El Consejo Permanente de la OEA se aconsejó desmarcándose, un poco, de su Secretario General.

Cuando las guerras provocadas por la OTAN-EEUU en el Medio Oriente gestan más de medio millar de muertos y decenas de miles de desplazados diarios desde Túnez y Libia, por la continua zozobra de embarcaciones precarias a través del Mediterráneo en la extensión marítima que va desde Lesbos, Grecia (sobresaturada de inmigrantes) hasta una Italia con la isla de Lampeduza bloqueada por las mismas autoridades locales, evitando el arribo de esas oleadas migratorias que buscan sobrevivir en una Europa Occidental que en estos momentos padece (Alemania y Francia) de grandes inundaciones debido a los efectos climáticos que adelantan las advertencias acerca del abuso capitalista contra el medioambiente; de este lado del mundo, en nuestra región latinoamericana y caribeña la plutocracia venezolana sicaria de los Estados Unidos y la misma OTAN acaban de recibir un gravísimo “papazo” a manos de la Declaración aprobada en el Consejo Permanente de la OEA (Organización de Estados Americanos) durante su reunión reciente en Washington para analizar, mejor, acelerar la inminencia de una invasión contra la República Bolivariana de Venezuela.

Al menos esa era la intención promovida por su Secretario General Luis (Pinocho) Almagro y un “grupo” de países que a todas luces creían tener reservado el cake para la fiesta de un revocatorio inmediato contra el presidente venezolano Nicolás Maduro;“a su manera” (parodiando la canción del icónico cantante popular estadounidense de los 50’s del siglo veinte).

Dicha reunión extraordinaria mantuvo a sus protagonistas en un “sparring” intenso entre los países del team de “Pinocho” Almagro -5 en total: Perú, Chile, Paraguay, Argentina y Guatemala; deixis-, y el resto de los treinta y cuatro miembros, más o menos.

Presidida por el representante de Argentina, llevaba la intención de hacer prevalecer la declaración del grupo “almagrante” pro estadounidense de acelerar, a tenor de los intereses de la ultraderecha fascista venezolana un “referendo a como diese lugar” que expeditase un golpe de estado “parlamentario” contra el gobierno legítimamente electo de Maduro Moros con que, si fuese necesario, dragar el camino a una invasión militar dirigida por los EEUU; convirtiendo a nuestra región en una prolongación del caos que los EEUU y la OTAN facturan en el Medio Oriente, extendiendo a este hemisferio su política de recolonización del mundo.

Mientras le tiran una “carnada” a Cuba a ver si muerde. O por lo menos la van entreteniendo con la intensión de debilitarla hasta lograr un “cambio” hacia una democracia representativa –expresión muy utilizada en esa reunión de la OEA-, en la isla.

Bernardo Álvarez, representante permanente venezolano apoyado por Ecuador, Nicaragua y Bolivia logró que el objetivo original de la reunión se revirtiese, al presidente del consejo en funciones no le quedó otra alternativa -sin poder evitar muecas groseras de desprecio y desaprobación personal-, que ceder quince minutos y reiniciar otra reunión con el objetivo de consensuar, también una otra declaración más ajustada a la realidad de la situación política real. Aún cuando a nuestro criterio no resulta del todo satisfactoria, dicha declaración aprobada desmanteló lo que se pretendía en principio: expeditar golpes “blandos” parlamentarios como una vía “negociada” que aliviase a la careada hegemonía angloestadounidense del peligro que los gobiernos progresistas representan en la región. A su vez dicha declaración aprobada ofrece una oportunidad a la ultraderecha de encarrilar su rumbo contra la violencia inconstitucional; y al gobierno de Maduro Moros de reforzar las condiciones para la resistencia del pueblo bolivariano contra las apetencias fascistas.

Entre los representantes permanentes que se ganaron un rol protagónico debemos mencionar al canadiense, que en su intervención decía tener testimonios directos de personas que confirmaron las condiciones precarias y de violación derechos humanos por parte del gobierno bolivariano “gestor” del caos interno. El de Guatemala, que concebía, según lo enunció allí, a su gobierno mejorado por la democracia representativa después de un caos como el de la guerra, que a él se le olvidó decir era una herencia del Plan Cóndor impuesta por los gobiernos estadounidenses; por cierto, el representante permanente estadounidense discurseó un galimatías apenas inteligible, y peor traducido. A la representante del Paraguay, que intentó impartir una “clase magistral” acerca de la buena utilización del referendo revocatorio en una actitud de deshistorización casi “pornográfica”, cuando solo en Venezuela Bolivariana y en Bolivia Plurinacional existe, y ha sido probado con inédita eficacia, tal instrumento constitucional gracias a los gobiernos progresistas que rigen en ambos países; ni en Paraguay ni en el resto de la región se contempla -¡ni locos!-, tal instrumento constitucional. Es el deseo políticamente idiota (en este caso paraguayo) de oírse a sí mismos.

Pero las palmas se la llevó el grupo anglocaribeño, históricamente ninguneado en ese órgano, que dio pruebas de una claridad política meridiana en las discusiones. Hubert J. Mathews representante permanente de Dominica abrió fuego vapuleando a “Pinocho” Almagro por intentar equipararse a un mandatario de estado, cuando no es sino el servidor de un organismo internacional que se subordina y coordina el trabajo de los países miembros y tiene a la ONU por encima, además. No hubo que mencionar a los EEUU., era innecesario; “quien tenga oídos, que oiga”. Antigua y Barbudas apoyó a su par de Dominica.

Este ejemplo es un augurio de la proteica Cumbre de la AEC (Asociación de Estados Caribeños) que se celebrará en la Habana a partir del 3 de junio de los corrientes; puede pronosticarse la calidad de los debates que se sostendrán en ella. Parece ir por buen rumbo la unidad caribeña en general.

Las manifestaciones y marchas multitudinarias a favor del gobierno bolivariano, con el importante protagonismo de las juventudes confirman que el gobierno chavista está tomando seriamente en cuenta el revés sufrido en las últimas elecciones donde perdió la valiosísima mayoría parlamentaria. Es hora de recobrar el terreno perdido.

A la OEA que ha estado por más me medio siglo a favor en su mayoría aplastante del bloqueo contra Cuba por parte de los EEUU., y acosando desde los gobiernos golpistas y pro imperialistas de la región al proyecto socialista de la isla caribeña, le está llegando su hora como histórico “ministerio de colonias” estadounidense. De hecho el gobierno revolucionario de Cuba confirmó que jamás volvería a formar parte de ese “bidet político” yanqui.