Con Trump nos esperan nuevas sorpresas

02/12/2016
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  • Opinión
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En varias oportunidades, durante la campaña electoral y después de terminada la misma, Donald Trump se ha referido a Cuba.

 

La última referencia, donde se manifestó contra la figura de nuestro Comandante en Jefe, además de irrespetuosa demuestra una total ignorancia y la facilidad con que puede ser engañado por lo peor del exilio cubano, que trata de influir en él, con el odio visceral que les ha provocado tantos años de lucha contra la Revolución Cubana y conocer como esta sigue adelante, con el apoyo de la casi totalidad del pueblo y del resto de los países del mundo.

 

La Mafia Cubano Americana, como la fiera moribunda, tira su último zarpazo.

 

Analicemos ahora, lo que está sucediendo en Estados Unidos mientras Donald Trump conforma su equipo de Gobierno.  Este equipo tiene como característica el estar formado por viejos halcones que tomarán las riendas de las agencias relacionadas con la Seguridad Nacional y un grupo de millonarios, quizás el mayor grupo de millonarios que en época alguna haya estado en el gabinete de un presidente. La forma de seleccionar su gabinete nos puede dar una idea de cómo y con qué propósitos se conducirán las acciones, tanto de política interna, como en política exterior.

 

Las promesas electorales de Trump, al igual que las que hicieron los otros presidentes que lo antecedieron, forman parte de la campaña electoral, de las maniobras para ganar esta y de la contienda con el otro aspirante. Ahora comienza la etapa de la verdad, algunas la cumplirá, otras las modificará y otras nunca llegará a cumplirlas, ese es el sistema.

 

Considero que el grado de cumplimiento será mayor en aquellas promesas relacionadas con la situación interna de Estados Unidos, la cual Trump conoce es explosiva. Su teoría y con la que debe convencer a otros miembros del establishment, es que debe darse un poco de las ganancias a la población estadounidense para mejorarle su nivel de vida o se provocaría una explosión social donde pudieran  perderlo todo, o ahogar la misma en sangre como lo hizo el “Brutal Dictador” que gobernaba Estados Unidos el 20 abril de 1914, donde la Guardia Nacional  abrió fuego de ametralladoras en Ludlow contra indefensos trabajadores, mujeres y niños que apoyaban la huelga que se había declarado  en las minas propiedad de la familia Rockefeller. Más de doscientos muertos.

 

Trump no puede hacer contra Cuba mucho más de lo que organizó George W. Bush con las Comisiones para la Cuba Libre entre 2004 y 2008 ni la acumulación de agresiones de todos los presidentes que lo antecedieron. A pesar de aquel barraje de hostilidad, por más de cincuenta años, Cuba sobrevivió.    El nacionalismo cubano, inspirado en las ideas de Martí, Fidel y otros que lucharon por la independencia de la Isla, ha probado saber derrotar toda esa política de agresión y sobrevivir, con dificultades, pero sin doblegarse.

 

 Como el propósito de  nuestro trabajo es precisamente exponer la situación que pudiera encontrarse en las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos después de enero del 2017, trataremos de hacerlo utilizando el razonamiento más lógico posible, tomando en consideración lo que pudieran ser los intereses de ambos países y como se manifestarán estos.

 

Trataremos de hacer un análisis lo más objetivo posible. La objetividad nos permitió plantear el triunfo electoral de Trump, a pesar de existir indicios de que sus ideas siempre estarían al lado de la clase dominante estadounidense, a la cual él pertenece.

 

Durante su campaña, Trump decía lo que realmente pensaba una buena parte de la población de Estados Unidos, supo utilizar las necesidades y demandas de esta para ganarse su apoyo y ser la “gran esperanza blanca” que traería nuevamente un nivel de vida aceptable para la misma. Esto en cierta manera asustó al establishment que le negó casi totalmente su apoyo, pero ahora todos vuelven a unirse y el establishment confía en que el nuevo presidente será uno de los tantos presidentes que ha pasado por la Casa Blanca.

 

El lema de su campaña presidencial, “Let´s Make America Great Again” no es solamente para los que en Estados Unidos viven en las peores condiciones, también es fuente de esperanza para los grandes intereses económicos de la nación.

 

Cómo hombre de negocios, e identificado con la situación económica real que sufre la mayoría del pueblo estadounidense, el 99 por ciento, considero existen posibilidades de que tome medidas tendientes a mejorar esta, entre las cuales pudieran incluirse algunas encaminadas a incrementar el comercio con Cuba, principalmente la eliminación del bloqueo.

 

La eliminación del bloqueo puede tener diferentes objetivos.

 

-Proporcionar a las empresas estadounidenses un nuevo mercado, tanto de suministros como para situar sus productos. Esto, además de tener un efecto sobre el desempleo, será una fuente de utilidades para los que participen en el intercambio comercial con la Isla.

 

-Internacionalmente será una acción que ha sido apoyada por la totalidad de los países del mundo en la Organización de las Naciones Unidas, por lo que permitirá mejorar la imagen externa de Estados Unidos.

 

-Es una acción solicitada de forma reiterada por Cuba, pero la decisión sobre la misma se tomará en el Congreso de Estados Unidos, en la forma que dicho Congreso desee y en los términos y plazo que el mismo determine, sin que Cuba intervenga.

 

-Será un nuevo y adicional mecanismo de lucha contra la Revolución Cubana, pues permitirá que más de un millón de estadounidenses visiten la Isla, trayendo su influencia política, se abrirán en Cuba oficinas de representación de cientos de empresas estadounidenses, algunas de las cuales servirán de fachada para el trabajo de la CIA contra nuestro país.

 

En cuanto al Turismo y otros negocios comenzará la dependencia cubana de las empresas estadounidenses con las cuales mantengan relaciones comerciales. La prensa estadounidense tendrá las puertas abiertas para trabajar y difundir mentiras sobre las realidades de Cuba. Se ampliarán los intercambios de todo tipo y la filosofía de la Ley Torricelly con las acciones de People to People cubrirán todo el territorio nacional.

 

Con el levantamiento del bloqueo, Trump continuará las actividades de subversión político ideológica iniciadas por Obama y llevará estas a un grado superior. Ese es mi criterio y considero debemos prepararnos para esto.

 

Tenemos en nuestro poder las armas suficientes para la lucha, las ideas de Martí, Maceo, Céspedes, Fidel, Raúl y de tantos otros que luchan y lucharon por nuestra independencia, desde el indio Hatuey hasta los jóvenes que en estos dolorosos días gritan “YO SOY FIDEL”. Tenemos además las otras armas, que no podemos olvidar nunca, por si es necesario utilizarlas.

 

2 de diciembre del 2016

 

- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba) sarahnes@cubarte.cult.cu

 

https://www.alainet.org/en/node/182139?language=en
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