Tras la experiencia de Chanel en la Habana, ¿se busca de una “moda” socialista?

Puntualizamos que la isla continúa bloqueada por la política de los gobiernos angloestadounidenses. Es decir; nos mantenemos del lado de adentro de la zona sitiada desde hace más de medio siglo.

Quizás para suavizar en algo los efectos de ese bloqueo genocida, por ahí hemos inventado un calificativo que reza como “síndrome del sitiado” al que no pocos le adicionan algunas actitudes que comienzan a emerger en correspondencia con el efectos que determinados acontecimientos que, por cierto, no alivian la tensión del estado de sitio, sino que exacerban no poco de la disfuncionalidad heredada de la autoproducción burguesa ya desmantelada hace también más de medio siglo.

Tras la experiencia de la pasarela de Chanel en la Habana, deberíamos poner algunas cosas en claro.

• Dicho evento no es propiamente político, pero si obedece a una “política”; y cono tal va dirigida a tratar de “reajustar” el grado pertinente de cultura política, equivalente al de cultura general, hacia los referentes que promueve la cultura del capitalismo que descansan en el modelo de cotidianidad angloestadounidense.

• Así es: lo de “cultural” también está entre comillas.

• Lo anterior es válido aún si el cobro de los derechos erogados por la firma de la moda al gobierno revolucionario, va a parar a una inversión de los planes de desarrollo agrícola, o a los Hogares de niños sin amparo filial. O a la lucha contra el cáncer.

• Entonces, la exhibición fashion equivale a una representación de la cultura del capitalismo.

• Aun cuando a través de tales acciones promovemos a Cuba como un espacio ideal para el turismo y la inversión extranjera, en un mundo plagado por la violencia cotidiana; y por tal motivo beneficia a las estrategias de ampliación de las inversiones foráneas con que abrirnos al comercio internacional, desde el punto de vista del grado pertinente de la cultura política socialista equivalente al de cultura general, nos la estamos jugando en el canto de un quilo. Y seguimos bloqueados.

El ambiente en la región latinoamericana y caribeña no está como para que “corra el aire puro”. Y sentarse en la ventana a disfrutarlo. El gobierno de Barack Hussein Obama encabeza una ofensiva político-económica destinada a desmantelar cualquier atisbo de procesos y gobiernos progresistas en la región. Eventos como este y otros ya enunciados en artículos anteriores, deben ponernos en sobre aviso ante el peligro real de que dentro del proceso vigente de normalización de las relaciones bilaterales entre Cuba y los EEUU, lleguemos “voluntariamente” a convertiremos en “carnada” con que pescar idiotas “despolitizados”.

La de Chanel fue una exhibición privada; los agentes del orden acordonaron las entradas de calles aledañas a la porción del Paseo del Prado que sirvió de escenario, de manera tal que quienes no obtuvieron invitaciones –que por supuesto son la mayoría aplastante de la población en un país donde casi no existen los “eventos privados”-, quedaron al margen y bien lejos de lo que ocurría allí. Lógicamente las personas de pie pusieron el grito en el cielo, las protestas no se hicieron esperar, a pesar de que la Televisión cubana se hizo de la “vista gorda” y le pasó por encima bien lejos y alto; a diferencia de lo que ocurrió con el concierto de los Rolling Stones, y las escenas de “Rápido y Furioso” 8 rodadas en el mismo escenario de Centro Habana y la Habana Vieja. Se va subiendo la parada; en Cuba no se acostumbra a que suceda algo en plena vía pública y que las personas no tengan acceso.

En el colmo del disgusto algunos trastornados por la falta de acceso visual a los referentes más exóticos de la acumulación capitalista, se quejaron de que los eventos de gobierno no comenzasen a ser también abiertos al público.

Un país socialista como el nuestro que desafió hasta las mismas limitaciones en el campo de la industria textil; en algún momento debería haber quien estuviese en disposición de escribir la historia que dejaría en cueros al mismo Karl Lagerfel acerca de la inventiva del cubano para “vestir” bien con casi nada. Pero no pocos corren hacía el lugar de dónde caen los caramelos; y la piñata lamentablemente, fue abierta dentro de la zona del proceso de normalización de marras.

Vladia Rubio, encaramada en el cachumbambé que semantiza a la asunción crítica sobre tal “espectáculo” de la fashion, desde Cubasí, el sitio que dirige mi colega de los años Henrique Lagarde, se arriesgó a ofrecer su punto de vista:

“… ello no significa que sea un asunto expedito este de andar a la moda. Y no hablo de vivir pendiente y pisándole los talones a las últimas actualizaciones; sino, simplemente, de no llevar pantalones de pata ancha cuando se usan tubos, o cuestiones similares. No llamar la atención por ser un mamarracho atemporal, vaya. […] Aun así, intentar no llamar la atención por desfasado es difícil. Lo disponible en las tiendas recaudadoras de divisa es generalmente de mal gusto y sin muchas alternativas para escoger modelos, colores o tallas. De ahí que se corra el riesgo de tropezarse con dos o más personas vestidas o calzadas de igual modo, casi uniformadas. […] Y esto, por no hablar de los precios de tales artículos. Las confecciones artesanales o manufacturadas son otra cosa. Por lo regular las distingue el buen gusto, la originalidad y calidad, el sello de lo autóctono… pero también en estas perchas los precios resultan casi prohibitivos para muchos. […] Si a lo anterior sumamos que casi han desaparecido las costureras y modistas el panorama se complica todavía más. Antes, casi en cada cuadra había alguien que al menos se dedicaba a hacer dobladillos y coger o dar de ancho a la ropa. Hoy, no es que hayan desaparecido las costureras pero por acortarte una saya cobran como si te hubieras mandado a hacer un traje de novia."ⁱ

Los de Chanel a finales de los noventa del siglo veinte exhibieron y promovieron una glamorosa pasarela (deslocalizada) al pie del muro ominoso levantado por los sionistas del gobierno israelí alrededor de Gaza; y que la convierte en la cárcel a cielo abierto más grande del mundo; ahora celebran ésta en una país simpático, socialista pero también sitiado por el imperialismo. ¿Qué casualidad!

"A pesar de esta realidad hay quien intenta convertir La Habana en la "capital de la moda". Me refiero a Karl Lagerfel, director creativo de la firma Chanel y reconocido diseñador y fotógrafo, que nos regala este martes un desfile exclusivo. Llega a esta modesta ciudad, según sus propias palabras, más que por la posible apertura del mercado cubano, que es aún muy modesto, por "la magia, la riqueza cultural y la apertura" de Cuba al mundo, […] [mientras algunos] razonan: así vistes, así vales. Lo peor es que no son muy pocos, lo peor es que suele encontrárseles sobre todo entre los jóvenes. Como si llevar unas zapatillas de determinada marca valorizara sus pasos, o usar una gorra con cierta insignia o sello volviera más audaces o inteligentes sus pensamientos. Para quienes lo importante es solo lo visible y de marca, se presentan serios problemas porque en más de una coyuntura optan por dejar de comer o de satisfacer otras necesidades de primer orden con tal de poder comprar y exhibir en sus cuerpos esas ropas “de marca”."ⁱⁱ

Lamentablemente el sistema capitalista, su cultura no tiene en cuenta el diseño, promoción y comercialización de atuendos a la “moda” con que cubrir con alto y sustentable vuelo estético el alma. La decencia (política). Entonces habrá que meditar muy fino y agudo las estrategias para enfrentarnos a sus referentes de la cotidianidad. Y a su acumulación parasitaria de capital apelando a la fatuidad más abyecta en la imaginación, trastornada por unas formas físicas y por atuendos con que pensarse al margen de la miseria mundial.

No le veo mucho la gracia a las exhibiciones de Chanel disfrazando de indigente colonial al centro Histórico de la Habana Vieja.

¿El turismo al que aspiramos debe centrarse en la exuberante aspiración de que cada visitante extranjero deba tropezar en Cuba con la exposición y disfrute del pasado de su tatarabuelo esclavista que hizo dinero en el Nuevo Mundo, sacándoles el guarapo a los esclavos indígenas y africanos? ¿Está es la perspectiva dentro del proceso de normalización de marras, de la parte cubana; obnubilar a quienes resisten y avanzan permaneciendo adentro de la zona sitiada? ¿Dónde se metieron los buenos sastres, de “antes”; las buenas costureras del tiempo de mi abuela y de mi madre? Sencillamente murieron de vejez, en un país donde hasta hace muy poco tiempo, todo el mundo aspiraba a convertirse en ingeniero, licenciado, arquitecto o médico. Pero además con una industria ligera casi totalmente deprimida por la crisis. ¡Recuerden que estamos de la parte de adentro de la zona sitiada!

Hay que soñar con los pies bien puestos en la tierra. Martínez Heredia advierte que estamos ante un claro enfrentamiento cultural, que no ha conllevado hasta ahora confrontaciones políticas. Amplios sectores de la población están conscientes de esto o lo perciben, y reaccionan en consecuencia. Otros no.

"Estamos en medio de una gran pelea de símbolos. [...] La estrategia actual de Estados Unidos contra Cuba nos deparará un buen número de recursos "suaves" e "inteligentes", modernos "caza bobos" de la guerra del siglo XXI. Desbaratar confusiones y desinflar esperanzas pueriles es una de las tareas necesarias.”ⁱⁱⁱ

Es tan vital como el agua y los alimentos tener con que cubrirse el cuerpo de la manera más decente posible. ¿Y el alma?

Notas