Universidad del Magdalena, gravemente amenazada… ¿Quién responde?

11/09/2008
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La Universidad del Magdalena es una de las principales instituciones públicas que cuenta con un alto prestigio tanto en el Distrito Turístico de Santa Marta, ciudad donde se encuentran sus instalaciones principales, al igual que en el departamento del Magdalena, como en la región Caribe de Colombia y el país entero. Así lo evidenció un estudio sobre cultura ciudadana coordinado por el ex - alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, en el marco de un convenio celebrado por la Fundación Terpel-Ecopetrol.

Lo positivo que tiene para mostrar la Universidad del Magdalena se logró entre 1999 y el 2006 gracias al liderazgo transformador del rector, Carlos Eduardo Caicedo Omar. Durante el periodo mencionado se crearon más de 15 programas académicos (administración de empresas, biología, ingeniería de sistemas e ingeniería civil, medicina, odontología, antropología, cine y televisión, derecho...), se amplió la población estudiantil de 2.100 estudiantes a más de 10.000 matriculados; se crearon programas de bienestar y equidad con becas y subsidios a favor de los estudiantes con mejores promedios, y de bajos estratos socioeconómicos.

A la vez contrasta su quehacer universitario, como nota positiva de la región Caribe, frente a los abrumadores hechos que azotan y convulsionan nuestras ciudades: violencia paramilitar, narcotráfico, guerrilla, bandas emergentes, corrupción, clientelismo, parapolítica, desastres ecológicos…

A pesar que no todo es destrucción o barbarie, ni los malos no son la mayoría en esta tierra buena y trabajadora, los pocos violentos y corruptos del Magdalena han pretendido acabar o tomarse la universidad. Por ello amenazan de muerte al rector encargado, médico Juan Carlos Dib, así como persiguieron y empapelaron al rector titular, Carlos Caicedo Omar, quien se encuentra suspendido del cargo por un proceso que aún no se resuelve definitivamente. Ambos se resistieron a la corrupción y a las presiones de sectores clientelares del departamento. La sociedad y la comunidad universitaria se sienten inermes porque perciben que la seguridad no funciona.

Por esa razón el rector Dib, renunció y volvió a renunciar irrevocablemente esta semana muy a pesar de que la comunidad universitaria le pidió que se quedara, al mismo tiempo el Gobierno nacional y departamental le ofrecieran "medidas de seguridad", pero la verdad es que él sigue temiendo por su vida y anunció que se retira de la universidad y hasta tendría que exiliarse en otro lugar del país o del mundo para poner a salvo su vida y la de su familia.

Pareciera que en el Magdalena, no hubiera garantías para desempañarse como rector de la única universidad pública en este territorio. ¿Qué pasa entonces con la seguridad democrática?

La Universidad del Magdalena, como institución de alta calidad educativa donde se ventilan abiertamente diversos tópicos del saber humano, es una estrella que brilla con luz propia, y brinda una luz esperanzadora a mucha gente y al desarrollo del territorio. La verdad sea dicha, para que sea respetada y valorada como tal, toda universidad debe ser la conciencia critica y el alma intelectual y cultural de la sociedad, si la silencian o la someten los violentos, entonces la inteligencia y la juventud de esa misma está en riesgo, y eso en cualquier sociedad democrática es grave, muy grave.

Desde finales de los años 90 la Universidad del Magdalena reapareció en el escenario nacional con ocasión del proceso de reestructuración y modernización que hizo posible su proyección actual. A principio del nuevo siglo (2000-2002), apareció en los registros de prensa nacional con ocasión de las muertes de dos docentes y un estudiante.

Recuérdese que el profesor y sociólogo, Alfredo Correa D´Andreis fue rector elegido, pero sólo estuvo un mes en el cargo, prácticamente lo obligaron a renunciar y años más tarde fue asesinado en Barranquilla, precisamente en el mes de septiembre del año 2004, para ser más exactos, el diecisiete se cumplen cuatro años de éste atentado en el que sus autores han aceptado y reconocido públicamente su participación, siendo miembros activos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) del litoral Atlántico bajo el mando del reconocido jefe paramilitar "Jorge 40".

Todos estos asesinatos han sido reivindicados por las AUC del Caribe, como parte de la estrategia deliberada de los paramilitares de eliminar a la izquierda y a la intelectualidad comprometida con los cambios sociales y culturales en la región y el país. Lo anterior surge del acervo probatorio que han recopilado los fiscales y jueces encargados de adelantar las diligencias judiciales respectivas sobre los casos de incursiones paramilitares en el país (recepción de testimonios, declaraciones de parte, inspecciones judiciales y demás pertinentes), además, quedan toda una serie de interrogantes de los que se esperan sean resueltos de manera pronta, clara, transparente con directos responsables cumpliendo con sus sanciones y penas.

La comunidad universitaria y la ciudadanía samaria, magdalenense, caribeña y colombiana en general que es por naturaleza pacífica, estudiosa y deseosa de surgir en medio de tantas incertidumbres, zozobras, presiones y amenazas que atentan contra las directivas de la Universidad del Magdalena esperan que cesen todo tipo de acciones violentas prontamente, para bien de nuestro Caribe colombiano y el país en general.

Septiembre, 12 de 2008

- Fabio Monroy Martínez es abogado-Periodista

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
https://www.alainet.org/en/node/129725
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