A dos semanas de la reapertura de la embajada de los EEUU en La Habana
- Opinión
Es un acontecimiento histórico porque acontece con la revolución, el pueblo y el gobierno revolucionarios en excelente salud. Según Obama los cambios, en Cuba, no serán de un día para otro; ¿tendrá el actual presidente de los EEUU complejo de “vidente”?
Ya antes, hace poco más de medio siglo, hubo embajada de los EEUU en La Habana. La última construida poco antes del Triunfo de la Revolución de 1959 en la zona vedadense del malecón habanero. En 1961, en consonancia con la radicalización socialista del proceso en la Isla, ya el edificio estaba vacío; Suiza representaba los intereses angloestadounidenses en La Habana.
Pero hasta 1959, dicha embajada era el estado mayor al que obedecía ciegamente la dictadura sangrienta de Fulgencio Batista. Tras la estampida de los empleados y funcionarios estadounidenses, echaron un pie hacia el “norte” hasta los tonillos y las tuercas de la autoproducción burguesa en Cuba.
Poco más de medio siglo es suficiente para que los órganos de inteligencia angloestadounidenses observen; observen y analicen, aún si con enorme dificultad política, y sin comprenderlo en esencia, que la reapertura de su embajada en La Habana se dará en un contexto absolutamente extraño para ellos. Entre el autismo que padece el fundamentalismo “Wasp”, y el montón de mentiras inventadas por una disidencia –sin destreza intelectiva para la creación de leyenda urbana alguna-, que está, por anexionista y analfabeta funcional, mucho más interesada en emigrar, a velocidad de la luz, hacia La Florida que en presentar un programa político alternativo que enfrente al gobierno revolucionario.
Ciertamente las generaciones, sobre todo la llamada “generación de boom de los 60’s”, que nacieron después de 1959-61 jamás vieron, propiamente, una embajada de los EEUU en La Habana. Y es lógico que tal suceso despierte suficiente expectativa. ¿Será algo distinto a la ponzoñosa SINA? Sería de una mesura conveniente no dejarse guiar por agoreros proyanquis y leer con detenimiento el criterio al respecto originario de un lugar tan distante como la India:
"En una sorpresa y movimiento dramático, el presidente estadounidense Barack Obama anunció el 17 de diciembre la reapertura de las relaciones diplomáticas con Cuba. Él era honesto y sincero al admitir el fracaso de la política obsoleta de su país de aislar a Cuba durante las últimas cinco décadas. Después de haber probado todos los trucos de 'cambio de régimen' en Cuba, sin éxito, los EE.UU. finalmente ha decidido cambiar su propia política, y se tragó su orgullo." [1](1)
No existe concesión alguna previa. Fue el gobierno angloestadounidense el que sacó, desesperado, la cabeza del agua para respirar. Era totalmente inconveniente el llamado extrañamiento en que se sumía su política en la región.
Por ende no es Cuba quien “corre” desesperada hacia una oportunidad de normalizar las relaciones bilaterales con los EEUU, es este último quien está obligado a carabina a reconocer la frustración que resultó de su política de acoso genocida contra la Isla, durante más de medio siglo. De ahí la molestia de que la peor astilla, a veces, es la que sale del mismo palo.
El rentismo neoliberal ha puesto de moda al “periodismo cipayo” como un modo de vida que intenta camuflar al sórdido canje de casaca política, como si sentido de la vida. La sobredimensión, como suceso histórico, de la apertura de embajadas en las capitales políticas de ambos países, pretende de manera siniestra mutilar a la memoria histórica, o memoria a largo plazo. Como si en Cuba jamás hubiese existido vínculo alguno con los EEUU en los últimos ciento veinte años. ¿El bloqueo se lo sacó Cuba en una lotería; por carambola? ¿La “propiedad” del territorio de Guantánamo, donde se enclava la ilegal Base Naval estadounidense le cayó a Bush del cielo tras un aguacero “bendito”?
El cipayismo, de cualquier índole, es una herramienta muy efectiva para la amnesia histórica; resulta muy oportuno “fabricar” una deuda de Cuba con los EEUU, a tenor con un reclamo de satisfacción con respecto a las “propiedades” estadounidenses nacionalizadas en Cuba después del Triunfo de la revolución en 1959. Y cuya negociación de pago fue rechazada por los mismos dueños y el gobierno angloestadounidense en su momento. De todas formas, los daños ocasionados a la Isla por el bloqueo genocida aún vigente, superan con creces cualquier otra obligación onerosa. ¿Los EEUU estarían dispuestos, entonces a negociar con real honestidad ambos requerimientos? Nuevamente brota la sospecha del criminal bloqueo como una herramienta política estadounidense con que manipular las conversaciones de negociación vigentes entre ambos países.
Hace un tiempo el tema de Nora Gámez fue tocado por nosotros[2](2). Esta vez Edmundo García vuelve a cabalgar sobre el asunto:
"Nora Gámez Torres, que hasta el otro día fue una profesora de la Universidad de la Habana, derrocha imaginación en la inventiva de artículos que no buscan otra cosa que obstruir la voluntad de normalizar las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Es claro que ella, ni los otros, podrán detener los procesos puestos públicamente en marcha desde el 17 de diciembre pasado por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, pero los pueden tergiversar con el ánimo de satisfacer el rencor de esa parte cada vez más pequeña de la comunidad cubana de Miami que quiere seguir viviendo en la confrontación. […] La periodista hace un gran escuerzo por cumplir el encargo, porque seguramente los temas no se les ocurren a ella misma sino que les son “sugeridos” a su periódico por representantes de la derecha cubana de Miami, ¿por la congresista Ileana Ros-Lehtinen, por ejemplo? […] El pasado viernes 19 de junio Gámez Torres publicó un artículo titulado “Exigen al Congreso solucionar demandas de confiscaciones en Cuba” donde curiosamente desde el primer párrafo revela que existe un objetivo aparente y un objetivo real de esta “demanda”. […] Por un lado dice el artículo que el objetivo es exigir “una compensación por los bienes confiscados por el gobierno cubano a partir de 1959”; lo que en verdad no es más que un pretexto porque el verdadero fin de toda esa puesta en escena lo declara la propia Gámez Torres poco después cuando acepta que lo importante es “que Estados Unidos no elimine el embargo” a Cuba “antes de solucionar estas reclamaciones”. […] Ese es el punto que les preocupa, el levantamiento del embargo. La recuperación de propiedades es legal y moralmente inviable y solo se podrá discutir, si acaso, en un escenario de normalización de relaciones, lo que implicaría el levantamiento de ese mismo embargo, o mejor bloqueo. […] Si lo que estas personas quieren realmente es recuperar propiedades y no show, deberían volver al congreso y poner las cosas en un orden inverso: que se levante el bloqueo, que se devuelva el territorio que ocupa ilegalmente la base militar norteamericana en Guantánamo, que se normalicen las relaciones y después vamos a ver si las autoridades cubanas acceden a tratar el tema de la devolución de propiedades" [3](3)
El vapuleo “amenazante”, o más bien el bamboleo real continua resaltando (para reafirmar a lo invisible de la política real), que estamos en presencia de un cambio de “metodología” de la política angloestadounidense, a través de sus órganos de inteligencia, en la consecución de los mismos fines históricos para la dominación imperialista. Y no soy yo, un supuesto “dinosaurio” quien lo advierte.
"Contra Cuba la táctica es […] diferente a la de los últimos 50 años. Barack Obama, que resultó uno de los presidentes menos confiable para el mundo, porque sirve perfectamente a los intereses angloamericanos, ha vuelto a la vieja política de “la zanahoria y el garrote”. Con el garlito de “reconocer” que su política de bloqueo económico, comercial y financiero contra la isla no le ha funcionado -tampoco ve en ello su derrota-, ha comenzado a operar con otros medios para conseguir los mismos fines: desestabilizar al régimen cubano de los Castro desde adentro, al tiempo de romper el protocolo, el ejemplo de alta moral que ha significado la Cuba “digna” para Latinoamérica frente al imperio. De todas maneras, nada se logrará contra la enseñanza de los pueblos. Vietnam es el mejor ejemplo, le sigue Cuba." [4](4)
El presidente Barack Hussein Obama, herramienta activa de los órganos de inteligencia de los EEUU, a fin de cuentas, históricamente no tiene arte ni parte en la derrota de la invasión a Playa Girón, ni en la derrota de Viet Nam contra la guerra genocida de agresión angloestadounidense. Ni fue quien inventó el bloque; ni quien lo implementó. Limpio y “puro” como un bebé acabado de entalcar, resulta el dispositivo activo de la inteligencia idóneo para trocar el rostro enlodado de las frustraciones de los últimos tiempos en la zona de la CELAC. Pero es preferible que continúe hablando otra voz:
"Las estrategias para lograr sus fines son orquestadas por las agencias de inteligencia y de espionaje con aprobación o dirigidas desde Washington, y por los centros de operación como las embajadas en todos los países, y otros organismos de “ayuda” como la USAID (por decir las menos), hasta las claramente desestabilizadoras como la CIA y DEA. Si en EU no hay golpe de Estado es porque no hay Embajada de EU, repite con frecuencia Evo Morales. Pero es realidad una vieja anécdota (años 60 y 70) del golpismo contra los gobiernos de América Latina. No obstante, ¿el asesinato de Kennedy no fue una suerte de golpe de Estado? Ciertamente, y orquestado por la propia CIA." [5](5)
De todas maneras “San Barack Obama” continúa apareciendo en los medios globales como el sacrificado adalid de los derechos del pueblo cubano, cuando tales medios adelantan que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció formalmente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas plenas con Cuba, rotas hace 54 años, y pidió al Congreso estadounidense que ponga punto final al embargo vigente contra La Isla; admitió que el bloqueo ha servido de nada y que “No se puede tener de rehén al pueblo de Cuba por algo que sucedió en el pasado”, señaló estar consciente de que “la transformación no va a ser de la noche a mañana”.[6](6)
La Isla continúa inmersa en la compleja rectificación socialista de su económica. En la última reunión del Consejo de Ministros, se advierte que se ha mantenido inestable la presencia de varios productos alimenticios en la red de tiendas en divisas, debido a que no se cumplen las producciones nacionales (problemas de improductividad) y las importaciones para ese mercado interno en surtidos como queso, pollo, embutidos, picadillos y salchichas. Para ir dando solución a este déficit, se destinarán adicionalmente 40 millones de dólares para la adquisición de dichas mercancías. [7](7) No hay tiempo para estar cociendo picadillo en contra de intereses ajenos. Concentrada en su rectificación, la Declaración de gobierno revolucionario así, expresa. [8](8)
A su vez se percibe ansiedad por parte de los hombres de negocio y empresas estadounidenses por invertir en economía de la Isla. Apareció en los medio digitales, aún sin confirmarse que la compañía, Cleber de Alabama, de los empresarios Horace Clemmons y Saul Berenthal, parece ser la primera empresa de los Estados Unidos que recibe autorización para establecer un centro de ensamblaje y manufacturación en Cuba, según reporta el diario The Clarion, que se edita para el norte del estado de Alabama. Apelando de alguna manera a la memoria histórica, el comunicado afirmó que el proyecto proporcionará tractores simples y rentables para los campesinos cubanos. Y se basa en el diseño de Allis-Chalmers-G que fue fabricado a partir la 1948 a 1955 y fue muy popular en la isla; y muy utilizados hasta los primeros años de la década de los 60’s; quizás queda alguno en activo gracias al a inventiva de los campesinos cubanos. No precisa si la empresa ha recibido autorización del Departamento del Tesoro para comenzar su aventura comercial en Cuba.
Se habla de que el restablecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales permitiría un nivel elevado de diálogo para remover temas pendientes, como el fin del bloqueo que los EEUU llaman “embargo” económico y financiero a la isla, y la solución a los reclamos por propiedades expropiadas en territorio cubano. Y nada acerca de los centenares de miles de millones de dólares en daños contra Cuba por parte de ese bloqueo genocida; que se apoya en una trastornante maraña legal codificada en ley, de forma que solamente el Congreso tiene en sus manos la llave para iniciar su desmonte, de las 40 páginas de extensión de la llamada “ley LIBERTAD”, conocida simplemente como Helms-Burton, en el súmmum de todas las sanciones vigentes hacia Cuba.
En este medio siglo y pico, ha sido voluminosa la cantidad de sucesos que ha traído y se ha llevado la marea; en algunos casos alcanzando niveles trágicos, debido a la manipulación por parte de los EEUU, de la credibilidad de un porciento considerable de personas humildes. Veremos que trae, de realmente nuevo, la marea con el cambio de método asumido por el gobierno de los EEUU buscando un reajuste de su relación bilateral con Cuba.
El verdadero acontecimiento histórico sería la real normalización de esas relaciones bilaterales. Quizás del lobo imperialista un pelo.
Notas
[1] 1 R. Viswanathan. Cuba: fin del aislamiento. 19 diciembre 2014. http://www.gatewayhouse.in
[2] Ver: Víctor Andrés Gómez Rodríguez. Ni un “tiro al aire” más; la decencia es para no vivir huérfanos de dignidad. SurAméricaPress. 05. Nov.2014. http://suramericapress.com/?p=6887
[3] Edmundo García. Las Pirañas contra Cuba… Cubasí. 22 Junio 2015.
http://www.cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/4...
[4] Salvador González Briceño. EE.UU., la peor amenaza latinoamericana. Alainet. 23-06-2015.
[5] Salvador González Briceño. EE.UU., la peor…
[6] Obama pide al Congreso de EE.UU. que levante el bloqueo contra Cuba. Contrainjerencia. 01/07/2015.
http://www.contrainjerencia.com/?p=106678&print=1
[7] Pedro Meluzá López. ACONTECER ECONÓMICO. El Economista de Cuba.
http://www.eleconomista.cubaweb.cu/acontecer/index1.html
[8] "El Gobierno de Cuba ha tomado la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía, invariablemente comprometido con sus ideales de independencia y justicia social, y de solidaridad con las causas justas del mundo, y en reafirmación de cada uno de los principios por los que nuestro pueblo ha derramado su sangre y corrido todos los riesgos, encabezado por el Líder histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz.
Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas, concluye la primera etapa de lo que será un largo y complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales, como parte del cual habrá que solucionar un grupo de asuntos derivados de políticas del pasado, aún vigentes, que afectan al pueblo y a la nación cubana.
No podrá haber relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos mientras se mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero que se aplica con todo rigor, provoca daños y carencias al pueblo cubano, es el obstáculo principal al desarrollo de nuestra economía, constituye una violación del Derecho Internacional y afecta los intereses de todos los países, incluyendo los de los Estados Unidos.
Para alcanzar la normalización será indispensable también que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo, cesen las transmisiones radiales y televisivas hacia Cuba que son violatorias de las normas internacionales y lesivas a nuestra soberanía, se eliminen los programas dirigidos a promover la subversión y la desestabilización internas, y se compense al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las políticas de los Estados Unidos.
Al recordar los temas pendientes de solución entre los dos países, el gobierno cubano reconoce las decisiones adoptadas hasta el momento por el presidente Obama, de excluir a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional, de instar al Congreso de su país a levantar el bloqueo y de comenzar a adoptar medidas para modificar la aplicación de aspectos de esta política en uso de sus prerrogativas ejecutivas.
Como parte del proceso hacia la normalización de las relaciones, a su vez, habrá que construir las bases de unos vínculos que no han existido entre nuestros países en toda su historia, en particular, desde la intervención militar de los Estados Unidos, hace 117 años, en la guerra de independencia que Cuba libró por cerca de tres décadas contra el colonialismo español.
Estas relaciones deberán cimentarse en el respeto absoluto a nuestra independencia y soberanía; el derecho inalienable de todo Estado a elegir el sistema político, económico, social y cultural, sin injerencia de ninguna forma; y la igualdad soberana y la reciprocidad, que constituyen principios irrenunciables del Derecho Internacional.
Cuba continuará enfrascada en el proceso de actualización de su modelo económico y social, para construir un socialismo próspero y sostenible, avanzar en el desarrollo del país y consolidar los logros de la Revolución." Declaración del Gobierno Revolucionario. Tribuna de La Habana.
07/01/2015.
http://www.tribuna.cu/print/cuba/2015-07-01/declaracion-del-gobierno...
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