La rebelión de los condenados de la tierra (II)

15/02/2011
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“No entiendo como no hay millones de personas en las calles de Estados Unidos destruyendo las cosas. Pero podría suceder. No lo sé. La situación es dramáticamente mala. Se supone que es el país más poderoso del mundo. Y a pesar de las condiciones, siguen con sus guerras absurdas gastando miles de millones y billones. Trece billones de dólares se especularon y ¡ni un centavo se fue para las personas que perdieron sus casas! ¿Qué tipo de lógica es esa?
 
(Entrevista a economista Max-Neef: “EEUU, un país en vías de subdesarrollo”: Democracy Now; 26 noviembre, 2010).
 
 
Cada vez un mayor número de pensadores e intelectuales críticos del sistema-mundo capitalista, reconsidera la muy dudosa validez de las rancias teorías posmodernistas (sea cuál sea lo que se entienda por esa palabreja seudo-académica), respecto al supuesto fin de la historia y de los metarelatos.
 
Durante alrededor de treinta años (desde los gloriosos y neoliberales años reaganianos hasta el primer lustro del presente siglo XXI), se nos bombardeó con la ilusa idea de que finalmente la sociedad humana había perdido su carácter historicista (es decir, su eterna esencia mutable y transformativa), y que más allá de un mundo unipolar y supracapitalista, hegemonizado por los EEUU, ya no sobreviviría ningún metarelato, y en particular, el de la comprensión marxista de la civilización humana como resultado de la lucha ancestral y permanente de dos grandes clases sociales: opresores y oprimidos.
 
El mismo Marx, creador, articulador, sistematizador y sintetizador de este metarelato, comprendió durante una buena parte de su labor teórica, que los vicios del sistema capitalista sólo podrían ser superados por un nuevo sistema (socialista), y durante mucho tiempo estuvo convencido de que la única fuerza motriz, dotada con la suficiente capacidad social y política para lograr tal superación hacia un nuevo estadio o sistema, era el proletariado industrial perteneciente a las metrópolis capitalistas, desdeñando así la importancia revolucionaria de los pobres en las sociedades periféricas.
 
Lenin, en cambio, sostuvo que pensar en la superación de capitalismo hacia un nuevo sistema, en base a la iniciativa transformativa y revolucionaria de los trabajadores en los eslabones más fuertes del sistema (Inglaterra, EEUU, algunas regiones industrializadas de Europa), era un error, y propuso su conocida tesis del eslabón más débil, demostrando con el triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917, que el advenimiento de un nuevo sistema cualitativamente superior al capitalista, sólo podría provenir de las regiones más atrasadas, y por ende, más oprimidas del cinturón mundial del capitalismo.
 
Sin embargo, esta segunda tesis fue perdiendo prestigio a lo largo del siglo XX, en especial, frente a dos hechos: el primero, la gran capacidad de adaptación y cambio que mostró el sistema capitalista a través de sus múltiples crisis y desafíos (superación de la Gran Depresión de los años 30s; adopción del Keynesianismo hasta los años 60s; adopción del neoliberalismo como balsa salvavidas desde inicios de los 80s hasta el 2008), y segundo, frente al hecho inconstrastable que demostraba la superioridad política y económica del capitalismo durante la guerra fría, rematada con la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS y el bloque socialista.
 
Empero, los alegres años del triunfalismo capitalista por encima de sus rivales ideológicos, al parecer han llegado a su fin, al punto que muchos se preguntan ahora, junto al economista Max-Neef, hasta que punto es probable que las próximas grandes rebeliones provengan del interior mismo de los EEUU (1), con lo cual las viejas tesis de Marx entran de nuevo en la reconsideración de los analistas.
 
En un humor muy parecido al de Max-Neef, el reconocido economista Jeffrey Sachs ha dicho textualmente lo siguiente: “…predigo que, con la espalda contra la pared, los estadounidenses pobres y de clase trabajadora comenzarán a manifestarse por justicia social” (2).
 
El empobrecimiento generalizado de las clases trabajadoras en los EEUU tampoco ha pasado desapercibido para J. Stiglitz, afirmando, entre otras cosas que: “aproximadamente, una cuarta parte de toda la renta de EEUU corresponde al 1 por ciento superior, mientras que la renta de la mayoría de los americanos es inferior hoy a lo que era hace 12 años…” (3).
 
Visto lo que está sucediendo en la sección anglosajona del centro y en la parte africana de la periferia capitalista, la gran pregunta que ahora nos inquieta a los latinoamericanos y caribeños, respecto a toda esta crisis sistémica y global, ahora reconocida hasta en Davos (4), es ésta: ¿Qué amenazas, desafíos y oportunidades trae todo esto para nosotros?
 
¿Cómo afecta todo ello a nuestras ansias de conquistar la auténtica y legítima independencia y soberanía?
 
¿Cuáles son los principales elementos a tomar en cuenta a la hora de profundizar la configuración de nuestra alternativa latinoamericanista y postneoliberal?
 
 
Notas:
 
1-“Soy el autor de una famosa hipótesis: la hipótesis liminal, que dice que en cada sociedad hay un período de crecimiento económico –entendido convencionalmente o no- que trae una mejora en la calidad de vida; pero sólo hasta cierto punto, el punto liminal, a partir del cuál, si hay crecimiento, la calidad de vida comienza a decaer. Esta es la situación en la que nos encontramos actualmente (Max-Neef: “EEUU, un país en vías de subdesarrollo”: Democracy Now; 26 noviembre, 2010).
 
2-“La lucha de clases política de los EEUU”: J. Sachs (Prensa mundial, 23 enero, 2011).
3-“Contra toda esperanza, la esperanza del nuevo año”: J. Stiglitz; Prensa Mundial, 06 febrero, 2011).
 
4- Hasta los propios economistas procapitalistas que cada inicio de año se reúnen en Davos, aceptan que la creciente desigualdad social y el elevado desempleo que afecta a EEUU, Europa y otras regiones del mundo, amenazan la estabilidad global del sistema (“Crisis se ha superado pero aún ven riesgos”; Prensa Libre, Guatemala, 27 enero, 2011, p. 36).
 
Sergio Barrios Escalante es Científico Social e investigador. Ensayista y escritor. Publica la revista virtual mensual Raf-Tulum.
https://www.alainet.org/en/node/147637
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