El caso de Los Cinco Cubanos
La “justicia” yanqui: un sistema pútrido
22/06/2008
- Opinión
Con más de siete millones de procesados y dos millones en las cárceles Estados Unidos tiene la mayor cantidad de presos en el mundo según información publicada el 13 de junio/08 en “El Mercurio, periódico conservador chileno. Sin embargo esas cifras no son signo de eficiencia pues el sistema penal imperante allí es repulsivo e injusto al tenor de numerosos ejemplos. Los datos provienen de la Oficina de Estadística de la Justicia la cual señala que de todos los prisioneros, uno de cada quince es negro y uno de cada 35, hispano.
El cinco de enero pasado, la agencia estadounidense Associated Press (AP) informaba que Charles Chatman fue liberado luego de permanecer 26 años encarcelado en Dallas acusado de violación y condenado a 99 años cuando era veinteañero. Chatman es afro americano y su inocencia se probó mediante el ADN con evidencias que estuvieron almacenadas durante casi tres décadas. El veredicto deja a Chatman como el décimo quinto declarado inocente en Dallas desde 2001, apunta AP.
Charles Fain, ex combatiente en Vietnam, condenado a muerte en 1982 acusado de violación a una niña de nueve años, fue liberado 19 años después (2001) cuando una prueba de ADN comprobó su inocencia. Fain fue esa vez el número 96 en EE.UU. en la liberación de condenados a muerte que luego resultaron inocentes. “La liberación de Charles Fain ha despertado dudas en Estados Unidos sobre los procedimientos y procesos para determinar la culpabilidad de delitos graves” comentó entonces la agencia española EFE.
El matrimonio formado por Julios Rosenberg y Ethel Greenglass fue electrocutado el 19 de junio de 1953 en la prisión de Sing-Sing, acusados de espiar para la URSS en un juicio que duró tres años y provocó conmoción mundial. Medio siglo después, en 2001, David Greenglass declaraba enfáticamente a un reportero de CBS que él había inventado la única prueba contra su hermana Ethel con el propósito de salvarse él mismo. A cambio del frecuente “acuerdo” con testigos falsos en la justicia de EE.UU., David Greenglass fue condenado sólo a cárcel y quedó libre en 1960. Su hermana Ethel sostuvo antes de morir: “somos las primeras víctimas del fascismo norteamericano”.
El juicio y las condenas de los Rosenberg fueron de corte netamente político, en el marco de la guerra de Corea y cuando había en EE.UU. un fuerte de pánico por el poderío de la entonces Unión Soviética. Los procedimientos penales estaban y están ejecutados por mentes prejuiciosas y marcados de esa manera por la arbitrariedad. Una prueba de ello es lo que dijo el juez Irving Kauman al anunciar la sentencia: “Es muy difícil hacer comprender a la gente que este país está comprometido en una lucha de vida o muerte con un sistema distinto que está desafiando nuestra propia existencia”(sic) Cosas análogas había proclamado antes Hitler acerca del comunismo y de los judíos.
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, ambos emigrantes italianos, fueron ejecutados en EE.UU. el 23 de agosto de 1926. Imputados de robo y homicidio fueron objeto de un proceso plagado de ilegalidad y racismo manifiesto. La sentencia del juez Webster Thayer se basó en el veredicto de “culpables” emitido al margen de pruebas materiales por un jurado de siete personas. En 1977, es decir, transcurrido 51 años el gobernador de Massachussets, Michael Dukakis diría en una declaración especial que aquellos ajusticiados “fueron objeto de prejuicios que reinaban en la época respecto de los extranjeros y los disidentes”. En la práctica y de manera muy directa afirmó que murieron inocentes.
Veamos el presente. En enero de 2008 el ciudadano estadounidense José Padilla fue condenado a 17 años de prisión acusado de haber respaldado a la organización islamista Al Qaeda. El fallo fue expedido en Miami por la jueza federal Marcia Cooke quien se basó en una investigación cuestionada por organizaciones de derechos humanos, y se apoyó asimismo en la declaración del gobierno en Washington que calificó al acusado de “combatiente enemigo”. Padilla, de origen puertorriqueño y detenido en 2002 permaneció durante tres años en un calabozo militar de Carolina del Norte sin ninguna acusación formal. Del mismo costal son el campo de concentración de Guantánamo y las ilegalidades sin cuenta allí aplicadas, como es la tortura.
Los casos descritos ilustran el difícil ámbito inicuo que enfrentan los cubanos sentenciados en Miami cuya situación es conocida como el “Caso de los Cinco”.En 2008 cumplen diez años desde su detención y las condenas siguientes dictaminadas en 2001: Gerardo Hernández, dos condenas a prisión perpetua; Antonio Guerrero:, perpetua; Ramón Labañino, perpetua; Fernando González, 19 años, y René González, 15 años. Contra ellos se ha materializado una extensa lista de ilegalidades al extremo de que en mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de Naciones Unidas, declaraba: “La privación de libertad de (nombres de los cubanos) es arbitraria, está en contravención del artículo 14 de la Convención internacional de Derechos Políticos y Civiles”.
Aunque motejados de “espías” por la prensa y funcionarios estadounidenses, el gobierno no presentó (en 2002) una acusación d espionaje, sino de conspiración, léase, de un acuerdo para cometer un delito. Dicho de otro modo, no hubo presentación de pruebas y se efectuó un juicio político con un jurado integrado por anticubanos de Miami. La verdad, admitida por La Habana, es que Los Cinco recogían información acerca de los permanentes preparativos de actos terroristas perpetrados en la isla y que han provocado miles de muertos. Lo que procuraban, pues, era prevenir los ataques contra Cuba y salvar vida. Ello explica, asimismo, que ayer y hoy se desarrollen en nivel planetario acciones de solidaridad con esos patriotas cubanos.
En junio de 2001, durante una conferencia de prensa en La Habana y en respuesta a una pregunta de CNN sobre Los Cinco, Fidel Castro manifestó:
“Lo primero que me llamó la atención y así lo denunciamos en Naciones Unidas fue que resultaba asombroso que el país más espiador del mundo acusase de espionaje al país más espiado del mundo. (Estados Unidos) tiene todo un sistema de espionaje montado independientemente de que sus satélites son capaces de descubrir un gato en una azotea de cualquier casa de La Habana. Es bueno decir aquí que a nosotros no nos interesa ningún tipo de información sobre cuestiones estratégicas de Estados Unidos, ni nos interesa en absoluto, porque carecen de utilidad práctica para nosotros”.
Hernán Uribe
Periodista/escritor chileno
El cinco de enero pasado, la agencia estadounidense Associated Press (AP) informaba que Charles Chatman fue liberado luego de permanecer 26 años encarcelado en Dallas acusado de violación y condenado a 99 años cuando era veinteañero. Chatman es afro americano y su inocencia se probó mediante el ADN con evidencias que estuvieron almacenadas durante casi tres décadas. El veredicto deja a Chatman como el décimo quinto declarado inocente en Dallas desde 2001, apunta AP.
Charles Fain, ex combatiente en Vietnam, condenado a muerte en 1982 acusado de violación a una niña de nueve años, fue liberado 19 años después (2001) cuando una prueba de ADN comprobó su inocencia. Fain fue esa vez el número 96 en EE.UU. en la liberación de condenados a muerte que luego resultaron inocentes. “La liberación de Charles Fain ha despertado dudas en Estados Unidos sobre los procedimientos y procesos para determinar la culpabilidad de delitos graves” comentó entonces la agencia española EFE.
El matrimonio formado por Julios Rosenberg y Ethel Greenglass fue electrocutado el 19 de junio de 1953 en la prisión de Sing-Sing, acusados de espiar para la URSS en un juicio que duró tres años y provocó conmoción mundial. Medio siglo después, en 2001, David Greenglass declaraba enfáticamente a un reportero de CBS que él había inventado la única prueba contra su hermana Ethel con el propósito de salvarse él mismo. A cambio del frecuente “acuerdo” con testigos falsos en la justicia de EE.UU., David Greenglass fue condenado sólo a cárcel y quedó libre en 1960. Su hermana Ethel sostuvo antes de morir: “somos las primeras víctimas del fascismo norteamericano”.
El juicio y las condenas de los Rosenberg fueron de corte netamente político, en el marco de la guerra de Corea y cuando había en EE.UU. un fuerte de pánico por el poderío de la entonces Unión Soviética. Los procedimientos penales estaban y están ejecutados por mentes prejuiciosas y marcados de esa manera por la arbitrariedad. Una prueba de ello es lo que dijo el juez Irving Kauman al anunciar la sentencia: “Es muy difícil hacer comprender a la gente que este país está comprometido en una lucha de vida o muerte con un sistema distinto que está desafiando nuestra propia existencia”(sic) Cosas análogas había proclamado antes Hitler acerca del comunismo y de los judíos.
Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, ambos emigrantes italianos, fueron ejecutados en EE.UU. el 23 de agosto de 1926. Imputados de robo y homicidio fueron objeto de un proceso plagado de ilegalidad y racismo manifiesto. La sentencia del juez Webster Thayer se basó en el veredicto de “culpables” emitido al margen de pruebas materiales por un jurado de siete personas. En 1977, es decir, transcurrido 51 años el gobernador de Massachussets, Michael Dukakis diría en una declaración especial que aquellos ajusticiados “fueron objeto de prejuicios que reinaban en la época respecto de los extranjeros y los disidentes”. En la práctica y de manera muy directa afirmó que murieron inocentes.
Veamos el presente. En enero de 2008 el ciudadano estadounidense José Padilla fue condenado a 17 años de prisión acusado de haber respaldado a la organización islamista Al Qaeda. El fallo fue expedido en Miami por la jueza federal Marcia Cooke quien se basó en una investigación cuestionada por organizaciones de derechos humanos, y se apoyó asimismo en la declaración del gobierno en Washington que calificó al acusado de “combatiente enemigo”. Padilla, de origen puertorriqueño y detenido en 2002 permaneció durante tres años en un calabozo militar de Carolina del Norte sin ninguna acusación formal. Del mismo costal son el campo de concentración de Guantánamo y las ilegalidades sin cuenta allí aplicadas, como es la tortura.
Los casos descritos ilustran el difícil ámbito inicuo que enfrentan los cubanos sentenciados en Miami cuya situación es conocida como el “Caso de los Cinco”.En 2008 cumplen diez años desde su detención y las condenas siguientes dictaminadas en 2001: Gerardo Hernández, dos condenas a prisión perpetua; Antonio Guerrero:, perpetua; Ramón Labañino, perpetua; Fernando González, 19 años, y René González, 15 años. Contra ellos se ha materializado una extensa lista de ilegalidades al extremo de que en mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de Naciones Unidas, declaraba: “La privación de libertad de (nombres de los cubanos) es arbitraria, está en contravención del artículo 14 de la Convención internacional de Derechos Políticos y Civiles”.
Aunque motejados de “espías” por la prensa y funcionarios estadounidenses, el gobierno no presentó (en 2002) una acusación d espionaje, sino de conspiración, léase, de un acuerdo para cometer un delito. Dicho de otro modo, no hubo presentación de pruebas y se efectuó un juicio político con un jurado integrado por anticubanos de Miami. La verdad, admitida por La Habana, es que Los Cinco recogían información acerca de los permanentes preparativos de actos terroristas perpetrados en la isla y que han provocado miles de muertos. Lo que procuraban, pues, era prevenir los ataques contra Cuba y salvar vida. Ello explica, asimismo, que ayer y hoy se desarrollen en nivel planetario acciones de solidaridad con esos patriotas cubanos.
En junio de 2001, durante una conferencia de prensa en La Habana y en respuesta a una pregunta de CNN sobre Los Cinco, Fidel Castro manifestó:
“Lo primero que me llamó la atención y así lo denunciamos en Naciones Unidas fue que resultaba asombroso que el país más espiador del mundo acusase de espionaje al país más espiado del mundo. (Estados Unidos) tiene todo un sistema de espionaje montado independientemente de que sus satélites son capaces de descubrir un gato en una azotea de cualquier casa de La Habana. Es bueno decir aquí que a nosotros no nos interesa ningún tipo de información sobre cuestiones estratégicas de Estados Unidos, ni nos interesa en absoluto, porque carecen de utilidad práctica para nosotros”.
Hernán Uribe
Periodista/escritor chileno
https://www.alainet.org/en/node/128301?language=en
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