Seudo politología
27/05/2012
- Opinión
Entre los 70 y mediados de los 80 del pasado siglo, la ciencia social en América Latina tomó un auge inusitado. Pasó a ser un referente del pensamiento continental. Y el marxismo se convirtió en eje intelectual, al punto que las investigaciones se ubicaban en función del acercamiento o no a esta teoría.
Existieron editoriales de renombre, que difundieron obras de investigadores latinoamericanos innovadores en conceptos y teorías, altamente influyentes en el mundo académico, que superaron la tradicional dependencia cultural de la región a las teorías europeas o norteamericanas.
La historia y la sociología tuvieron una renovación impresionante. Bastaría revisar, por ejemplo, “Teoría, acción social y desarrollo en América Latina” (1976) de Aldo Solari, Rolando Franco y Joel Jutkowitz, quienes hicieron una síntesis de algunos logros importantes. En Ecuador, la “Nueva Historia” enfatizó en actores sociales y populares, procesos históricos y confrontaciones entre clases, para entender de manera distinta la trayectoria del país, provocando un salto frente a la historia tradicional de simples acontecimientos, personajes y hechos de las clases dominantes.
El derrumbe del socialismo desestabilizó la antigua influencia del marxismo, lo que también permitió comprender viejos dogmatismos, así como los alcances y límites de la teoría clásica para la nueva época marcada por la globalización capitalista triunfante.
En Ecuador, al triunfo del neoliberalismo acompañó el aparecimiento de una politología seudocientífica, alimentada por una serie de comentaristas de prensa y por políticos activos. Prevalece la construcción conceptual, el enfoque institucional abstracto y el puro calificativo político, basado en cualquier uso de datos empíricos “probatorios”, y en la simple “opinión personal”. Es una politología funcional a las derechas.
Antiguos “marxistas” quedaron en el pasado, creyendo encontrar en K. Marx las respuestas al mundo del siglo XXI, cuando lo que él siempre exigió es investigar la realidad. Por eso, contra quienes solo repetían sus tesis, sostuvo: “Todo lo que sé es que yo no soy marxista”.
La seudo politología no acierta a ubicar el nuevo ciclo histórico que vive América Latina con los gobiernos de la nueva izquierda. Al descartar la investigación de los procesos reales, concluye en caracterizarlos simplemente como “populistas”, “totalitarios”, “autoritarios”, “hiperpresidencialistas, etc., sin un mínimo de fundamentación histórica.
Juan J. Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano, es coordinador del Taller de Historia Económica. http://puce.the.pazymino.com
Publicado en El Telégrafo, lunes 28 de mayo de 2012
https://www.alainet.org/en/node/158267
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