEC), por lo cual los bienes comerciados dentro del bloque deben circular libremente (salvo aquellos considerados “sensibles”). También existe una cláusula conocida como “nación más beneficiada”; en este caso, los integrantes que hubiesen firmado un TLC con otra nación no están obligados a aplicar el AEC. De firmarse un TLC con Estados Unidos, la producción de ese país ingresaría a las economías firmantes con arancel cero, lo que atentaría contra el Mercosur. Pero se debe doblar la apuesta. Se debe superar el estado de área de libre comercio para construir un auténtico espacio de integración holística o integral. Si no se lo salva de esta manera, el Mercosur se muere. - Pablo Ramos, desde la redacción de la Agencia Periodística del MERCOSUR, APM http://www.prensamercosur.com.ar/

https://www.alainet.org/en/node/115001
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