La crisis económica pega fuerte en EE UU y otros países europeos
El problema no son sólo Grecia y España
13/06/2011
- Opinión
Este miércoles habrá paro general en Grecia; en España “los indignados” ocuparon casi un mes la Puerta del Sol. Eso no es todo. La crisis pega fuerte en Estados Unidos y la Unión Europea.
Son la punta del iceberg, pero la masa de hielo invisibilizada por los grandes medios tiene efectivamente siete octavos bajo el agua como esos escollos que mandaron buques al fondo del mar. Esas partes imposibles de ocultar son hoy Grecia y España. Atenas verá este miércoles marchar a los trabajadores, en una nueva huelga general. Los motivos son muy parecidos, por no decir idénticos a los que originaron los paros del año anterior. Esto es, el rechazo a los ajustes del primer ministro Giorgios Papandreu, del Partido Socialista Pan helénico (PASOK). En 2010, a punto de caer en default, el gobierno rebajó sueldos y pensiones, congeló vacantes, vendió empresas públicas y cambió el sistema de jubilaciones. Esa fue la condición draconiana puesta por la Unión Europea (UE) para arrojarle un “salvavidas” crediticio por 159.000 millones de dólares. Las comillas son porque, a la luz de los hechos, ese salvavidas fue de plomo. El gobierno helénico está rogando por el envío antes de fines de junio de una cuota de 17.000 millones de dólares, bajo advertencia de que si no llega tendrá que “bajar las persianas” y declararse en bancarrota. Quiere decir que tanto sacrificio y ajustes contra el nivel de vida han sido en vano. Ahora están peor, toda vez que esos créditos han engrosado la deuda externa y el déficit. La deuda griega equivale al 150 por ciento de su PBI, un porcentaje elevadísimo y cercano a la falta absoluta de control.
Esa economía ajustada, como no podía ser de otra manera, mostró números preocupantes en el primer trimestre del año, cuando el PBI cayó 5,5 por ciento. Tratando de hacer buena letra para que la UE le conceda otro préstamo, Papandreu propuso una profundización del plan de choque anterior. Quiere “ahorrar” más de 9.000 millones de dólares ajustando el gasto público hasta fines del corriente año, y entre 2012 y 2015 achicarlo por 32.000 millones adicionales.
Como si quisiera demostrar que su administración es “responsable”, Papandreu se comprometió ante los inspectores internacionales de la UE, el Banco Central Europeo y el FMI, a privatizar empresas y vender inmuebles para juntar 70.000 millones de dólares.
Si las autoridades europeas conceden más préstamos a Atenas no será por su condición humanista sino para seguir salvando a los bancos europeos, sobre todo franceses y alemanes, que en años anteriores se involucraron en esa plaza con créditos dudosos. En vez de hacerse cargo de esas operaciones fallidas los que las generaron (bancos comerciales privados), el Banco Central Europeo y el FMI salieron en su auxilio. No les importa un comino el pueblo griego y ni siquiera su aliado Papandreu. Su preocupación mayor es que el incendio en Grecia no queme a los bancos galos, germanos, británicos y holandeses. Toda la arquitectura política de la UE y la eurozona serían alcanzadas por las llamas.
¿Tú también Zapatero?
A los apologistas del capitalismo global les gustaría afirmar que los problemas graves de la economía son un asunto puntual en los alrededores del Partenón. No pueden negar ese drama, pues el índice de desempleo llegó allí en marzo al 16,2% y hubo varias huelgas generales decretadas por los sindicatos. El último fue el 4 de junio y el próximo será el 15. Las protestas recomenzaron a fines de mayo y en una se reunieron más de 40.000 personas en la plaza Syntagma, justo frente al Parlamento, cuyos legisladores fueron el blanco de todos los insultos.
En impopularidad puede competir con aquéllos el ministro de Economía, Giorgos Papakonstantinou, que maneja la cirugía mayor y sin anestesia. Pero la situación de España no le va en zaga a la helénica. Con un desempleo superior al 20 por ciento, que afecta a 5 millones de españoles, se explica la aparición del movimiento de “los indignados”, sobre todo jóvenes, que acamparon durante 24 días en la madrileña Puerta del Sol. “Que la crisis la paguen los banqueros” decían algunas de sus pancartas, con un toque de revival de la Buenos Aires de diciembre de 2001.
El caso español mostró también cómo los asuntos financieros y económicos tienen rápidos enchufes con la crisis política. En las masivas asambleas de la Puerta del Sol se ardió políticamente el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y su PSOE, aunque los indignados también le dijeron de todo menos bonito a Mariano Rajoy y el PP.
Como quienes están en el gobierno son los socialistas, pagaron el mayor costo político con su derrota en las elecciones municipales. Y todo indicaría que van a perder la mayoría en los próximos comicios, que podrían adelantarse, y dar lugar a un nuevo gobierno con mayoría de Rajoy y los aznaristas.
A fines de mayo esa mayor politización se produjo luego de la represión policial a los manifestantes en la plaza de Cataluña, en Barcelona, y el 9 de junio por otra embestida policíaca en Valencia, con heridos y detenidos.
La Puerta del Sol fue desocupada pero su significado no desapareció. Los jóvenes dejaron allí una placa con dos palabras elocuentes: "Dormíamos, despertamos".
Esas manifestaciones españoles se reprodujeron en otras ciudades de Europa, donde hay disconformidad social. Los “de abajo” llevan las de perder con esos paquetazos, como los desocupados británicos a los que el premier David Cameron les urgió a que no tengan hijos…
Obama y sus ajustes
El sistema de capitalismo globalizado tuvo grandes ventajas para que bancos germanos y franceses hicieran pingues negocios en Grecia. Pero también muestra sus flancos débiles, cuando un fueguito en Atenas puede propagarse rápidamente a la city financiera de Londres o la bolsa de Frankfurt.
Las autoridades de Alemania buscan evitar la caída de Grecia, como Bush esperó hasta último momento para ver si podía salvar al Lehman Brothers. El 20 de junio próximo los ministros de Finanzas del Eurogrupo se verán en Luxemburgo y allí precisarán su política hacia el caso griego.
Aún en el caso que ese temido default no se produjera por un tiempo, la gravedad de la situación hará elevarse los costos financieros de los salvatajes allí y en España, Irlanda y Portugal.
El 7 de junio el presidente norteamericano recibió durante dos horas a Angela Merkel en la Casa Blanca. El centro del diálogo fue la crisis económica en Europa y los riesgos de un default griego. Barack Obama dijo en la conferencia de prensa que “un incumplimiento de pagos incontrolado en la zona del euro representaría un desastre a nivel global. La situación financiera en Europa no debe poner en peligro la recuperación económica global”.
Según esas declaraciones, parecería que en EE UU estuviera todo bien y que el peligro vendría exclusivamente del viejo continente. No es así. La debacle financiera comenzó en setiembre de 2008 en Wall Street. El imperio duplicó su tasa de desocupación, que sigue bien arriba, en el 10 por ciento. Los paquetes de salvataje, tanto en la agonía de George Bush como en la sucesión de Obama, estuvieron orientados a salvar a los bancos y multinacionales. Las instituciones internacionales como el FMI del procesado Strauss Khan siguieron imponiendo condiciones antipopulares y recesivas para conceder créditos. Esos requisitos fondomonetaristas se pretenden aplicar al Tercer Mundo, no así a EE UU, súper endeudado y con déficit en la balanza comercial. Con esos números en rojo rabioso no calificaría para ningún crédito internacional.
La situación de los trabajadores estadounidenses y los sectores de la salud y educación no son para nada envidiables, según una nota publicada en Rebelión por Norberto Emmerich. Dice ese autor: “como se detalló en la reciente investigación sobre el desastre minero de Upper Big Branch, donde 29 operadores de carbón murieron en abril de 2010, las empresas violan rutinariamente las precauciones básicas de seguridad. En Texas el acuerdo bicameral se alcanzó el 16 de mayo imponiendo drásticos recortes a la educación, la salud y otros servicios sociales. La Universidad Tecnológica de Texas, una de las más grandes universidades del Estado, ya dijo que efectuará 800 despidos este año, cerca del 5% de su plantilla total, como resultado de los recortes de fondos. Otras universidades anunciaron despidos y aumentos de matrículas”.
Otro reflejo de la crisis económica en el vientre del imperio es el recrudecimiento de la xenofobia. A las leyes de Arizona y Utah que consideran al inmigrante indocumentado todo un delincuente, se sumó Alabama. El seudo campeón de la libertad se vuelve más cruel cuando hay crisis económica; antes acogía inmigrantes para trabajos mal pagos y ahora los criminaliza, encarcela y deporta.
https://www.alainet.org/en/node/150484
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