Reflexiones sobre las autonomías políticas

18/09/2006
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Partidos políticos y dirigentes de orientación ideológica profascista del Ecuador, de pública adhesión a la política pronorteamericana, han levantado con mayor fuerza que nunca su propuesta de impulsar, en forma urgente y desesperada ("con ley o sin ley"), las autonomías políticas en nuestro país, ante el llamativo silencio o estudiado adormecimiento de importantes sectores sociales que no atisban, o no desean mirar, el grave peligro de estos propósitos antinacionales que los vienen cumpliendo en forma progresiva y agresiva, con el indisimulado apoyo cómplice de ciertos medios de comunicación (cuyos dueños fueron beneficiarios de las privatizaciones, sobre todo de la telefonía celular y troncalizada) y conocidos "creadores de opinión" allegados a esas posiciones Esta modalidad de autonomías políticas esconden en el fondo gestiones balcanizadoras o desintegradoras que buscan retacear el país para convertir sus nuevas parcelas en bocados más pequeños y mejor digeribles al servicio de las multinacionales, para que éstas emprendan con mayor facilidad una depredación más sistemática de nuestras riquezas naturales y, a la vez, erigir pequeños reinos despóticos para novísimos monarcas absolutistas de espíritu feudal (aspirando a consolidar su dominio total sobre estas mini-repúblicas), muy lejos de una racional como suficiente descentralización administrativa y financiera que no soslaye el carácter nacional de nuestra colectividad ancestral, enriquecida por varias fuentes étnico sociales, similar a la de los hermanos pueblos de Latinoamérica: la indígena, ibérica y afrodescendiente. Las razones que consideramos necesarias de establecer son las siguientes: 1. Autonomías políticas constituyen un contrasentido histórico
2. Autonomías destruyen el Estado Nacional y favorecen a multinacionales
3. La riqueza del Golfo de Guayaquil
4 Autonomías constituyen germen de potenciales guerras civiles
5. ¿Quiénes financian estas propuestas autonómicas?
6. Autonomías y ejemplo de México, Brasil o España
7. Autonomistas ecuagringos revocan homenaje a Bolívar, libertador integracionista ************ 1. Autonomías políticas constituyen un contrasentido histórico En el siglo XXI, en la realidad contemporánea palpable, asistimos a un proceso de consolidación de grandes megabloques regionales que apuntan al control y dominio planetario. Resulta visible como varios países se asocian para enfrentar los desafíos de la globalización manejada por las grandes multinacionales (que son, a la vez, las que controlan a esos gobiernos). No hace falta ser sabios para advertir en la escena mundial la presencia de gigantescos colosos económicos como Estados Unidos de América (que hoy controla el 26% de la producción mundial con el 4% de población, y que en el año 2025 llegará al 28%); la Comunidad Económica Europea (que reúne a 25 países y participa en el 19% de la producción mundial y alcanzará el 25% en el año 2025); la República Popular China (que maneja el 8% de la economía mundial y que dispondrá del 15% mundial en el año 2025, país donde están presentes tres ciudadanos por cada latinoamericano), o Japón (que se supone dispone hoy del 12% del pastel productivo mundial y que tendrá el 7%, como proyección, para el año 2025, año en que la India tendrá el 5% del total mundial, esto es más del doble de su actual 2%). Esta es una realidad insoslayable en el mundo presente y en perspectivas calculadas por las propias Naciones Unidas. Entre esos protagonistas centrales es notoria la ausencia de América Latina. Frente a este panorama mundial, del que estamos excluidos, debemos desarrollar, sin demora, una estrategia propia, en función de la sobrevivencia de nuestras colectividades nacionales latinoamericanas, pues nuestro dilema es: o nos unimos para resistir y competir, o nos convertimos en una presencia marginal, proclive a ser saqueados e incluso colonizados, si no nos avasallan con enfermedades de laboratorio o de manipulación genética, como paso previo incluso para apoderarse físicamente de nuestros países y sus incuantificables recursos mineros, hidrocarburíferos, hídricos, agrícolas, pesqueros, de su maravillosa biodiversidad, y muchos otros. Las metrópolis imperialistas ansían, estimulan y financian nuestra desunión. Saben que disgregados será más fácil someternos; podrán entonces borrarnos políticamente del planeta y asaltarán nuestros recursos naturales en asocio de regímenes vendepatrias que tanto han proliferado en esta parte del mundo, producto de partidos políticos (aupados y financiados por ellos) y medios de comunicación (usufructuarios de las privatizaciones) ligados en el asalto sistemático de las mentes y conciencias de nuestros conciudadanos. No es ninguna casualidad que quienes han propagandizado y apoyado la desintegración de nuestros países (sobre todo en Venezuela, Bolivia y Ecuador) han sido políticos pronorteamericanos, profascistas o egresados de ciertas universidades como la de Harvard. En el caso del Ecuador, como es público y notorio, destacan: el alcalde de Guayaquil Jaime Nebot Saadi, del PSC; Humberto Mata Espinel, de Fuerza Ecuador, egresado de Harvard; Jorge Gallardo Zavala, ex Director Nacional de la ID y ministro de Economía y Finanzas de los gobiernos de Rodrigo Borja y Gustavo Noboa, también egresado de Harvard. Seamos lógicos: ¿A quién favorece desintegrar más aún a la América Latina y a cada uno de nuestros países? ¿No resulta siempre la dispersión la mejor fórmula de debilitamiento? ¿No era el lema de los Césares el "divide y reinarás" para profundizar el sometimiento de sus colonias? ¿Destruir el Estado nacional no es un paso deliberado al debilitamiento del espíritu de soberanía patria? Retacear nuestras Repúblicas es seguir la línea de los intereses imperiales de las grandes transnacionales. El gran argumento para ello es afirmar que están en contra del centralismo, cuando esa misma casta o argolla, ahora "autonomista", es la que ha gobernado el país por siglos y generaciones. Cuando los pueblos de América Latina empiezan a tomar las riendas en sus manos esa casta opresora busca enconcharse en las autonomías políticas, inyectando el veneno regionalista (con ciertos medios de comunicación a su servicio) de una supuesta contradicción y ficticia animadversión entre serranos y costeños, cuando la única real división existente en el Ecuador es la de una minoría ensoberbecida y opresora (de costa y sierra), por una parte, y la inmensa masa explotada, irredenta, marginada, desesperada desde siempre (que hoy para sobrevivir huye por los trágicos senderos de la migración masiva) y de todas las regiones de la Patria: costa, sierra, oriente y región insular. Es indispensable, por lógica económica y política, y hasta por simple racionalidad histórica, unir a los países de comunes ancestros de la región, o cuando menos de la América Meridional como vislumbró el Libertador Simón Bolívar, hasta cuyo nombre hoy es menospreciado por los llamados "autonomistas", al extremo que se le revoca un histórico homenaje, impulsado por el pueblo ecuatoriano, al retirar su nombre del aeropuerto de Guayaquil por iniciativa del alcalde autonomista Jaime Nebot Saadi, verdadero monarca despótico y atrabiliario, un auténtico señor feudal, dueño de la Justicia, del bien y del mal, en su jurisdicción; y quien le ordena al Presidente que más le debe entregar, aparte de las aduanas, el Registro Civil, incontables millones de dólares con créditos de la Corporación Andina de Fomento para las obras que guste, cerca de 100 millones de dólares anuales de los fondos del IESS, un Consejo de Seguridad a su gusto, millones de dólares para las policías privadas, influencia decisiva para determinar jueces y fiscales, el sector eléctrico (la Categ), entre otros aspectos; y quien recibe benevolencia de cierta prensa a cambio de poner el nombre de fundadores o directores de medios de comunicación en importantes obras públicas, en tanto nadie defiende como corresponde a una ciudadanía aterrorizada. Meditemos que mientras todas las colectividades étnico-sociales se juntan en base a ciertas afinidades históricas, culturales, económicas y políticas, promotores pronorteamericanos laboran para evitar la unidad indispensable de la América Latina, como bloque multinacional, e incluso fragmentar las naciones ya existentes. Vale recordar que mientras en la década del 50 América Latina constituía el 12% del mercado mundial, hoy su presencia se ha reducido a un decreciente 4%. ¿No es por lo tanto un contrasentido histórico esta dispersión alentada por las multinacionales imperialistas, que disponen de varios alfiles y portavoces embaucadores en nuestros países? Como bien recoge un viejo adagio: "La razón natural no pide fuerza". En este mundo y escenario de megabloques resulta un contrasentido histórico balcanizar o disgregar más aún política y económicamente cada una de las repúblicas latinoamericanas (lo que no es lo mismo que descentralizar administrativamente). Subdividirnos es debilitarnos y propiciar nuestra derrota histórica, productiva y hasta poblacional; es favorecer a las potencias depredadoras que están al acecho de nuestra inconmensurable riqueza, indispensable para nuestro desarrollo. Retacear nuestros países sólo favorece a las costras dominantes regionales que aspiran a disponer de un coto cerrado bajo su entero y absoluto dominio para en forma directa negociar con las multinacionales los recursos de esa jurisdicción. Si carecemos de una política común, latinoamericana o cuando menos sudamericana, para ejercer nuestra autodefensa y preservación como vigorosa comunidad étnico-social, asistiremos a la destrucción de nuestra capacidad productiva, se nos someterá más aún a la dependencia y miraremos inermes como las grandes corporaciones saquearán nuestros recursos naturales; ni siquiera dispondremos de independencia y soberanía alimentaria. Las grandes potencias nos esquilmarán y destruirán. Esa es la conducta perversa que propician los fomentadores de las autonomías políticas en Latinoamérica; esos son los caballos de Troya imperiales incrustados en nuestras comunidades. 2. Autonomías destruyen el Estado Nacional y favorecen a multinacionales Propiciar las autonomías políticas secesionistas es hacer el juego concientemente a las empresas transnacionales que anhelan apoderarse de los recursos naturales más valiosos de las actuales colectividades nacionales, aunque en el discurso y en el papel se digan cosas distintas, o se pretendan salvar las apariencias alegando de modo engañoso que reiteran su "defensa de la unidad nacional", o que las autonomías políticas son "optativas"; es fácil establecer como los propiciadores de estas autonomías políticas se han eregido de manera inocultable en favorecedores de los intereses de las transnacionales, las otras grandes beneficiarias de esta errónea y absurda dispersión o balcanización nacional. La solución de los problemas del Ecuador no pasa por su desmembración o desintegración, como pretende la oligarquía apátrida y profascista, sino en extirpar y desplazar del poder político a una casta o trinca explotadora apátrida, de ilimitada codicia, que ha conducido el país hasta la hora presente (monopolizando y usufructuando en forma criminal toda su fabulosa riqueza, ahora privatizada), llevándole a una situación de tragedia social espantosa a su población, a la que ha sumido en la desocupación, migración, insalubridad, educación deficiente, entre tantos otros males. ¡El único remedio a nuestros inenarrables tormentos surgirá sólo cuando el pueblo asuma el poder y recupere y administre todo el patrimonio social y nacional, así como suspenda el pago de una deuda externa colusoria y misteriosa que jamás favoreció al pueblo! ¡La costra dominante apátrida que ha desgobernado políticamente al país por siglos y generaciones es tan audaz que ahora pretende hacernos creer que el apocalipsis social que vivimos es producto de que "ha fallado el sistema centralista" manejado por ellos mismo! ¡Son unos cínicos! ¿Cuál es su propuesta para esconder sus culpas genocidas? ¡Dividir la Patria! ¡Tomar por asalto sus parcelas más ricas en recursos naturales! Según un documento que circuló en forma muy restringida en 1992, el Banco Mundial, representante de las grandes multinacionales y círculos financieros más poderosos del orbe, alentaba desde entonces que el Ecuador se fracture en siete autonomías políticas (no administrativas); propuesta que en forma disimulada la acogió el gobierno de Sixto Durán Ballén, con inicial apariencia administrativa, como sugería proceder el propio Banco Mundial. La propuesta la presentó la Secretaría Nacional de la Administración Pública, SENDA, cuando dirigió ese organismo el ex Gobernador del Guayas, Benjamín Rosales, como parte del Plan de Modernización impulsado y asesorado por el mismo Banco Mundial, organismo que "recomendó" la "necesidad" de crear varias regiones en el Ecuador, una de cuyas variantes divisorias iniciales, "para superar el atraso administrativo" y la "pesadez burocrática", era la siguiente "aglutinación" de provincias: Primera Región: Esmeraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos, con una área de 42.313 kms.2 y alrededor de 800.000 habitantes. Segunda Región: Pichincha y Napo (en la que mediante su división surgiría Orellana), con una área de 50.008 kms.2 y alrededor de 1,85 millones de personas. Tercera Región: Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Pastaza, con una área de 43.340 kms.2 y un millón cincuenta mil habitantes. Cuarta Región: Manabí y Galápagos, con una área de 26.410 kms.2 y un millón cincuenta mil habitantes. Quinta Región: Guayas, Los Ríos y Bolívar, con una área de 30.410 Kms.2 y 3,25 millones de habitantes. Sexta Región: Cañar, Azuay y Morona Santiago, con una área de 40.524 kms.2 y 800 mil habitantes. Séptima Región: El Oro, Loja y Zamora, con 37.462 kms.2 de área y 870 mil habitantes. De plasmarse estas autonomías o parcelaciones políticas "sugeridas" (donde en cada una de ellas existe petróleo, reservas mineras y recursos forestales e hídricos), es evidente que en cada jurisdicción asumirían el mando las castas dominantes regionales o de la provincia más influyente (los grupos de mayor poder económico y político), quienes manejarán la titularidad de los recursos naturales de su área de influencia y decidirán la entrega de esos recursos a las multinacionales o la asociación con las mismas, a espaldas del pueblo ecuatoriano que, de este modo, será despojado del manejo de su patrimonio social y nacional, que también sería parcelado. Debe destacarse que ahora se está sugiriendo en forma engañosa la integración "optativa" o "voluntaria", en base a las decisiones de las autoridades seccionales, preludio de la oligárquica aspiración alternativa de aglutinar a Guayas, Los Ríos y El Oro, en función que allí estarían las mayores reservas gasíferas del país y la mayor cuenca hídrica al Océano Pacífico en América del Sur. No debemos olvidar que en Los Ríos el gas surte espontáneamente, entre sustos de algunos pobladores, en varios cantones, como lo ha reseñado la propia prensa; y no perdamos de vista que el gas que se extrae en el mar frente a El Oro ya genera el 11% de toda la electricidad que se produce en el Ecuador. ¡Explotación gasífera reforzada en su privatización en el régimen de los hermanos Gustavo y Ricardo Noboa! El nombre de la compañía generadora de electricidad con gas es Machala Power, está ubicada en Bajo Alto, provincia de El Oro, y genera 300 megawatios. La explotación del gas, con cinco pozos iniciales muy productivos, también concesionada a manos extranjeras, adopta el nombre de Energy Development Corporation, EDC, según detalla diario El Telégrafo, del domingo 14 de octubre del 2001, primera página, e indica que el gas metano en explotación multiplicada alcanzaría cuando menos hasta el año 2033. Esta política de dispersión fragmentadora de vieja data, debilitadora de la nación, ya la combatió hace más de un siglo, de manera decidida y frontal, Eloy Alfaro, y décadas antes, en pleno siglo XIX, junto a sus veleidades proteccionistas de Francia, hasta el mismo García Moreno. Ahora mismo a nadie escapa que de consumarse este plan autonómico y retaceador de la República las grandes transnacionales, patrocinadoras vehementes de estas políticas, negociarán con las autoridades de los mini-Estados "autónomos" a crearse, en vez de correr el riesgo de tener de interlocutor a un eventual gobierno de dignidad, soberanía y unidad nacional. Por ejemplo, una multinacional de los alimentos podría negociar su participación sobre las reservas ictiológicas y pesqueras, que hoy son patrimonio de la nación entera, con el Presidente del Gobierno Autónomo o Asamblea Legislativa Autonómica de Manabí-Galápagos. Igual sucedería si pretenden llevarse la riqueza forestal o minera de Morona Santiago o Zamora; hablarían con el Presidente del respectivo Gobierno Autónomo, o Asamblea Legislativa Autonómica correspondiente. Cuando hablamos de Presidentes de los Gobiernos Autónomos o Asambleas Legislativas Autónomas no estamos inventando una eventualidad, sino que nos estamos refiriendo en forma textual a la propuesta formal, en este idéntico sentido, a un manifiesto suscrito en Guayaquil el 26 de enero del 2006, y publicado, en amplios remitidos pagados, en El Universo y Expreso del domingo 29 de enero del 2006, firmado por los alcaldes de Guayaquil, Jaime Nebot (PSC); Quito, Paco Moncayo (ID); Cuenca, Marcelo Cabrera (ID); Machala, Carlos Falquez (PSC); Cotacachi, Auki Tituaña (Pachakútik); Ambato, Fernando Callejas (ID); Portoviejo, Patricia Briones (PSC); Babahoyo, Johnny Terán (PSC); el Presidente de la Asociación de Municipios del Ecuador, Lorens Olsen (PSC). Tan evidente es el propósito de manejar los recursos naturales de cada jurisdicción autonómica, que la mejor prueba es el "Proyecto de Ley Orgánica del Sistema Autonómico", ya presentado al Presidente de la República por parte de los alcaldes de Quito (ID), Guayaquil (PSC), Cotacachi (Pachakútik), y los Prefectos de Imbabura (PSC) y El Oro (PRE), en cuyo artículo 10, relativo a la "Explotación de los Recursos Naturales", se determina que "la capacidad operativa para asumir la competencia (de los Recursos Naturales) será determinada, a más del Gobierno Autónomo, por el Procurador General del Estado y por el Contralor General del Estado, mediante informes favorables debidamente motivados, que serán emitidos dentro de los términos y con los efectos previstos en la ley." ¡Es decir que dos personas (Procurador y Contralor), allegadas a esos mismos círculos atrasapueblos, deciden y autorizan la fragmentación de la República y la entrega total de los recursos naturales a las autoridades autonómicas! Redacción que hace temer que la aprobación de esta ley se intentaría antes del cambio de gobierno, y de esas autoridades, en el año 2007. Como complemento a esta regulación retaceadora de los bienes patrimoniales de la nación, que cuenta con el apoyo fervoroso del Presidente Alfredo Palacio, debe subrayarse que en el artículo 12 de esta misma ley, relativo a los "Recursos del Estado Central", se dice: "Una vez transferidas las competencias, el Estado Central quedará liberado de su responsabilidad respecto de ellas, la cual corresponderá al Gobierno Autónomo." (¡Así pueden "liberarle" al pueblo ecuatoriano del manejo del petróleo, el gas o minas, recursos hídricos y forestales, y ellos -cuyos partidos siempre han manejado el país-, los "sacrificados", asumirían esas jugosas competencias!) Y agregan, como si nada, un curioso inciso que establece: "En ningún caso el ejercicio de las facultades del Presidente de la República de organizar y estructurar la Función Ejecutiva podrá crear duplicidad de funciones o actuación en competencias de los Gobiernos Autónomos." ¡Con estas regulaciones "hechas a la medida" el petróleo y el gas de la Península de Santa Elena y del Golfo de Guayaquil, así como de las reservas gasíferas de la Provincia de Los Ríos, quedarían en manos del Partido Social Cristiano o de la fuerza coaligada autonomista dirigida políticamente en la actualidad por el abogado Jaime Nebot Saadi! ¡Por eso su desesperación para que las "autonomías" políticas caminen "con ley o sin ley"! ¡Allí la explicación de los cantones Santa Elena, Salinas y Playas para hacer la provincia 23, para evitar que su riqueza sea administrada desde Guayaquil por Nebot, pues ellos saben que en su jurisdicción está el petróleo de más alta calidad de todo el país, de 39 grados API, y unas reservas que no ceden en volumen a las de la región oriental! 3. La riqueza del Golfo de Guayaquil No debemos olvidar que el acucioso investigador ecuatoriano Jaime Galarza Zavala, actual Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de El Oro, en un trabajo titulado "Del caso ADA al caso EDC" (publicado en "El Petrolero", Nro. 23, de diciembre del 2005), en torno a la riqueza del Golfo de Guayaquil, hace memoria, al margen de los recursos en proceso de explotación gasífera ya referida, a que en 1968 "Shanon Wolfe, un gánster norteamericano, formó una asociación ilícita con seis ilustres desconocidos ecuatorianos, incluído un muerto, y obtuvo a nombre de éstos concesiones petroleras en el Golfo de Guayaquil sobre la enormidad de un millón doscientas mil hectáreas, comprendidos territorios continentales de las provincias de Guayas y El Oro, además de la Isla Puná y el Archipiélago de Jambelí. Acto seguido este prodigioso malabarista de concesiones hizo que los ilustres desconocidos le traspasaran las suyas, pagándoles miserables sumas, sin que en la tumba del generoso difunto dejara siquiera un ramo de flores." "Con las seis concesiones en su bolsa, Shanon Wolfe buscó en Estados Unidos un grupo de compañías a las cuales vender el latifundio hidrocarburífero, se embolsicó suculenta paga y desapareció del mapa, seguro de que pronto estallaría la bomba. Así nació el consorcio fantasma denominado ADA." "Las autoridades que motorizaron todo un tren de irregularidades jurídico-administrativas para consumar el negociado fueron el Presidente Otto Arosemena Gómez y el Ministro de Industrias Galo Pico Mantilla, acolitados por el abogado y diputado orense Oswaldo González Cabrera." Luego de denunciar todas las triquiñuelas en el libro "El Festín del Petróleo" se dictó orden de prisión del referido escritor Jaime Galarza Zavala, quien estuvo preso dos años en tiempos de la dictadura del general Guillermo Rodríguez Lara. Pero el asunto no quedó allí, y como él mismo indica; "un grupo de profesores de la Universidad Central, a saber: Rafael Galarza Arízaga, Jorge Washington Cevallos Salas, Esteban del Campo y Marcelo Ortíz Villacís, haciéndose eco de las denuncias, las formalizaron ante el Tribunal Especial Segundo, el cual instruyó un sonado proceso, dictando finalmente diversas sentencias contra algunos, si no todos, los autores del atraco del Golfo. Al Dr. Galo Pico Mantilla se le condenó a cinco años de cárcel, pero éste fugó del país para retornar después con altísimos honores, pues fué elegido diputado por el Partido Conservador y luego Presidente de la Corte Suprema de Justicia por obra y gracia del Partido Social Cristiano." "Por su parte, el Contralmirante Gustavo Jarrín Ampudia, Ministro de Recursos Naturales, fiel a su línea nacionalista, declaró nulas las concesiones del Golfo, en medio de estruendosa gritería de la consabida red de jurispetroleros, felipillos y cagatintas de diversos medios." Y continúa: "¿Qué relación tiene el caso ADA con el caso EDC? EDC quiere decir Energy Development Company, empresa norteamericana dedicada a la explotación de hidrocarburos y energía eléctrica. Esta empresa compró los estudios efectuados por ADA (si no hizo una alianza secreta) que, con ser fantasma y todo, llegó a perforar varios pozos en los que halló principalmente gas en cantidad de trillones de pies cúbicos, sobre todo en el campo Amistad, ubicado en aguas de la Provincia de El Oro, al sur de la Isla Santa Clara, más conocida como Isla del Muerto." "La concesión la hizo en su Presidencia el Arq. Sixto Durán Ballén, tan grato a los Estados Unidos, su patria de nacimiento. No había transcurrido un mes cuando EDC traspasó sus derechos a otra empresa norteamericana, la Samedian, mediante el pago de la impresionante suma de 700 millones de dólares, según publicaciones estadounidenses; esto cuando EDC no había perforado un solo pozo, lo que demuestra el conocimiento previo que se tenía de las grandes riquezas del Golfo." Investigación que corrobora, una vez más, lo que se conoció desde cuando, hace casi cinco siglos, los cronistas de Indias se refieren a la abundante "sustancia untuosa, con la que se alumbraban los nativos por los noches" en todo ese sector, empezando por lo que hoy es la Península de Santa Elena. 4. Autonomías constituyen germen de potenciales guerras civiles Las autonomías políticas en América Latina entrañan un embrión de posibles conflictos que podrían derivar hasta en guerras civiles (que es indispensable prevenir), pues los sectores que más propician e impulsan estos conflictos son las codiciosas castas dominantes regionales, que buscan beneficiarse y usufructuar de la riqueza ubicada en áreas o jurisdicciones donde existen inmensos e incuantificables recursos hidrocarburíferos, gasíferos, mineros, hídricos, de biodiversidad, y que preveen que mientras más terreno y área dispongan mayores riquezas y participaciones manejarán o usufructuarán. ¿Quien no sabe, por ejemplo, que en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) existe petróleo, que en Tarija (Bolivia) existe gas, que en el Estado de Zulia (Venezuela), que abarca el Lago Maracaibo, está la mayor reserva hidrocarburífera de ese país y una de las más abundantes del mundo, y que en el Golfo de Guayaquil y en la Península de Santa Elena (Ecuador) existen enormes reservas probadas de petróleo y gas? ¡Los autonomistas de cada país buscan engullirse y usufructuar esa riqueza haciendo caballo de batalla al pueblo que siempre han oprimido, ofendido y dominado! Para no ir más lejos, hoy mismo existen problemas de demarcación de linderos entre provincias del Ecuador. Guayas, cuya área es de 20.270 kms.2 y cuya capital es la ciudad de Guayaquil, tiene conflicto de linderos por alrededor de 5.000 kms.2, según datos de la propia Unidad de Límites del Consejo Provincial del Guayas (publicados en diario Expreso, del jueves 22 de diciembre del 2005, pág. 6A), con las de Azuay (por Aguas Calientes y Ponce Enríquez), Cañar (por El Piedrero), Chimborazo (por La Isla), Bolívar (por santa Rosa de Agua Clara), Los Ríos (por Matilde Esther) y Manabí (por La Manga del Cura, Los Guamales y El Sombrero). ¿Alguien puede suponer que las regiones autonómicas o provincias autonómicas vecinas admitirán sin réplica perder zonas en disputa y no debidamente demarcadas, si se decide que cada quien baile con su pañuelo? ¿No constituyen estas áreas de delimitación imprecisa una semilla lúgubre de conflicto y de violencia? En el caso boliviano ¿alguien puede suponer que las muchedumbres de pobres e irredentos mirará impasible o con agrado que inmensas riquezas patrias -caso del petróleo-, que debería servir para mejorar las condiciones de vida de la población entera, vaya sólo a manos de la aristocracia y burguesía de Santa Cruz de la Sierra, así como que los inmensos ingresos gasíferos de propiedad nacional sea usufructuada sólo por la aristocracia de Tarija? El agresivo proceso separatista de Santa Cruz de la Sierra (370.621 kms.2) y de Tarija (37.623 kms.2), a los que pretenden sumar los también departamentos orientales de Beni y Pando, entrañan embriones de una eventual guerra civil que pocas personas lo anticipan. El área de sólo Santa Cruz de la Sierra es superior a Alemania, que dispone de 357.021 Kms.2 y alberga a 82,5 millones de habitantes. Toda la población de este departamento boliviano tiene menos pobladores que los dos tercios de quienes viven en la ciudad de Berlín pero equivale a cuatro veces el área total de Portugal (con 92.391 Kms.2), a 1,51 veces Inglaterra unida con Irlanda del Norte (con 244.820 kms.2), a 4,42 veces Austria (con 83.858 Kms.2), a 3,34 veces Cuba (con 110.860 kms.2), a 17,84 veces Israel (con 20.770 kms.2); en tanto el departamento de Tarija es 1,23 veces más grande que Bélgica (con 30.510 Kms.2) y 1,79 veces la República de El Salvador (con 21.041 kms.2). ¡Y todas esas áreas con petróleo y gas! ¡Por muchísimo menos se encendió la guerra secesionista de Biafra, apoyada por las multinacionales, con Nigeria! Es obvio que las familias dominantes de Santa Cruz de la Sierra alentarán a sus congéneres de Tarija, y viceversa, y de otros lugares (caso de los departamentos también orientales de Pando y Beni), para repartirse en forma concertada el país y su enorme riqueza. "Cada una empuñe lo que pueda", parece ser su divisa. ¡Es una estrategia para robarse el patrimonio social y público de colectividades nacionales enteras entre las multinacionales y las castas dominantes de carácter regional de nuestros países! ¡Atrás de estas políticas secesionistas está el interés de las multinacionales coordinadas con las "sugerencias" de los técnicos del Banco Mundial y de alfiles políticos internos de partidos proimperialistas, todos ellos contando con el refuerzo de cuadros preparados en determinadas universidades norteamericanas con la de Harvard a la cabeza! ¿Alguien puede suponer que no existen preparativos planificados para la división de nuestras Patrias? Las autonomías políticas propuestas deben ser desenmascaradas. Estas autonomías políticas, o independiencias anunciadas, sólo pueden consolidarse a la fuerza, y existen irresponsables interesados en ello. ¿Será acaso casual el frenesí por multiplicar y transferir recursos a ciertas policías municipales y privadas en el Ecuador, sobre todo en regiones candidatas a independizarse, con el patrocinio de autonomistas profascistas que amenazan, desde sus espacios de poder, con paros y otras medidas, si el Estado (controlado por ellos mismo) no les da gusto inmediato para preparar escuadrones perfeccionados en la represión más salvaje, "capacitados" para la "limpieza social" por expertos israelitas y españoles, como no lo puede ocultar ni la prensa afín a estos empeños? ¡Abramos los ojos ante las evidencias, denunciémoslos y no les hagamos el juego con el silencio! En el caso boliviano un enorme freno a estas conductas secesionistas constituyó la nacionalización del petróleo. ¿Cómo pueden plantear el manejo del petróleo ciertas castas codiciosas si ahora es patrimonio de todos los bolivianos? Primero, antes de intentar apoderarse de su control patrimonial, deberían anular la nacionalización y ello develará sus mezquinas ambiciones. En el Ecuador, para impulsar su desarrollo productivo, deberíamos concretar una medida semejante: la nacionalización y proclamación de la propiedad absoluta, en manos del pueblo, del petróleo, minas, recursos ictiológicos y pesqueros, sector eléctrico, telefonía, agua potable y de riego, biodiversidad, puertos, aeropuertos, entre otros recursos. 5. ¿Quiénes financian estas propuestas autonómicas? Si las autonomías políticas constituyen una aspiración de las multinacionales es conveniente observar que en ese empeño están en primera línea los políticos pronorteamericanos locales de varios países, caso de dirigentes de Zulia (Venezuela), Guayas (Ecuador), Loreto (Perú) y Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), quienes tuvieron una reunión conjunta en Guayaquil a mediados de junio del 2006, y aspiran a reunirse una vez más, para coordinar acciones e intercambiar experiencias en el "Foro Internacional por la Libertad y la Autonomía Regional", en los próximos meses, para cuyo efecto sincronizan actividades la Corporación Guayas (Ecuador), Movimiento Rumbo Propio (Venezuela), Instituto de Libre Empresa (Perú) y la Conferencia Hispanoamericana. (Revista Vanguardia, Nro. 49, del 29 de agosto del 2006, pág. 9). Pero los políticos pronorteamericanos no están solos, cuentan con el generoso y obvio apoyo financiero del gobierno de los EE. UU. que actúa por intermedio de una de sus tantas fachadas: la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés), cuyo proyecto específico en el Ecuador tiene el código ARD-3D, y que barniza su intencionalidad central con el pomposo "asesoramiento y cofinanciamiento para propuestas de desarrollo local, descentralización y fortalecimiento democrático del Ecuador", conforme puede apreciarse en diario Expreso, de Guayaquil, del viernes 23 de junio del 2006, pág. 3A y del sábado 24 de junio del 2006, pág. 8A, que incluso da cuenta de eventos públicos en los que asisten alcaldes y prefectos del país para persuadirles de las "ventajas" de dividir políticamente a la República. Pero existen más entidades comprometidas, por ejemplo la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ, por sus siglas en alemán), que cofinanciaba las campañas en esta misma línea autonomista propiciada en el gobierno de los hermanos Gustavo y Ricardo Noboa Bejarano, labor que la hacía en forma conjunta con el Consejo Nacional de Modernización (CONAM, ente privatizador adscrito a la Presidencia de la República, encargado de cumplir los mandatos de despojo social del Banco Mundial y el FMI), y que en los primeros días de octubre del 2000 difundió a nivel nacional su primer anteproyecto de "Ley Orgánica de Régimen de Autonomía Provincial", en cuyo artículo 38 determinaba los ingresos "autónomos", los mismos que iban desde la mitad del impuesto a la renta recaudado en cada jurisdicción hasta los ingresos generados por concesiones de sus recursos. El Banco Mundial (entidad hoy dirigida por Paul Wolfowitz, ex subsecretario de Defensa de los EE. UU., considerado el brazo derecho de Donald Rumsfeld, y corresponsable de la agresión a Iraq), ha sido perfectamente identificado como la entidad promotora por excelencia de las autonomías en varios países de América Latina. Es célebre su presencia y su pública presión, por ejemplo, en Bolivia. Impulsar las autonomías políticas, o conformación de pequeñas republiquillas de hecho o de derecho, es hacer el juego a las pretensiones de dispersión nacional de nuestros países diseñadas y planificadas por las propias multinacionales (las grandes beneficiarias y mayores usufructuarias de los recursos más fáciles de acceder). Pero no sólo actúan dichas grandes corporaciones sino también resultan perceptibles las actividades de sus allegados criollos directos o indirectos, entre éstos quienes viabilizan las "recomendaciones" del Banco Mundial, de "técnicos" del Fondo Monetario Internacional, o de sus instrumentos auxiliares, el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, y la Corporación Andina de Fomento, CAF. Lo que todos los ecuatorianos debemos analizar, aspecto que hemos señalado muchas veces, es que si tan "extraordinarias" y "maravillosas" son las modalidades administrativas de las autonomías, según tanto ponderan los políticos pronorteamericanos, ¿por qué entonces las multinacionales, el Banco Mundial y el gobierno de los EE. UU. no propician las autonomías políticas al interior de Texas, Minnesota, Arizona, Wyoming, Montana, Nebraska, Kansas, Nuevo México, California, Colorado o Miami? ¡Allá sería un delito federal y juzgado como atentado a la seguridad nacional con décadas de prisión! No deja de resultar sorprendente que para impulsar la tesis autonomista, y convencernos de cualquier manera, se hayan recurrido a los más disímiles y extraños argumentos; destacando el emitido por el alcalde de Quito, general Paco Moncayo, y que consta en diario Expreso, del sábado 24 de junio del 2006, pág. 3A, 1ra. y 2da. columnas, quien ante la pregunta siguiente: "Los alcaldes de Quijos, el Chaco, entre otros, califican el proyecto (de Ley Orgánica del Sistema Autonómico) de desigual porque perjudica a las ciudades que no reciben muchos recursos. ¿Buscan crear poderes locales en beneficio de sus partidos políticos?", responde en forma textual: "Ese es un viejo argumento, lo único cierto es que si no reconocemos nuestra diversidad estamos perdidos. El ex presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Losada, dijo algo que no comparto, pero es válido recordarlo: "quizá aún la corrupción sirva como un sistema de retribución diversa. ¿Por qué quieren robar solo en los Ministerios?" (¡Sin comentarios!) 6. Autonomías y ejemplo de México, Brasil o España No debemos olvidar que algunas voces, en su empeño de reforzar sus débiles puntos de vista e intereses astutamente emboscados, argumentan en forma abierta sobre la necesidad del "federalismo como tiene México y Brasil", y las autonomías "tipo España", puntos de vista sobre los cuales caben hacer algunas brevísimas observaciones: Para empezar México tiene 107 millones de habitantes y Brasil 185 millones; pero además México dispone de 1'958.201 kms.2, esto es 7,64 veces lo que hoy queda de área de la República del Ecuador (256.370 Kms.2), después de tanta mutilación consentida por los supuestos "salvadores" oligárquicos del país; Brasil tiene en cambio 8'511.996 kms.2, esto es 33,2 veces toda la extensión geográfica del Ecuador. Recordemos que Chihuahua tiene 244.938 kms.2, Sonora 182.052 kms.2, Coahuila 149.982 kms.2, Durango 123.181 kms.2, Jalisco 80.836 kms.2. Sólo Jalisco, con esta área referida, así como la mayoría de los otros Estados mexicanos son, solos, más grandes que toda la costa o toda la sierra ecuatoriana. El caso brasileño es mucho más aleccionador pues sólo Amazonas dispone de 1'564.445 kms.2, Pará 1'248.042 kms.2, Matto Grosso 1'231.549, Goiás 642.092, Minas Gerais 587.172 kms.2, Bahía 561.026 kms.2, Maranhao 328.663 kms.2, Piauí 250.934 kms.2, Sao Paulo 247.898 kms.2, Rondonia 243.044 kms.2, Roraima 230.104 kms.2, Paraná 199.554 kms.2, Acre 152.589 kms.2, Ceará 148.016 kms.2, y no abundamos por razones de espacio, además que los ejemplos dados, con las extensiones geográficas indicadas, hablan por sí mismos. Aunque claro, todo puede argumentarse, y no faltará quien diga -tomando países europeos- que el Estado unitario del Vaticano dispone de sólo 44 hectáreas (menos de la mitad de un kilómetro cuadrado) y sólo mil habitantes, que Mónaco tiene 1,5 Kms.2, que San Marino tiene 60,57 kms.2, y que Andorra 464 kms.2! ¡Resultando obvio que, en comparación con el Vaticano, Guayas es 42 mil y pico veces más grande y 2.500 veces más en número de pobladores! Pero ¿eso explicaría el retaceamiento de la actual República del Ecuador? ¡En ningún caso! Y como simple reflexión: ¿A quién se le ocurriría en serio desmembrar Italia luego de la heroica lucha unificadora de Giussepe Garibaldi en el siglo XIX? ¿Lo plantearía alguien en sus cabales? En cuanto a las autonomías "tipo España" recordemos en primer lugar las ancestrales rivalidades y enfrentamientos de todo género que, entre grupos étnico sociales distintos, se han producido en siglos de historia, donde las luchas por la primacía y el dominio, han constituido un antecedente que no puede compararse con el caso del Ecuador; en segundo lugar hagamos memoria que varias autonomías españolas se basan en diferencias que en el caso ecuatoriano no existen, como por ejemplo de idioma, de cultura, de psicología nacional, pues hemos de subrayar que en la Península Ibérica son grupos étnico sociales distintos; así, en Cataluña (o Catalunya) se habla el idioma catalán y donde Barcelona, una de sus jurisdicciones, tiene 4'900.000 habitantes, sin contar Gerona, Lérida y Tarragona. No olvidemos que en el llamado país vasco o zona vazcongada (Alava, Guipuzcoa, Vizcaya), se habla el idioma vasco. ¿Qué diferencia de idioma o de cultura, de historia o de cualquier otro género nos separa a los ecuatorianos, desde el punto de vista regional, a costeños respecto de los serranos? ¡Ninguna! ¡La oligarquía no sabe cómo convencernos para que les dejemos apoderarse de la riqueza nacional fragmentando la República! 7. Autonomistas ecuagringos revocan homenaje a Bolívar, libertador integracionista Como referencia histórica previa recordemos que cuando José Joaquín de Olmedo fué elegido Presidente de Guayaquil (entre un reducido grupo de sus coterráneos), el libertador Simón Bolívar, con el ideal de formar la Gran Colombia, le escribió de manera fraternal, convincente y cordial: "Usted sabe amigo que una ciudad con un río no puede formar una nación." Y es que Bolívar vislumbraba el futuro y la importancia histórica, política y económica de disponer de una nación grande, vigorosa y respetable, con todos los pueblos recién liberados del colonialismo español. No al acaso desde entonces los norteamericanos estuvieron obsesionados con la destrucción de la Gran Colombia o cualquier nación poderosa de origen latinoamericano. Les aterraba un contrapeso o freno continental a su rapiña y codicia desaforadas. Rememoremos que William Tudor, cónsul de EE. UU. en Lima, al verificar que los esfuerzos integradores del libertador Bolívar chocaban contra las mezquinas y miopes castas localistas que destruyeron sus anhelos, al constatar la desmembración de la Gran Colombia, escribió pletórico de felicidad: "La esperanza de que los proyectos de Bolívar estén ahora efectivamente destruidos, es una de las más consoladoras." El libertador de los pueblos y padre de las naciones miró en lontananza, a través de los siglos, el papel del gobierno de los EE.UU. respecto a nuestro porvenir, por ello, en carta al coronel Patricio Campbell, precisamente desde Guayaquil, el 5 de agosto de 1829, le advertía: "Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad." (Esto escribió cuando Carlos Marx tenía 11 años, Federico Engels 9, faltaban 40 años para que naciera Lenín, 23 para que nazca José Martí y 25 para el nacimiento de José Peralta). En carta a Francisco de Paula Santander, desde Potosí, el 21 de octubre de 1825, le decía: "Aborrezco a esa canalla de tal modo, que no quisiera que se diga que un colombiano hacía nada como ellos." Al mismo Santander, embajador de la Gran Colombia en Washington, el 30 de mayo de 1825, le recordaba con su puño y letra: "Los americanos del Norte tienen el carácter de heterogéneos para nosotros. Por lo mismo, jamás seré de la opinión que los convidemos para nuestros arreglos americanos." (Recriminándolo por haberlos invitado al Congreso Anfictiónico de Panamá, al que denominó "La liga de unión perpetua entre las nacientes repúblicas de la América antes española"). Y también le señalaba, en carta del 13 de junio de 1826: "yo recomiendo a Usted que tenga la mayor vigilancia sobre estos americanos (del Norte) que frecuentan las costas: son capaces de vender a Colombia por un real ... " En misiva a Estanislao Vergara, el 20 de septiembre de 1829, reconocía que "Los Estados Unidos son los peores y son los más fuertes al mismo tiempo." Por ello seguramente, para agradar al gobierno yanqui, conocidos políticos pronorteamericanos (ecuagringos, según generosa definición de Jaime Galarza), que más de media vida pasan en Miami, rabiosos contra quien no cometió otro delito que ayudarnos en nuestra independencia y a rechazar toda forma de colonialismo y atentado a la soberanía nacional de nuestras comunidades, decidieron morderle la mano, a espaldas del hidalgo y bolivariano pueblo de Guayaquil, y revocar un homenaje de múltiples generaciones patriotas y retirar el nombre de Simón Bolívar del aeropuerto internacional de dicha hermana ciudad, en conducta que a estos seres ingratos los retrata de cuerpo entero. Si alguien supone que las ideas patrióticas y sueños humanistas e integracionistas del libertador están superados u olvidados, y que para ello contribuye borrar su nombre, está profundamente equivocado. Simón Bolívar y Antonio José de Sucre jamás araron en el mar; por ello sus anhelos libertarios e ideales justicieros más esplendorosos retumban por todos los confines y germinan, con el aroma de pólvora y selvas, sabanas y valles, playas y collados, mares y ríos, en el pecho fervoroso y corazón indomesticable de incontables millones de latinoamericanos. Quito, septiembre del 2006. - Diego Delgado Jara, profesor de la Universidad de Cuenca y de la Universidad Central del Ecuador; abogado en libre ejercicio; ex legislador; colaborador de ALTERCOM.
https://www.alainet.org/en/node/117155
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