Y nos vamos al Mundial

19/05/2010
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Tras sucumbir ante la selección nacional de Uruguay en el proceso de repechaje para obtener un boleto a la Copa del Mundo 2010, Costa Rica no pudo ocultar su frustración. En el partido de ida, celebrado el 14 de noviembre de 2009, la selección charrúa venció a los ticos en su casa, en San José, por la diferencia mínima, en tanto en Montevideo, en el partido de vuelta, celebrado el 18 de noviembre, el marcador 1 – 1 selló la suerte de Costa Rica. Pese a ello, numerosos hinchas ticos no dejarán pasar la oportunidad para viajar a Sudáfrica y presenciar los partidos de las 32 selecciones que sí lograron la clasificación al magno torneo.
 
Por ello, el Ministerio de Salud de Costa Rica, el pasado 11 de mayo, convocó a los ciudadanos que viajarán a Sudáfrica, a la abstinencia sexual, o bien a no tener relaciones sexuales casuales y si así lo hicieran, a que recurran al uso del preservativo para disminuir las posibilidades de contraer el VIH/SIDA. Aunque para muchos parece exagerada la recomendación de las autoridades ticas, el gobierno de ese país está actuando en el interés de su población, a la luz de la difícil situación que aqueja a Sudáfrica en torno al VIH/SIDA. Se trata del país con más cero-positivos a nivel mundial, con una población cercana a los 50 millones de personas, de los que, el 20 por ciento, o bien, 10 millones, portan el terrible virus.
 
¿Por qué el VIH/SIDA se propagó a esos niveles en Sudáfrica? Desafortunadamente no fue sino hasta el arribo del actual gobierno de Jacob Zuma, que Sudáfrica entendió que debía realizar acciones decisivas para enfrentar el problema. Su antecesor, Thabo Mbeki y su ministro de salud Manto Tshabalala-Msimang negaron el problema largamente e insistieron que en Sudáfrica las personas perecían a causa de la pobreza y la malnutrición y no por el VIH/SIDA. Como era de esperar, el número de infectados creció y la presión de la comunidad internacional para que el gobierno sudafricano modificara su actitud, se incrementó, en particular en 2007. Mbeki prohibió la entrega de antirretrovirales en los hospitales públicos sudafricanos, hecho que retrasó su distribución, lo que presumiblemente contribuyó a la muerte de cientos de miles de personas a causa del VIH/SIDA.
 
Previamente, en 2006, se produjo un enorme escándalo en el país cuando Jacob Zuma, actual Presidente de Sudáfrica, fue acusado por una mujer de 31 años, residente de Johannesburgo y portadora del VIH/SIDA, de violación ante los tribunales. Zuma afirmó durante el juicio que él no abusó de la mujer, sino que tuvieron relaciones sexuales con el consentimiento de ella. Lo más controvertido fue que el incidente ocurrió cuando él presidía el Consejo Nacional del SIDA y señaló además que sabía que la mujer era cero-positiva, pese a lo cual no usó ningún preservativo. Más absurdas fueron las declaraciones de Zuma cuando afirmó que inmediatamente después del acto sexual con la mujer, se dio una ducha como una manera de evitar el contagio del VIH/SIDA (sic). Aunque la corte lo exculpó de todos los cargos, las críticas no se hicieron esperar. La comunidad internacional reprochó a las autoridades sudafricanas la trivialización de un problema tan serio y la manera tan irresponsable con que Zuma, Mbeki y el ministro de salud actuaban –o más bien, dejaban de actuar. Lo que es más: en el marco de la Conferencia Mundial contra el SIDA celebrada en Toronto en ese año, el enviado especial de Naciones Unidas, Stephen Lewis, acusó al gobierno sudafricano de “obtuso y negligente”, por lo que no le quedó más remedio a la administración de Mbeki, que anunciar un plan para enfrentar el problema y hacer más accesibles los anti-retrovirales para la población.
 
 Tras la renuncia de Mbeki a la presidencia en septiembre de 2008, su sucesor Kgalema Motlanthe, designó a Barbara Hogan al frente del Ministerio de Salud y se buscó atacar el problema. Tras las elecciones generales de 2009, en las que resultó triunfador el controvertido Jacob Zuma, se designó al frente del Ministerio de Salud al doctor Aaron Motsoaledi. La administración de Zuma por lo menos está atacando directamente la problemática del SIDA en lugar de asumirla, como lo hizo Mbeki, como un tema menor de cara a la pobreza imperante en el país.
 
 El VIH/SIDA es un verdadero problema de seguridad nacional para Sudáfrica, en la medida en que la quinta parte de su población puede morir a causa de la enfermedad. Asimismo, el virus se concentra sobre todo en la población negra, amén de que en el seno de las familias, los portadores son jóvenes sexualmente activos y en edad laboral, quienes, al morir, dejan sin ingresos a padres, abuelos y/o hijos. Un problema adicional es la existencia de alrededor de un millón 200 mil niños huérfanos, cuyos padres perecieron a causa del VIH/SIDA, debiendo ser cuidados por el Estado, lo que le significa una carga económica considerable para las autoridades. Puesto que para el precario sistema de salud sudafricano resulta incosteable la adquisición de medicamentos de marca, Sudáfrica ha reforzado los vínculos con India, uno de los mayores productores de genéricos a nivel mundial, para abastecerse, a precios más módicos, de los anti-retrovirales necesarios para atender la emergencia sanitaria que padecen los sudafricanos.
 
Por todo lo anterior, la noticia de que unos 15 mil mexicanos viajarán a Sudáfrica con motivo de la celebración de la Copa del Mundo 2010, debe ser motivo de acciones de concientización por parte de las autoridades mexicanas. Ahora que el Secretario de Salud de México difunde la buena noticia de que por fin se levantará la alerta en el país en torno a la influenza AH1N1, puede dedicarse a advertir a la población, y en especial a los hinchas que viajarán a Sudáfrica, de los riesgos de contagio del VIH/SIDA a que están expuestos, conminándolos, como hicieron las autoridades sanitarias costarricenses, a abstenerse de desarrollar relaciones sexuales casuales, o en su caso, a usar preservativos para protegerse.
 
Todo gobierno tiene la responsabilidad de velar por la salud de su población. Costa Rica, un pequeño país centroamericano con apenas 51 mil kilómetros cuadrados y poco más de cuatro millones de habitantes está poniendo el ejemplo. Cierto, en términos de la calidad de vida y del nivel educativo de la población, se encuentra por arriba de México, sin perder de vista que, pese a ello, es un país en desarrollo. México posee un territorio de casi dos millones de kilómetros cuadrados y cuenta con más de 100 millones de habitantes, con una pésima distribución de la riqueza, claro está, pero, hay que decirlo, con más recursos que Costa Rica. Por lo tanto, es imperioso que tanto la Secretaría de Relaciones Exteriores, como la Secretaría de Salud, en conjunto con otras instancias que podrían incluir a los patrocinadores de la Federación Mexicana de Fútbol –y a ésta-, además de las televisoras, informen a los asistentes a la Copa del Mundo 2010, de los riesgos sanitarios que enfrentan en Sudáfrica. Más vale prevenir que lamentar. De otra forma, tras el mundial, México podría encontrarse potencialmente con 15 mil paisanos cero-positivos que a su vez propagarían el VIH/SIDA a cientos de personas, generando una nueva emergencia sanitaria en el país que, francamente, nadie necesita ni desea.
 
- María Cristina Rosas es Profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México
 
https://www.alainet.org/en/node/141606?language=en
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