No hay desarrollo con anemia y desnutrición infantil
- Opinión
La primera infancia es un sector vulnerable que no ha sido atendido con la dedicación que amerita pese a que el futuro del país depende en gran medida de la fortaleza de nuestros niños. No se puede pensar en el desarrollo si aún tenemos casos de anemia y desnutrición infantil.
Naciones Unidas define a la primera infancia como el periodo que va del nacimiento hasta los ocho años de edad, etapa que es de extraordinario desarrollo del cerebro y en el que se sienta las bases del aprendizaje posterior. Un crecimiento deficiente en esta etapa condena al fracaso a toda una generación, por ello la atención a la primera infancia debe ser de absoluta prioridad para el país.
El IV Encuentro Nacional por la Primera Infancia que se desarrolló el 6 y 7 de octubre concluye que las políticas de Estado deben centrarse en las personas, en especial en la primera infancia, y deben priorizarse sobre la base de que “la vida es primero” con el objetivo de lograr la meta anemia y desnutrición cero.
De acuerdo a la última encuesta demográfica y de salud familiar - ENDES 2016, el 43.5 % de los niños menores de tres años sufre de anemia; mientras que, el 13.5% de los niños menores de cinco años tiene desnutrición crónica.
En el panorama regional las cifras superan el promedio nacional, en el primer semestre de este año se ha registrado el 50.1% de anemia en niños menores de tres años, mientras que el 21.7% de la población infantil sufre de desnutrición crónica.
¿Qué hacer?
En el IV Encuentro se concluye que para enfrentar con mayor eficiencia los problemas que afectan a la primera infancia se debe realizar cambios importantes en la estructura del Estado y del Presupuesto de la República en función de una descentralización efectiva de políticas y programas dirigidos a la primera infancia.
Para ello se requiere de una articulación entre los diversos sectores del Estado, con estrategias multisectoriales que incluya al gobierno nacional, los regionales y locales. Sin dejar de reconocer la importancia de la sociedad civil, las comunidades, las organizaciones de pobladores, las empresas, las ONG, etc.
Se debe tener en cuenta que las acciones a favor de la atención y desarrollo de la primera infancia son un núcleo central de la lucha contra la pobreza. Estas acciones tienen que apoyarse en las experiencias exitosas en el nivel local y en la participación en forma organizada de los sectores interesados.
Es fundamental que el gobierno integre con las regiones y los municipios las políticas de salud, educación, justicia, agua y saneamiento (agua segura, manejo de residuos sólidos), agricultura (seguridad alimentaria), vivienda (casitas calientes en las zonas que por las bajas temperaturas lo requieran), comunicaciones, descentralización y políticas económicas.
Experiencias piloto desarrolladas en distritos amazónicos y andinos de alta ruralidad, han demostrado que los gobiernos locales, articulados con los diversos sectores, son las entidades líderes que mejor han operado en la lucha contra la anemia y la desnutrición infantil, así como contra la violencia hacia los niños y niñas.
Presupuesto
Sin una partida económica es poco lo que se puede hacer. El presupuesto asignado a los gobiernos locales y regionales es insuficiente, por lo que se debe revisar la distribución de los recursos para que pueda atender efectivamente las necesidades en los distritos, provincias y regiones.
Las municipalidades, por su mayor cercanía con la población, son una pieza clave para la atención a la primera infancia, pero no están estructuradas para esa atención, ni reciben los recursos correspondientes.
Por ello deben tomarse las acciones necesarias para que los gobiernos locales estén en la capacidad de asumir el rol central que les corresponde en tareas como el combate contra la anemia y la desnutrición infantil, y otras acciones a favor de la atención y el desarrollo de la primera infancia.
Una autoridad
Los especialistas consideran la necesidad de crear una autoridad visible y responsable para la primera infancia, que se encargue de promover, coordinar y articular la definición y ejecución de las políticas y los programas dirigidos a este sector y responder por sus resultados.
Esta autoridad para la primera infancia debe tener asiento en el Consejo de Ministros para que pueda actuar al más alto nivel y así tener la capacidad de liderar las políticas públicas dirigidas a la primera infancia.
En el IV Encuentro Nacional por la Primera Infancia, el premier Fernando Zavala sostuvo que la primera infancia constituye uno de los objetivos fundamentales del Gobierno y planteó el reto de que la niñez se convierta una política de Estado.
“Hay que cambiar la situación de los niños en el Perú, ellos son el futuro y el presente. El reto exige que la política pública por la infancia sea de Estado, que vaya más allá de un solo período de gobierno. Los niños son un tercio de la población del país en la actualidad, pero representan el 100% del futuro”, dijo Zavala Lombardi.
El discurso es bonito, pero si los buenos deseos no se concretan y se quedan en intenciones, se habrá perdido una nueva generación de peruanos que no podrá aspirar al desarrollo y seguiremos como hasta hoy. El gobierno tiene la palabra.
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