La genética moderna en la investigación de la identidad biológica humana

13/12/2017
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

“Abuelas de la Plaza de Mayo hallan la nieta 126” es el titular de los periódicos argentinos en diciembre de 2017. La niña fue arrebatada de su madre en prisión por la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983. Adriana fue identificada hace pocos días por la organización de Abuelas de la Plaza de Mayo, ha declarado que se siente “feliz, orgullosa” y que se le “completó la vida”. Ahora que tiene 40 años, es hija de Violeta Graciela Ortolani y Edgardo Roberto Garnier, detenidos y desaparecidos en la dictadura; se enteró que no era hija biológica de las personas que la criaron, (poco después del fallecimiento de ellas), por lo que acudió a Abuelas para saber si era hija de desaparecidos. Tras larga búsqueda recibió la feliz noticia. Adriana volvió con sus tías de sangre, familiares y amigos de sus padres. (1) Como esta hay otras 125 historias conmovedoras que están guardadas en los archivos de los tribunales de justicia y en los laboratorios de genética humana, cuyas investigaciones revelaron y continúan revelando la identidad de los niños robados por la dictadura militar.

 

Historia de un caso paradigmático

 

Uno de los casos más difundidos en medios de comunicación fue el proceso que cursó en los tribunales de justicia de Argentina con el propósito de esclarecer la identidad de dos jóvenes adoptados por la dueña de El Clarín, Ernestina Fernández de Noble.

 

El grupo Clarín controlaba cerca del 80% de medios de comunicación argentinos: radioemisoras, canales de televisión y periódicos. Desde 2008 se inició un juicio de filiación de Marcela y Felipe Noble, caso en el que la Fundación Abuelas de Plaza de Mayo apoyó fuertemente el derecho a conocer la verdadera identidad de Marcela y Felipe, que fueran adoptados en 1976. En Argentina el caso desató una fuerte polémica, no porque sea el único sino porque en él estuvieron involucrados conocidos personajes con poder económico y político.

 

Investigaciones bien fundamentadas establecieron que entre 1976 y 1983 fueron arrebatados de sus padres biológicos unos 500 niños. Los padres fueron detenidos y desaparecidos por la dictadura militar que humilló a la hermana república de Argentina “…en nombre de la seguridad nacional, miles y miles de seres humanos, jóvenes generalmente y hasta adolescentes, pasaron a integrar una categoría tétrica y fantasmal: la de Desaparecidos”. Sábato. (2)

 

La desaparición de personas y apropiación de niños recibió el rechazo mundial. Dentro del país del Río de la Plata generó la ejemplar reacción de las Abuelas de Plaza de Mayo, que desde 1977 inició una campaña nacional e internacional para localizar a los niños arrebatados por elementos de las fuerzas represivas.

 

Si bien los datos genéticos de Marcela y Felipe no coincidieron con los que reposan en el Banco Nacional de Datos Genéticos, BNDG –entidad depositaria de la información genética de los familiares desaparecidos durante el terrorismo de Estado-, el caso reabrió la polémica sobre el derecho de centenares de jóvenes-adultos de conocer la verdadera identidad biológica.

 

Una ejemplar jornada científica y humanitaria

 

A fines de la década de 1970 la sociedad argentina enfrentaba un grave problema: encontrar a los desaparecidos e identificarlos. En este escenario las Abuelas de Plaza de Mayo se informaron que era posible determinar la paternidad de un niño a través del análisis de la sangre y sus constituyentes moleculares; por lo mismo pensaron que se podría recurrir a la genética para identificar a los nietos desaparecidos, pero la dificultad residía en que los padres estaban desaparecidos y solo se podía contar con la sangre de las abuelas. Se preguntaron ¿servirá la sangre de las abuelas?

 

Para encontrar respuesta a esta interrogante las Abuelas de la Plaza de Mayo iniciaron un largo peregrinaje por Europa y EE UU en busca de asesoría de genetistas de varias universidades. La cuestión era conocer si había algún método genético para identificar a los nietos. El genetista Víctor Penchaszadeh les explicó que sí, “que la ciencia podía tener respuesta a sus reclamos, pero que para pasar de la posibilidad a la realidad, había que investigar el estado del arte de identificación de personas, ya que la de los niños desaparecidos era una situación inédita en el mundo. Esto es algo que hay que estudiar, no hay experiencia internacional de identificación de nietos a partir de abuelos, pero hay todas las razones para ser optimistas”.(3) Es decir teóricamente era posible pero había una dificultad práctica, ya que a esa fecha no se contaba con las técnicas de laboratorio apropiadas para ese efecto.

 

Este problema social planteó un desafío a la ciencia de esa época, ya que era necesario encontrar la forma cómo se podía transformar la probabilidad estándar o tradicional de prueba de paternidad, en una probabilidad concreta cuando faltan los padres. Esto requirió experimentar nuevas técnicas de laboratorio y hacer complicados análisis estadísticos. Genetistas, biólogos moleculares, bioquímicos y matemáticos trabajaron conjuntamente con ese objetivo. (4) Poco tiempo después las Abuelas de Plaza de Mayo supieron que sí era posible establecer el parentesco con sus nietos a través de distintos tipos de marcadores genéticos. Se optó por emplear en la determinación: los antígenos de histocompatibilidad, (HLA en inglés), que son moléculas que se encuentran en las membranas de todas las células y que se encargan de diferenciar lo propio de lo ajeno. Son las moléculas que permiten al organismo aceptar o rechazar un órgano o tejido transplantado; si los antígenos de histocompatibilidad son similares, el receptor no rechaza el órgano del donante.

 

Dado que los HLA tienen alta variabilidad y son determinados por los genes, podían ser usados como una “medida de la semejanza de los individuos” por lo mismo podían emplearse para el análisis de la filiación biológica de las personas. Cuando aún no se contaba con técnicas de ADN para la identificación genética, se podía emplear las moléculas producidas por los genes, como el antígeno de histocompatibilidad, HLA, que empezó a ser usados para las pruebas de paternidad. Pero, en el caso problema, al no existir los padres fue necesario recurrir a los abuelos, esto exigió establecer el “índice de abuelidad” el cual se obtuvo mediante cálculos matemáticos.

 

El primer gran triunfo de Abuelas de Plaza de Mayo fue el haber logrado determinar la filiación de la niña Paula Eva Logares. A fines de 1984 se presentó el caso a la Corte Suprema de Justicia; la Corte decidió devolver la niña a sus abuelos. Paula Eva al volver a su casa, se detuvo en la puerta de su habitación, la abrió y preguntó ¿Dónde está mi osito de peluche? (5)

 

Huellas genéticas basadas en ADN

 

En 1985 Alec Jeffreys de la Universidad de Leicester desarrolló la técnica de la huella genética basada en el ADN. Esta consiste en la identificación de secuencias cortas de ADN muy repetidas: microsatélites, que tienen gran variación entre diferentes personas, por lo que se les conoce como: “huellas digitales de ADN” y se las emplean para establecer relaciones de parentesco. Ahora es la técnica más usada en procesos de identificación de personas y de investigación forense, por la alta variabilidad, estabilidad hereditaria, baja tasa de mutaciones, reproductibilidad y precisión; garantiza el 97% de seguridad en las pruebas de paternidad.

 

Poco tiempo después se desarrolló la técnica de Reacción en Cadena de la Polimerasa (en inglés PCR), que consiste en amplificar pequeños segmentos de ADN, (una especie de fotocopiadora-amplificadora genética), con lo cual es posible obtener rápidamente copias de ADN para diferentes investigaciones, entre ellas para aclarar vínculos entre personas muertas mucho tiempo atrás. Así la genética dio el aporte definitivo a la causa de la identificación de los desaparecidos y de los niños apropiados en forma ilegal e inhumana en Argentina y cuya historia forma parte del informe Nunca Más.

 

Si el 99 % del ADN se encuentra en los cromosomas y genes, una pequeña cantidad de ADN se encuentra en las mitocondrias (organoides citoplasmáticos que participan en el metabolismo energético de las células) se llama ADN mitocondrial o genoma mitocondrial; se transmite exclusivamente por línea materna, por lo mismo es un material genético ideal para los estudios de filiación humana; tiene altos niveles de variación genética y una secuencia simple y directa, contiene apenas 37 genes, se mantiene inalterable por mucho tiempo, se obtiene de la sangre o hueso de personas fallecidas muchos años atrás, por ello permite establecer con certeza el parentesco y las relaciones evolutivas.

 

La genetista Mary-Claire King realizó la primera identificación de los niños (a esta fecha ya adultos) a base del ADN mitocondrial, con lo cual se añadió una nueva técnica a la investigación.

 

En contrapartida del ADN mitocondrial, se determinó que el cromosoma Y, exclusivo de los hombres, comparte el mismo patrón genético entre los miembros de una misma familia, por eso permite estudiar la filiación de personas por “línea paterna”.

 

Proceso científico, jurídico, legal y político

 

La identificación de personas mediante pruebas genéticas fue un paso trascendental, pero además fue necesario impulsar acciones complementarias en varios ámbitos, lo que solo fue posible cuando Argentina volvió al régimen democrático en la presidencia de Raúl Alfonsín.

 

  • En 1984 se formalizó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) cuya misión es la investigación de casos de violencia política o étnica.

  • La creación del Banco Nacional de Datos Genéticos de Familiares de Niños Desaparecidos, BNDG (1987) con el propósito de asegurar las identificaciones y para facilitarle a la Justicia la información genética necesaria en procesos de filiación de personas.

  • En 1992 las Abuelas gestionaron ante el Gobierno conformación de la Comisión Nacional para el Derecho a la Identidad (CONADI) dependiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, que además contribuyó a la institucionalización de Banco Nacional de Datos Genéticos.

 

Aporte a la ciencia moderna

 

El hecho histórico resumido en este trabajo constituye una aventura humana y científica protagonizada por Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina y por un grupo de genetistas de varios países para obtener, por primera vez, el “índice de abuelidad” que permitió probar científicamente la relación de parentesco entre los niños apropiados y sus abuelos biológicos. Las Abuelas jugaron un papel protagónico, pues su valor, perseverancia y alto sentido ético fue un acicate permanente a los científicos. Esta historia humana y científica tiene más de 40 años; el conocimiento científico y las técnicas de la biología y genética molecular no eran los de ahora. El progreso científico experimentado en las últimas décadas permitió aplicar los avances de la investigación genética en la identidad de las personas; además el perfeccionamiento de las técnicas de estudio del ADN superó las ambigüedades de los análisis anteriores, todo lo cual dio a la justicia información segura e irrefutable para sus dictámenes. La genética y biología molecular dieron un aporte trascendental a la administración de justicia.

 

Víctor Penchaszadeh, genetista argentino y profesor de la Universidad de Columbia, asesor científico de la causa de las Abuelas -que es una causa del pueblo argentino-, destacó el instinto de vida y familia de las Abuelas de Plaza de Mayo y la convicción de los científicos de que la genética podía y debía ponerse al servicio de los derechos humanos y la vigencia plena del derecho a la identidad y la reparación a la grave violación que constituyó la apropiación de niños. (6)

 

Ernesto Sábato concluyó: “…tenemos la certeza de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia y la más salvaje. Nunca más en nuestra historia patria se repetirán hechos que nos han hecho trágicamente famosos en el mundo civilizado”. (7)

 

Abuelas de la Plaza de Mayo ha logrado hasta diciembre de 2017 la identificación de 126 personas que han sido devueltas a sus verdaderos familiares. A este logro han confluido múltiples circunstancias de orden social, político, jurídico, ético y científico, así como la valentía y tenacidad de una organización de la sociedad civil que lucha en forma ejemplar por la verdad y la justicia en Argentina.

 

Referencias

 

  1. Diario El Comercio, Quito, Ecuador, 06-12- 2017.

 

  1. Informe CONADEP, Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, 1984. Comisión para la Investigación de los crímenes cometidos por la dictadura, 1976-1983. Informe Nunca Más o Informe Sábato.

www.desaparecidos.org/nunca más/ 23-08-2011

 

  1. Las Abuelas y la Genética. Talleres Gráficos Gutten Press, Buenos Aires, Argentina, 2008.

 

  1. Ibidem

 

  1. Ibidem

 

  1. Ibidem

 

  1. Informe CONADEP op cit.

 

 

https://www.alainet.org/en/node/189818?language=en
Subscribe to America Latina en Movimiento - RSS