Bolivia y América frente al dilema

Proteccionismo o librecambio

14/07/2017
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El agresivo discurso del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha incluido el tema del proteccionismo como uno de los pilares destinados a la recuperación económica de la potencia norteamericana tras su debilitamiento paulatino en las últimas dos décadas, perdiendo su lugar central en al ámbito productivo y comercial mundial, aunque no en el terreno militar, ante el ascenso vertiginoso de economías como las de China e India principalmente y de otros países emergentes.

 

En las últimas cinco décadas las potencias capitalistas, en el contexto del globalismo, impusieron el neoliberalismo que tuvo como eje central la primacía de las transnacionales, el debilitamiento de los estados nacionales, la imposición de políticas de librecambio y apertura de mercados y fronteras sobre los países débiles, consiguiendo grandes ventajas económicas.

 

Esta situación ha puesto nuevamente en el debate el tema de la dicotomía proteccionismo-librecambio. El librecambio ha sido la consigna del liberalismo y del neoliberalismo con el objetivo de asegurar la expansión colonial-imperialista, el saqueo de materias primas y la reproducción ampliada de la tasa de ganancia a nivel internacional, aunque encubría deliberadamente las acciones de protección y subvención de las potencias capitalistas hacia sus productores internos, como ha sido la situación constante en los países de la Unión Europea y Estados Unidos con los productores agrícolas principalmente.

 

Ya en los siglos XVIII y XIX Inglaterra estableció una doble estrategia: ser profundamente proteccionista con su manufactura e industria fortaleciendo su mercado interno y potenciando sus actividades económicas y al mismo tiempo imponía el librecambio a los otros países y regiones, así como a sus zonas de dominación colonial, incluidas sus colonias en América del Norte. La independencia de Estados Unidos, en ese sentido, tuvo una fuerte base proteccionista para defenderse de los atropellos librecambistas ingleses.

 

Adam Smith, el padre del liberalismo clásico, mostró esa faceta imperial de su pensamiento cuando utilizaba en doble rasero para determinar las relaciones económicas y comerciales entre las regiones, a sabiendas de las políticas de protección de su país, difundía las tesis de que la única vía del desarrollo económico para todas las regiones del mundo era el librecambio; la misma lógica está presente en las ideas de las ventajas comparativas de David Ricardo.

 

Por todo eso es muy importante diferenciar lo que son y representan las políticas defensivas y proteccionistas en las metrópolis imperialistas con un fuerte contenido agresivo frente a las semicolonias o a las zonas geográficas de países dependientes y atrasados y lo que son las políticas proteccionistas, de defensa del mercado interno y del Estado Nacional en los países que sufren la opresión imperialista y el sometimiento político, militar y económico a sus intereses y que durante siglos han sido convertidos en fuente de recursos naturales y materas primas para las potencias industriales.

 

Actualmente, frente al asedio imperialista y del capitalismo financiero especulador, junto a la integración de los países de América Latina, corresponde desarrollar en conjunto y en nuestro país políticas de potenciamiento nacional, utilizando internamente los recursos naturales para la industrialización sobre la base de la protección de la manufactura, la industria y la producción agrícola campesina, el mayor impulso al mercado interno y el fortalecimiento de Estado Nacional.

 

Eduardo Paz Rada

Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.

 


 

https://www.alainet.org/en/node/186808?language=es
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