El Fiscal para agresiones a periodistas

12/07/2007
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Nuevamente se corrobora, con la agresión no exenta de golpes y puntapiés a los reporteros de la fuente de la Cámara de Diputados por parte de la "guaruriza" del mal llamado fiscal especial para la Atención de Delitos contra Periodistas, Alberto Orellana Wiarco, que los fiscales especiales en nuestro país sirven para dos cosas: para nada y para lo mismo; además han sido y son un verdadero fiasco y algunos de ellos han resultado un fraude, y el mencionado si tiene un poco de vergüenza debería de inmediato presentar su renuncia o cuando menos cambiar su nombramiento por el que le es apropiado: Fiscal Especial para Agresiones a Periodistas.

Este individuo que tendrá un cargado currículum de estudios en materias criminológicas y penales, que seguramente es un efectivo notario público, pero que jamás se ha manejado en la procuración y administración de justicia, fue llamado para el delicado puesto por un solo mérito: ser coterráneo de su jefe inmediato el subprocurador de Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad de la Procuraduría General de la República, Juan de Dios Castro Lozano

Antes de la brutal y estúpida agresión a los comunicadores parlamentarios de sus guardias personales, que obviamente son pagados por el pueblo, el fiscal Orellana Wiarco, sin inmutarse fue a descubrir el Océano Pacífico, pues como todas las autoridades cuando se refieren a los atentados a periodistas se limitan a las cifras y a las estadísticas y nada absolutamente nada sobre las investigaciones y de llevar a los autores intelectuales y materiales ante la justicia.

Informó que entre el 15 de febrero de 2006 y el 30 de junio de 2007, último año de Vicente Fox Quesada y el primero de Felipe Calderón Hinojosa, se cometieron 170 delitos contra comunicadores, de los cuales, aseguró, 23 por ciento de ellos fueron cometidos por el crimen organizado, otro 20 por ciento por gobiernos estatales, municipales “y en ocasiones” por dependencias federales, y el resto, por particulares que consideran indebidamente que una información les afecta. Si son exactas estás cifras, es de preguntarse por qué no se detiene a los culpables.

Sin petición alguna, Orellana Wiarco aseguró que "en ningún caso se fabricarán culpables", pero eso sí solicitó a la comisión legislativa ante la que compareció, promuevan una reforma que permita la permanencia de la Fiscalía y la asignación de un presupuesto fijo. Dinero es lo que pidió, pero nada de resultados en su trabajo

Evitó hablar de los 68 periodistas asesinados de 1983 a la fecha, de los 7 de los 9 periodistas desaparecidos desde el supuesto gobierno del cambio a estos días, los dos restantes fueron encontrados muertos por lo que ya forman parte de la lista lúgubre, y los cientos de todo tipo de agresiones tanto a los comunicadores como a sus medios. Todo este fenómeno social que no nos cansaremos de denunciar, porque tiene como propósito socavar las libertades de prensa y expresión.

El presidente de dicha Comisión Legislativa para dar Seguimiento a los Agresiones y Periodistas y Medios de Comunicación, el respetado panista, Jorge Priego, lamentó el incidente y consideró que los reporteros agredidos están en su derecho de presentar una denuncia ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, porqué ante esa comisión, porque el legislador reconoció la contradicción de que este hecho no puede ser atendido por el fiscal Orellana Wiarco tendría que investigarse a sí mismo. Así están las cosas con este flamante Fiscal Especial para Agresiones a Periodistas.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.

www.ciap-felap.org

 www.fapermex.com

https://www.alainet.org/en/node/122210
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