Si bien durante los últimos años de kirchnerismo se ha evidenciado la necesidad de corregir el impuesto a las ganancias para la cuarta categoría, adecuando la escala, alícuotas y el mínimo no imponible, la propuesta hasta ahora trascendida por Cambiemos reside en conceder una modificación cosmética del impuesto -con un aumento del mínimo no imponible hasta $30.000- a cambio de contener la pauta salarial. 

Lo cierto es que la eximición del pago del impuesto a quien cobrara hasta $15.000 en 2013 se mantuvo vigente estableciendo de hecho un mínimo no imponible superior a ese valor, por dos motivos: quien ganaba 15 mil pesos de bolsillo en 2013 hoy percibe un salario superior a ese valor (con dos paritarias encima y otra por realizarse -supongamos al 25%- su salario es muy cercano a los $30.000) y en segundo lugar, quien no pagaba ganancias en ese año, no lo hizo en los años siguientes, independientemente de si su salario superó los 15 mil pesos establecidos en el mínimo. De allí que el impacto real de la propuesta de Macri/Hood Robin resulte eventualmente muy inferior a la grandilocuencia del anuncio. 

Pero además, el condicionante para el aumento paritario en los hechos implica que aquel que perciba $15.000 de bolsillo recibirá un magro aumento del 25% -en el mejor de los casos- sin recibir el beneficio impositivo, mientras que se apuntala el ingreso del 15% de los trabajadores alcanzados por el impuesto.

El Plan 70/30 que apunta a que los trabajadores retrocedan casilleros y perciban menos de un tercio del ingreso, incluye en Plan Canje: modificación de ganancias a cambio de paritarias a la baja. Finalmente, es imprescindible conocer las escalas y alícuotas para poder definir el real impacto fiscal de la medida. 

- Hernán Letcher y Julia Strada, Centro de Economía Política Argentina - www.centrocepa.com.ar