Un llamado de alerta
- Opinión
El Día de la Juventud, el Presidente Nicolás Maduro dijo una cosa muy cierta: no podemos subestimar las amenazas de Ramos Allup. Y es que aunque este señor parezca loco, no lo está. Él, simplemente, está anunciando con su tradicional verborrea lo que los agentes que por detrás mueven los hilos están maquinando desde hace muchísimo tiempo: acabar para siempre con esta experiencia revolucionaria que vino a entorpecerles su secular dominio sobre nuestra América.
Las amenazas de Allup y su “aviso” de que el tiempo que nos queda se ha agotado y que el cambio debe darse YA, más las reacciones de los otros partidos de oposición y su llamado a tomar la calle para que tal cosa se haga inmediata realidad, nos indican que sus amos han apretado el botón de PLAY. Ninguno de ellos trabaja por cuenta propia, todos son alimentados por los billetes verdes y esos billetes han hablado. No olvidemos que en el norte ha comenzado la campaña electoral y que Venezuela se ha transformado en un botín de guerra que todos los candidatos anhelan mostrar. En esto coinciden con Obama, quién también parece decidido a terminar con este “problema” que les quita el sueño antes de entregar su mandato. No olvidar el famoso decreto.
Todo, pues, apunta a que los tiempos del enfrentamiento se precipitan y esto no nos puede ni sorprender ni mucho menos agarrarnos sin estar preparados para cualquiera que sea la forma de lucha que se presente. Sobre esto también nos alertó el Presidente Maduro: hay que considerar todas las formas de lucha que han existido y hasta inventar nuevas formas, pero hay que estar preparados de forma permanente para defender esta revolución, porque es la única forma en la que el pueblo puede seguir construyendo la vida digna que por primera vez en su historia ha conocido.
De modo que todos en alerta máxima y cada quien desde sus posibilidades a trabajar con ahínco, a corregir errores, superar dificultades, denunciar fallas y conductas inapropiadas de cualquier servidor público, a anteponer la ética y los valores en cualquier acción que emprendamos, a profundizar nuestra conciencia de lucha, pero sobre todo a saber encontrarnos con el otro a pesar de cualquier diferencia de perspectiva o de concepción sobre cómo debe hacerse una revolución. Son muchas las dificultades que hemos enfrentado y que nos han afectado por igual en estos 17 años, casi todas hemos podido superarlas y salir victoriosos, y ésta vez no tiene por qué ser diferente. Unidos habremos de vencer no importa cuán poderoso se presente el enemigo. Fue además la última instrucción del Comandante Chávez: Unidad, lucha, batalla y victoria.
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