Qué dijo Trump sobre Cuba el 30 de enero
- Análisis
El día 30 de enero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció el discurso sobre el Estado de la Unión, una actividad tradicional, que todos los presidentes realizan, para supuestamente informar al pueblo estadounidense del resultado de su gestión durante el año transcurrido, lo cual, para hacerlo más solemne, se realiza ante el pleno del Congreso.
Este discurso no solamente se refiere a lo que se hizo, sino también se anuncia lo que se propone hacer. Todos los presidentes tratan demostrar lo exitosa que ha sido su gestión, en muy pocas ocasiones se habla de los fracasos o de aquello que ha resultado controversial y no se ha resuelto. El enfoque de lo que se trata siempre es triunfalista, alejándose de lo que pudiera calificarse de objetivo, o realizando un análisis que permita conocer que aunque se alcanzó éxito, este no es completo, es necesario continuar trabajando, o resolver los problemas creados por el éxito alcanzado.
El discurso se caracteriza por las promesas que se realizan, para darle al pueblo estadounidense una esperanza de que el futuro será mejor que el presente. Si nos referimos al discurso de Trump, podemos decir que algunas de sus promesas fueron el incrementar los empleos, lo cual es posible logre y el disminuir el precio que la población debe pagar por la medicina, lo cual choca con fuertes intereses económicos, que forman parte de la clase dominante y defenderán hasta el último momento sus utilidades, en esto, las posibilidades de éxito son remotas.
Este discurso pudiera denominarse como si fuera un programa de televisión “El Show de Trump”, lo preparó todo para mostrar al negro soldador que ahora vive mejor, después de las rebajas de impuestos; al niño blanco que tuvo la iniciativa de poner banderitas estadounidenses en las tumbas de los soldados caídos; a las dos familias negras que perdieron sus hijas asesinadas por las pandillas; al joven hispano que se dedica a cuidar la frontera y apresó un número de traficantes de droga que intentaban entrar en Estados Unidos; el policía blanco de Nuevo México que alejó a una joven de la droga, la esposa del policía y el niño que tuvo la joven, al cual adoptaron; los padres blancos, inmigrantes, de un joven universitario estadounidense que fue detenido en Corea del Norte, condenado a prisión y murió al regresar a Estados Unidos; un joven “disidente” norcoreano, que se accidentó, perdió una pierna y una mano, pero que a pesar de todo eso, logró escapar y llegar a la tierra de la libertad; al joven blanco, sargento, combatiente en ultramar que salvó la vida de un compañero al que le explotó una trampa caza bobos preparada por los terroristas del ISIS.
Al elenco del show no le faltaba nada, había negros, niños, blancos, mujeres, latinos, inmigrantes, un coreano del norte, familias, policías, militares, todo el que estaba viendo el programa podía identificarse con alguno de los actores, podía ver su problema reflejado en la pequeña pantalla y reconocer en el Conductor del Show al que podía resolver los problemas.
Todas y cada una de las personas presentadas fueron utilizadas por Trump para fortalecer la necesidad de cumplimentar los planes que se ha trazado como presidente, tratar de mostrar a la población estadounidenses que los mismos responden a una realidad que vive el país, a las necesidades que todos ellos tienen y de lo cual él se está preocupando por mejorar, todo bajo un discurso netamente nacionalista que proclama lo único importante es lo que sucede en Estados Unidos y el resto del mundo no debe preocuparlos, salvo cuando se afecta la Seguridad Nacional, que todos ustedes saben significa, los interés económicos de las empresas estadounidenses en otros países.
Sobre Cuba solamente ese refirió en dos oportunidades, una de ellas cuando planteó que ese día había firmado una orden dirigida a Mattos, el Secretario de Defensa, que debía examinar la política de detención establecida por los militares y mantener abierta la cárcel existente en la Base Naval estadounidense establecida en la Bahía de Guantánamo.
Sobre la mencionada base, Trump había pedido un presupuesto de 500 millones de dólares para ampliar la misma, pus sus intenciones eran congregar en esta a los delincuentes más peligrosos que se encuentran en varias cárceles radicadas en Estados Unidos.
La otra referencia a Cuba fue cuando planteó: “Mi administración también ha impuesto fuertes sanciones a las dictaduras comunistas y socialistas existentes en Cuba y Venezuela”
Quizás Trump no tenía tiempo para ampliar sobre esta frase, insertada casi al final del discurso, como si se le hubiera olvidado hablar de eso, pero realmente en la misma, no dijo nada nuevo.
Estoy seguro que Marco Rubio and Company consideraron muy flojos los pronunciamientos de Trump.
1 de febrero 2018.
- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba)
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