Los y las intransigentes, inconformes con el estado de las cosas, siempre andan tramando algo, no cesan en sus intentos desestabilizadores, insisten en hacernos reflexionar, nos provocan, nos incitan al cambio, son como las hormiguitas, esas bichitas sistémicas, organizadas, solidarias y trabajadoras incansables. Están ahí, a veces invisibles; otras, haciendo algarabías, pero ahí siempre listas(os), para aprovechar descuidos y lanzarse con toda su fuerza y legitimidad sobre nosotras(os).

¡Y cómo no les vamos a creer, si la propuesta es legítima, justa e irrenunciable! ¿Puede alguien oponerse a la justicia generalizada o al derecho a la palabra? Dos pruebas irrefutables de lo afirmado ocurrieron en la semana: la presentación de Patria mi cuerpo, de la escritora y poetisa Carolina Escobar Sarti, y el libro Otra Comunicación, otro Desarrollo, de la serie Cocode.

Carolina, la feminista, desafía el conservadurismo de nuestra sociedad y lanza su invitación poética inspirada en el cuerpo, reivindica la libertad, el amor, la patria desangrada, y desmitifica los papeles que nos ha tocado cargar a cuestas, en un medio marcado por la hipocresía, el miedo, el machismo y las apariencias

Con su lenguaje, subvierte el orden establecido, rompe esquemas, escandaliza y sigue, necia, el derrotero de sus ancestras, quienes como ella han contribuido a que poco a poco las mujeres tengamos lo que teníamos que tener.

Por su parte, el Centro de Comunicación para el Desarrollo, en un libro transgresor del sistema impuesto, recoge la bandera de la Comunicación Alternativa, ese adelanto histórico donde la forma y el contenido se reencuentran con el contexto; esa propuesta que reivindica valores, que prioriza la función social, rechaza el amarillismo, antepone la verdad a la “objetividad” y, sobre todo, se esfuerza en la búsqueda de la transformación social.

La comunicación, ese motor del desarrollo que pasa inadvertido como el aire, el agua y la naturaleza, encuentra en la propuesta latinoamericana alternativa, surgida de los movimientos sociales, otras formas de ejercer un derecho humano fundamental privatizado por las empresas, perseguido por regímenes intolerantes, vilipendiado por políticos inescrupulosos, asediado por criminales y poco apreciado por la sociedad.

Estos dos libros abonan ese terreno y abren rutas para continuar palabreando nuestras ideas.
La reivindicación de la emisión del pensamiento, el derecho a la información plural y a la opinión emancipadora requieren de vigilancia, pues hay siempre tentaciones de coartarlos, con los riesgos que ello conlleva para la vida, la seguridad, la democracia, la gobernabilidad y el estado de Derecho.

En la defensa del derecho a la expresión hay muchos implicados, que monitorean, vigilan y defienden estas garantías frente a la represión y censura de que son objeto, por parte de actores diversos, entre ellos, los poderes paralelos, nuevos censores de la libertad de expresión.

Un espacio de convergencia alrededor de esa lucha, que constituye la red más grande del orbe en la defensa de dicha libertad, es la Red IFEX, que hoy inicia en Guatemala su reunión regional. ¡Bienvenidas(os)!

Guatemala, 26 de enero de 2009