Las organizaciones trasnacionales: Reporteros sin Fronteras, RSF y Sociedad Interamericana de Prensa, SIP que se han autodefinido como defensoras de las libertades de prensa y expresión e impulsoras del derecho a la información, nuevamente han sido desenmascaradas y por consecuencia descalificadas por grupos de periodistas latinoamericanos, verdaderos luchadores de la integración gremial.

La primera, la RSF con sede en París, Francia, es presidida por el galo, ex agente de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, la temible CIA, Robert Ménard desde 1985 y con un presupuesto millonario que le permite sostener sucursales en varias partes del extranjero, se ha caracterizado por defender una agenda política e intereses bien precisos.

En la misma situación se ubica la SIP, con sede en Washington, Estados Unidos, la cual en comparación con la anterior cambia la dirigencia entre sus socios, es en verdad una defensora de los intereses de los empresarios editoriales, eso de ninguna manera sería criticable porque es legítimo, lo intolerable es que se erige en representante de los periodistas, cuando existe una distancia enorme entre los primeros y los verdaderos hacedores del periodismo.

La Agencia Nacional de Comunicación, UNC y la Unión de Trabajadores de la Prensa de Buenos Aires, UTPBA, mediante un trabajo de investigación descubre la superchería de Reporteros Sin Fronteras al comprobar los insólitos criterios a los que recurre siempre para clasificar a la prensa de cada país.

Por su parte, colegas latinoamericanos convocados por la Organización no Gubernamental Periodistas por la Verdad, a un Encuentro Gremial en Caracas, Venezuela, acusaron a la Sociedad Interamericana de Prensa de haber convertido la información en una mercancía de cambio a nivel global. Ambas desde luego obedecen siempre a los criterios y fobias que marca la gran potencia del mundo

ANC-UTPBA no elucubran, demuestran su aserto al descubrir que la “clasificación mundial de la libertad de prensa 2007” de RSF, está salpicada de contradicciones, no es más que una superchería al defender una agenda política e intereses bien precisos.

RSF utiliza 50 criterios repartidos en 7 categorías que enumera por orden de importancia, para establecer su clasificación que concierne al periodo que va del 1 de septiembre de 2006 a la misma fecha de 2007, sin dimensionar el significado entre una agresión y un asesinato o de un encarcelamiento de una desaparición forzada.

Así, a partir esos y otros criterios interesados, RSF establece su clasificación anual que incluye a 169 países de todo el mundo. Según las estadísticas de la organización, 105 periodistas fueron asesinados en ese periodo. El país más mortal es Irak donde al menos 62 periodistas perdieron la vida, seguido por México (8), Somalia (7), Pakistán (4), Afganistán (4), Sri Lanka (2) y Eritrea (2). Es el caso observar que estos países ocupan los últimos rangos de la clasificación ya que Robert Ménard resalta prioritariamente sus criterios políticos e ideológicos.

De ese modo, ¿cómo explicar la clasificación de Cuba en el número 165, cuando ningún periodista ha sido asesinado allí desde 1959? ¿Por qué esta nación está detrás de Irak, México, Somalia, Pakistán, Afganistán, Sri Lanka, Brasil, China, del propio Estados Unidos y otros donde por lo menos un periodista perdió la vida? RSF habla de periodistas encarcelados en Cuba para justificar esta mala clasificación. Admitiendo que tenga razón la organización -lo que está lejos de ser el caso-, ¿acaso asesinar a periodistas sería menos grave que encarcelarlos? (Consultar página: www.utpba.net )

RSF tiene una obsesión tan grande con Cuba que no vacila en contradecirse de manera burda y ¿por qué incluye a esta nación en la lista negra? Simplemente por que recibe financiamiento de la oficina pantalla de la CIA que es la National Endowment for Democracy, NED.

Luego de tres días de deliberaciones, los informadores reunidos en Caracas aprobaron una declaración leída por el argentino Ariel Magirense que repudia la pretensión de la SIP de convertirse en jueces de la libertad de expresión. La historia de América Latina evidencia, dice el documento, que esa organización de empresarios ha sido cómplice y legitimadora de todas las acciones antidemocráticas y represivas contra nuestros pueblos.

Es de recordarse que una de las razones por las que se creo en México la Federación Latinoamericana de Periodistas en 1976, fue precisamente por las clasificaciones sesgadas de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP. Ahora más que nunca se precisa su existencia y su continuo reforzamiento ante el engaño de Reporteros Sin Fronteras, RSF, y desde luego, ante el recrudecimiento mundial de toda clase de atentados a los periodistas.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP. teodoro@libertas.com.mx
www.ciap-felap.org