Marine Le Pen naufraga bajo la tormenta europea

05/05/2017
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La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia presenciará muy probablemente la derrota de Marine Le Pen que, en un intento desesperado por conseguir la victoria, presentó finalmente un proyecto incoherente e incapaz de convencer a la mayoría de los franceses.  

 

La candidata presidencial Marine Le Pen obtuvo un crecimiento monumental para su partido del Frente Nacional en las elecciones presidenciales de la primera vuelta, ya que superó por casi casi tres millones de votos al candidato Jean-Marie Le Pen cuando compitió contra Jacques Chirac en 2002[1].

 

El apoyo político de los votantes en las regiones rurales y desindustrializadas, sin embargo, no fue suficiente para posicionar a Marine Le Pen en el primer lugar de las preferencias electorales de la primera vuelta. Por lo tanto, un cambio en la estrategia electoral de la candidata presidencial del Frente Nacional no se hizo esperar para conseguir mayores votos y poder salir victoriosa en la segunda vuelta.

 

Es por esta razón que Marine Le Pen suavizó su discurso político al proponer llevar a cabo una renegociación del marco institucional de la Unión Europea y la moneda común durante dos años en lugar de los seis meses anteriormente propuestos en su campaña electoral.

 

También Marine Le Pen negó haber propuesto que Francia abandonara el euro, sino más bien propuso recuperar el franco como moneda nacional para las transacciones corrientes y mantener el uso del euro en las transacciones comerciales para las grandes empresas[2].

 

La utilización del euro a favor de las grandes empresas francesas, sin embargo, exigirá concesiones para las autoridades europeas, lo que contradice las aspiraciones del Frente Nacional de rechazar los tratados de libre comercio, abandonar las operaciones de la Organización del Tratado del Atlántico de Norte y cesar las sanciones económicas en contra de Rusia.

 

Por otra parte, Marine Le Pen afianzó una alianza con Nicolas Dupont-Aigna, presidente del partido Debout la République, con quien pactó su nombramiento como primer ministro y negoció flexibilizar las medidas concernientes al comercio, la migración y el sistema electoral.

 

Entre las medidas que Marine Le Pen se comprometió a modificar incluyen la regularización migratoria de los niños extranjeros, la flexibilización del impuesto sobre las importaciones y el reconocimiento de los votos anulados en las próximas elecciones francesas[3].   

 

No obstante, la posición de la candidata del Frente Nacional continuó firme en reducir drásticamente la inmigración, imponer controles estrictos de capital y convocar un referéndum sobre la salida de Francia de la Unión Europea, lo cual atrajo de forma poco significativa a la población francesa.

 

Por otro lado, Marine Le Pen deseó aprovechar el reciente ascenso de Jean-Luc Mélenchon en los últimos meses, por lo que llamó a sus seguidores a votar por su candidatura en la segunda vuelta, emulando las frases del antiguo candidato de Francia Insumisa[4].

 

Si bien es cierto que ambos candidatos coinciden en varios puntos como implementar un programa de gasto público a favor de los franceses con menores ingresos y confrontar a la Unión Europea, la política migratoria de Marine Le Pen impide la consolidación de una sólida alianza con Jean-Luc Mélenchon.  

 

Es por eso que el antiguo candidato Jean-Luc Mélenchon afirmó a sus votantes que no apoyará a Marine Le Pen en la elección presidencial, de suerte que dejó con pocas posibilidades a la candidata del Frente Nacional para que consiga la presidencia de Francia[5].

 

En contrapartida, Emmanuel Macron, candidato presidencial de En Marcha, recibió el espaldarazo de dos candidatos de la primera vuelta (François Fillon y Benoît Hammon), incluyendo el apoyo del presidente francés François Hollande, quien criticó abiertamente el programa de Marine Le Pen.

 

Aunque resulte ganador en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Emmanuel Macron conseguirá difícilmente la aprobación de sus reformas estructurales, ya que enfrentará la oposición de los representantes del Frente Nacional en el Senado y la Asamblea General.

 

La presidencia de Emmanuel Macron estará, por tanto, caracterizada por enfrentamientos y tensiones en contra del Frente Nacional, que intentará sabotear las reformas estructurales y minar la popularidad del presidente francés durante el quinquenio entre 2017 y 2022.

 

Por añadidura, el carácter pro-europeo de las propuestas de Emmanuel Macron de crear un presupuesto regional, relajar las normas de la moneda común y formar un Parlamento de la eurozona, terminará inminente por desacreditar su promesa de cambiar la condición económica de la población francesa[6].

 

En resumen, el porvenir de los franceses después de las elecciones presidenciales se vislumbra bastante desafortunado con la posible victoria de Emmanuel Macron, lo cual cada vez más se acercaría el derrumbe del proyecto europeo al caerse el soporte vital de Francia.

 

Ulises Noyola Rodríguez

Colaborador en la División de Estudios de Posgrado de Economía en la UNAM.

 

 

 

[1] Viento Sur. Primera vuelta: el sistema político francés en la tormenta. Fecha de publicación: 26/4/2017.

[2] La Tribune. Marine Le Pen promet "une monnaie nationale" sans forcément sortir de l'euro. Fecha de publicación: 30/4/2017.

[3] Les Echos. Présidentielle : Le Pen prête à nommer Dupont-Aignan à Matignon. Fecha de publicación : 29/4/2017.

[4] Les Echos. Le Pen courtise ouvertement l’électorat de Mélenchon. Fecha de publicación : 28/4/2017.

[5] Le Monde. Jean-Luc Mélenchon « ne votera pas FN » mais ne donne pas de consigne de vote. Fecha de publicación: 28/4/2017.

[6] La Tribune. Présidentielle 2017 : quatre points de friction entre Macron et Le Pen. Fecha de publicación: 24/4/2017.

https://www.alainet.org/en/node/185270
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