Revolución, gobierno, partido y grupos de poder
03/08/2011
- Opinión
La Revolución es el pueblo en movimiento transformando la realidad opresora con un horizonte claro de lo que queremos construir.
Las Clases Sociales son los grupos en que se divide la sociedad según su relación con la propiedad de los medios de producción, y por lo tanto, con la acumulación de ganancias, la posesión del poder económico y político.
El Estado son el conjunto de instituciones en que se organiza la sociedad y que le sirven a la clase dominante para perpetuar y aumentar su poder.
El Gobierno es la rama ejecutiva de los poderes que integran el Estado, generalmente dedicada a las tareas de infraestructura requeridas por el sistema económico, la regulación de las relaciones de trabajo, la prestación de ciertos servicios sociales, el control social y la represión.
El Partido es la organización consciente de las clases sociales para tratar de imponer sus intereses en el control del Gobierno y el Estado, con el fin de desarrollar el modelo de sociedad que representa sus anhelos históricos.
Los Grupos de Poder son pequeños segmentos sociales que controlan cuotas del poder económico, mediático, militar, religioso o político, y que tienen como objetivo la ampliación ilimitada de ese poder parcial.
Estos conceptos son esenciales para interpretar la realidad política y tomar las acciones correctas en la dirección de los intereses que se defiendan.
En el caso específico de la Revolución Venezolana, podemos encontrar los grupos de poder tradicionales y los que se han creado en el proceso. Dichos grupos de poder pueden formarse a partir de vínculos personales o de intereses particulares determinados.
Esta fase de construcción transitoria se caracteriza por una fuerte presencia, visible o no, de esos grupos que son en esencia expresiones de las clases sociales que adversan la revolución.
El Estado no termina de definirse por el cambio revolucionario, porque su alma está comprometida con las viejas relaciones de poder; incluso, puede ocurrir, que quienes detentan en nombre de la revolución esos espacios de poder, sean quienes menos desean el socialismo porque temen vivir sin privilegios.
En el Gobierno contamos con cuadros revolucionarios entregados, empezando por el Presidente; pero la burocracia en general es enemiga de la revolución.
El partido sigue siendo más una maquinaria electoral que una vanguardia revolucionaria.
Igual que aquel trece de abril, la garantía de la Revolución es el pueblo, y dentro de ese pueblo la clase trabajadora. Sólo la gente honrada que vive de su trabajo es y será la garante de la continuidad y el triunfo sostenido de nuestra Revolución.
Todas y todos a quienes nos duele este país, nos importan los logros alcanzados hasta hoy y nos mueve la intención firme de seguir empujando adelante la nave del socialismo, formamos parte de esa fuerza histórica insustituible que no pretende llenarse los bolsillos con petrodólares corruptos ni controlar cargos inmerecidos, pero que si tiene claro que sin estos brazos y estas voluntades, no habrá verdadera Revolución.
- Yldefonso Finol, Constituyente de 1999, Presidente de la Comisión Nacional de Refugiados
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