Los terroristas económicos y sus pronósticos para el 2017

01/02/2017
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
christine_lagarde.jpg
-A +A

Si hubiese que establecer prioridades y elegir una sola medida para, desde el gobierno, garantizar la estabilidad política, social y económica en Venezuela durante el 2017, me arriesgo a decir que esta debe ser: combatir la inflación inducida.

 

En el marco de esta guerra económica que desde el 2012 ha agredido de manera masiva y atroz al pueblo venezolano, la inflación ha impactado a todos los hogares venezolanos, especialmente los de la clase trabajadora, deteriorando su salario. No queremos decir con esto que el desabastecimiento programado y selectivo de bienes de primera necesidad y el bloqueo financiero internacional no sean importantes, pero el más dañino para efectos del vivir bien de la población, y por lo tanto para la tranquilidad del venezolano, la estabilidad social y política, ha sido la inflación inducida.

 

Todo indica, y no hay razones para pensar lo contrario, que mientras persista el objetivo de derrocar la revolución bolivariana y en el marco de la pérdida de credibilidad de los factores de oposición local, continuarán las agresiones económicas. Adicionalmente, estas agresiones se intensificarán, incorporarán nuevas modalidades, pero sobre todo se centrarán en los incrementos inducidos de los precios.

 

En este sentido, basta leer el informe del Fondo Monetario Internacional en el que anuncia que la inflación en Venezuela para el año 2017 alcanzará niveles de 1.660%. Y es que en el escenario de un aumento del precio del barril de petróleo, principal fuente de ingresos del país, y en el marco de un año con relativos bajos compromisos de deuda externa, el margen que tendrá el gobierno para contrarrestar el desabastecimiento programado y selectivo ocasionado por las grandes corporaciones, será mayor. Resultando quizás poco efectiva el arma de guerra del boicot en el suministro de alimentos y medicamentos. No así el arma que induce la inflación.

 

La inflación en Venezuela desde el año 2012, tal como hemos mostrado en trabajos anteriores [1] no está siendo determinada por la diminución de la producción, tampoco por los aumentos de la demanda agregada (tal como establece la teoría económica neoclásica). Lo que está explicando el comportamiento de los precios en Venezuela es el valor de la moneda en el mercado ilegal.

 

Quienes conocen y reconocen esta relación de causa-efecto, pueden calcular el valor que debería alcanzar el tipo de cambio en ese mercado ilegal para lograr la meta de una inflación de 1.660%. Por lo tanto, esta arma de guerra es poderosísima en la medida en que no requiere mayor logística, ni coordinación, ni cartelización. El gatillo, aunque parezca absurdo, es una tecla de computadora que diariamente publica un valor manipulado y desproporcionado del tipo de cambio ilegal.

 

Al respecto, y a pesar de que tenemos por lo menos un año publicando estudios econométricos que muestran esta relación de determinación del tipo de cambio ilegal sobre los precios de la economía venezolana, y con el objetivo de que no quede ninguna duda para los fieles creyentes del monetarismo de que la inflación en Venezuela no es consecuencia del aumento de la emisión de dinero por parte del gobierno, haremos referencia a un trabajo recientemente publicado, en diciembre de 2016 y titulado “Venezuela entra al libro de récords como el número 57 en la tabla mundial de hiperinflación Hanke-Krusl”. Este trabajo fue escrito por los economistas Steve Hanke y Charles Bushnell, ambos del Instituto de Economía Aplicada de la Universidad Johns Hopkins y miembros del Instituto CATO [2].

 

Los economistas afirman: “El precio más importante en una economía es el tipo de cambio entre la moneda local y el de una moneda de reserva (el dólar de los Estados Unidos). Mientras haya un mercado negro activo (mercado libre) para la moneda y los datos del mercado negro están disponibles, las variaciones en el tipo de cambio del mercado negro pueden ser confiablemente transformadas en estimaciones precisas de las tasas de inflación de todo el país”. (traducción nuestra) [3].

 

Con base en lo anterior, estos autores, establecen una relación matemática para estimar la inflación en Venezuela. En esta relación los precios dependen de dos variables: 1) del tipo de cambio en el mercado ilegal y 2) de la tasa de inflación en Estados Unidos. [4]

 

Al respecto escriben: “Así, si conocemos la tasa de inflación de los Estados Unidos y la variación del tipo de cambio del bolívar y el dólar en el período dado, podemos calcular la tasa de inflación en Venezuela. Para hacer los cálculos, usamos el Índice de Precios al Consumidor para todos los consumidores urbanos de todos los artículos (este índice es reportado por la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos), y el mercado negro para el bolívar frente al dólar es reportado por Dólar Today.” (traducción nuestra). [5]

 

Los autores calcularon la inflación mensual en Venezuela al 3 de noviembre de 2016. El resultado fue una inflación de 55,28% [6], sobre el cual se basan para decir que Venezuela, al tener, por lo menos un mes con inflación superior al 50%, ya está clasificada como hiperinflacionaria. Recordamos que a partir del 22 de septiembre de 2016 el tipo de cambio en el mercado ilegal registró una escalada hasta el 2 de diciembre, siendo incluso el mes de noviembre el de mayor variación. Escalada que no tiene explicación económica.

 

En todo caso, lo que queremos al reseñar este estudio, no es solo reafirmar que, dicho por estos economistas, la inflación en Venezuela está determinada por las variaciones del tipo de cambio en el mercado ilegal, sino que además, que al hacer un ejercicio matemático de despeje podemos, de manera sencilla, calcular cuál debería ser la variación del tipo de cambio en el mercado ilegal durante el año 2017, para que la tasa de inflación llegue a 1.660%. En otras palabras, cuánto debería ser manipulado el tipo de cambio en el portal web de referencia para alcanzar la meta anunciada por el Fondo Monetario Internacional.

 

En Venezuela, desde agosto de 2012, la inflación está siendo inducida mediante la manipulación, arbitraria y desproporcionada del tipo de cambio ilegal, cuyos valores son publicados en portales web y redes sociales. No es necesario hacer sofisticados cálculos econométricos, que por lo demás hemos también hecho, para afirmar que los valores publicados diariamente en dicha página web no corresponden con la realidad económica. Están siendo manipulados para inducir la inflación y de esa manera generar pérdida del poder adquisitivo, pobreza, caos social, e incidir sobre las preferencias políticas de la población venezolana. Estas acciones de manipulación están acompañadas de una campaña mediática, casualmente, desde los mismos portales, en los que se culpa al modelo económico bolivariano, implementado desde 1999, de la situación inflacionaria en Venezuela. Se trata de un portal cuyos objetivos son políticos, que utilizan el cálculo matemático para estimar los valores que debe adoptar el tipo de cambio ilegal de manera de alcanzar los niveles de inflación.

 

Citamos textual las conclusiones científicas del trabajo publicado por los economistas Hanke y Bushnell: “Venezuela, bienvenida a los libros de récords. Tú has entrado ahora en la vergonzosa esfera de la hiperinflación. Es un mundo de caos económico, pobreza desgarradora y muerte. Sus autores deberían ser encarcelados, y las llaves deben ser tiradas.” (traducción nuestra) [7].

 

Quizás estas conclusiones pueden ser mejor interpretadas si sabemos quiénes son los autores. El economista Steve Hanke, es el asesor de los autores del portal Dólar Today, la misma página de la cual toma la información para sus cálculos. Es director del Proyecto de Divisas Problemáticas del Instituto CATO en Washington DC, asesoró y acompañó el proceso de dolarización en Ecuador, asesoró al presidente Rafael Caldera, en su segundo gobierno, para avanzar en la dolarización de la economía venezolana, y al presidente Menem en Argentina para decretar la dolarización en ese país.

 

Insistimos que el comportamiento del tipo de cambio en el mercado paralelo sigue un patrón político, asociado a los momentos de procesos electorales o de alta conflictividad política. No atiende a variables económicas, no se corresponde con los niveles de las reservas internacionales, ni la liquidez monetaria, ni los precios del barril del petróleo, ni los niveles de producción de la economía, etc. Es un arma de guerra, constituye un asunto de seguridad de Estado. En tal sentido, siendo las causas políticas y no económicas, debe ser combatido en el campo político, de defensa de la Nación y del pueblo venezolano. La solución no está en el campo económico.

 

Mientras persista la manipulación del tipo de cambio ilegal, cualquier política cambiaria será inefectiva, incluso y en un supuesto muy negado de liberar el mercado cambiario en Venezuela.

 

La causa de la elevada y exagerada brecha cambiaria en Venezuela entre el tipo de cambio oficial y el ilegal es principalmente la manipulación del tipo de cambio ilegal. Si bien el valor de la moneda no es 10 Bs./US$ (tasa del tramo DIPRO), mucho menos es 3.650 BS/US$ (último valor publicado el 29-12-2016) ni 4587,73 Bs./US$ (valor que adquirió el 01-12-2016).

 

Hay quienes proponen establecer la unificación cambiaria, es decir, eliminar los dos tramos del esquema cambiario actual y fijar un solo valor de la moneda. En este escenario, lo importante es fijar como valor único el valor que más se aproxime al real, ya que entendemos que el objetivo es sincerar dicho valor oficial mediante el cual se realizan más del 90% de las transacciones. En ningún caso, el criterio debe ser fijar un valor que se acerque al del mercado ilegal, ya que si bien también es necesario disminuir la brecha y con ella el arbitraje, la solución no está en colocar el tipo de cambio oficial unificado lo más cercano al ilegal, con menos razón si este no es el verdadero valor.

 

Una unificación cambiaria que fije, por ejemplo, el valor oficial en 2.000 Bs./US$ (el cual no es el valor del bolívar) solo logrará: 1) legitimar el tipo de cambio ilegal y con ello la manipulación arbitraria y desproporcionada en este mercado; 2) establecer un piso más alto a este tipo de cambio ilegal para que siga escalando tantas veces como sea necesario para lograr los niveles de inflación que políticamente buscan quienes son enemigos del pueblo venezolano.

 

El verdadero valor del bolívar no supera los 1.000 Bs./US$, ni siquiera alcanza lo que actualmente marca el tramo DICOM. Haciendo el ejercicio de lo que algunos llaman el tipo de cambio implícito, es decir, dividiendo la cantidad total de bolívares que actualmente hay en la economía entre la cantidad total de reservas internacionales, este valor es 965,76 Bs./US$. Esta metodología de cálculo es irreal, se basa en el supuesto de que todos los bolívares que hay en la economía se utilizan solo para adquirir divisas, lo cual sabemos que no es así, necesitamos bolívares para alimentarnos, transportarnos, pagar los servicios básicos, etc. La proporción de bolívares que históricamente se ha utilizado para adquirir bolívares es aproximadamente 0,25. El valor del DICOM, que actualmente está alrededor de 687,43 Bs./US$ solo corresponde a un mercado en el que la oferta de divisas es del 8%.

 

En otras palabras, el problema principal, el que está distorsionando la economía venezolana, radica en la manipulación del tipo de cambio en el mercado ilegal, es esta la que amplía la brecha. Mientras esta manipulación se mantenga, cualquier valor que se defina como unificado no resolverá el problema de la brecha, de la manipulación y por lo tanto de la inflación. Un valor oficial unificado cercano al ilegal no es la solución, por el contrario legitima y potencia una de las principales armas de la guerra económica.

 

No obstante, debemos decir, que no debe seguir asignándose el 92% de las divisas a una tasa de 10 Bs./US$ a las grandes empresas privadas nacionales y transnacionales. Estas grandes empresas, en primer lugar, deben proveerse de sus divisas a través de sus propias exportaciones, si es que de verdad son eficientes, o ingresando los capitales que tienen fuera. En todo caso, la asignación debe realizarse a una tasa cercana al verdadero valor de la moneda, que como ya hemos dicho no supera el valor del DICOM.

 

Estas acciones deben estar acompañadas de la publicación de la lista de empresas que han estado recibiendo divisas de parte del Estado. Si bien esto no necesariamente resolverá el problema de la manipulación política del tipo de cambio ilegal, debilitará uno de los principales argumentos que utilizan para sustentar esta arma de guerra, y es que el Estado no está asignando las divisas necesarias. Es fundamental que todos los venezolanos conozcamos cuánto y a quiénes se les está asignando divisas y para qué. De lo contrario estamos dando ventaja al enemigo.

 

La liberación del mercado cambiario, como una propuesta planteada por economistas y voceros de la oposición política local, tampoco resolverá el principal problema que es la manipulación del tipo de cambio ilegal. Esta medida derivará en la disminución de las reservas internacionales por parte de las grandes corporaciones, nacionales y transnacionales, las cuales son las que cuentan con la capacidad financiera para adquirirlas. En otras palabras, derivará en una mayor apropiación de la renta petrolera, que es de todos los venezolanos, por parte de estas empresas. Esto repercute además, en la limitación de las posibilidades que actualmente tiene el Estado de proteger la población mediante la inversión social proveniente de la renta petrolera.

 

Pero por otra parte, liberar el mercado cambiario no garantiza la destrucción del arma devastadora y letal que constituye la manipulación del tipo de cambio ilegal. Y en este punto es necesario hacer mención al caso argentino. Un arma similar opera en dicho país desde el año 2011, el dólar blue, el cual ha mostrado un patrón de comportamiento también asociado a momentos políticos hasta finales de 2015. En diciembre de 2015, cuando asumió Macri la presidencia de ese país, la primera medida que tomó fue eliminar el control cambiario. Sin embargo, y a pesar de que actualmente cualquier argentino puede acudir a casas de cambio a adquirir las divisas, el dólar blue se mantiene en los portales web marcando los precios internos de la economía argentina con una brecha que durante el año 2016 ha sido cada vez mayor. El argumento que utilizan es la supuesta sobrevaloración del tipo de cambio oficial. (Ver gráfico).

 

 

Pudiésemos pensar que si esto ocurre en Argentina, ya habiéndose constituido un gobierno neoliberal, con mayor razón persistirá la manipulación del tipo de cambio ilegal en Venezuela mientras el objetivo político de derrocar al gobierno bolivariano persista.

 

En este punto nos sentimos obligados a alertar a las economías del mundo, especialmente a la de países subdesarrollados, acerca de la manipulación arbitraria y desproporcionada del tipo de cambio en los mercados paralelos e ilegales, la cual pareciera ser un mecanismo que por la vía de derivar en condiciones de alta inflación y de hiperinflación, busca presionar las economías para que transiten hacia su dolarización y por lo tanto la consolidación y hegemonía de esta moneda. Es decir, buscan, mediante la manipulación del tipo de cambio, la hiperinflación, la cual está asociada a la pérdida desproporcionada del valor de la moneda, y con ello a una situación de dolarización de hecho de la economía, que sirve de “justificación” para la formalización de la dolarización.

 

Al respecto, es importante analizar en profundidad los casos de, por ejemplo: 1) Argentina en 1995 y luego en 1999, cuando el profesor Steve Hanke, miembro del Instituto CATO, recomendó, a solicitud del entonces presidente Menem, la dolarización en ese país y la instauración del blueprint de Argentina [8], propuesta que no se concretó o mejor dicho, no se ha concretado. 2) Ecuador en 1999, momento en el que el profesor Hanke asesoró al entonces presidente Jamil Mahuad para que en enero de 2000 dolarizara la economía ecuatoriana [9], por cierto calificada como un suicidio monetario por Rafael Correa, actual presidente [10], 3) Zimbabwe en 2008, cuando luego de una hiperinflación asociada a la depreciación repentina y desproporcionada del valor de la moneda, en el marco de las acciones para derrocar el gobierno de Robert Mugabe, el país, también asesorado por el Instituto CATO, aprobó la dolarización de su economía. [11]

 

En los actuales momentos, la manipulación arbitraria y desproporcionada del tipo de cambio ilegal en Venezuela responde a intenciones políticas que buscan, por la vía de escenarios de hiperinflación, agredir a todo un pueblo, desestabilizar la economía, socavar el apoyo popular al gobierno bolivariano, presionar para una renuncia del presidente de la República, convocar a elecciones generales, incidir sobre las preferencias políticas de los electores, y además allanar el camino para la dolarización de la economía venezolana.

 

Siendo objetivos políticos los que están detrás de la inflación inducida, es con acciones políticas enmarcadas en la seguridad del Estado que debe ser combatida esta arma de guerra. Celebramos la decisión del Ministerio Público de solicitar el bloqueo de la página Dólar Today [12]. Pensamos que los esfuerzos deben dirigirse a eliminar estas prácticas de guerra que han hecho y pretenden seguir haciendo un grave daño a nuestro pueblo, induciendo inflación y pobreza, distorsionando la economía, desestabilizando social y políticamente nuestro país, vulnerando la seguridad del Estado.

 

Combatir la inflación inducida pasa por destruir la manipulación del tipo de cambio ilegal como principal arma de la guerra económica.

 

Por último, no perdemos la esperanza de que los factores políticos de la oposición democrática, así como los medios de comunicación, reconozcan el grave daño que estas prácticas de guerra no convencional están haciendo al pueblo venezolano, que no sigan callando ante tal atrocidad, y sumen sus voces en contra de estas armas que en definitiva afectan a todos los que vivimos y viviremos en Venezuela.

 

[1] La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela. Editorial Nosotros Mismos. Caracas. 2016.

 

[2] http://krieger.jhu.edu/iae/economics/Venezuela_Enters_the_Record_Book.pdf

 

|3] http://krieger.jhu.edu/iae/economics/Venezuela_Enters_the_Record_Book.pdf. PP: 8.

 

|4] Para mayor detalle acerca de la relación matemática utilizada por los autores, puede revisarse la página 12 del mencionado estudio, en la que establecen:

 

 

[5] http://krieger.jhu.edu/iae/economics/Venezuela_Enters_the_Record_Book.pdf  PP:12.

 

[6]

 

[7] http://krieger.jhu.edu/iae/economics/Venezuela_Enters_the_Record_Book.pdf. PP:15

 

[8] https://www.elcato.org/publicaciones/ensayos/ens-2001-12-20.pdf

 

[9] http://vistazo.com/seccion/pa%C3%ADs/%C2%BFqui%C3%A9nes-promovieron-la-d...

 

[10] http://www.telesurtv.net/news/Correa-Dolarizacion-de-la-economia-fue-un-...–20160809-0007.html

 

[11] https://www.cato.org/zimbabwe

 

[12] http://www.eluniversal.com/noticias/sucesos/ministerio-publico-solicito-...

 

Pasqualina Curcio

Profesora Titular

Departamento de Ciencias Económicas y Administrativas

Universidad Simón Bolívar-Venezuela

 

Fuente: http://www.15yultimo.com/2017/01/31/los-terroristas-economicos-y-sus-pronosticos-para-el-2017/

 

 

https://www.alainet.org/en/node/183229
Subscribe to America Latina en Movimiento - RSS