La caída de Wall Street

29/09/2008
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“Menos mal que con las elecciones a la vuelta de la esquina, los congresistas temen más a Bush que a Al Qaeda”, opinó un periódico europeo al enterarse que el Congreso rechazara la solicitud de 700 mil millones de dólares hecha por la Casa Blanca. .La caída de Wall Street refleja la crisis del capitalismo mundial. Representa un eslabón más en el espiral que se expresa en la crisis de los precios de los hidrocarburos y de alimentos, en la crisis climática y en la crisis de las guerras imperiales.

Para los panameños que leen a Joseph Stiglitz, premio Nóbel de Economía, la crisis mundial tiene fuertes similitudes con la situación de Panamá. Wall Street hundió a la economía norteamericana. En Panamá los economistas atrincherados en el Palacio de las Garzas (Presidencia) están cavando un hueco del cual será casi imposible sacar el país. Siguen escondidos detrás de los textos fundamentales redactados en la década de 1970. Además, mantienen un silencio hermético sobre el destino de más de mil millones de dólares apostados a la bolsa de Nueva York con fondos de los pensionados panameños, del Canal de Panamá y tantos otros ahorristas. Un periódico más conservador de la localidad informa que el sistema financiero de Panamá tiene un poco menos de 400 millones de dólares invertidos en Wall Street.

Stiglitz denuncia a los oligarcas financieros norteamericanos que han cosechado miles de millones de dólares alardeando de que ayudaban a gestionar el riesgo y a asignar el capital con eficacia. La crisis de Wall Street ha demostrado que los “consultores” son unos farsantes. Han gestionado las finanzas con los pies, arruinando la vida de casi 50 millones de familias norteamericanas. Hay 4 millones de familias que perdieron sus casas por las quiebras bancarias. Wall Street se cree con el derecho de ser rescatado por los mismos que arruinaron a nombre del fundamentalismo neoliberal.

EEUU se está ahogando, según Stiglitz. Agrega que la desigualdad social es la mayor desde la gran depresión hace ochenta años. La mayor parte del crecimiento económico de los últimos cinco años en EEUU se basó en una burbuja inmobiliaria, que ya estalló.

Stiglitz recomienda dar tres pasos para enfrentar la crisis:

1. Hay que rediseñar el sistema regulador. EEUU tiene un equipo que no cree en la planificación ni en la regulación. Para corregir el problema, lo primero que se necesita son líderes políticos responsables que crean en la planificación y en la regulación.

2. Hay que reglamentar los incentivos. Los “consultores” no gestionan el riesgo, lo producen.

3. Se necesita más transparencia. Había transparencia en un sentido técnico. Pero eran tan complejo que nadie lo entendía.

Stiglitz también emitió una opinión sobre el impacto del hundimiento de Wall Street a escala mundial. Según el Premio Nóbel, la crisis de Wall Street es para los fundamentalistas del mercado lo que la caída del muro de Berlín fue para los soviéticos: El modelo de organización económica no es sostenible. Es obvio para todos que la política de liberalización del mercado financiero es una farsa. El presidente de Francia, Nicolás Sarkosy, quiere que se haga una reunión al más alto nivel mundial para reestructurar el “mal capitalismo”, el sistema monetario y la sobreproducción. El problema no es el “mal capitalismo”. Es simplemente el “capitalismo” con sus crisis y ciclos periódicos.

De aquí en adelante, apunta Boaventura de Sousa Santos, “la primacía de los intereses nacionales podrá dictar no sólo medidas de protección y regulación específicas, sino también tasas de interés subsidiadas para apoyar a las industrias en peligro (como las que el Congreso de EEUU acaba de aprobar para el sector automotriz)”.

De Sousa plantea que “estamos frente a una nueva globalización pos-neoliberal. Emergen nuevos regionalismos, especialmente en América latina. Por su parte, la Unión Europea, el regionalismo más avanzado, tendrá que cambiar el curso neoliberal de su actual Comisión, si no quiere terminar como EEUU”.

El equipo (“team”) de “consultores” de la Presidencia panameña, insiste en que la crisis no afectará el sistema financiero del país. El “Team Martín” asegura que la burbuja inmobiliaria creada en Panamá durante los últimos cuatro años nunca estallará. Además, agrega que pronto los pobres y casi pobres (75 por ciento de los panameños) comenzarán a recibir las “gotas” prometidas hace décadas.

Excluyendo al “team” de Martín y a los neoliberales fundamentalistas, el resto del país esta conciente de que Panamá enfrenta una crisis de proporciones mayores. La crisis será igual o peor que la de EEUU (guardando proporciones). ¿Qué recomiendan los “consultores”? Nada. Absolutamente nada.

Los “consultores” panameños tienen otro conjunto de mentirillas para supuestamente mantener la burbuja:

1) El sistema regulador panameño es perfecto porque no existe.

2) La “mano invisible” resuelve todo lo relacionado con los incentivos.

3) En Panamá hay transparencia total. Deben entrar a la página web de la Presidencia.

A pesar de la crisis financiera, los “consultores” enviaron al presidente Martín Torrijos a Washington a firmar el 24 de septiembre una declaración trasnochada con el presidente Bush. Torrijos se comprometió a seguir respaldando la Ronda de Doha (enterrada la semana anterior), la Zona de Libre Comercio de Asia y el Pacífico, la Integración Económica de Centroamérica y el Acuerdo Estratégico Transpacífico. Además, para vergüenza de todos los istmeños, aprovechó su estadía en EEUU para tener una reunión semi-clandestina con Bush padre quien en 1989 invadiera militarmente a Panamá provocando la muerte de miles de personas inocentes.

Los “consultores” panameños han respondido que el hundimiento de Wall Street no afectará al mercado nacional porque no existe. Son los únicos que niegan la existencia de un proyecto de nación en Panamá. En realidad, lo que no existe es la posibilidad de ganarle al “casino” o, dicho de otra manera, al mercado financiero especulador sobre el cual pontifican los “consultores” neoliberales. Según estos consultores el mercado financiero especulador tiene dos opciones: Por un lado, robarse todo lo apostado o, por el otro, quebrar arrastrando a todos a la ruina. Santayana fue quien dijo que "los que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo".


- Marco A. Gandásegui, hijo, es docente de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) Justo Arosemena.


https://www.alainet.org/en/node/130124
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