La Cumbre Energética de Isla Margarita en Venezuela ha traído decisiones trascendentales a la palestra latinoamericana. Algo elemental como la unión pero que estaba olvidado desde 1830, año en que murió el ideólogo de integración latinoamericana Libertador Simón Bolívar y sus planes de construir unión de repúblicas soberanas en el continente, además de modernización y poder popular.

En abril 2007, doce presidentes dieron su visto bueno para esta iniciativa de alcance histórico y universal, dado que Sudamérica, en este caso, puede ofrecer al mundo ante todo filosofía de largo plazo y en consecuencia logre planificar futuro de la región y aún planeta en forma indirecta, pero en forma armoniosa, tecnointeligente y pacífica. Filosofía extraña a gringos y europeos.

Con la Comunidad Europea, que acaba cumplir 50 años de vida, existen diferencias de concepción y filosofía. UNION NACIONES DE SURAMERICA (UNASUR) aspira a incluir a los pobres de la tierra, comenzando por esta región oprimida y explotada por sistema financiero internacional. Sistema maldito apoyado en oligarquías locales de antes y ahora, como fracasados gobiernos de ex-presidentes neoliberales, Sanguinetti, Fox, Cardozo, Menem, Sánchez de Lozada y otros. Amén de dictadores genocidas aliados del imperio, como Videla, Pinochet, Bánzer, etc. Es decir este panorama es reflejo más exacto de continente rico en materias primas y recursos humanos, pero preso del imperio a través de cuantiosas deudas externas y oligarquías ladronas acostumbradas a depositar fortunas en Miami.

No todos presidentes sudamericanos que acudieron a cita energética en Venezuela Bolivariana tenían y tienen claro que unión e integración suramericana hacen fuerza y permite enfrentar poderío de imperios gringo y también europeo, fueron pueblos responsables que exigían y estaban pidiendo a gritos y con peleas callejeras, soluciones para problemas elementales como comida contra el hambre, planes sociales de vivienda y trabajo, educación y universidades tecnológicas populares gratuitas, lucha contra corrupción y violencia, medio ambiente sano y hábitat solidario y sostenible.

Los presidentes de región sudamericana han firmado nacimiento de UNASUR con diferente grado de compromiso, pero porque es alternativa a neoliberalismo fracasado introducido por llamado Consenso Washington 1990 y es apoyo firme para enfrentar presión criminal y antihumana de FMI y BM para cobrar deudas externas impagables e incobrables de hecho.

Países bolivarianos como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y también Argentina, se están dando modos imaginativos para eliminar deudas externas insufribles, como reciente declaración de Venezuela Bolivariana en sentido de haber eliminado con antelación pago total y definitivo de deudas a FMI y BM. Es liberación nacional y social con dignidad.

Tal como explicó públicamente ministro economía y finanzas del poder popular a estos organismos financieros, “gracias señores pero sus servicios ya no son necesitados en Venezuela Bolivariana, vayan a oprimir a otro sitio pero aquí nunca más”. Otro sitio, lamentablemente, es el resto del mundo que debe inclinarse cada año ante FMI y BM para pagar puntualmente deudas viejas con nuevos préstamos. Círculo vicioso que se ha roto en Venezuela Bolivariana, y se ha convertido en virtuoso, porque recursos económicos ahora servirán para pagar deudas internas.

En este mismo camino, Bolivia ha reducido más de 50% de deuda con FMI y BM, Ecuador está en camino de pagar todo al FMI, Argentina con ayuda venezolana ha disminuido deuda en bonos a corto plazo. Nicaragua espera ayuda, tal como debe ser entre países bolivarianos, de Banco Sur, países ALBA y UNASUR para eliminar igualmente astronómica deuda en comparación a PIB nacional nica. Con este mismo camino y soluciones se abren, con tareas asignadas a UNASUR, para ayudar a Brasil que tiene deuda astronómica aproximada en 200 mil millones dólares.

UNASUR ha lanzado asimismo plan energético regional, que pretende en resumen construir gasoductos, oleoductos, refinerías, petroquímicas, termoeléctricas, hidroeléctricas, barcos de transporte, plantas de separación y fraccionamiento, plantas GTL para producir diesel ecológico, plantas GNL para abastecer con gas natural a cada pueblo y villa suramericanos, por más alejados y recóndidos que se encuentren, y en cada país, estado, departamento, región y provincia.

Estas acciones en términos científicos reciben nombre adecuado planificación y gerencia energética sostenible, con previsión, sostenibilidad, largo plazo y beneficio mutuo incluidos. Así, gasoductos sur y nordeste podrán abastecer a países de la región sudamericana, con gas natural y GLP baratos y abundantes. Pero también vía Banco Sur y CAF financiar construcción de hidroeléctricas en ríos Madera, Beni, Mamoré, amazónicos, platenses, andinos y otros.

Se trata elevar la producción energética suramericana a por menos mil millones kilovatios (KW) de potencia instalada, cifra comparable pero todavía inferior a que posee EE.UU.. En todo caso, mucho mejor que 160 millones KW instalados de Brasil y otro tanto de resto países sudamericanos. UNASUR aspira a tener igual o mayor potencia energética instalada que EE.UU. y Canadá juntos, pero con criterio social para beneficio de pueblos, industrias, turismo y transporte, no con derroche y lujos innecesarios que contradicen miseria de continentes.

El nivel consumo de energía en países UNASUR es igualmente bajo. Brasil consume per-cápita diez veces menos que EE.UU., Europa o Japón. Bolivia a su vez consume diez veces menos per-cápita que Brasil, y así sucesivamente. Pero nueva política de integración podría transformar cuadro energético de la región. Bolivia, por ejemplo, tiene capacidad en ríos andinos, amazónicos como Madera, Mamoré y Beni y platenses para instalar represas hidroeléctricas por más de 500 millones de KW en forma inmediata, de acuerdo a requerimientos de industrias endógenas y de países UNASUR.

Venezuela Bolivariana y Bolivia pueden abastecer de gas natural a países UNASUR para empleo de industrias regionales, pero también domiciliario y vehicular, ya que es económico y ecológico. A cambio, países UNASUR deberían ayudar paralelamente a Bolivia e YPFB para librarse de transnacionales que han permanecido con 49% acciones. PETROSUR y PDVSA deberían ayudar a YPFB para recobrar reservas gasíferas todavía en poder de dichas transnacionales, pese a esfuerzo valiente y ponderado en nacionalización de Gobierno nacional Evo Morales.

Para que haya verdadera independencia energética, política y social en UNASUR, debe existir colaboración entre ellos, como ejemplo para apoyar financieramente al nacimiento Banco Sur, que mientras mayor capital de giro tenga por aporte de sus fundadores, mayores serán posibilidades de industrias y empresas de la región para prestarse capital en condiciones blandas y a largo plazo.

UNASUR se podrá apoyar pronto en potencial creciente de Banco Sur, que podría contar con recursos ilimitados en el futuro, si tanto Venezuela Bolivariana como Bolivia, Ecuador y Argentina, decidieran poner sus reservas hidrocarburíferas y minerales, como garantía para cooptar préstamos blandos del mundo financiero globalizado. CAF y su presidente Enrique García ya realiza esta triangulación prestando a la región seis mil millones dólares al año. O sea que el Banco del Sur podría multiplicar este giro en corto plazo. El Banco del Sur es la solución de fondo para la modernización regional con equidad.