Unidad por un nuevo Perú
17/04/2011
- Opinión
Un 32% de votos ungió a Ollanta Humala y Gana Perú ganadores el 10 de abril. El voto por el cambio, la diversidad de candidaturas conservadoras de centroderecha y el peso específico del fujimorismo marcaron el proceso. La segunda vuelta enfrenta a Humala y Gana Perú con Keiko Fujimori, hoy en posición de renovada y abierta defensa y continuidad del régimen de su padre, condenado por crímenes de lesa humanidad y asalto a la Caja Fiscal, responsable del golpe del 92 y de un enfermizo afán reeleccionista para fundar una dinastía. El escenario es propicio para abrir puertas a que Gana Perú construya un amplio y firme acuerdo nacional de gobernabilidad –con fuerzas políticas y sociales– alrededor de los compromisos fundamentales asumidos con el país. Como dice Gorriti citando a Steven Levitsky: “Se puede tener dudas de Humala, pero de Keiko (Fujimori) tenemos pruebas”.
Algunos insisten –poderosos medios de comunicación y ciertos grupos económicos que no quieren ceder prebendas, beneficios indebidos ni asumir responsabilidades que les corresponde con el país– en una irresponsable e inútil campaña de demolición y miedo que está condenada al fracaso. Una campaña ciega ante una amplia mayoría que protesta ante un crecimiento notable de la economía que, sin embargo, no llega a sus bolsillos ni mejora sus condiciones de vida. Una campaña que ignora el rechazo mayoritario a un sistema político infectado por la corrupción impune, el abuso de poder, la falta de rendición de cuentas de las autoridades y la ausencia de control ciudadano sobre el manejo del poder que delega a las autoridades.
Son los que no quieren ver que –según Apoyo– 75% de peruanos quieren cambios, radicales o graduales, del manejo económico para sentir el crecimiento en sus bolsillos. Los que se niegan a aceptar que el sistema político imperante carece de legitimidad y casi no da más: según el CEPLAN gubernamental 84% de los ciudadanos creen poco o nada en los partidos políticos y un 76% piensan lo mismo de Congreso y del Gobierno. ¿El colapso del sistema político no es evidente con la debacle del APRA, a pesar de los ingentes recursos económicos que ha manejado, la descomposición del liderazgo de Lourdes Flores, y la casi desaparición de los parlamentarios tradicionales más connotados? El Perú necesita cambios, un Contrato Social, una visión de país que sea sentida como propia por una amplia mayoría hoy excluida.
Gana Perú y Humala buscan construir no solo una fuerza electoral, social y política mayoritaria, alrededor de una propuesta de país que comparta una amplia mayoría y haga posible un Perú con derechos y oportunidades para todos, gobernando con estabilidad y firmeza. Así lo señaló Humala al conocer los resultados.
Hay compromisos fundamentales asumidos que han estado presentes en las propuestas de otras fuerzas democráticas y constituyen un anhelo mayoritario. La revolución educativa, duplicar el presupuesto de Educación y dejar de tener el 80% de centros educativos rurales (26,334) unidocentes o multigrado, es decir, sin un maestro por cada grado educativo, por una educación de calidad con alimentación, atención de salud y comunicaciones modernas para dejar de lado nuestra pésima ubicación en la escala mundial.
Lo mismo pasa con el programa Cuna Más para atender a niños de 0 a 3 años (con alto porcentaje de malnutrición), con el aumento del presupuesto de Salud o la implementación de Jubilación 65. Y ello requiere recursos económicos, exige mayor recaudación tributaria que provendrá de mayores aportes de la gran minería y sus sobreganancias, así como de sectores que tienen enormes rentas, de un proceso de lucha contra la corrupción que nos drena el presupuesto nacional en miles de millones al año, así como de avanzar en la formalización de PYMES y empresas vía programas de apoyo e incentivos.
Se equivocan quienes quieren arrinconar los compromisos asumidos y buscan impedir un amplio y mayoritario bloque nacional de fuerzas sociales y políticas que nos permitan un Perú para todos. Alejandro Toledo ha anunciado ya su disposición a unir esfuerzos, con actitud vigilante, por el país. Vladimiro Huaroc ha hecho lo propio y en los próximos días ello se irá ampliando por coincidencias fundamentales y por la amenaza que representa la restauración de una dinastía cleptocrática, abusiva y violadora de DDHH en el gobierno.
La República, 18 de abril de 2011
https://www.alainet.org/en/node/149105?language=es
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