La salida del capitalismo al fallar el intento de salir de la crisis capitalista
- Opinión
La actual crisis mundial del capital y del capitalismo plantea redefinir la geopolítica mundial, redefine la forma del Estado y por lo tanto del capital dominante. El cuadro geopolítico hoy es complejo con muchas contradicciones y alianzas posibles. El futuro del mundo dependerá en buena medida de la correlación de fuerzas que entre las diferentes fracciones del capital y a la vez de las luchas sociales que sin duda emergerán en esta batalla que hasta nos puede poner en peligro de guerra a escala mundial.
I Los imperios financieros y la geopolítica
La fracción financiera estadounidense conservadora
Si la política de los globalistas apunta al desmantelamiento de la soberanía nacional, hay un fuerte bloque conservador dentro de los EUA que se opone a ello. Estas fracciones conservadoras buscan perpetuar el viejo imperialismo del país central y para ello promueven la estrategia de un unipolarismo unilateral, sustentado por el brazo fuerte del Pentágono y el complejo industrial y militar. Las empresas proveedoras de este complejo son Lockheed, Boeing, General Dynamics y Northrop, entre otros. Este bloque de poder cuenta con la fracción financiera liderada por de J.P. MorganChase (la primera banca comercial de los EUA), y el Bank of America (la segunda). Luego está Goldman Sachs (uno de los mayores grupos de banca de inversión y valores del mundo). Este capital financiero depende de la sobrevivencia del dólar, moneda internacional de referencia, defendida por su complejo industrial y militar. Su proyecto es ir por otro siglo americano y conservar su mundo unipolar junto con otros bloques continentales de poder subordinados como la UE y bajo su hegemonía.
A este capital financiero pertenecen las grandes empresas multinacionales del imperio Rockefeller. El vínculo del complejo industrial y militar con JP Morgan Chase (de la dinastía Rockefeller) ha sido muy directo. Así como los globalistas (con la dinastía Rothschild) manejan a la OTAN como su brazo armado, los Rockefeller trabajan con el Pentágono. El J.P. Morgan Chase controla además la ESSO y Hulliburton. El imperio petrolero de los Rockefeller se expresa además a través de empresas petroleras como Exxon Mobil, Chevron Texaco, BP Amoco y Marathon Oil, últimamente muy orientados a la autosuficiencia energética mediante la extracción de gas de esquisto en EUA y sus países vecinos del NAFTA. Los Rockefeller controlan asimismo la constructora de aviones Boeing, las aerolíneas United Airlines, Delta y Northwest Airlines y grandes empresas farmacéuticas. En términos políticos la dinastía ha sido mejor representada por los republicanos.
Estas fuerzas conservadoras al vincular sus inversiones mucho más al territorio nacional o continental (NAFTA) defienden a toda costa la soberanía nacional frente a las políticas de acabar con toda soberanía nacional del capital financiero globalizado y bajo ninguna condición perder el poder estadounidense como potencia hegemónica. Durante la era de la globalización la realidad de este capital financiero conservador ha sido la pérdida de competitividad económica y política frente a los globalistas. Este proyecto político está a la defensiva y se aferra más el concepto de Estado-nación-Estado-región hegemónica con sus controles geográficos. Su proyecto es detener el avance de la fracción del capital financiero global, que pretende acabar con la soberanía de EUA mismo.
Esta gran fracción conservadora del capital financiero y unipolar se ha desarrollado mediante y debe su poderío a crecientes inversiones en el complejo industrial militar. Sus gastos no solo se dan en el desarrollo tecnológico de la industria militar, sino cada vez más en la instalación y mantenimiento de numerosos y costosos bases militares en el mundo entero. Después de la caída del Muro de Berlín dicho gasto militar se realiza, sobre todo, a partir de una deuda creciente en dólares. Lo hacen mediante la emisión de bonos del Tesoro, es decir, a partir de determinada forma de capital ficticio. Mientras logren colocar sus bonos del Tesoro en el exterior, logran transferir este ´capital ficticio´ a manos de terceros países.
A partir de principios de los años setenta los países importadores de petróleo estaban obligados comprar petróleo en dólares. Mientras las naciones del mundo compren petróleo y su precio se mantiene alto, la demanda de dólares se mantiene alta. Se comprende a partir de ello que el capital financiero Estado continental y unipolar ha tratado de mantener el control sobre el petrodólar y de ser ´necesario´ a punto de guerra. Estas guerras se han dado sobre todo en Medio Oriente donde se concentre la compra/venta de petróleo en dólares.
Hoy en día el petrodólar sufre la competencia de la alianza entre Rusia (mayor productor de energía fósil) y China (mayor consumidor de dicha energía) y estos países compran y venden tanto gas como petróleo fuera del ámbito del dólar. A este plan también se integró Irán que dejó de vender petróleo en dólares. Si bien los medios hablan de la amenaza nuclear que aún presente Irán el país fue sancionado por vender petróleo por fuera del ámbito del dólar. En 2018 hay de nuevo sanciones norteamericanas contra este país para provocar un alza en el precio de dólar y mantener así en alto el precio del petróleo y con ello del dólar. Debido a la potencia económica y militar que es Irán, no se repitió el caso de Irak con Sadam Hussein o de Libia. Es un hecho que las sanciones actuales tuvieron un efecto contrario a lo esperado, ya que desde entonces Irán vendió más petróleo hacia el Este de Asia en yuanes chinos y menos a Occidente en dólares. Con Rusia, China e Irán cada vez más naciones de Eurasia e incluso en África dejan de negociar el petróleo y gas en dólares.
Con la reciente introducción y aceptación rápida del petro-yuan-oro la ´fe´ en el petrodólar se vino hacia abajo. Los países con gran superávit comercial con EUA que poseen grandes cantidades de bonos del Tesoro de EUA (China sobre todo) tienen un gran poder sobre una eventual manipulación del precio del dólar al realzar ventas menos o más masivas de los bonos del Tesoro. China ya no solo exige la compra y venta de petróleo en petro-yuanes, sino también para el comercio en materias primas y sobre todo los metales.
André Gunder Frank sostenía con certeza que al desestabilizar uno de los dos pilares del poder hegemónico de EUA (el dólar como moneda de referencia internacional) se acaba también el otro pilar: el sostén militar ya que depende de la capacidad de endeudamiento de EUA (Vea Uncle Sam without clothes, www.archivochile.cl, 13.01.2005). Cuando los bonos del Tesoro dejen de tener demanda viene hacia abajo la capacidad de financiar el complejo industrial y militar y queda más de manifiesto su carácter improductivo y estéril, o sea ficticio. Por ende no va poder mantener el gran gasto militar y sobre todo el gasto de mantenimiento de tantas bases militares en el exterior. En síntesis está en juego su gran poder económico, político y militar que le permitía dominar el mundo de manera unilateral y unipolar.
La fracción financiera anglo-americano globalizada
Hay empresas transnacionales ubicadas en la nueva economía (computación, comunicación, etc.) que no están vinculados para invertir dentro de su Estado-nación como suelen estar particularmente amarrados las industrias vinculadas con el complejo industrial y militar. Tales empresas más bien funcionan mejor sin compromiso alguno con fronteras nacionales ni sienten compromiso con sus ciudadanos (W. Dierckxsens, Los límites de un capitalismo sin ciudadanía, DEI, 1998). Entre estas empresas encontramos los principales medios de comunicación como CNN, BBC, Deutsche Welle, Reuters News, Associated Press, ABC, CBS, NBC, CNBC, y otros canales de televisión y diarios en todo el mundo. No es extraño entonces que dichas inversiones globalizadas y entrelazadas controlan el llamado ´Cuarto Poder´. Son los promotores y defensores de la globalización. En el ámbito de la producción encontramos también las empresas como Apple, Microsoft, Google, Face Book, Amazon.com, Netflix, Uber, etc. Este capital está integrado con bancos de inversión que tienen más movilidad allende de las fronteras que la banca comercial.
Mencionamos aquí bancos como City Group (el mayor banco de inversiones en el mundo), con sede en Nueva York, HSBC (el segundo banco de inversiones más grande) con sede en Londres, Lloyd’s (el principal mercado de seguros y reaseguramientos, con sede en Londres) y Barclays (el cuarto mayor banco de inversiones en el mundo) con sede igualmente en Londres. Es preciso saber que la dinastía Rothschild controla el Banco de los Bancos Centrales ubicado en Basilea, Suiza y con ello logra integrar una red financiera globalizada. Al no tener control sobre el Pentágono este capital financiero ha podido controlar a la CIA Agencia Central de Inteligencia (CIA) así como la OTAN como una especie de brazo armado.
Esta una nueva forma de capital puede y necesita negar al estado-nación en general e incluso del país central (EUA) como modo de organizar y producir un Estado del poder-valor sin vínculo territorial. Es un Estado-Red Global de Cities Financieras con su centro en Wall Street y la City de Londres, pero presentes también con afiliaciones en Hong Kong, Bombay, Frankfurt, Paris, Buenos Aires, Sao Paolo, etc.
El aumento del crédito a tasas cero de interés para la banca financiera, otorgada por la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra, etc., permite al capital financiero global invertir directamente a través de sus empresas transnacionales ubicadas en países emergentes y primero que nada en China. Mientras este capital se vincule con inversiones productivas (hasta 2008) se transforma en capital real global. Este proceso de financiar con endeudamiento el ´outsourcing´ crea capital ficticio de tipo 1 a fin de transformarlo en capital productivo globalizado.
Nuevas Formaciones Sociales Emergentes
China, Rusia, India, Brasil y Suráfrica (BRICS) nacen como países “emergentes” por ser territorio de deslocalización de los capitales financieros globales. Este proceso se pone en marcha particularmente a partir del año 1995. Los BRICS expresan en su primer momento una relación estratégica subordinada a los intereses financieros globalistas. Luego, cuando su peso en la economía real a nivel mundial comienza a destacarse es China al no ser aceptada como verdadero socio en el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el país busca agresivamente su propio espacio geopolítico. Ha de estar claro que Chinma no es cualquier país emergente como veremos más adelante. Originalmente, el FMI había propuesto en 2010 anunciar la inclusión del Yuan y una vez más en 2014. Bajo presión de los globalistas, se pospuso en varias ocasiones la inclusión del Yuan en la canasta de monedas de reserva internacional del FMI. La aceptación del Yuan finalmente se dio el 30 de setiembre de 2016. Fue el primer paso en firme para que el Yuan sea considerado como una moneda de reserva internacional.
China y BRICS podemos caracterizar como proyecto estratégico no-financiero, como opción estratégica desde los países dependientes-subdesarrollados-periféricos-no alineados. En nuestra opinión el proyecto aprovechó la guerra económica y política entre globalistas y continentalistas en EUA mismo. Este conflicto dio espacio al FMI para alinearse con un proyecto propio en confrontación con los capitales financieros unipolares (globalista y continentalista). El mundo dependiente-“emergente” se manifestaba ya como nuevo centro de producción y consumo de riqueza social. Se manifestaba ya como el lugar donde impera el trabajo productivo y el capital real que contrasta con las dos formas de capitales financieros unipolares y esencialmente ficticios.
La presencia de Rusia y el acuerdo militar con China y otros países de Asia, otorga mayor fuerza geopolítica disuasiva al proyecto BRICS-Ampliado frente a los proyectos unipolares. La propuesta cuenta con un Banco de Desarrollo y Fomento como con un Fondo de Compensación entre los instrumentos más importantes. Cuenta con un Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura con su plan económico-estratégico de la Nueva Ruta comercial-industrial de la Seda (NRS). El proyecto de la Ruta de la Seda es una especie de keynesianismo/desarrollismo productivo a escala mundial. China y Rusia agregan, a su nueva arquitectura económico-financiera y político estratégica, la nueva arquitectura económica comercial y productiva.
La Unión Europea, Estado-Continente
La Unión Europea (UE) constituye en este entorno un bloque regional de poder de país-central (Estado-Continente), conformado hoy por 27 países. Al finalizar la Guerra Fría el capital europeo no tenía mayor necesidad de migrar hacia otros países en busca de mano de obra barata o mercados para sus productos. Los grandes capitales financieros alemanes, Deutsche Bank en primer lugar, junto con los de Francia (Crédit Agricole, BNP Paris), se despegan de su base nacional y se transforman en capitales financieros de la UE, para hegemonizar este bloque continental.
La misma integración de Europa del Este y la del Sur a la UE no requerían que el capital europeo migrara por el mundo a como lo hizo sobre todo aquel capital financiero unipolar norteamericano con el proyecto de crear un Estado global por encima de EUA y el mundo entero, sin respetar soberanía o ciudadanía alguna. Tampoco hacía tanta falta la inmigración de fuerza de trabajo barata desde países fuera de la UE ya que los ciudadanos de los mismos países del Sur y sobre todo del Este (a menudo bien calificados), tenían libertad de movilización hacia el Norte de la UE. Ni hiciera tanta falta que el capital financiero continental buscara nuevos mercados más allá de la UE ya que sus empresas grandes concentradas en el Norte lograron ´conquistar´ los mercados del Este y del Sur a costa de las empresas de menor talla en el Sur y este afectando el empleo en esos últimos países. La integración de la UE permitió al capital alemán en primer lugar mantenerse vinculado a la economía real con una tasa de ganancia relativamente favorable. La consecuencia ha sido que el capital fijo en los países de la UE (y no solo en Alemania) no se ha envejecido a partir de los años setenta, contrario a lo que pasó en EE.UU y Japón. (Ver, Bernd Görzig, Depreciation in EU member states, http://www.euklems.net; abril de 2007, pp21).
A partir de la Crisis Griega, Alemania y Francia no solo lograron centralizar poder en Grecia sino en toda la Unión Europea como Estado-UE. Para ampliar luego su mercado, la UE y primero que nada Alemania, buscan su integración económica con Eurasia y China, a fin de integrarse a las Nuevas Rutas de Seda, apuntándose con ello al mundo multipolar, muy a disgusto de los globalistas en la City de Londres y de Nueva York. Alemania, Francia y Rusia procuran hoy desbloquear los conflictos creados por los globalistas, con su brazo armado la OTAN y fuerzas rebeldes locales, han creado en Ucrania y luego en Siria. Estos bloqueos existen todavía porque las fuerzas globalistas han buscado impedir el desarrollo de dichas Rutas de la Seda así como la integración de la UE a las mismas. Con Gran Bretaña fuera de la Unión Europea a partir del Brexit y Trump en la Casa Blanca, los intereses para sostener militarmente a la UE han disminuido notoriamente y con ello el poder de la OTAN. Francia y Alemania están liderando la iniciativa de fortalecer la capacidad europea de dirigir sus propias operaciones de seguridad. Los planes para una cooperación a nivel europeo a nivel militar y en materia de defensa mutua son más concretos que nunca. Esto significaría una derrota para los globalistas que dominan aun actualmente la OTAN. Lo anterior sumado al proteccionismo de Trump significaría también el aislamiento cada vez más seguro de EUA. En otras palabras el triunfo del multipolarismo sobre el unipolarismo está a la vista.
II La Geopolítica: ¿hacia un Mundo Multipolar de Monedas?
La guerra de monedas con el control sobre las criptomonedas
La batalla geopolítica entre las principales fracciones de capital a nivel mundial adquiere una nueva dimensión especial con la introducción de las cripto-monedas. Con la llegada de la cripto-monedas como Bitcoin, el sistema monetario se ha ampliado de manera notoria y esto tiene su expresión en la guerra de monedas. Toda forma de dinero es una construcción social y con ello también expresión de intereses económico-sociales y de poder. Lo que hace que las cripto-monedas sean potencialmente tan diferentes como moneda es el hecho de que están permitiendo que sus usuarios expresen su independencia del sistema monetario actual dominado por el dólar, el sistema SWIFT, etc.
La criptomoneda permite imponer una nueva construcción social, una nueva mediación en las relaciones sociales de producción de poder, al permitir liberarse de los poderes económicos, políticos y sociales anteriores a éste. Pero esto no podrá desarrollarse sin una gran batalla con y entre los diferentes poderes existentes, entre los que ascienden ganando posiciones de poder y los que declinan cediendo posiciones de poder económico, político y estratégico.
Lo anterior ya se expresa hoy ya en América Latina con la introducción de la primera criptomoneda nacional en Venezuela (el Petro) que se introduce para evadir las sanciones económicas impuestas al país por EUA al haber negociado la venta de petróleo por fuera del ámbito del dólar. A raíz de ello Washington cerró las posibilidades de crédito buscando asfixiar la economía de modo financiero. La compra de bonos venezolanos por China y la reestructuración de la deuda del país con Rusia fueron pasos paliativos. Hay visos de mayor alivio con la introducción de la cripto-moneda Petro frente a la soga que Washington le colocó al cuello a Venezuela. Desde el 20 de febrero de 2018 se vende el Petro en Venezuela anclado en petróleo.
En el plano mayor observamos que las fuerzas globalistas hacen su entrada a las cripto-monedas al emitir contratos a futuro de bitcoin a partir del 17 de diciembre de 2017 cuando el Chicago Mercantile Exchange (CME), el mercado de contratos a futuro más grande del mundo, ha puesto en marcha el comercio de futuros en bitcoins. Con ello se abrió el camino para manipular los precios de las cripto-monedas. Las empresas anotadas en Wall Street compran y venden en Chicago contratos a futuro (derivados) en bitcoins y con ello este ´activo digital´ hace su entrada en el gran mundo de las finanzas. Bancos y comerciantes institucionales (como fondos de pensiones, entre otros) pueden comprar y vender contratos a futuro en bitcoins, pero solo unos pocos entre ellos podrán tener cripto-monedas en stock y comercializar con bitcoins reales. Lo anterior, aluden, se hace por motivos regulatorios, o dicho de otra forma para mantener el poder sobre dicho mercado.
La élite financiera unipolar y global, y sus CEO´s en los directorios de los bancos centrales y el Banco de los bancos centrales en Basilea (BIS), controlado por la familia Rothschild, lanzaron en setiembre de 2017 el proyecto de imponer una cripto-moneda global. El proyecto se denomina 'Utility Settlement Coin' (USC) que fue impulsado por entidades financieras como Barclays, HSBC, Santander, Credit Suisse, Deutsche Bank, entre otros. El objetivo del proyecto es preparar el camino para que los bancos centrales tengan cripto-divisas en el futuro, facilitando a las entidades mundiales realizar una amplia variedad de transacciones entre sí mediante la utilización de activos garantizados en una cadena de bloques. Con ello el capital financiero globalizado inauguraría una fase decisiva de la guerra de (las cripto)-monedas. Las cripto-monedas de los bancos centrales se transformarían simplemente en una extensión del sistema mundial actual basado en la deuda, pero ya no centrado en el dólar. Las cripto-monedas en manos de los bancos centrales se transformarían en tal caso en una extensión del sistema mundial actual basado en la deuda, pero no más a partir del dólar. Quién maneja el poder sobre tal cripto-moneda, se vuelve dominante, en otras palabras un tema específicamente de geopolítica del poder.
China comenzó la cruzada contra la aparición de cripto-monedas en el mes de setiembre de 2017. El Banco Central de China decidió emitir su propia moneda digital de manera pública y soberana. Se buscaba garantizar un sistema seguro de registración y transferencia contra la evasión tributaria y el lavado de dinero. China ya había realizado fines de 2016 su primer ensayo. El dinero digital chino tiene un carácter geopolítico como medio de intercambio en la nueva Ruta de la Seda ya que reemplazaría al dólar y más importante aún, cortaría a la vez el paso a los globalistas en su plan de introducir su moneda a nivel global. Los globalistas están además en confrontación con los intereses continentalistas norteamericanos que buscan introducir el Fed-coin. Es de esperar que China no atacará frontalmente al dólar como afirman los medios globalistas. Con ello pretenden ocultar la violencia y agresión que ellos mismos desarrollan en la guerra de monedas. La amenaza para el dólar, en otras palabras, proviene de las fuerzas globalistas por más que los grandes conglomerados de comunicación (globalistas) lo presentaran de manera invertida.
¿Hacia un Mundo Multipolar de Monedas?
Está claro que el dólar está a punto de dar un importante paso hacia atrás. En 1944/45 el Dólar-Oro se impuso luego de ser EUA uno de los ganadores la segunda guerra mundial. Lograron imponerlo desplazando a la Libra Esterlina de ese lugar de moneda de referencia mundial. A principios de los años setenta se produce la crisis del Dólar-Oro que venía desde 1967. En 1971 el dólar dejó de estar anclado en el oro. Se introduce a partir de entonces el petrodólar con un acuerdo realizado por el ex secretario de Estado de EUA Henry Kissinger y la Casa de los Saud en Arabia Saudita. El Petrodólar fue la moneda que vino a expresar los intereses de las corporaciones multinacionales norteamericanas ya expandidas en ese entonces a Europa y Japón. Eran estas corporaciones multinacionales norteamericanas las que dominaban la producción, el comercio internacional y el consumo mundial de energía basada en el petróleo. Por ello pudieron pactar e imponer la nueva moneda de referencia mundial, el petrodólar, como herramienta de extorsión al obligar a todos los países a cambiar producto y trabajo real por una moneda sin respaldo, creada a puras promesas de pago, o sea, a pura deuda.
Hoy existen cada vez más países que cuestionan el dominio del dólar al verlo como un obstáculo para su soberanía y su buen desenvolvimiento dentro de la economía global. Este cuestionamiento muestra su actual crisis de hegemonía. En el pasado reciente países relativamente pequeños como Irak y Libia fueron invadidos al pretender negociar el petróleo por fuera del ámbito del dólar, y hoy existe hasta una amenaza de invasión sobre Venezuela porque también ha establecido el derecho a negociar su petróleo por fuera del ámbito del dólar. Es preciso saber que en esta misma coyuntura los países multipolares como China con Rusia e Irán, el eje con mayor crecimiento económico en los años recientes, lanzaron el Petro-Yuan-Oro como su moneda alterna de referencia mundial. En octubre de 2016 el Yuan fue reconocido como moneda internacional por el FMI. Con ello, por primera vez desde 1944, se podrá hablar con propiedad de un próximo desplazamiento del dólar como moneda dominante, pues ya ha perdido la hegemonía.
El Petro-Yuan-Oro es un esquema de moneda mundial que no solo se respalda en la materia prima más importante, el Petróleo, sino también está anclado en el oro, algo que EUA ya no puede hacer a estas alturas. La ventaja china no solo radica en ser el esquema integral de las economías más dinámicas, sino en que además los principales productores y compradores de oro. China y Rusia han conformado unas gigantescas reservas para respaldar al Yuan en esta movida. El 26 de marzo de 2018 China tomó la decisión de lanzar en la Bolsa Internacional de Energía el esquema de cambio Petro-yuan-oro y en mayo el Metal-yuan-oro. Este hecho que cambiará el sistema monetario internacional de fondo. Los chinos ofrecen cambiar los Yuanes recibidos en oro, no solo contra entrega de petróleo sino también al comprar metales. La Bolsa de Valores de Hong Kong emitirá también contratos a futuro en yuanes en materia de petróleo y metales derivados que serán convertibles en oro. Los exportadores de petróleo incluso podrán retirar dichos certificados de oro fuera de China, es decir, el ´petro-yuan’ estará disponible para pagarse hasta en los llamados “Bullion Banks”i en Londres.
La fijación de los precios del petróleo en yuanes –junto con el plan de la Bolsa de Valores de Hong Kong para vender contratos de oro físico valuados en yuanes– creó un sistema por medio del cual el país podrá eludir el sistema bancario estadounidense y no solo el sistema global de pagos interbancarios basada en dólares (Swift) sino incluso todo el sistema de Bretton Woods. Es más no solo el petróleo, el gas y los metales entren en esta nueva situación mundial, sino mañana incluso otras materias primas, se puede esperar que China se deshaga de manera más acelerada de los bonos del tesoro a cambio de dólares cambiando a su vez estos dólares por yuanes.
Para evitar lo que le sucedió al dólar a principios de los años setenta, cuando tuvieron que abandonar el patrón oro, es de esperar que China introducirá paso a paso el yuan como moneda de cambio (materia prima por materia prima) para mantener el volumen de oro suficiente como respaldo. La estrategia de China-Multipolar además no es atacar frontalmente al sistema del petro-dólar, sino que el Yuan ocupe un espacio suficiente para poder operar con la soberanía del caso, es decir, construyendo un Mundo Multipolar de Monedas sin sumisión. Hay acuerdos entre el Banco Central de China (PBoC) y el Banco Central de la Unión Europea (BCE) para permitir intercambios directos entre el yuan y el euro. Han firmado estos acuerdos para hacer posible que, finalmente, ambas monedas se fortalezcan mutuamente de manera autónoma y fomentando la interpenetración de los sistemas financieros de ambas regiones. Lo anterior es una clara señal que la Unión Europea mantiene la puerta abierta para integrarse al Mundo Multipolar.
No solo China tiene grandes proyectos para dejar afuera al dólar en su quehacer económico. El 20 de setiembre de 2017, el presidente ruso Vladimir Putin dio instrucciones para que a finales de ese año el dólar dejara de ser la moneda de pago en todos los puertos del país. El 14 de febrero de 2018 Arkady Dvorkovich, Primer Ministro Suplente anunció que las instituciones financieras rusas están preparadas para funcionar sin acceso a la red global de pagos interbancarios basada en dólares (The Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication o SWIFT). Es un mecanismo por excelencia para bloquear pagos bancarios internacionales afectando países o personas considerados ´non gratas´ por EUA. De esta manera Rusia procura evitar la aplicabilidad de las sanciones impuestas a la su economía.
III ¿Habrá (otras) nuevas Formas Sociales Emergentes?
China ¿primera y última Gran Formación Social Emergente?
El claro éxito de la economía china, ilustrado en particular por una tasa de crecimiento muy rápida del producto interno bruto (PIB) – de hecho, el más alto del mundo en promedio en las últimas tres décadas –, sino también por el papel de líder que hoy tiende a ocupar en los países del Sur, a menudo se comenta en los grandes medios y la literatura académica. Una de las ideas erróneas más frecuentes con respecto a China es que ha “emergido” recientemente.
El concepto de “emergencia” – por cierto, al igual que el de “BRICS”, forjado en los think tanks de las altas finanzas estadounidenses – de hecho sugiere que un “despegue” fue factible en el marco de la globalización actual, a pesar de las disfunciones del sistema mundial capitalista y tan visiblemente desfavorable para los países del Sur en general. Sin embargo, aceptando esta idea que la economía china habría “emergido” o “despegado”, justo después – y solo después – de la desaparición de Mao, se adhiere de manera implícita en una de las variantes del siguiente argumento. La economía china se habría comenzado a desarrollar solamente gracias a su “reorientación” y “apertura” al sistema mundial capitalista.
Aquí hay tres realidades fundamentales ocultas y al mismo tiempo. La primera de ellas, por más masiva que sea, es la profundidad milenaria de la historia de China. El peso de China podría alcanzar hasta un tercio del PIB mundial a principios del siglo XIX. La segunda realidad dejada de lado es sobre el crecimiento del PIB de China. Este ya comenzó regularmente a exceder la marca del 10% en la década de 1980 cuando la mayoría de las estructuras e instituciones del socialismo todavía estaban en su lugar. El tercer hecho es la alta velocidad de la tasa de crecimiento del PIB chino antes de la muerte de Mao. Es cierto que el crecimiento económico se aceleró desde la década de 1980. Sin embargo ya había una tasa de crecimiento de 8,2% entre 1963 y 1978. Entre 1970 y 1979 la tasa de crecimiento económico de China fue del 6,8%, o sea, más del doble de la de los Estados Unidos durante el mismo período (al 3,2%). Durante el período largo de 1952 a 2015 la tasa anual media de crecimiento del PIB chino fue de 8.3%; 6.3% entre 1952 y 1978 y 9.9% entre 1979 y 2015.
Al analizar varias series temporales originales de stocks de capital físico para China durante el largo período (1952-2015), observamos altas tasas de crecimiento. Las tasas de crecimiento promedias del stock de capital que llamamos “productivo” (incluyendo todos los equipos, maquinaria, herramientas, edificios industriales e instalaciones, pero no edificios residenciales y el valor de sus tierras) fueron 9.7% para el período 1952-1978 y 10.9% para el período 1979-2015. Si seleccionamos un stock de capital que además de los inventarios, también contempla los edificios residenciales construidos y sus tierras (componentes no directamente productivos), la tasa de crecimiento anual medio de este stock de capital fue de 9.1% entre 1952 y 1978 y 10,9% entre 1979 y 2015. La ´emergencia´ china resulta entonces de fechas bien anteriores al período del neoliberalismo.
Tomando en cuenta series temporales largas (1949-2015) de indicadores de niveles de recursos educativos de la población china, las tasas anuales de crecimiento medio del stock total de recursos educativos chinos en ambos períodos fueron extremadamente parecidos: 4.19% durante el período 1949-1978 y 4.22% en el período 1979-2015. Al considerar el stock educativo “productivo” (al realizar los cálculos a partir de la fuerza de trabajo), las tasas medias anuales de crecimiento de este stock de recursos educativos fueron 5.07% entre 1949 y 1978 y 3.55% entre 1979 y 2015, es decir, un crecimiento más marcado en el primer antes de las llamadas reformas de 1978.
Durante el período 1949-2015, los (flujos de) gastos de investigación y desarrollo (I+D) muestran tasas anuales medias de crecimiento superiores al 14%. El crecimiento promedio de estos gastos en I+D fue mucho mayor en el período 1949-1978 que en el siguiente de 1979 a 2015). En otras palabras, el nivel de desarrollo científico y tecnológico de China no es de estas fechas recientes y hoy en día no tiene nada que envidiar a los países capitalistas industrializados más avanzados. Lo que estamos queriendo decir es que la estrategia de desarrollo de la revolución ha establecido las condiciones para el éxito actual de la economía china, que este mismo éxito es una continuidad del pasado y, más importante aún, dicha emergencia no es transferible a otras naciones como la India por ejemplo que no cuenta con ese período previo. No es entonces que al sufrir China ´la enfermedad japonesa´ que se puede volver a aplicar el outsourcing hacia otras naciones o continentes. Con ello queda más claro también el límite del proceso de globalización.
Hemos de agregar que hoy en día, la propiedad de la tierra sigue siendo estatal o colectiva en China –incluso si se trata de formas a menudo degradadas que se encuentran, a veces, incluso bajo un control privado efectivo sobre unas tierras. El acceso a la tierra para el campesinado hasta ahora, es tal vez la contribución más valiosa del patrimonio revolucionario maoísta ya que ha evitado el desalojamiento masivo de los campesinos de sus tierras (la acumulación originaria) hacia las ciudades grandes, fenómeno que se observa en todos los países periféricos.
China, ¿ último bastión del capital productivo?
Basado en la construcción de nuevas series estadísticas del stock de capital fijo productive y los activos fijos de las empresas y sobre la base de un campo de sectores de industrias rigorosamente definidos, Herrwera y Long han calculado diferentes indicadores que permiten inferir una tasa de ganancia a nível micro y macro para la economia de China entre 1952 y 2014 (Rémy Herrera y Zhiming Long, Capital accumulation, profit rates and cycles in China from 1952 to 2014, Journal-of-innovation-economics, 2017). Los resultados obtenidos por ambos métodos (Micro y macro) son relativamente originales y muestran una clara tendencia a la baja de la tasa de ganancia en el largo plazo. En el corto plazo se muestran altibajos de coyuntura. Se atribuye este fenómeno al incremento en la composición orgánica del capital que como tendencia empuja la tasa de ganancia hacia abajo.
Como ya vimos, el desarrollo tecnológico en China no es de fecha muy reciente a como nos lo presentan los grandes medios. En el año 2013 no menos de 629.612 patentes fueron publicados en China, 200 mil más de lo que EEUU publicó en el mismo año. Una publicación de ´World Intellectual Property Indicators´ del año 2014 reportó que el 32% de los 2,57 millones de patentes registrados mundialmente correspondían a China. El país lo considera como su estratégia clave para ser un gran jugador mundial en los sectores de innovación tecnológica, al igual que Japón en los años setenta y ochenta del siglo pasado. Esta carrera de renovación tecnológica conlleva a una rotación cada vez más grande del capital fijo. Al mismo tiempo esta rotación implica una alza permanente en los costos de Innovación y Desarrollo para la producción manufacturera del país, cada vez más difíciles de transferir al producto final. En resumidas cuentas, en China la tasa de ganancia del capital productivo muestra claras tendencias a la baja. A esto le agregamos un costo ascendiente en la mano de obra al demandar una fuerza de trabajo cada vez más calificada. El resultado final es el abandono relativo del capital de la esfera productiva y por ende una tasa de crecimiento económico a la baja.
¿Es posible un nuevo ciclo de crecimiento económico?
En 2014, China oficialmente reportó una tasa de crecimiento de algo más de 7%, la más baja en 24 años. Esta cifra, en la opinión de Kurt Cobb, es claramente sobreestimada. Cuando se observa la tasa de crecimiento en el consumo de electricidad, que solo creció en un 3.8%, la tasa real resulta ser probablemente más baja. Según Bloomberg, el PIB de China, expresado en dólares, subió de un 4.25% durante el cuarto cuatrimestre de 2015 (Vea, China’s Other Growth Figure Is Flashing a Warning, 2 de marzo de 2016). El consumo de energía (electricidad) pareciera ser un instrumento más confiable para medir la evolución del crecimiento económico del país. Históricamente, la evolución en el consumo de energía (electricidad) y el crecimiento económico han sido muy paralelos en China, pues, para un crecimiento en el PIB del 1% se solía requerir un aumento de 1.09% en el consumo de electricidad. A partir de este procedimiento una tasa de crecimiento de 3.5% resulta una cifra más probable. En el año 2015 el consumo de electricidad de febrero bajó 6.3% respecto del mes anterior y en marzo mostró otro descenso de 2.2%. En otras palabras, el crecimiento económico de China tiende a la baja.
Fuente: Steve Angelo, Why U.S. GDP hasn´t really increased since 2000, www.srsroccoreport.com, 28 de febrero de 2018.
La tendencia a la baja en el consumo de energía (petróleo en este caso) se observa a nivel mundial. La reducción del crecimiento en el uso de energía es señal de estancamiento en el crecimiento económico a nivel mundial como puede verse en el gráfico 1. De ser así parece que las posibilidades de realizar una plusvalía relativa están agotándose no solo a nivel global sino también en la Nueva Formación Social Emergente de China, es decir las perspectivas de una nueva reconexión con la economía real parecen agotándose a nivel de la economía globalizada.
Debido a la tendencia a la baja de la tasa de ganancia a nivel más global y la creciente imposibilidad de reconectarse con el ámbito productivo, el capital da la fuga hacia el ámbito financiero, realizando ganancias prescindiendo del factor trabajo. En el gráfico 2 observamos una correlación estrecha entre el crecimiento de la deuda norteamericana y la tasa de crecimiento económico. Gráfico 2 Crecimiento del PIB de EUA y el la Deuda Pública 2000-2018
La realidad es que la deuda pública no se destina a la creación de riqueza nueva. Parece una situación mágica de realizar ganancias (ficticias) sin crear riqueza alguna. Es un hecho que en EUA desde fines de los años noventa no se observa un crecimiento en el consumo de energía aunque las ´cuentas nacionales´ registren tasas de crecimiento económico como se observa en el gráfico 3.
Gráfico 3 Crecimiento del PIB de EUA y consumo total de energía 1960-2018
El crecimiento económico registrado por las cuentas nacionales en EUA a partir de mediados de los noventa sin crecimiento en la demanda de energía registrado en el gráfico 3 en nuestra opinión es un crecimiento ficticio. La explicación es que el crecimiento del endeudamiento a tasas de interés casi cero permitió al capital financiero obtener crédito sin costo para adquirir sus propias acciones en la bolsa de valores alzando así la cotización de las mismas obteniendo altos beneficios que también son ficticios y especulativos, como hace ver el gráfico 4.
Gráfico 4 Crecimiento del PIB de EUA sin la emisión de deuda pública 1971 a 2018
El gráfico 4 hace ver que crecimiento real de EUA actualmente es negativo al superar la deuda del Banco Central (la Fed) al Producto Interno Bruto del país; 21 vs 19 billones de dólares. Esta situación lo caracteriza Bill Holter como el momento de saturación de la deuda e implicaría un muy elevado riesgo de colapso (Bill Holter, One Of Two Things Is About To Happen Now That We’ve Reached ‘Debt Saturation’, www.silverdoctors.com, 3 de mayo de 2018). Al observar una tendencia a la baja de la tasa de ganancia en el ámbito productivo, no solo las economías más avanzadas sino también en la Nueva Formación Social emergente parece que el mundo está ante la imposibilidad de volver a reconectarse con el ámbito productivo, lo que significa no solo una crisis de la globalización sino una crisis sistémica.
¿Es posible la reconexión del capital con la economía real?
Ante la baja en la inversión en la economía real el endeudamiento ha sido la receta para fomentar la demanda interna china u a un ritmo sin precedentes. Entre noviembre de 2014 y octubre del año 2015, el banco central chino rebajó seis veces los tipos de interés, además de reducir en otras cinco ocasiones los coeficientes de caja -las reservas que los bancos están obligados a no prestar. De esta manera los bancos chinos prestaron en el mes de enero de 2016 un 70,2 % más de lo que hicieron en enero de 2015. China se ha vuelto, en otras palabras, otro adicto a la deuda. El Banco Popular de China aplica hoy en día ya la misma política de comprar sus propios bonos para emitir dinero sin respaldo. Es un hecho que el endeudamiento de China lleva ya varios años aumentando a un ritmo ascendente. Uno tras otro gran banco central en el mundo se ha visto forzado a imprimir dinero sin respaldo, aumentando el crédito a tasas de interés cero o negativas y China no es la excepción.
Dadas las limitaciones de generar altos rendimientos económicos en la economía real el capital comienza a buscar áreas de inversión alternativas que no requieren tanto al factor trabajo y con ello suelen ser de carácter especulativo. En China se dieron por ejemplo inversiones a gran escala en proyectos de edificación urbana sin garantía alguna de su ocupación. Al quedar vacíos (hasta barrios enteros de edificios), estas inversiones no encadenan con la economía real. Hay crecientes inversiones sin encadenamiento posterior con la economía real, lo que presiona la tasa de crecimiento económico de China hacia abajo. La burbuja inmobiliaria mejor se observa primero a partir del creciente número de edificios y grandes torres vacías sin terminar. Como consecuencia los precios de los inmuebles en China han caido en 66 de las 70 ciudades más grandes de acuerdo con la Oficina de Estadisticas Nacionales del país. En el solo año 2014 los precios de inmuebles cayeron en un 7.6%.
En un momento en que su crecimiento económico ha comenzado a disminuir y que varias burbujas podrían estallar, China ha elegido, en contraste con un mayor desarrollo del capital ficticio puramente financiero (globalistas) o militar (continentalistas), un keynesianismo productivo a escala mundial. La ganancia con un desarrollo del complejo industrial y militar podría estar garantizada por el Estado pero sin capacidad de transferir el gasto improductivo a terceras naciones ya que el Yuan no es una moneda internacional de referencia con una posición monopólica a como ha sido el caso del dólar. No es extraño entonces que el gasto militar de China en 2015 es tres veces más pequeño que el gasto militar de EUA siendo las dos economías más o menos igualmente grandes.
Lo que la Nueva Forma Social de Emergencia bajo liderazgo de China busca ante todo es un keynesianismo productivo a escala mundial y primero que nada a nivel de Eurasia. Con la creación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII) China ha puesto en marcha un proyecto a escala global. Habiéndose convertido en la fábrica del planeta sin un mayor mercado interno para el consumo, su determinación de construir una nueva Ruta de la Seda parece más afín a un New Deal a escala global. Lo que procura China de esta forma es consolidar al menos Eurasia como una sola economía. Los europeos se apresuraron a aceptar la invitación de China de participar en el BAII (con Londres en primer lugar, seguido inmediatamente por París, Roma y Berlín) y hasta por Israel se apuntó. EEUU (Wall Street) y Japón son los grandes ausentes del BAII.
La Nueva Gran Formación Social Emergente con China a la cabeza ya ha creado las condiciones para reinventar un sistema multi-monetario internacional sin subordinaciones de las naciones soberanas participantes a una sola hegemónica. Dispone de mercados financieros verdaderamente mundiales, con bancos multi-polares como el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura. Es un verdadero New Deal que están ofreciendo que alcanza ser un acuerdo potencialmente global.
La Nueva Ruta de la Seda implica una inmensa infraestructura de oleoductos, gasoductos, carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos en busca de integrar Eurasia como una sola economía, a través de fuertes inversiones en infraestructuras. El objetivo es conectar a China con Rusia, Europa, África y hasta Oceanía y América Latina y fomentar la economía real mundial con producción y comercio. La Nueva Ruta de la Seda terrestre tiene como punto inicial el oeste del país y atravesándolo en su conjunto. El centro de la ruta de la seda será la capital de XinJiang y no es casual. Es la provincia musulmana de China situada en el noroeste del país, justamente ahí donde el capital financiero anglo-americano globalizado pretendió desestabilizar a China con los mercenarios de “ISIS- stan”.
En total armonía con la geopolítica de MacKinder, China está adentrándose en la isla mundial en un intento de rediseñar los fundamentos geopolíticos del poder mundial. Al establecer una elaborada y costosísima red de líneas ferroviarias de alta velocidad para el transporte de grandes volúmenes de mercancías y oleoductos y gasoductos a través de la amplia extensión de Eurasia, la Nueva Formación Social Emergente pretende materializar la visión de MacKinder para la actualidad. Las autoridades de Beijing esperan trasladar el centro neurálgico del poder geopolítico desde la periferia marítima al interior del continente, el heartland.
Está obvio que la integración de Eurasia está por encima de las capacidades financieras de China por si sola, con una deuda pública en rápido ascenso. China busca aliados para capitalizar y desarrollar esas obras infraestructurales. Estos aliados ven en el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda la posibilidad de un keynesianismo productivo a nivel euroasiático, dejando fuera justamente a EEUU y Japón que se oponían recalcitrantemente a la integración de Eurasia. Para evitar que Europa mire hacia el Este, la OTAN (globalista) se instalaba con cada vez más equipo y efectivos en Europa del Este.
Es preciso anotar que en el mundo no hay ninguna línea ferroviaria de alta velocidad que funcione con ganancia. En España invirtió a gigantescas deudas mejorar su infraestructura y hoy los beneficios de esta inversión a deudas no superan los costos de la deuda, asunto de tomar en cuenta para ver la factibilidad del ´New Great Deal´. La pregunta clave es ¿podrá impulsarse este keynesianismo productivo a nivel transcontinental con una nueva tendencia de la tasa de ganancia en alza? Creemos que el ´New Great Deal´ morirá probablemente en el intento al no lograr elevar la tasa de ganancia. Lo anterior muestra que para tratar de salir de la crisis capitalista aparentemente no hay otra alternativa que salir del capitalismo.
IV La salida del capitalismo al no poder salir de la crisis capitalista
El intento de salir de la crisis del capitalismo sin lograrlo
Con el gobierno de Trump no solo se manifiesta claramente la crisis agónica, turbulenta y conflictiva del capitalismo, sino se evidencia cada vez más la imposibilidad de salir de la misma. Expresando un nacionalismo industrialista anti-oligarquía financiera, Trump procura de salir de la crisis norteamericana a costa de todo. Esto implica en primer lugar una confrontación total con las fuerzas del esquema de poder globalista (representadas en EUA por el Partido Demócrata). En forma secundaria se enfrenta con el esquema continentalista (el establishment del Partido Republicano y sobre todo el Tea Party). Con el partido Republicano como tal no le queda de otra que acordar una coalición de gobierno para garantizar su gobernabilidad. Esta confrontación interna en EUA obstaculiza la posibilidad de exportar la crisis a otras naciones.
Lo anterior se observa en la posición de Trump frente a los grandes tratados comerciales: su primera medida fue la salida de El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y de El Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA), en busca de desarmar el diseño geoestratégico globalista de su predecesor Obama. Su confrontación con proyectos continentalistas se deriva de su salida de El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones El Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TTIP por sus siglas en inglés). Una mayor precaución la administración Trump tiene con el tratado con México y Canadá (NAFTA) que quiere renegociar e incluso con negociaciones por separado con México y Canadá. Enviar al entierro el proyecto de NAFTA encontrará mucha resistencia al interior del partido Republicano. El denominador común de todas estas políticas es lograr la relocalización en territorio estadounidense de las grandes transnacionales en su afán de Make America Great Again.
Las empresas estrella del globalismo en comunicación y computación, muy a menudo con fuertes inversiones en China, son atacadas a su vez por políticas e intervenciones verbales de Trump, quien ha comenzado una guerra económica no tanto contra China como país sino en primer lugar contra dichas empresas trasnacionales con fuertes inversiones fuera del país con la finalidad que se relocalicen en EUA. En las últimas sesiones de marzo, los números rojos en la Bolsa de Nueva York imponen su ley arrastrando no solo a Facebook sino también a Twitter Netflix, Alphabet, Apple, Amazon y Microsoft. Todas ellas han sufrido fuertes pérdidas en Bolsa.
Facebook, la red social que provocó el seísmo en el sector tras conocerse la fuga de datos de 50 millones de usuarios, ha sido la gran perdedora, al haber perdido desde entonces cerca del 20% de su capitalización. Hay creciente temor a una mayor regulación tras el escándalo de Cambridge Analytica, se han sumado otras noticias negativas, que han provocado una tormenta perfecta. Donald Trump se propone cambiar el régimen fiscal de Amazon y considera imponer un impuesto sobre las ventas locales a Amazon y Netflix. Google (Alphabet) ha sufrido un duro revés en la batalla judicial que mantenía por patentes con Oracle (www.cincodias.elpais.com 28 de marzo de 2018).
La crisis bursátil de los ´valores estrella´ de la Bolsa es la manifestación reciente que ha hecho bajar las esperanzas de un nuevo ciclo tecnológico, dirigido por el capital financiero globalista. Con ello se manifiesta en primer lugar que el capitalismo actual no está en mayores condiciones de generar un ciclo expansivo en el ámbito de la producción. Las repentinas caídas de “valores estrella" en la bolsa de Nueva York de todas estas empresas de punta del globalismo que operan sobre todo con capital deslocalizado fuera de EUA y con sus inversiones concentradas en China, en segundo lugar son una manifestación de la política anti globalista de Trump, provocando que las empresas transnacionales regresen a EUA.
El recurso a la guerra comercial implica un reordenamiento de las cadenas de valor transnacionales que ha definido la globalización. Estas cadenas ya no se integran sin conflictos geopolíticos. Cuando se llegue a la reestructuración de la cadena de valor chino-americana, la UE y más concretamente Alemania, bien podría llegar a ser el ´afectado´ a quien se le podrían endosar entonces los costos de esta crisis. La UE y Alemania en particular son conscientes de la tormenta que se avecina sobre la zona euro y sin duda persistirán en realizar su propio juego mirando más hacia el Oriente que nunca.
El proteccionismo actual de Trump podría brindar oportunidades temporales a la economía real norteamericana ya que disminuiría su déficit comercial entre China y Alemania por ejemplo. Las respuestas de los bloques y países afectados no dejan de esperar y pronto veremos un proteccionismo generalizado con una política más nacionalista y netamente anti-globalista. Al generalizarse el proteccionismo y instaurarse cada vez más barreras arancelarias, nos llevaría al crecimiento negativo del comercio internacional y por ende al crecimiento económico global. Per saldo habrá menores ganancias o incluso pérdidas, causando una crisis generalizada, es decir, una recesión mundial. Con ello es de esperar un colapso bursátil en el mundo entero y un colapso en toda clase de burbujas (inmuebles, automóviles, tarjetas de crédito, etc.) y esto a nivel internacional.
Con una crisis global sin perspectiva (capitalista) de salida, la revuelta popular será global. Esto hace posible que se luche por tener una perspectiva de soberanía popular. Una soberanía popular está en oposición a la soberanía nacionalista burguesa de las clases dominantes. Podemos desde ya hablar que en China incluso en Rusia ya existe un nacionalismo antiimperialista, por tanto, que nada tiene que ver con el discurso demagógico de un nacionalismo local que aceptaría inscribir las perspectivas del país implicado en la globalización local, que considera al vecino más débil como su enemigo.
La lucha por una soberanía popular concebida como un vehículo de liberación, hace retroceder primero que nada la globalización unipolar contemporánea que suprime toda clase de soberanía nacional a escala mundial. La soberanía popular también arremete contra la construcción de bloques económicos y políticos como la Unión Europea. En la lucha por la soberanía popular se da el objetivo de transferir un máximo de poderes reales a las clases populares lo que sería realmente una democracia. Estos pueden ser tomados hasta en los niveles locales, pudiendo entrar incluso en conflicto con la necesidad de una estrategia a nivel del Estado.
El proteccionismo crea condiciones objetivas para que un intento de salir de la crisis capitalista conlleve a la posibilidad de una salida del capitalismo mismo. La imposibilidad de salir de la crisis capitalista se encuentra en última instancias en la incapacidad de acortar la vida media del capital fijo aún más de lo que ya se logró. En semejante escenario, pues, no solo es posible alargar la vida media útil del capital fijo, sino incluso estrictamente necesario ante las pérdidas obtenidas a escala global. Retomar la inversión a la economía real conlleva inevitablemente a un aumento en la vida media del capital fijo (maquinaria y edificios) de todas las empresas y primero que nada en las grandes corporaciones. Con un ciclo de reproducción del capital más largo, baja el costo tecnológico a transferir al producto final y podrá sacar eventualmente a las empresas de las pérdidas. Lo anterior es más factible al cerrar mis fronteras, o sea con más proteccionismo, hecho que a su vez lleva el espiral hacia abajo. Así como el proteccionismo de los gremios medievales fue asfixiante y finalmente significó la muerte su economía y facilitó el ascenso del capitalismo, asimismo el proteccionismo en la esta fase final del capitalismo senil, la asfixiará y bien podrá inaugurar el camino hacia la salida del capitalismo.
La salida del capitalismo al no poder salir de la crisis capitalista
En medio de la Gran Depresión del Siglo XXI, cualquier salida dentro de la racionalidad económica capitalista parece agotarse. Es el momento preciso de toma de conciencia de que no hay expectativa de un mayor bienestar económico y social dentro de este sistema que no para de acortar la vida media de todos los productos. Alargar la vida media de todo lo que producimos conllevará, en términos de valor, al crecimiento negativo de una economía monetizada y justamente así y solo así es posible lograr un mayor bienestar genuino. Lo mismo sucede al satisfacer prioritariamente necesidades colectivas por encima de las individuales: habrá menos creación de riqueza en términos de valor de cambio pero más riqueza en términos de satisfacción de necesitados.
Es en medio de una crisis sistémica que están dadas las condiciones para crear consciencia que las necesidades deberán formularse más desde el Sujeto comunitario por encima de las necesidades particulares e individuales. El uso duradero de los bienes y la priorización de la satisfacción de necesidades colectivas se tornan una necesidad para que la naturaleza pueda reproducirse otra vez a sí misma, acabando así con la lógica de la valorización por la valorización misma. Al no dar más ventaja competitiva, las innovaciones podrán ser declaradas patrimonio común de la humanidad a lo que habrá acceso libre.
Al darle mayor vida media de los productos en general y al sustituir el consumo individualizado por el consumo más colectivo de bienes y servicios, se liberarán sobre todo recursos naturales en el Norte, región en la que estos precisamente escasean. Hoy se destina el 80% de los recursos naturales, explotados año tras año principalmente en los países del Sur, para el consumo individual del 20% de la población mundial mayormente concentrada en el Norte. Si la vida media de los productos en el Norte se multiplicara por dos, por ejemplo, se liberaría más del 40% de los recursos naturales explotados en el planeta. Otro tanto sucedería si los productos y servicios fuesen dos veces más colectivos, liberando otro tanto. El mayor efecto positivo de una formula combinada habla por sí misma.
Así como en el Norte es preciso generar una “economía de lo suficiente” eliminando la economía de lo superfluo (hacia lo que los movimientos ecologistas apuntan), es preciso fomentar a la par una “economía de lo necesario” y sobre todo en el Sur (hacia lo que los movimientos sociales en el Sur más apunten). Estos dos tipos de economías, de lo suficiente y lo necesario en combinación, mejoran la calidad de vida de las grandes mayorías y amplían las fronteras ecológicas planetarias.
En lo político, se requiere la instauración de una democracia participativa que implica una política de la mayor descentralización posible en la producción y, sobre todo, una mayor democratización en el proceso de toma de decisiones sobre qué, cómo, dónde y para quién se produce. Si en tiempos del socialismo real semejante planificación padecía de errores y hasta horrores operacionales, en la actual era digital ya no parece una Utopía y en un futuro no lejano bien podrá ser realidad.
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